Pese a que los niños son espe­cial­men­te fle­xi­bles para abra­zar los cam­bios, la situa­ción actual está car­ga­da de mie­dos y ner­vios que se pue­den haber ges­ta­do estos meses atrás y aflo­rar duran­te vuel­ta al cole, tras las sema­nas de con­fi­na­mien­to y asi­la­mien­to, jun­to al bom­bar­deo de noti­cias reci­bi­das. Ese mie­do es una emo­ción natu­ral, que apa­re­ce ante la per­cep­ción de un peli­gro y que cum­ple una fun­ción de adap­ta­ción y de super­vi­ven­cia. Nues­tros peque­ños, al sen­tir­lo, bus­can cómo pro­te­ger­se.

Todo esto pue­de pro­vo­car­les un impac­to emo­cio­nal que lle­ga acom­pa­ña­do de algu­nos efec­tos al vol­ver al cole, como enu­me­ra Celia Rodrí­guez, ase­so­ra exper­ta en psi­co­pe­da­go­gía de la edi­to­rial RUBIO:

·       Aumen­to de irri­ta­bi­li­dad, lo que incre­men­ta las rabie­tas y los enfa­dos, e inclu­so la tris­te­za.

·       Incre­men­to de temo­res, e inclu­so fobias rela­cio­na­das con la enfer­me­dad, con ir al cole o ale­jar­se de las figu­ras de los pro­ge­ni­to­res, ya que el niño pue­de haber desa­rro­lla­do una exce­si­va depen­den­cia.

·       La pér­di­da de hábi­tos, esen­cia­les para los niños y niñas, ya que apor­tan regu­la­ri­dad y con­fian­za, así como la sen­sa­ción de con­tro­lar lo que va a pasar.

¿Y cómo les ayu­da­mos a afron­tar y supe­rar emo­cio­nal­men­te los pri­me­ros días de vuel­ta al cole?, ¿Cuán­do pode­mos detec­tar esos efec­tos nega­ti­vos en nues­tros niños y niñas? Des­de RUBIO, su ase­so­ra psi­co­pe­da­gó­gi­ca nos resu­me los cin­co con­se­jos fun­da­men­ta­les que pue­den recon­for­tar­les en este trán­si­to y evi­tar­les el blo­queo:

1.       Ayu­dar­les a que iden­ti­fi­quen, expre­sen y acep­ten las emo­cio­nes: por­que los niños no siem­pre son capa­ces de iden­ti­fi­car­las, por lo que no pue­den expre­sar­las. Debe­mos parar­nos a obser­var­les y a dia­lo­gar con ellos, por ejem­plo, en momen­tos de jue­go en los que esta­rán más rela­ja­dos, y ayu­dar­les a ges­tio­nar sus emo­cio­nes.

En ese momen­to es fun­da­men­tal hablar­les con natu­ra­li­dad y con un len­gua­je que pue­dan enten­der, con un men­sa­je de acep­ta­ción, por ejem­plo: “esta situa­ción a mí me asus­ta un poco, pue­de que tú tam­bién ten­gas algo de mie­do por­que hemos esta­do mucho tiem­po en casa y no que­re­mos con­ta­giar­nos, es nor­mal estar un poco asus­ta­dos”. De esta mane­ra, le esta­mos dicien­do al niño que es nor­mal sen­tir deter­mi­na­das emo­cio­nes, y está pre­pa­ra­do para el siguien­te paso, que con­sis­te en ayu­dar­le con una visión menos catas­tró­fi­ca de la situa­ción: “es nor­mal tener mie­do, pero todo está pre­pa­ra­do para que sea segu­ro”.

2.       Con­ti­nuar expli­cán­do­les y hacién­do­les sen­tir segu­ros sobre la nue­va situa­ción: con­ti­nuar tra­ba­jan­do con él des­de la ima­gi­na­ción los pri­me­ros días de cla­se, a tra­vés del jue­go sim­bó­li­co, un buen méto­do que les per­mi­te ensa­yar y visua­li­zar esta nue­va situa­ción con muñe­cos. De esta mane­ra, pode­mos plan­tear dife­ren­tes situa­cio­nes y tra­ba­jar la idea de tran­qui­li­zar al niño: ¿Qué es lo qué pue­de pasar? Y si pasa esto, ¿qué pode­mos hacer? De este modo, el niño com­pro­ba­rá los recur­sos y herra­mien­tas que tie­ne para afron­tar la situa­ción. Nos ser­vi­rá para remar­car un plan sen­ci­llo, por ejem­plo refor­zar­les las ruti­nas: lavar­se las manos, lle­var mas­ca­ri­lla, man­te­ner dis­tan­cia, etc.

3.       Refor­zar las cua­li­da­des y recur­sos per­so­na­les de supera­ción: por­que tan­to los niños como los adul­tos pode­mos ver­nos inde­fen­sos e inca­pa­ces de afron­tar deter­mi­na­das situa­cio­nes, y para cam­biar esa visión es muy impor­tan­te refor­zar las pro­pias cua­li­da­des y recur­sos de supera­ción. Se tra­ta de recor­dar al niño situa­cio­nes que ha podi­do supe­rar y cómo ha afron­ta­do tales situa­cio­nes, por ejem­plo: “¿te acuer­das del pri­mer día de cole? ¿Y la pri­me­ra vez que te tiras­te por un tobo­gán?”.

4.       Pue­de ser un buen momen­to para prac­ti­car ruti­nas de rela­ja­ción: una herra­mien­ta per­fec­ta tan­to para noso­tros los adul­tos como para los niños, que les ayu­da­rá a des­co­nec­tar de esos momen­tos de ten­sión que acu­mu­lan ante los nue­vos días de un cole tan dife­ren­te al que recor­da­ban. Ade­más, apren­der unos sen­ci­llos ejer­ci­cios de rela­ja­ción les pue­de ser­vir como una herra­mien­ta de con­trol para afron­tar sus emo­cio­nes tam­bién en el cole.

5.       Desa­rro­llar algún méto­do para saber qué hacer en caso de tener mie­do: esto les ofre­ce­rá unas pau­tas sen­ci­llas que refor­za­rán su sen­sa­ción de segu­ri­dad ante esta situa­ción. Por ejem­plo:

1.Pedir ayu­da al pro­fe­sor y des­pués con­tar­lo en fami­lia.

2.Practicar la rela­ja­ción a tra­vés de la res­pi­ra­ción, can­tan­do una can­ción, etc.

3.Recordar lo que sabe­mos hacer para supe­rar situa­cio­nes.

“Unos sen­ci­llos con­se­jos que les ayu­da­rán tan­to a ellos como a voso­tros para acos­tum­brar­nos en estos pri­me­ros días al nue­vo cole post-Covid”, indi­ca Celia Rodrí­guez.

Sobre la editorial Rubio

RUBIO nace en Cas­te­llón hace más de 60 años de la mano de Ramón Rubio y es la edi­to­ra de los afa­ma­dos cua­der­nos didác­ti­cos basa­dos en poten­ciar la plas­ti­ci­dad del cere­bro, a tra­vés del desa­rro­llo de las com­pe­ten­cias bási­cas, como la escri­tu­ra y el cálcu­lo. Des­de su fun­da­ción, RUBIO ha ven­di­do más de 300 millo­nes de ejem­pla­res de cua­der­nos, que han acom­pa­ña­do a varias gene­ra­cio­nes de espa­ño­les.

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