Luis Trigo, abogado y fundador de “El Secreto de la Filantropía”

Abo­ga­do exper­to en fis­ca­li­dad, con 33 años en la pro­fe­sión, los últi­mos 14 en Bro­se­ta Abo­ga­dos, fir­ma que ha diri­gi­do y con­tri­bui­do a expan­dir a nivel nacio­nal e inter­na­cio­nal, opta por jubi­lar­se en su pro­fe­sión para poner en mar­cha “El Secre­to de la Filan­tro­pía”, una fun­da­ción que quie­re dina­mi­zar la par­ti­ci­pa­ción de las empre­sas en ini­cia­ti­vas socia­les y cul­tu­ra­les, faci­li­tan­do la bús­que­da y ges­tión de pro­yec­tos.

¿Por qué un abo­ga­do de pres­ti­gio como usted deci­de impul­sar una fun­da­ción para el mece­naz­go de pro­yec­tos socia­les y cul­tu­ra­les?

Por­que este pro­yec­to mere­ce la pena. Lle­vo muchos años plan­teán­do­me esta idea y que­ría demos­trar­me a mí mis­mo que lo que cuen­to, aque­llo en lo que creo, pue­de lle­var­se a cabo. La balan­za entre lo que dejo, y lo que espe­ro con­se­guir, es muy favo­ra­ble a lo que aspi­ro. Todo lo que he hecho has­ta aho­ra ha sido muy intere­san­te, efec­ti­va­men­te he teni­do éxi­to en mi carre­ra pro­fe­sio­nal, pero creo que lo que ten­go por delan­te es infi­ni­ta­men­te mejor. Soy un hom­bre de acción, inquie­to y com­pro­me­ti­do. No ima­gino una jubi­la­ción rela­ja­da y enfo­ca­da en mí mis­mo.

¿Qué va a ofre­cer la fun­da­ción “El Secre­to de la Filan­tro­pía”?

El obje­ti­vo prin­ci­pal de la fun­da­ción es con­tri­buir a que las empre­sas y quie­nes tie­nen capa­ci­dad de aho­rro se invo­lu­cren cada día más en la tarea de aten­der fines de inte­rés gene­ral. La rique­za se con­cen­tra de for­ma natu­ral en quien la crea, pero par­te del exce­den­te pue­de ser recon­du­ci­do a la con­se­cu­ción de obje­ti­vos valio­sos que hagan el mun­do más equi­li­bra­do y jus­to en lugar de acu­mu­lar­lo sin más. Estos obje­ti­vos pue­den ser selec­cio­na­dos y aten­di­dos de for­ma volun­ta­ria y res­pon­sa­ble y con­ver­tir­se en una enor­me fuen­te de satis­fac­ción para quien da este paso y en un cau­ce de mejo­ra de nues­tra socie­dad. Aten­der nece­si­da­des gene­ra­les no tie­ne por­qué ser un espa­cio reser­va­do a las admi­nis­tra­cio­nes públi­cas ni la finan­cia­ción de las mis­mas debe basar­se solo en ingre­sos tri­bu­ta­rios. Los défi­cits públi­cos y la des­pro­por­cio­na­da acu­mu­la­ción de deu­da evi­den­cian que el mode­lo actual es insu­fi­cien­te y acu­mu­la ries­gos preo­cu­pan­tes. Nacio­nes Uni­das, al esta­ble­cer la Agen­da 2030 con rela­ción a los Obje­ti­vos de Desa­rro­llo Sos­te­ni­ble (ODS) hace un cla­ro lla­ma­mien­to a que la con­se­cu­ción de los mis­mos es tarea en la que se han de invo­lu­crar los pode­res públi­cos, las empre­sas y el ter­cer sec­tor de for­ma coor­di­na­da. La cola­bo­ra­ción entre todos es abso­lu­ta­men­te nece­sa­ria. “El Secre­to de la Filan­tro­pía” se ali­nea con los ODS y aspi­ra a ser un ope­ra­dor inter­me­dio que ayu­de a que sea enten­di­do el plan­tea­mien­to que nos pro­po­ne la ONU y a faci­li­tar su con­se­cu­ción a las empre­sas. ¿Cómo?: bus­can­do pro­yec­tos que atien­dan a pará­me­tros exi­gen­tes de trans­pa­ren­cia, hones­ti­dad y equi­dad; eva­luan­do las nece­si­da­des, los medios que requie­ren su aten­ción sos­te­ni­ble y ofre­cién­do­se­los a las empre­sas, ayu­dán­do­las a la ges­tión de los pro­yec­tos. Que­re­mos, ade­más, ayu­dar a supe­rar las barre­ras que pue­den exis­tir para hacer posi­ble la cola­bo­ra­ción entre lo públi­co y lo pri­va­do, ofre­cien­do infor­ma­ción de las nece­si­da­des exis­ten­tes, cómo son aten­di­das y las posi­bi­li­da­des de mejo­ra en tér­mi­nos de alcan­ce y efi­ca­cia. Tam­bién nos gus­ta­ría con­tri­buir a eva­luar pro­pues­tas de mejo­ra de las nor­mas para faci­li­tar fór­mu­las de cola­bo­ra­ción basa­das en la asun­ción de obli­ga­cio­nes dura­de­ras y res­pon­sa­bles suje­tas a con­tro­les que garan­ti­cen su trans­pa­ren­cia, aten­ción ple­na a pre­su­pues­tos éti­cos y sos­te­ni­bi­li­dad.

¿Por qué deci­dió deno­mi­nar­la así?

Bus­ca­ba un nom­bre que refle­ja­ra exac­ta­men­te lo que iba a hacer. La belle­za siem­pre hay que bus­car­la y, nor­mal­men­te, los crea­do­res de belle­za son los artis­tas. El nom­bre de la fun­da­ción está ins­pi­ra­do en un ver­so de Retra­to, poe­ma de Anto­nio Macha­do. En la estro­fa, el poe­ta vie­ne a decir que el ser humano, cuan­do rea­li­za una refle­xión inter­na sobre sí mis­mo, se da cuen­ta de que todos los seres huma­nos esta­mos uni­dos, y el que­rer­nos a noso­tros mis­mos tie­ne que sig­ni­fi­car que­rer a nues­tros her­ma­nos. Es un men­sa­je muy cris­tiano: quie­re a los demás como a ti mis­mo.

¿Por qué ha deci­di­do esta­ble­cer en Valen­cia la sede de la Fun­da­ción?

A medi­da que ha ido avan­zan­do el pro­yec­to he encon­tra­do que la gen­te que podía ayu­dar­me de for­ma más inme­dia­ta esta­ba aquí. Ade­más, me ha sido bas­tan­te fácil con­se­guir solu­cio­nes logís­ti­cas y unos cos­tes más ajus­ta­dos que per­mi­tían que la fun­da­ción no incu­rrie­ra en gas­tos exce­si­vos. Asi­mis­mo, los últi­mos cator­ce años de pro­fe­sión los he pasa­do en gran medi­da en Valen­cia y me era bas­tan­te acce­si­ble. Tenía iden­ti­fi­ca­dos pro­yec­tos espe­cí­fi­cos por lo que he deci­do empe­zar aquí, aun­que la fun­da­ción tie­ne alcan­ce nacio­nal y ope­ra­re­mos en otras ciu­da­des. Creo fir­me­men­te que este pro­yec­to es una enor­me opor­tu­ni­dad para la ciu­dad de Valen­cia, con el fin de que se dife­ren­cie del res­to. Curio­sa­men­te, mi pro­yec­to podría rela­cio­nar­se en cier­ta medi­da a lo que se cono­ce como eco­no­mía social. Muham­mad Yunus, pre­mio Nobel de la Paz, plan­teó que el mode­lo de nego­cio actual solo bus­ca ganar dine­ro para repar­tir divi­den­dos entre los socios que lo han mon­ta­do. Yunus pro­po­ne un mode­lo de nego­cio que pien­se en un divi­den­do social, es decir, que el valor que se gene­ra­se fue­se direc­ta­men­te en bene­fi­cio de la socie­dad. Este tipo de de empre­sas comien­zan a nacer en Espa­ña, pero hay poquí­si­mas, es un terreno vir­gen. Todas estas razo­nes me han lle­va­do a arran­car el pro­yec­to en Valen­cia.

¿Ya cuen­ta con un equi­po de tra­ba­jo?

Sí. Se tra­ta de gen­te con la que he tra­ba­ja­do duran­te mucho tiem­po. De momen­to con­for­ma­mos el equi­po cin­co per­so­nas, aun­que la idea es que sub­con­tra­te­mos mucho y la plan­ti­lla vaya cre­cien­do con­for­me sur­jan los pro­yec­tos. En cuan­to a la par­te más ope­ra­ti­va, la Fun­da­ción va a con­tar con un patro­na­to for­ma­do por dos cate­drá­ti­cos, un hom­bre y una mujer, una abo­ga­da, que será la secre­ta­ria del con­se­jo, y yo mis­mo. Con­ta­re­mos con un con­se­jo ase­sor de unas doce per­so­nas que han teni­do éxi­to en sus res­pec­ti­vos ámbi­tos, los cua­les son muy dis­pa­res. He tra­ta­do de bus­car gen­te que ten­ga fuen­tes de cono­ci­mien­to dis­tin­to: que me apor­ten visión empre­sa­rial, visión uni­ver­si­ta­ria, gen­te cul­tu­ral­men­te muy pre­pa­ra­da, de las admi­nis­tra­cio­nes públi­cas… En defi­ni­ti­va, gen­te de un aba­ni­co muy diver­so pero con muchí­si­ma capa­ci­dad.

¿Tie­nen algún pro­yec­to entre manos?

Esta­mos empe­zan­do a ana­li­zar pro­yec­tos, pero debe­mos ir poco a poco, sien­do selec­ti­vos y rigu­ro­sos. Sí que com­pa­ti­bi­li­za­re­mos, el obje­ti­vo prin­ci­pal de la Fun­da­ción con la rea­li­za­ción de actua­cio­nes de mece­naz­go cul­tu­ral y, en este sen­ti­do, ya hemos lle­va­do a cabo algu­na ini­cia­ti­va y nos con­gra­tu­la anun­ciar que patro­ci­na­re­mos Paper Valen­cia 2019, un cer­ta­men de arte y poe­sía que se cele­bra­rá en Ruza­faS­tu­dio.

 

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