Fotos: @misaeldelrosario

Mikael Aprahamian, Yudoca

Mikael Apraha­mian será el repre­sen­tan­te del judo uru­gua­yo en la máxi­ma cita del depor­te. El judo­ca de 33 años defen­de­rá a la Celes­te en la cate­go­ría meno­res de 81 kilos. Habla­mos con él en Ruza­faS­tu­dio para cono­cer sus sen­sa­cio­nes ante unos Jue­gos Olím­pi­cos muy atí­pi­cos.

¿Cómo empe­zas­te en este depor­te? ¿Qué tie­ne el judo que no tie­ne otro depor­te?

Comen­cé a los 6 años, en un club depor­ti­vo, uno de los tan­tos depor­tes que prac­ti­ca­ba, jun­to con nata­ción, gim­na­sia, fut­bol. Somos tres her­ma­nos y uno de los prin­ci­pa­les come­ti­dos de mis padres era que lle­gá­se­mos a casa lo más can­sa­dos posi­ble. No creo que esco­gie­se el Judo por nada en con­cre­to, supon­go que suce­dió de una mane­ra natu­ral. Con el tiem­po se fue con­vir­tien­do en una de mis gran­des pasio­nes y una for­ma de vida. A veces no hay gran­des his­to­rias detrás de estas elec­cio­nes. Sim­ple­men­te suce­de y agra­de­ces que te vaya bien. 

El Covid ha supues­to para los JJOO, al igual que para el res­to de acti­vi­da­des y even­tos, un antes y un des­pués. A títu­lo per­so­nal, ¿cómo lo vivis­te tú?

Como en todos los cam­bios drás­ti­cos, no fue fácil enca­jar­lo al prin­ci­pio. Pero es impor­tan­te enten­der que siem­pre hay una nue­va opor­tu­ni­dad detrás de todo lo que nos va suce­dien­do en la vida. La cri­sis del Covid nos he hecho replan­tear­nos muchas cosas, inclu­so nues­tra for­ma de pro­ce­der fren­te a la vida. Quie­ro pen­sar que esto me dio la opor­tu­ni­dad de per­fec­cio­nar­me, de dedi­car­le más tiem­po has­ta la nue­va con­vo­ca­to­ria de los Jue­gos Olím­pi­cos. Hace muy poco que yo mis­mo he pasa­do el Covid de mane­ra prác­ti­ca­men­te asin­to­má­ti­ca y eso tam­bién ha sido una expe­rien­cia que me ha ayu­da­do a enten­der que no ten­go el con­trol sobre todo. 

La cri­sis del Covid nos he hecho replan­tear­nos muchas cosas, inclu­so nues­tra for­ma de pro­ce­der fren­te a la vida.

¿Crees que ha podi­do ser posi­ti­vo de algu­na mane­ra en cuan­to a la pre­pa­ra­ción y a men­ta­li­zar­se o todo lo con­tra­rio?

Por una par­te, se han redu­ci­do las com­pe­ti­cio­nes y eso lo he extra­ña­do. Pero por otro lado he podi­do cen­trar­me en los entre­na­mien­tos que me ha ido pre­pa­ran­do mi entre­na­dor en el cen­tro de alto ren­di­mien­to de Valen­cia. Sien­to que todo es una opor­tu­ni­dad si se mira ade­cua­da­men­te. Eso no qui­ta que uno sien­ta vér­ti­go o mie­do a veces. Pero de eso se tra­ta tam­bién el depor­te, no es solo físi­co.  

Ya se ha anun­cia­do que serán unas Olim­pia­das un tan­to atí­pi­cas, ¿las espe­ras con igual ilu­sión? ¿Echa­rás en fal­ta al públi­co?

Tras lo suce­di­do, creo que las espe­ro con mayor ilu­sión si cabe. Serán unas olim­pia­das que todos recor­da­re­mos. Y sí, serán dife­ren­tes, pero eso no ha de ser nece­sa­ria­men­te algo malo. El públi­co es una par­te impor­tan­te en este tipo de com­pe­ti­cio­nes. His­tó­ri­ca­men­te uno se pre­pa­ra para esta mues­tra inter­na­cio­nal y sin lugar a dudas se extra­ña­rá el calor del públi­co, sobre todo de la fami­lia y per­so­nas que me han acom­pa­ña­do en este pro­ce­so. Tam­po­co pode­mos olvi­dar que, en mi caso, el Judo es una dis­ci­pli­na Made In Japan y que para los pro­pios ciu­da­da­nos del país esta sien­do tris­te no poder vivir­lo des­de las gra­das. 

Por suer­te, en Espa­ña, el judo for­ma par­te de las asig­na­tu­ras extra­cu­rri­cu­la­res en cen­tros edu­ca­ti­vos, y eso es impor­tan­te. 

El judo, en nues­tro país, sigue sien­do un depor­te mino­ri­ta­rio. Como atle­ta pro­fe­sio­nal ¿qué crees que podría­mos hacer como socie­dad y des­de las admi­nis­tra­cio­nes públi­cas para fomen­tar su prác­ti­ca?

Tene­mos que con­tar que el Judo es un depor­te mino­ri­ta­rio si lo com­pa­ra­mos con otros como lo son el fút­bol o el balon­ces­to. Pero que no esté en pri­me­ra fila no le qui­ta valor. Me vine de Uru­guay y lle­vo varios años vivien­do en Espa­ña por­que esta ciu­dad ha for­ma­do a gran­des atle­tas. Las admi­nis­tra­cio­nes públi­cas se ven lide­ra­das por la polí­ti­ca. Y es la polí­ti­ca la que tie­ne que con­tem­plar este tema de una for­ma glo­bal para que la cul­tu­ra del depor­te se inte­gre de la mis­ma for­ma que lo hacen otras dis­ci­pli­nas. Por suer­te, en Espa­ña, el judo for­ma par­te de las asig­na­tu­ras extra­cu­rri­cu­la­res en cen­tros edu­ca­ti­vos, y eso es impor­tan­te. La for­ma lógi­ca en que las admi­nis­tra­cio­nes deben de fomen­tar el depor­te y su visi­bi­li­dad es dán­do­le un lugar en nues­tra vida. Acer­cán­do­la al ciu­da­dano. Inte­gran­do zonas espe­cí­fi­cas y man­te­nién­do­las en esta­do ópti­mo. 

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