A fina­les del año pasa­do estu­vo muy ocu­pa­do, pro­mo­cio­nan­do su tra­ba­jo como direc­tor en The Report con Adam Dri­ver, y como guio­nis­ta en The Laun­dro­mat , con Anto­nio Ban­de­ras, Gary Old­man y Meryl Streep, su cuar­ta pelí­cu­la bajo las órde­nes de Ste­ven Soder­bergh. Pero si algo le ha pues­to súbi­ta­men­te de moda es su labor escri­bien­do Con­ta­gio en 2011, el fil­me de Soder­bergh que todo el mun­do se puso a ver ape­nas se cono­ció la exis­ten­cia del coro­na­vi­rus , por las simi­li­tu­des que hay entre lo que cuen­ta la his­to­ria de fic­ción y lo que esta­mos vivien­do. En un encuen­tro a tra­vés del orde­na­dor, esto fue lo que nos expli­có Scott Z. Burns sobre la pre­ci­sión de Con­ta­gio des­de su casa en Los Ánge­les.

¿Le sor­pren­dió que su pelí­cu­la se pusie­ra súbi­ta­men­te de moda?

Era inevi­ta­ble. Lo que me sue­len pre­gun­tar con fre­cuen­cia des­de la apa­ri­ción de este virus es por qué la pelí­cu­la es tan pro­fé­ti­ca y tan pre­ci­sa. Es una pre­gun­ta que me hacen tan­to los perio­dis­tas como los que me asal­tan en las redes socia­les, como si yo hubie­ra sabi­do de ante­mano que esto iba a pasar. Y la res­pues­ta es muy sim­ple: cuan­do le pro­pu­se la pelí­cu­la a Ste­ven Soder­bergh, le dije que solo que­ría embar­car­me en el pro­yec­to si iba a estar basa­do en la cien­cia y en datos con­cre­tos, por­que yo tenía cier­ta con­cien­cia de que está­ba­mos vivien­do en la era de las pan­de­mias. Así fue como me puse en con­tac­to con Ian Lip­kin, el mejor viró­lo­go de Esta­dos Uni­dos. Y él me dijo lo mis­mo, que sólo me ayu­da­ría si la pelí­cu­la iba a estar basa­da en la cien­cia, y no si era una fan­ta­sía cons­pi­ra­ti­va sobre un virus que sur­ge de un labo­ra­to­rio o de una torre de tele­fo­nía móvil. Si me pre­gun­tas si sabía que todo esto iba a ocu­rrir 10 años des­pués, la res­pues­ta es no. Pero todos los exper­tos con los que hablé me dije­ron que no era una cues­tión de si podía ocu­rrir, sino de cuan­do.

O sea, que no está muy sor­pren­di­do por lo que esta­mos vivien­do.

Sabía que no era impo­si­ble. He sido ami­go de Ian duran­te mucho tiem­po, por lo que cono­cía su tra­ba­jo con res­pec­to a MERS. El virus que ele­gi­mos para Con­ta­gio es un para­mi­xo­vi­rus, muy dife­ren­te al coro­na­vi­rus. Pero recuer­do que tuvi­mos con­ver­sa­cio­nes con Ian sobre la nece­si­dad de desa­rro­llar una vacu­na uni­ver­sal con­tra los coro­na­vi­rus. Si me pre­gun­tas si me sor­pren­de ver que cada vez que sur­gen nue­vos virus de ori­gen ani­mal que entran en con­tac­to con los huma­nos, mi res­pues­ta es no, en abso­lu­to. Esto está vin­cu­la­do con el gran pro­ble­ma de los seres huma­nos inva­dien­do los espa­cios que esta­ban ocu­pa­dos por los ani­ma­les. Por eso es cada vez mas común que entre­mos en con­tac­to con virus zoo­nó­ti­cos. Nues­tro com­por­ta­mien­to como socie­dad es res­pon­sa­ble por lo que está pasan­do, y eso inclu­ye a los chi­nos y su pre­di­lec­ción cul­tu­ral por esos mer­ca­dos de ani­ma­les vivos y cómo están regu­la­dos. No estoy sor­pren­di­do sino frus­tra­do, por­que hay gen­te muy inte­li­gen­te que vie­ne avi­san­do que esto va a pasar des­de hace 20 años.

¿Recuer­da cómo fue que se vin­cu­ló con el pro­yec­to para hacer la pelí­cu­la?

Yo solía hablar con mi padre sobre la gri­pe aviar. Mi padre era cien­tí­fi­co y era un tema que le preo­cu­pa­ba mucho. Recuer­do haber vis­to Esta­lli­do cuan­do era joven y tam­bién que su final me hizo sen­tir incó­mo­do, como guio­nis­ta y como pen­sa­dor. En aquel enton­ces pen­sé que me gus­ta­ría hacer una pelí­cu­la sobre una pan­de­mia pero que estu­vie­ra guia­da por la cien­cia. Que­ría poder hablar de un mun­do glo­ba­li­za­do, en don­de todo el mun­do via­ja y hay una gran dis­pa­ri­dad social. Me intere­sa­ba unir todas esas ideas en una mis­ma his­to­ria. El día en que ter­mi­na­mos de fil­mar ¡El soplón! , Ste­ven [Soder­bergh] se me acer­có y me pre­gun­tó que me intere­sa­ba hacer a con­ti­nua­ción. Le empe­cé a hablar sobre Con­ta­gio y a mitad de mi pro­pues­ta me inte­rrum­pió y me dijo: “cuen­tas con­mi­go”.

¿Por qué cree que, a dife­ren­cia de lo que cuen­ta Con­ta­gio , no ha habi­do ni ham­bru­nas ni saqueos?

Sé que en Esta­dos Uni­dos la cade­na de sumi­nis­tro, aun­que está muy ten­sio­na­da, no se ha roto, por lo que no me pare­ce que este­mos en un pun­to en el que nos ten­ga­mos que preo­cu­par por la comi­da. Aún así, resul­tan inquie­tan­tes los bro­tes de coro­na­vi­rus en plan­tas pro­ce­sa­do­ras de car­ne, por­que sus eje­cu­ti­vos no les ha pro­vis­to a los tra­ba­ja­do­res de equi­pa­mien­to apro­pia­do para pro­te­ger­se. De todos modos tam­bién hay que tener en cuen­ta que en nues­tra pelí­cu­la la enfer­me­dad era mucho más mor­tí­fe­ra. Eso me hace sen­tir que el ham­bre no es par­te de la pelí­cu­la que esta­mos vivien­do. Al menos espe­ro que nun­ca lo sea. En cuan­to a los dis­tur­bios y saqueos, creo que lamen­ta­ble­men­te esta­mos vien­do los ini­cios, por­que hay gen­te en posi­cio­nes de poder en Esta­dos Uni­dos que cree que está bien que la gen­te mayor se mue­ra con tal de reac­ti­var la eco­no­mía.

¿En qué cree que se pare­ce el pro­ble­ma que con­fron­ta­mos hoy con el que plan­tea Con­ta­gio ?

Mien­tras inves­ti­ga­ba para la pelí­cu­la, una de las cosas que más me impac­ta­ron fue­ron los mer­ca­dos de ani­ma­les vivos en Chi­na, que es don­de comen­zó la epi­de­mia de Sars, pero es algo que tam­bién ocu­rre en otras par­tes del mun­do. Una de las cosas que se men­cio­nan en la pelí­cu­la es el peli­gro de inva­dir los terri­to­rios natu­ra­les con espe­cies que no tie­nen con­tac­to habi­tual con el hom­bre.

*Por su inte­rés, repro­du­ci­mos esta entre­vis­ta de Gabriel Ler­man a Scott Z. Burns publi­ca­da en La Van­guar­dia.

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