[vc_row full_width_row=“true”][vc_column][vc_column_text]

La exposición “Rondalla del Fang” es una instalación mural inmersiva que invita al público a formar parte de la obra artística y a conocer, desde dentro, la belleza y la problemática medioambiental de la Albufera.

Un rin­cón de la Albu­fe­ra en el cora­zón de Valen­cia es la nue­va expe­rien­cia que pro­po­ne el Cen­tre del Car­me Cul­tu­ra Con­tem­po­rà­nia (CCCC) de la mano del artis­ta urbano Dulk. Su expo­si­ción “Ron­da­lla del Fang” com­bi­na arte mural, músi­ca y lite­ra­tu­ra en una ins­ta­la­ción inmer­si­va que invi­ta al públi­co a for­mar par­te de la obra artís­ti­ca y a cono­cer, des­de den­tro, la belle­za y la pro­ble­má­ti­ca medioam­bien­tal de la Albu­fe­ra.

 

La pre­sen­ta­ción de la expo­si­ción “Ron­da­lla del Fang”, de Dulk.

Cabe recor­dar que esta expo­si­ción sigue la tra­di­ción del museo de los últi­mos años de expo­ner, en mar­zo, una obra del artis­ta crea­dor de la Falla Muni­ci­pal.

La expo­si­ción, por tan­to, con­tie­ne una cone­xión narra­ti­va, plás­ti­ca y con­cep­tual con el men­sa­je de la Falla Muni­ci­pal 2021, dise­ña­da tam­bién por Dulk, es una expe­rien­cia úni­ca que podrá dis­fru­tar­se duran­te sie­te meses, del 12 de mar­zo al 17 de octu­bre. Se tra­ta de la expo­si­ción más exten­sa de cuan­tas se han rea­li­za­do en el CCCC, que pre­ten­de tra­zar una línea ima­gi­na­ria, des­de la tra­di­cio­nal cele­bra­ción de las Fallas en el mes de mar­zo, has­ta la posi­ble rea­li­za­ción de actos falle­ros tras el verano, si las cir­cuns­tan­cias sani­ta­rias lo per­mi­ten.

El direc­tor del CCCC, José Luis Pérez Pont, pre­sen­tó la expo­si­ción acom­pa­ña­do por el con­ce­jal de Cul­tu­ra Fes­ti­va del Ajun­ta­ment de Valèn­cia, Car­los Galia­na, el comi­sa­rio de la mues­tra, Fran Pica­zo y el artis­ta, Anto­nio Segu­ra (Dulk).

 

Un mensaje de sostenibilidad medioambiental

 

Sien­do cons­cien­tes del deli­ca­do momen­to de sos­te­ni­bi­li­dad medioam­bien­tal que vive nues­tro entorno más inme­dia­to y con una fide­li­dad abso­lu­ta al men­sa­je que con­tie­ne la obra artís­ti­ca de Dulk, la expo­si­ción ‘Ron­da­lla del Fang’ res­ca­ta el for­ma­to típi­co de cuen­to valen­ciano. Un meta­rre­la­to sumi­do en un ambien­te inmer­si­vo en la sala 2 del CCCC, con­vir­tien­do la expe­rien­cia en un via­je inol­vi­da­ble a la Albu­fe­ra de Valen­cia bajo la visión crí­ti­ca, com­pro­me­ti­da y actual del artis­ta.

El direc­tor del CCCC, ha seña­la­do que “la expo­si­ción de Dulk, a caba­llo entre una ins­ta­la­ción plás­ti­ca y un mon­ta­je escé­ni­co trans­for­ma nues­tra pers­pec­ti­va de este encla­ve natu­ral, situán­do­nos a las per­so­nas como peque­ños seres entre las gigan­tes­cas espe­cies ani­ma­les que habi­tan la Albu­fe­ra.

 

Dulk da un giro a esa supre­ma­cía que se le supo­ne a la huma­ni­dad fren­te al res­to de la natu­ra­le­za para recor­dar­nos que for­ma­mos par­te de ella. Su pro­pues­ta que nos trae un rin­cón de la Albu­fe­ra al cora­zón de Valèn­cia bus­ca poner una semi­lla tam­bién en el cora­zón de todas y todos los valen­cia­nos, de amor y de res­pe­to por este para­je tan nues­tro”.

 

Sinergias con el mundo de las fallas

“Un año más des­de el CCCC crea­mos siner­gias con el mun­do de las Fallas de la mano del artis­ta urbano encar­ga­do de dise­ñar la Falla Muni­ci­pal. Una fór­mu­la que nos per­mi­te expe­ri­men­tar con dife­ren­tes len­gua­jes artís­ti­cos y, que al mis­mo tiem­po nos está ofre­cien­do la opor­tu­ni­dad de acer­car­nos a la crea­ción de artis­tas valen­cia­nos que poseen una gran pro­yec­ción inter­na­cio­nal des­de muy jóve­nes” ha expli­ca­do Pérez Pont.

 

El con­ce­jal de Cul­tu­ra Fes­ti­va del Ayun­ta­mien­to de Valen­cia, Car­los Galia­na, ha afir­ma­do que la expo­si­ción supo­ne “una ini­cia­ti­va mara­vi­llo­sa con la que dis­fru­tar del gran talen­to de Dulk, al tiem­po que per­mi­te una inmer­sión en la Albu­fe­ra y nos hace refle­xio­nar sobre una emer­gen­cia cli­mà­ti­ca que ya es una reali­dad tam­bién en nues­tro entorno”. Por ello, ha hecho un lla­ma­mien­to a toda la ciu­da­da­nía para que se acer­quen al CCCC y gocen con esta mues­tra más que reco­men­da­da y ha mos­tra­do su deseo de que el fin de la pan­de­mia per­mi­ta lo antes posi­ble que la Plaça de l’A­jun­ta­ment tam­bién mues­tre al mun­do, con la falla gran­de muni­ci­pal, tan­to el arte como el men­sa­je de Dulk.

 

Dulk. Un artista internacional

Con expo­si­cio­nes en Nue­va York, Los Ánge­les o Mia­mi, el esti­lo y la for­ma de ver y de repre­sen­tar la natu­ra­le­za de Dulk le ha lle­va­do tam­bién has­ta los muros de luga­res tan dis­pa­res como Cana­dá don­de retra­tó a sus osos pola­res o en Cos­ta Rica don­de for­mó par­te de un movi­mien­to eco­lo­gis­ta que cam­bió por com­ple­to la polí­ti­ca medioam­bien­tal del país en defen­sa del tucán.

 

El artis­ta “Dulk”, autor de “Ron­da­lla del Fang”.

El comi­sa­rio de la mues­tra ha expli­ca­do que “Ron­da­lla del Fang nos sitúa ante un nue­vo paso en la tra­yec­to­ria de Dulk, invi­tan­do al públi­co a rea­li­zar una inmer­sión en su uni­ver­so crea­ti­vo. Una opor­tu­ni­dad de entrar den­tro de una de sus obras, com­pues­tas por per­so­na­jes fan­tás­ti­cos en for­ma de ani­ma­les y plan­tas con un bello len­gua­je que sólo su pin­ce­la­da pue­de incor­po­rar­les”.

 

Redescubrir la historia y la riqueza de La Albufera

Los muros inter­ve­ni­dos de la sala recrean fon­dos acuá­ti­cos, ama­ne­ce­res y oca­sos baña­dos de luz, median­te majes­tuo­sas tran­si­cio­nes de colo­res. Una diná­mi­ca com­po­si­ción que bus­ca mos­trar la esen­cia de los mati­ces de un entorno como la Albu­fe­ra que según el artis­ta “para la gran mayo­ría de los valen­cia­nos la aso­cia­mos más con ir a tomar una pae­lla al Pal­mar y des­co­no­ce­mos toda la his­to­ria de este lugar al que espe­cia­lis­tas de toda Euro­pa acu­den para estu­diar los ciclos migra­to­rios de las aves, que paran allí de camino a Áfri­ca”.

 

Dulk ha des­ta­ca­do que “en la expo­si­ción he que­ri­do resal­tar las espe­cies más repre­sen­ta­ti­vas, pero tam­bién espe­cies inva­so­ras, la pro­ble­má­ti­ca del agua, su esca­sez. Al mis­mo tiem­po seña­lar a la Albu­fe­ra como un ejem­plo en el que pode­mos obser­var el cam­bio cli­má­ti­co ya que hay aves como el fla­men­co que antes sólo esta­ba de paso y que aho­ra ya no se va”.

El artis­ta ha que­ri­do asi­mis­mo des­ta­car la cola­bo­ra­ción de espe­cia­lis­tas y de per­so­nas que viven y que tra­ba­jan en la Albu­fe­ra con los que hemos con­tac­ta­do para cono­cer­la en pro­fun­di­dad y que están muy satis­fe­chos de haber pues­to su gra­tino de are­na en el pro­yec­to.

La expo­si­ción se com­ple­ta con una com­po­si­ción musi­cal y un cuen­to de la escri­to­ra Mar Bene­gas, a modo de ron­da­lla, que sir­ve de hilo con­duc­tor a la com­po­si­ción artís­ti­ca; un cuen­to oní­ri­co y surrea­lis­ta como la obra de Dulk que el públi­co podrá escu­char en su telé­fono móvil duran­te su visi­ta, median­te un códi­go QR ins­ta­la­do a la entra­da de la sala.

 

Solo el 1% de la Albufera está protegida

 

En la pri­me­ra sala encon­tra­mos la ins­ta­la­ción 1%, títu­lo que corres­pon­de al incon­ce­bi­ble hecho de que solo el 1% de la super­fi­cie de la Albu­fe­ra está  pro­te­gi­da como reser­va natu­ral. Una con­cen­tra­ción de aves en torno a un  últi­mo reduc­to de tie­rra enmar­ca­da en una inter­ven­ción pic­tó­ri­ca que plas­ma en sus mura­les la sin­cro­ni­za­da tran­si­ción entre el ama­ne­cer, atar­de­cer y una luna lle­na de ensue­ño. Un tra­ta­mien­to de la ima­gen con tin­tes nos­tál­gi­cos que cre­ce a par­tir de una peque­ña isla ubi­ca­da en el cen­tro de la sala com­pues­ta por tie­rra  ári­da que deja ver sus cica­tri­ces de sequía.

Encon­tra­mos algu­nas de las espe­cies de aves más repre­sen­ta­ti­vas del par­que natu­ral, como pue­den ser el cala­món, el ana­de real, el chor­li­te­jo pati­ne­gro o un sim­pá­ti­co pato colo­ra­do que trans­for­man su mira­da en un ele­men­to de nos­tál­gi­ca espe­ran­za.

 

En el fondo de L’Albufera

En esta segun­da sala e ins­ta­la­ción se mues­tran las gra­ves ame­na­zas a las que están some­ti­das las espe­cies que habi­tan el par­que natu­ral de la Albu­fe­ra, cen­trán­do­se en la con­ta­mi­na­ción, la esca­sez y la fal­ta de cali­dad de su agua.

 

Via­ja­mos al fon­do de la peque­ña por­ción de agua de la pri­me­ra ins­ta­la­ción, don­de encon­tra­mos el fla­men­co con su cabe­za sumer­gi­da en bus­ca de comi­da. Jun­to a él, y sumer­gi­dos en una sala total­men­te trans­for­ma­da en el fon­do de la lagu­na, bus­can sus­ten­to una pare­ja de “sama­rucs”, peces típi­cos de L’Albufera. Una mági­ca esce­na bajo un techo con res­tos de redes y plás­ti­cos que ame­na­zan la peque­ña por­ción de la reser­va. Todas las pare­des de la sala están inter­ve­ni­das con una increí­ble tran­si­ción de fon­dos acuá­ti­cos y per­so­na­jes que luchan por la adap­ta­ción ante la extin­ción.

En la base de la com­po­si­ción una dia­na for­ma­da por tie­rra en dife­ren­tes  esta­dos, sim­bo­li­za el pun­to de mira en el que se encuen­tran las espe­cies  de la esce­na.

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Comparte esta publicación

amadomio.jpg

Suscríbete a nuestro boletín

Reci­be toda la actua­li­dad en cul­tu­ra y ocio, de la ciu­dad de Valen­cia