Pese a la llu­via del vier­nes, que no impi­dió que más de un millar de per­so­nas asis­tie­ran en la pri­me­ra tar­de de la cuar­ta edi­ción de una de las citas más con­so­li­da­das de la ciu­dad de Valen­cia, el fes­ti­val repi­te el éxi­to de la ante­rior edi­ción. Palo Mar­ket Fest y, sobre todo, su cui­da­da pro­gra­ma­ción musi­cal, es un moti­vo, más que sufi­cien­te para sor­tear char­cos de barro en pos de un con­cier­to. Soleá Moren­te fue una de las cul­pa­bles del éxi­to pese a la llu­via que, de for­ma inter­mi­ten­te ame­na­zó con des­ba­ra­tar los pla­nes de los segui­do­res del “Palo”.

Pero pese a empa­par los cami­nos de tie­rra de los Jar­di­nes de Vive­ros, los asis­ten­tes se agol­pa­ron delan­te del esce­na­rio de Ape­rol dis­fru­tan­do del espe­ra­dí­si­mo con­cier­to de Soleá, con­cier­to que, por cier­to, no defrau­dó. El sába­do ama­ne­ció gris. Dise­ña­do­res y due­ños de foo­tracks se afa­na­ban por des­pe­jar de barro los cami­nos has­ta sus peque­ños cubícu­los que ya olían a tor­ti­tas, pan tos­ta­do y car­ne a la bra­sa. Y la pro­duc­ción musi­cal del fes­ti­val mira­ba al cie­lo rogan­do que se abrie­ran las nubes. Y pare­ce que alguien les escu­chó.

Al medio­día el sol empe­zó a secar los char­cos y Palo Mar­ket se lle­nó de vida, de niños en un tio­vi­vo a peda­les, en el bar­co pira­ta más diver­ti­do del mun­do y de gen­te hacien­do cola en las barras de Turia y Ape­rol, eli­gien­do país para comer y en los esce­na­rios, que ya sona­ban a diver­sión de la bue­na, de esa de cali­dad que solo sabe hacer Maris­cal. San­te­ro y los Mucha­chos empe­za­ron pun­tua­les a las 18 y el esce­na­rio musi­cal se aba­rro­tó. Lo mis­mo con Sole­dad Vélez, y eso que otra de las nubes que hacía som­bra era la final de la Copa del Rey.

Si más de 12.000 per­so­nas pasa­ron por Palo entre el vier­nes y el sába­do, el domin­go fue apo­teó­si­co. Polí­ti­cos que pasa­ron la jor­na­da de refle­xión jun­to a los dise­ña­do­res (San­dra Gómez no resis­tió la ten­tan­ción de hacer­se con el libro de Mac­Die­go), votan­tes que, cum­plien­do sus obli­ga­cio­nes elec­to­ra­les, daban cons­tan­cia de su voto y se diri­gían rau­dos a Vive­ros. Fami­lias ente­ras, gru­pos de ami­gos. Palo Mar­ket Fest es cada día más impor­tan­te para la ciu­dad y ya nadie se lo quie­re per­der.

Ade­más, el domin­go, reco­gie­ron su pre­mio tan­to la food­truck La Fitz­ge­rald por su pro­pues­ta gas­tro­nó­mi­ca con ham­bur­gue­sas de autor, usan­do pro­duc­tos de pri­me­rí­si­ma cali­dad y nacio­na­les, como el equi­po de dise­ña­do­res Fuga Car­go, una mar­ca, tam­bién nacio­nal que, jun­to a arte­sa­nos loca­les dise­ñan y con­fec­cio­nan mochi­las para ciclis­tas y aven­tu­re­ros.

Y el mejor final ima­gi­na­ble; la ban­da de Ape­rol “Together We Joy” cerró el fes­ti­val con una explo­sión de músi­ca que dejó a los asis­ten­tes con la sen­sa­ción de que Palo Mar­ket Fest debe­ría durar más días.

Comparte esta publicación

amadomio.jpg

Suscríbete a nuestro boletín

Reci­be toda la actua­li­dad en cul­tu­ra y ocio, de la ciu­dad de Valen­cia