Por su inte­rés, repro­du­ci­mos esta noti­cia publi­ca­da en El Con­fi­den­cial por Ali­cia Richart.

Hace pocos días, a media­dos de mar­zo, aun­que parez­ca un siglo, el comi­sa­rio Euro­peo de Mer­ca­do Inte­rior, Thierry Bre­ton, se reu­nió con Reed Has­tings, CEO de Net­flix, para soli­ci­tar­le que redu­je­ra la cali­dad de las emi­sio­nes de sus con­te­ni­dos para no colap­sar las redes de comu­ni­ca­cio­nes. Esta mis­ma peti­ción fue tam­bién soli­ci­ta­da por el Par­la­men­to Euro­peo. Soli­ci­tó, con­cre­ta­men­te, “adop­tar medi­das para garan­ti­zar el buen fun­cio­na­mien­to de Inter­net duran­te la bata­lla con­tra la pro­pa­ga­ción del virus”.

El com­pro­mi­so de Net­flix fue, según su comu­ni­ca­do, empe­zar a redu­cir la tasa de ‘bitra­te’ en todos sus con­te­ni­dos en Euro­pa duran­te 30 días y reba­jar su trá­fi­co en las redes euro­peas en alre­de­dor de un 25%. Es decir, degra­dar la cali­dad de las emi­sio­nes para no colap­sar las redes de comu­ni­ca­cio­nes.

En Espa­ña, el lunes 16 de mar­zo fue la pri­me­ra vez en la his­to­ria que se puso a prue­ba la red al coin­ci­dir el uso masi­vo de las redes para el entre­te­ni­mien­to y para tele­tra­ba­jar. Y hubo una excep­ción reve­la­do­ra: mien­tras en el res­to de Euro­pa la señal de Net­flix se ha teni­do que degra­dar en un 25% su cali­dad, en Espa­ña no ha hecho fal­ta, gra­cias a que tene­mos la red de tele­co­mu­ni­ca­cio­nes más moder­na de la UE.

Sola­men­te en los pri­me­ros días des­de el anun­cio del esta­do de alar­ma, el trá­fi­co de voz móvil aumen­tó un 40%, el trá­fi­co de datos fijos un 70%, el uso de WhatsApp se mul­ti­pli­có por 6, el de Net­flix por 4 y el de herra­mien­tas de video­con­fe­ren­cia (Han­gouts, Zoom, Webex, Face­ti­me…) por entre 6 y 8 veces, según expli­ca­ba el pre­si­den­te de Tele­fó­ni­ca, José María Álva­­rez-Palle­­te, en una recien­te entre­vis­ta. Y la red de tele­co­mu­ni­ca­cio­nes aguan­tó per­fec­ta­men­te.

Y es que Espa­ña cuen­ta con una de las mejo­res infra­es­truc­tu­ras de red del mun­do. El hecho de que el nues­tro sea el pri­mer país euro­peo en cone­xio­nes de fibra (y el ter­ce­ro de mun­do) está per­mi­tien­do sopor­tar el pico de trá­fi­co que están expe­ri­men­tan­do las redes en esta situa­ción de alta deman­da, gra­cias a los esfuer­zos de los ope­ra­do­res de tele­co­mu­ni­ca­cio­nes para garan­ti­zar efi­cien­cia, capa­ci­dad y fle­xi­bi­li­dad de estas.

El lla­ma­do fre­cuen­te­men­te “mila­gro espa­ñol de la fibra” ha supues­to un esfuer­zo inver­sor sin pre­ce­den­tes en un con­tex­to de con­trac­ción de mer­ca­do para los ope­ra­do­res. Des­de su libe­ra­ción, el sec­tor de las tele­co­mu­ni­ca­cio­nes regis­tra una inver­sión acu­mu­la­da de 126.600 millo­nes de euros, entre los años 1998 y 2016.

En la tec­no­lo­gía de tele­co­mu­ni­ca­cio­nes FTTH (acró­ni­mo del inglés Fiber To The Home), Espa­ña supera los 10,2 millo­nes de cone­xio­nes, de las que el 42,6% per­te­ne­cen a Tele­fó­ni­ca, con 4,3 millo­nes de líneas. Oran­ge suma 3,1 millo­nes; Voda­fo­ne, 1,2 millo­nes y Más­Mó­vil, 1,1 millo­nes, según datos del ter­cer tri­mes­tre de 2019. A fina­les del año pasa­do, Voda­fo­ne situó su des­plie­gue en los 2,9 millo­nes de líneas de FTTH y Más­Mó­vil en 1,3 millo­nes.

Ade­más de un mayor núme­ro de líneas de fibra ópti­ca, Espa­ña tam­bién cuen­ta con la mejor cali­dad téc­ni­ca. De hecho, las cone­xio­nes espa­ño­las lle­gan has­ta el hogar (FTTH), mien­tras que en otros paí­ses solo alcan­zan has­ta el edi­fi­cio (FTTB). Por ejem­plo, Ale­ma­nia dis­po­ne de una pene­tra­ción de la fibra del 2,3%, más de dos ter­cios tan solo lle­gan has­ta la facha­da del edi­fi­cio. En Espa­ña el 97,2 % de la pobla­ción tie­ne acce­so a 4G y la pene­tra­ción de la fibra es del 74% de los hoga­res, fren­te al 26% en Euro­pa o el 15% en EE.UU.

La indus­tria tec­no­ló­gi­ca está hacien­do todos los esfuer­zos para adap­tar los ser­vi­cios de sus empre­sas a los reque­ri­mien­tos que esta situa­ción de excep­cio­na­li­dad pro­vo­ca: un incre­men­to y mayor uso de los ser­vi­cios digi­ta­les y de las infra­es­truc­tu­ras de comu­ni­ca­cio­nes. Las empre­sas de infra­es­truc­tu­ras crí­ti­cas ya están tra­ba­jan­do para incre­men­tar la capa­ci­dad y fle­xi­bi­li­dad de las redes, refor­zar los sis­te­mas de ges­tión remo­ta de acti­vos crí­ti­cos y moni­to­ri­za­ción a dis­tan­cia de cen­tros de datos, ponien­do más equi­pos en ser­vi­cio y aumen­tan­do la capa­ci­dad de los exis­ten­tes.

Hay que seguir tra­ba­jan­do para que el Sis­te­ma Nacio­nal de Salud y la inves­ti­ga­ción médi­ca ten­gan como efi­caz alia­do al sec­tor; para que las empre­sas pue­dan, en la medi­da de lo posi­ble, man­te­ner su acti­vi­dad gra­cias al tele­tra­ba­jo; o para que el sis­te­ma edu­ca­ti­vo pue­da pro­se­guir con la for­ma­ción en todos sus nive­les, entre otras muchas apli­ca­cio­nes que afec­tan a un gran núme­ro de sec­to­res pro­duc­ti­vos del país. El reto que se plan­tea no tie­ne pre­ce­den­tes, la res­pues­ta que se está dan­do y que se segui­rá dan­do des­de la indus­tria tec­no­ló­gi­ca, como no podía ser de otro modo, esta­rá a la altu­ra para ofre­cer los mejo­res ser­vi­cios a los ciu­da­da­nos. Toca ser gene­ro­sos, toca arri­mar el hom­bro.

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