¿El desconcierto político? No, en ese tema no entro. Me refiero al desconcierto musical. El lunes 13‑A, día en el que escribo este texto, me sentí un náufrago en el terreno de las afinidades electivas.
En el universo mediático los reporteros gráficos pasaron de ser unos subalternos del redactor literario a ser considerados fotoperiodistas creativos.
Esta excelente antología recoge textos que van desde el poeta Asclepíades (s. III a. C) hasta Leoncio Escolástico (s. VI d.C); es decir, la historia del epigrama clásico.
Un mundo revuelto, bélico, cruel, injusto, pero el arte cambia las cosas. Frente al catastrofismo del tercer milenio, hay muchos artistas que trabajan por el futuro. Un tema del grupo indie de Chicago Wilco incita al pensamiento positivo.
Breve Tratado para una reforma de la ficción’ (Shangrila, 2024) es uno de los libros más extraños editados en el siglo XXI. Insisto en la idea: ‘Breve Tratado para una reforma de la ficción’ es uno de los libros más crípticos del siglo XXI. Lo reitero: ‘Breve Tratado para una reforma de la ficción’ es uno de los libros más enigmáticos del siglo XXI.
La ciudad vieja se inunda de grafitis hasta el punto que su fama esta traspasando fronteras. El Carmen es un museo al aire libre de creaciones espectaculares, por su colorido y su imaginación.
Un río se precipita triscón desde la Sierra hacia su destino en el mar. El escritor pasea a su vera y fantasea una metáfora, ligando su estruendoso y enérgico caudal de Abril con la anhelada claridad que desea para su quehacer. Junto al rio pacen inmensos caballos mitológicos, hermosas bestias, símbolo de la alegría de la divina naturaleza.
La existencia del ser humano está marcada por la música. El filósofo alemán Federico Nietzsche lo dejó bien claro: Sin música la vida sería un error. Esta colosal certeza provoca el viaje sentimental de un columnista solitario en una aldea perdida. De The Beatles a Bach, de Jimmy Hendrix a Shostakovich.
En los cuadros de Eduardo Arroyo abundan los tipos con sombrero. Ese complemento tan elegante ha desaparecido casi por completo de las testas del hombre moderno.
Hay espíritus ‑como San Juan de la Cruz- capaces de salir de las murallas del lenguaje a la intemperie cultural y regresar fortalecidos de experiencia tan extrema. No es eventualidad que esté al alcance de cualquiera. Eso pronto lo entendió Hofmannsthal en su Carta.
A menudo releo mis comentarios en Facebook bajo la mortificante sensación de que soy más ameno y certero con esos apuntes espontáneos y breves.
En los felices e ingenuos años 70 acudir al Parque al atardecer se convirtió en un ritual para todo el que se sentía moderno y al loro. Bajo la severa mirada del Rey Jaime se gestó la parte más cool de una generación que iba a cambiar el país.
Por suerte o por desgracia, estamos formando parte y asistiendo, a la vez, a uno de los mayores experimentos sociales de la historia, que implica a miles de millones de personas de todo el mundo.
Dentro de la encomiable tarea que realiza la colección Veintiúnversos, dirigida por Víctor Segrelles y Juan Pablo Zapater, se ha publicado El silencio y el canto de Antonio Cabrera.
Participamos en un conformismo público, de reacción automática sea positiva o negativa, enmascarado por la pregnancia de muchos mensajes en ciertas redes sociales.
Víctor Orenga, escritor, maestro y fotógrafo, fallecido en 2005 a los 62 años, publicó el siglo pasado a toda una generación valenciana de escritores y escritoras en ciernes.