Begoña posee una técnica depuradísima de alta escuela y hace de sus platos una delicada, casi miniaturista, propuesta estética. Todo lo que sale de su cocina es bonito, muy bonito, colorista y elegante.
Ubicada en la planta baja del palacete que alberga La Salita, nace como un espacio diferenciado donde los cócteles integran los ácidos, los vegetales, los ahumados y los vinagres, sello de identidad del restaurante.