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Hoy no vamos a rea­li­zar un reco­rri­do. Voy a ense­ñar­les algu­nos luga­res con los que pode­mos com­ple­men­tar las esca­pa­das que hemos rea­li­za­do.

Gor­go de la Cade­na, Bol­bai­te

Nos diri­gi­re­mos en direc­cio­nes com­ple­ta­men­te opues­tas, pri­me­ro nos diri­gi­mos hacia el nor­te, hacia Culla, pero unos 30 km antes de lle­gar encon­tra­mos la pobla­ción de la Vall d’Alba, y sobre la pro­pia carre­te­ra, encon­tra­mos varias norias y un alji­be. 

La «Senie­ta», este alji­be de agua, has­ta hace pocos años per­mi­tía a la pobla­ción tener agua para el con­su­mo en los hoga­res. Lo habi­tual era ir con dos cán­ta­ros, uno en la cabe­za y el otro apo­ya­do en la cin­tu­ra, para así poder trans­por­tar más agua en el mis­mo tra­yec­to. Lo que más me gus­tó de él, es que está en per­fec­to fun­cio­na­mien­to y pue­des ense­ñar­les a los niños cómo se uti­li­za­ban y beber agua fres­ca. Me sor­pren­dió la len­ti­tud con la que salía por el gri­fo el agua que saqué del pozo, es una mane­ra per­fec­ta de no des­per­di­ciar ni una gota de agua.

Alji­be o Senie­ta

Las malas len­guas, comen­tan que los tra­yec­tos que se rea­li­za­ban para aca­rrear el agua, tenían una doble fina­li­dad, al caer el sol eran apro­ve­cha­dos para hacer «pun­ta», es decir, los mozos pro­vo­ca­ban amo­ro­sos encuen­tros con sus ama­das don­ce­llas. 

Alji­be o Senie­ta

Las Sènias o norias que hoy cono­ce­mos datan del siglo XVII, aun­que fue­ron intro­du­ci­das en la penín­su­la por los ára­bes para regar las huer­tas. 

Sènia o Noria 

¿Cono­ce­mos cómo fun­cio­nan? En la Vall d’Alba, la sènia se encuen­tra semi­su­mer­gi­da en una ace­quia. Está pro­te­gi­da por la mota, es un mon­tícu­lo cons­trui­do con tie­rra o pie­dras, sobre el que cami­na­ban los burros o caba­llos. La fuer­za del agua impul­sa los can­gi­lo­nes (cadú­fols), que se lle­nan de agua, y al lle­gar a su par­te supe­rior, la suel­tan en un canal de reco­gi­da que la con­du­ce a una bal­sa para su pos­te­rior uti­li­za­ción.

Cadú­fols y Per­cha 

Pue­des com­ple­tar tu reco­rri­do rea­li­zan­do algu­na de las dos rutas que ha crea­do el ayun­ta­mien­to:

- Ruta del Aljubs, en sus 6,7 km verás los dis­tin­tos alji­bes que hay por la loca­li­dad y su difi­cul­tad es baja.

- Ruta de les Mun­tan­yes de la Vall d’Alba, tie­ne 16 km de lar­go con una difi­cul­tad media, al reco­rrer­la podrás ver cam­pos de secano, casas aban­do­na­das, alji­bes, lava­de­ros y, des­de el mira­dor de la Ermi­ta de Sant Cris­tò­fol, dis­fru­tar de las pri­vi­le­gia­das vis­tas de toda la Vall d’Alba. 

Cam­po en la Ruta de les Mun­tan­yes

Nues­tro siguien­te des­tino, Saca­ñet, se encuen­tra muy cer­ca de Alcu­blas, a tan solo 9 km. Cuan­do entres a esta peque­ña pobla­ción, te lla­ma­rá la aten­ción una anti­gua y enor­me máqui­na tri­lla­do­ra para sepa­rar el tri­go de la paja. En sus alre­de­do­res, tam­bién pue­des ver los ven­tis­que­ros, el horno moruno o la cue­va del pue­blo.

Aho­ra nos vamos en direc­ción hacia l’Olla de Buñol, para com­ple­tar nues­tra esca­pa­da por Che­lla y Bol­bai­te, regre­sa­mos nue­va­men­te a una cas­ca­da, al lla­ma­do Barran­co de Milla­res, el Tollo Jor­ge o el Sal­to del Mons­truo. Se encuen­tra en la pobla­ción de Milla­res.

Tollo Jor­ge

Para lle­gar has­ta ella, debes ser un pelín atre­vi­do, ya que des­cien­des apro­xi­ma­da­men­te 160 metros en tan solo 1 km, pero poder con­tem­plar esta caí­da de agua mere­ce la pena el esfuer­zo que debes rea­li­zar tan­to al subir como al bajar a ella.

Vis­tas con el río Milla­res

Noso­tros la comen­za­mos cer­ca del Cas­ti­llet, des­de él tie­nes unas vis­tas muy boni­tas de Milla­res y su entorno. 

Vis­ta de Milla­res

Del Cas­ti­llet, poco se sabe, por su cons­truc­ción se dedu­ce que es de épo­ca islá­mi­ca, y ten­dría una fun­ción de vigi­lan­cia y con­trol sobre el río y las mon­ta­ñas. A día de hoy con­ser­va una torre y su mura­lla. 

Cas­ti­llet de Mira­lles

Siguien­do la sen­da, encuen­tras el Molino de los Moros, real­men­te no hay mucho que ver del Molino, pero vale la pena dete­ner­se a con­tem­plar las vis­tas que hay des­de él. 

Y aquí comien­za la Sen­da de San­són y así poder bajar al Mons­truo. No ten­go mucho que comen­tar­te, solo que lle­ves un buen cal­za­do, inclu­so guan­tes si no te gus­ta tocar pie­dras, debo con­fe­sar que varias par­tes del reco­rri­do las reali­cé sen­ta­da, debi­do al des­ni­vel e irre­gu­la­ri­da­des de la sen­da. ¡¡¡qué se va a hacer!!! Lo impor­tan­te es hacer­lo, lo comen­to por­que sé que varias de noso­tras somos del club de bajar mon­ta­ñas «sen­ta­das», no me da ver­güen­za con­fe­sar que per­te­nez­co a él. 

Pedre­gal en la Sen­da de San­són

Cuan­do por fin logre­mos lle­gar a ella, esta­re­mos en un entorno espec­ta­cu­lar, don­de la natu­ra­le­za está casi intac­ta. En los días llu­vio­sos su cau­dal crea tan­to estruen­do que recuer­da a un rugi­do, pudien­do ser escu­cha­do des­de el pue­blo, por este moti­vo se la cono­ce como el Mons­truo de Milla­res y casi nadie recuer­da su nom­bre: Tollo Jor­ge. Si te acer­cas has­ta él, es muy pro­ba­ble que encuen­tres gru­pos prac­ti­can­do barran­quis­mo acuá­ti­co. 

Barran­quis­mo acuá­ti­co en Mons­truo 

Solo me fal­ta comen­tar­te que tie­ne una caí­da ver­ti­cal de 60 metros y es la segun­da cas­ca­da más gran­de de la Comu­ni­dad Valen­cia­na. Des­de 2019 la Ruta del Naci­mien­to fue nom­bra­da, por la Gene­ra­li­tat Valen­cia­na, iti­ne­ra­rio turís­ti­co local y por ella podrás ver des­de la Fuen­te de las Donas has­ta el mis­mo Tollo Jor­ge. 

Vis­ta de la Tolla Jor­ge y Molino de los Moros

Nos vemos en nues­tro pró­xi­mo des­tino.

Fotos, Dron, Vídeo: Cor­va­mar

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