El informe «Revolución Alimentaria: Urge una transición del inviable sistema actual a un modelo alimentario sostenible» advierte que el sistema alimentario español actual es insostenible: contribuye al cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la escasez hídrica y la sobreexplotación pesquera y ganadera, además de incrementar la dependencia de importaciones y amenazar la soberanía alimentaria.
Greenpeace ha presentado en Valencia su Modelo de Alimentación Sostenible (MAS), una propuesta que plantea una transformación urgente y profunda del sistema alimentario actual, con el objetivo de combatir la crisis climática y la pérdida de biodiversidad.
Como alternativa, propone un modelo 100 % agroecológico, que apuesta por el incremento de la producción y el consumo de legumbres, la ganadería extensiva, la pesca artesanal de bajo impacto y la reducción del desperdicio alimentario, todo ello bajo el marco de la denominada «dieta de salud planetaria». Según la organización, este modelo permitiría convertir el sistema alimentario en un sumidero de carbono, logrando una reducción neta del 116 % de las emisiones y generando un 35 % más de empleo vinculado al sector alimentario.
La capital del Turia ha sido elegida como escenario de la presentación por su relevancia histórica en políticas alimentarias sostenibles y por la riqueza de su huerta, reconocida como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM). Sin embargo, este patrimonio se encuentra amenazado por la presión urbanística. En palabras de Helena Moreno, responsable de la campaña de sistemas alimentarios sostenibles de Greenpeace España, «es fundamental que, empezando por ciudades como Valencia, impulsemos esta transición alimentaria para adaptarnos a los retos climáticos que ya estamos sufriendo, como la reciente DANA».
El informe de Greenpeace destaca que, si la Comunidad Valenciana adoptara este modelo sostenible, podría reducir en un 70,94 % la contaminación por nitratos, aumentar en un 124 % la producción de hortalizas y multiplicar por más de 40 el cultivo de leguminosas de secano para 2050. Actualmente, la región ya destina un 15,7 % de su superficie agraria útil a la producción ecológica, superando la media española del 12,5 %.
El MAS pone especial énfasis en la transformación de la ganadería industrial, especialmente la porcina, por su elevado impacto ambiental. En la Comunidad Valenciana, el número de cerdos ha descendido un 25 % desde 2022, aunque este descenso no se ha traducido en un cambio de modelo, ya que las macrogranjas siguen creciendo, con un aumento del 29 % entre 2022 y 2023.
En el ámbito pesquero, la propuesta de Greenpeace aboga por sustituir parte de la flota de arrastre por artes menores de bajo impacto, lo que permitiría conservar los ecosistemas marinos y aumentar hasta un 55 % las capturas en el caladero nacional para 2050, siempre que se proteja efectivamente el 30 % de la superficie marina, con un 10 % en protección estricta.
Durante el evento, el chef Juan Llorca realizó una demostración culinaria con productos locales y de temporada, como la alubia del confit y el cacahuete cacao del collaret, este último en peligro de desaparición. Llorca subrayó la importancia de recuperar las variedades tradicionales de legumbres como «semillas nutritivas y sostenibles» clave para la transición proteica en España.
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