El sec­tor indus­trial está pre­pa­ra­do para rese­tear­se y ajus­tar su com­pe­ti­ti­vi­dad a las con­di­cio­nes de mer­ca­do que impon­ga la recons­truc­ción eco­nó­mi­ca de esta nue­va glo­ba­li­dad emer­gen­te.

Por su inte­rés, publi­ca­mos este artícu­lo de Car­los G. Tri­vi­ño, CEO de Gober­nan­za Indus­trial, publi­ca­do en El Con­fi­den­cial.

Por la pér­di­da de vidas huma­nas y el ries­go que impli­ca para la salud de todos, la cri­sis del coro­na­vi­rus repre­sen­ta la mayor situa­ción de emer­gen­cia de la que el mun­do con­ser­va una memo­ria gene­ra­cio­nal viva. Ade­más de ello la eco­no­mía glo­bal se encuen­tra en esta­do de shock y pare­ce aden­trar­se en un esce­na­rio de reper­cu­sio­nes impre­vi­si­bles e iné­di­tas. La estra­te­gia de recu­pe­ra­ción habrá de abor­dar­se median­te plan­tea­mien­tos muy ima­gi­na­ti­vos, por­que la solu­ción a una cri­sis de estas carac­te­rís­ti­cas pue­de que no guar­de seme­jan­zas con nin­gu­na situa­ción ante­rior.

En Espa­ña el impac­to de la cri­sis Covid-19 ha diri­gi­do los focos hacia la espe­ran­za del sec­tor indus­trial como motor de la recu­pe­ra­ción, por múl­ti­ples moti­vos. La depen­den­cia exte­rior de cier­tos sumi­nis­tros bási­cos ha gene­ra­do inse­gu­ri­dad, males­tar y preo­cu­pa­ción. Pero tam­bién ha des­per­ta­do nues­tro sen­ti­do de la opor­tu­ni­dad y una toma de con­cien­cia sobre los salu­da­bles bene­fi­cios de la loca­li­za­ción pro­duc­ti­va. Adi­cio­nal­men­te, para una poten­cia turís­ti­ca mun­dial como Espa­ña el hecho de que el turis­mo haya entra­do en una situa­ción de para­li­za­ción sine die con­tras­ta con la con­ti­nui­dad ope­ra­ti­va de la acti­vi­dad indus­trial y con la visi­bi­li­dad de la logís­ti­ca como fac­tor estra­té­gi­co en las situa­cio­nes de emer­gen­cia al ser­vi­cio de las cons­tan­tes vita­les del país.

La indus­tria 4.0 no basa su capa­ci­dad de pro­duc­ción en el vapor, sino en la inves­ti­ga­ción, la inno­va­ción y la tec­no­lo­gía.

El mun­do con­tem­po­rá­neo se carac­te­ri­za por la amplia dis­po­ni­bi­li­dad de alter­na­ti­vas a las que pue­den optar los pro­yec­tos de inver­sión indus­trial. La exis­ten­cia de un mar­co de gober­nan­za que ofrez­ca una recep­ción cohe­ren­te e inte­gral para las pro­pues­tas de inver­sión será el fac­tor más espe­cí­fi­co de la pros­pe­ri­dad indus­trial en un esfuer­zo de recu­pe­ra­ción. Por esta razón, sin la menor duda, la imple­men­ta­ción de un gran acuer­do nacio­nal que con­tem­ple la recons­truc­ción indus­trial como una de sus prio­ri­da­des sería la mejor herra­mien­ta para abor­dar un desa­fío tan com­ple­jo y sofis­ti­ca­do.

Tam­po­co pasa inad­ver­ti­do el hecho de que las nue­vas exi­gen­cias sani­ta­rias, al menos en el cor­to pla­zo, dejan al turis­mo poco mar­gen para su rein­ven­ción, mien­tras que la indus­tria nacio­nal ha abor­da­do un pro­ce­so de recon­ver­sió­na­dap­ta­ti­va en tiem­po real. El sec­tor ser­vi­cios fre­na en seco, mien­tras la indus­tria agro­ali­men­ta­ria ape­nas pes­ta­ñea. De la noche a la maña­na las fábri­cas de auto­mo­ción cons­tru­yen res­pi­ra­do­res, la indus­tria tex­til pro­du­ce mas­ca­ri­llas, batas y equi­pos de pro­tec­ción, las empre­sas de des­ti­le­ría geles hidro­al­cohó­li­cos.

Su capa­ci­dad de satis­fa­cer las nece­si­da­des bási­cas de la ciu­da­da­nía ha des­ve­la­do el ros­tro más humano de la indus­tria, ponien­do en evi­den­cia su con­tri­bu­ción a la soli­da­ri­dad de nues­tra comu­ni­dad social. Sir­va tam­bién el volun­ta­ria­do de esa legión de esta­ble­ci­mien­tos indus­tria­les y de makers que con sus impre­so­ras tri­di­men­sio­na­les mues­tran a la socie­dad la ver­sa­ti­li­dad pro­duc­ti­va de las nue­vas capa­ci­da­des de la manu­fac­tu­ra 3D.

No esta­mos en la pri­me­ra revo­lu­ción indus­trial, sino en la cuar­ta. La indus­tria 4.0 no basa su capa­ci­dad de pro­duc­ción en el vapor, sino en la inves­ti­ga­ción, la inno­va­ción y la tec­no­lo­gía. Esta pre­ci­sión alte­ra por com­ple­to el sig­ni­fi­ca­do geo­es­tra­té­gi­co de la rein­dus­tria­li­za­ción. La com­pe­ten­cia entre pai­ses por loca­li­zar la indus­tria nada tie­ne que ver con los tiem­pos de la gran side­rúr­gi­ca. La atmós­fe­ra de la manu­fac­tu­ra con­tem­po­rá­nea no es la polu­ción, sino el labo­ra­to­rio a gran esca­la. Pero como suce­de con muchas otras evi­den­cias cul­tu­ra­les, las socie­da­des nece­si­tan de una gran con­mo­ción para dige­rir las obvie­da­des en masa.

La pre­gun­ta es si sería posi­ble hacer virar nues­tro poten­cial indus­trial no hacia una reso­lu­ción de urgen­cia, sino hacia la reani­ma­ción de la eco­no­mía.

El pro­gra­ma de la recu­pe­ra­ción nacio­nal tal vez deman­de la for­ma­ción de un nue­vo para­dig­ma basa­do en la capa­ci­dad de mate­ria­li­zar una reagru­pa­cion geo­grá­fi­ca entre cono­ci­mien­to, inves­ti­ga­ción, capi­tal, empleo, tec­no­lo­gía, pro­xi­mi­dad y cir­cu­la­ri­dad, de acuer­do a una nue­va cos­mo­vi­sion del fenó­meno indus­trial pos­te­rior a la pan­de­mia. Como com­po­nen­tes sepa­ra­dos, todos esos ingre­dien­tes de la recu­pe­ra­ción exis­ten en un núme­ro muy ele­va­do de posi­bles loca­li­za­cio­nes, pero el sen­ti­do común de saber com­bi­nar­las en solu­cio­nes paque­ti­za­das capa­ces de sedu­cir a la inver­sión es el menos común de los sen­ti­dos. Esto es la Gober­nan­za.

La uti­li­dad del pro­duc­to indus­trial, el clien­te final de la manu­fac­tu­ra, se da por garan­ti­za­do en el mun­do de la poli­va­len­cia de las cade­nas pro­duc­ti­vas. Si somos capa­ces de hacer girar las capa­ci­da­des pro­duc­ti­vas del país para satis­fa­cer nues­tras nece­si­da­des inme­dia­tas, debe ser posi­ble rea­li­zar la mis­ma ope­ra­ción para dar reso­lu­ción a las nece­si­da­des de otros. Lo que los eco­no­mis­tas lla­man la satis­fac­ción de la deman­da. La pre­gun­ta cla­ve es, pues, si sería posi­ble hacer virar todo nues­tro poten­cial indus­trial no hacia una reso­lu­ción de urgen­cia, sino hacia la reani­ma­ción de la eco­no­mía nacio­nal median­te la satis­fac­ción de una deman­da de mer­ca­do de nue­vos pro­duc­tos indus­tria­les en un mun­do PostCovid19.

Y la res­pues­ta es que sí. Las infra­es­truc­tu­ras logís­ti­cas, los medios de trans­por­te, las fábri­cas y los bie­nes de equi­po dis­fru­tan de una capa­ci­dad de resi­lien­cia eco­nó­mi­ca mucho más elás­ti­ca que los acti­vos subor­di­na­dos al sec­tor ser­vi­cios o a la acti­vi­dad turís­ti­ca. Por razo­nes estric­ta­men­te mate­ria­les la deman­da de pro­duc­tos indus­tria­les no pue­de des­apa­re­cer, cir­cuns­tan­cia que no apli­ca indis­tin­ta­men­te para el sec­tor ser­vi­cios. El sec­tor indus­trial está pre­pa­ra­do para rese­tear­se y ajus­tar su com­pe­ti­ti­vi­dad a las con­di­cio­nes de mer­ca­do que impon­ga la recons­truc­ción eco­nó­mi­ca de esta nue­va glo­ba­li­dad emer­gen­te.

Un mapa de partida

El deba­te sobre el futu­ro del sec­tor pro­duc­ti­vo es inse­pa­ra­ble del deba­te sobre el futu­ro de las infra­es­truc­tu­ras y del futu­ro del sue­lo indus­trial. Fábri­cas, zonas indus­tria­les y redes logís­ti­cas, son los tres lados inse­pa­ra­bles de cada esla­bón que se suma en la com­po­si­ción de la cade­na de sumi­nis­tro indus­trial. Las fábri­cas nece­si­tan sue­lo don­de implan­tar­se tan­to como las mer­can­cías redes de comu­ni­ca­ción para ser tras­la­da­das. Si vamos a empren­der una estra­te­gia nacio­nal de relo­ca­li­za­cio­nes será pre­ci­so apo­yar­se en un mapa de sali­da que nos ayu­de a exhi­bir el catá­lo­go comer­cial de nues­tras dis­po­ni­bi­li­da­des.

La evi­den­cia esta­dís­ti­ca en nues­tro país reve­la que la nece­si­dad empre­sa­rial de sue­lo para acti­vi­da­des indus­tria­les y logís­ti­cas no ha deja­do de cre­cer duran­te, al menos, los cua­tro últi­mos ejer­ci­cios. En la edi­ción del Salón Logís­ti­co de Bar­ce­lo­na de 2019 se hizo bien paten­te esta coin­ci­den­cia res­pec­to al incre­men­to de la deman­da de sue­lo indus­trial en los balan­ces de las prin­ci­pa­les comer­cia­li­za­do­ras. El cre­ci­mien­to de las cifras de con­tra­ta­ción inmo­lo­gís­ti­ca cer­ti­fi­ca la nece­si­dad cuan­ti­ta­ti­va de sue­lo indus­trial en Espa­ña.

El mapa de sue­lo indus­trial en for­ma­ción inclu­ye desa­rro­llos de 25.000.000 de metros cua­dra­dos. Son la pis­ta de ate­rri­za­je de la rein­dus­tria­li­za­ción.

Sí ‑en cam­­bio- exis­te un deba­te cru­cial res­pec­to a las carac­te­rís­ti­cas del tipo de sue­lo indus­trial que real­men­te se nece­si­ta. Sobre sus aspec­tos cua­li­ta­ti­vos. Por ubi­ca­ción, pre­cio, acce­si­bi­li­dad, ser­vi­cios, super­fi­cie, exten­sión, pro­xi­mi­dad demo­grá­fi­ca, nor­ma­ti­va, edi­fi­ca­bi­li­dad, auto­ri­za­ción de altu­ra, fun­cio­na­li­dad y otras carac­te­rís­ti­cas. Esta es la razón de que el deba­te sobre el futu­ro de la loca­li­za­ción indus­trial esté vin­cu­la­do tan ínti­ma­men­te a las estra­te­gias de la recu­pe­ra­ción eco­nó­mi­ca. Y por deri­va­ción, tam­bién al del futu­ro del empleo.

En mar­zo de 2020, el mapa penin­su­lar espa­ñol del sue­lo indus­trial en for­ma­ción com­pren­día desa­rro­llos de más de 25.000.000 de metros cua­dra­dos de exten­sión. Estas super­fi­cies, que irán ingre­san­do pau­la­ti­na­men­te en el mer­ca­do, son la pis­ta de ate­rri­za­je de la futu­ra inver­sión indus­trial. Repre­sen­tan así el pun­to de par­ti­da del deba­te sobre el futu­ro indus­trial y la base car­to­grá­fi­ca para la mode­li­za­ción de una post-rein­­du­s­­tria­­li­­za­­cion de Espa­ña expre­sa­da, no como una gene­ra­li­dad, sino en tér­mi­nos de con­cre­ción y fac­ti­bi­li­dad. Más que nun­ca ¿le ha lle­ga­do al deba­te sobre el sue­lo indus­trial en Espa­ña la hora inapla­za­ble de la resi­lien­cia y la sos­te­ni­bi­li­dad? Cla­ra­men­te sí. He aquí el mapa de ese deba­te. Empe­ce­mos cuan­to antes.

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