Álex Cervantes, productor

Álex Cer­van­tes deci­dió poner en mar­cha una pro­duc­to­ra de ani­ma­ción para no tener que irse a tra­ba­jar fue­ra de Valen­cia. Así nació en 1997 Ham­pa Stu­dio. Hoy tra­ba­jan en ella un cen­te­nar de per­so­nas y una de sus últi­mas pro­duc­cio­nes, Buñuel en el labe­rin­to de las tor­tu­gas, con­quis­ta­ba el pasa­do año el Pre­mio a la Mejor Pelí­cu­la Euro­pea y el Goya a la mejor cin­ta de ani­ma­ción. Su sue­ño es lle­gar a ser nomi­na­do para los Oscar. Este año casi lo con­si­gue.

¿Cómo sien­ta un Goya?

Muy bien. Venía­mos de ganar el Pre­mio a la Mejor Pelí­cu­la Euro­pea, dos cris­ta­les en Annecy, que es uno de los fes­ti­va­les más impor­tan­tes, y la Aca­de­mia nos había pre­se­lec­cio­na­do para los Oscar; pero lle­gas a los Goya y tie­nes enfren­te a Klaus, una pelí­cu­la nomi­na­da al Oscar. Así que, la ver­dad, ganar ante una bes­tia como Klaus, no solo sien­ta muy bien, sien­ta mejor.

Memo­rias de un hom­bre en pija­ma ya fue nomi­na­da. ¿Qué tal tra­ba­jar con Paco Roca?

Lo pasa­mos muy bien hacien­do Memo­rias. Paco es un tío muy diver­ti­do y tie­ne las cosas super­cla­ras. Pero la pelí­cu­la tuvo un lado oscu­ro. Así como con Buñuel la crí­ti­ca la ama, creo que con Memo­rias la gen­te, la crí­ti­ca al menos, no enten­dió el men­sa­je del todo y nos mató.

¿Cómo sur­gió Ham­pa Stu­dio?

Por­que no que­ría irme. Ten­go mucho amor a Valen­cia, me encan­ta la vida aquí, estar con mis ami­gos y la opción de irme a tra­ba­jar fue­ra no era algo que me ape­te­cie­se. Enton­ces un ami­gue­te que me dijo: por qué no te lo mon­tas tú. Yo siem­pre he sido más artis­ta que empren­de­dor, pero me metí. Y así ha ido cre­cien­do la cosa, apren­dien­do a gol­pes.

¿Cuál fue la pri­me­ra pelí­cu­la?

La pri­me­ra en la que tra­ba­ja­mos fue una pelí­cu­la chi­na, The Little Big Pan­da. Pero pro­du­cir, pro­du­cir fue Memo­rias. Con ella adqui­ri­mos un mon­tón de expe­rien­cia sobre qué hay que hacer y qué cosas jamás hay que hacer. Con Buñuel todo fue más fácil, y aun así tam­bién hemos hecho cosas que no vol­ve­ría­mos a hacer.

Fren­te a Buñuel y Memo­rias, Black is Bel­tza, con Fer­mín Mugu­ru­za, ¿ha sido la más arries­ga­da?

Es la más rara y arries­ga­da. Su temá­ti­ca es con­tro­ver­ti­da. Y tam­bién Fer­mín es con­tro­ver­ti­do, aun­que cuan­do lo cono­ces entien­des muchas cosas. Es de esas per­so­nas que tie­nen luz y sus visi­tas eran como un chu­te de ener­gía. Él tenía muy cla­ro que que­ría con­tar esa his­to­ria, con un esti­lo muy raro y con per­so­na­jes que no esta­ban pen­sa­dos para la ani­ma­ción. Ha teni­do crí­ti­cas duras a nivel polí­ti­co y de esti­lo. Pero tam­bién muy bue­nas por lo arries­ga­do de la pro­pues­ta.

¿Cómo se intu­ye si un pro­yec­to pue­de fun­cio­nar?

Pri­me­ro que nos gus­te mucho. Lue­go está la otra par­te: ¿pode­mos encon­trar finan­cia­ción? Esas son las dos cla­ves, por­que hemos vis­to pro­yec­tos muy boni­tos, de muchos millo­nes de euros, que en la vida vamos a poder levan­tar. Si fué­se­mos ame­ri­ca­nos o fran­ce­ses, sí; pero sien­do espa­ño­les, no. Así que bási­ca­men­te es eso: que nos fli­pe el pro­yec­to y que vea­mos que es via­ble.

¿Tam­bién con­ce­bir la ani­ma­ción como una téc­ni­ca y no como un géne­ro?

Creo que si no inte­rio­ri­zas eso de ver­dad, es impo­si­ble. Muchos hablan de la ani­ma­ción como un géne­ro. No, es una téc­ni­ca que nos per­mi­te con­tar his­to­rias. Los japo­ne­ses lo tie­nen muy cla­ro, pero aquí en Occi­den­te no ter­mi­na de calar. Noso­tros lo inten­ta­mos. Somos unos apa­sio­na­dos del dibu­jo tra­di­cio­nal en

2D, pero las dis­tri­bui­do­ras, las gran­des pro­duc­to­ras y los cines no quie­ren pelí­cu­las de 2D para niños por­que dicen que no atraen al públi­co infan­til. Así que noso­tros apro­ve­cha­mos el 2D para con­tar his­to­rias para adul­tos.

Pero Ham­pa Stu­dio tam­bién está tra­ba­jan­do 3D.

Sí. Yo siem­pre he sido un apa­sio­na­do del 2D y no que­ría pasar al 3D. Pero des­de 2009, más o menos, tuvi­mos que ir pasan­do al 3D por­que el mer­ca­do lo exi­ge.

¿El siguien­te reto será la reali­dad vir­tual?

Sí. Ya hemos hecho algu­nas cosas a modo de jue­go, pero toda­vía no nos hemos meti­do a fon­do. Y nos pare­ce un cam­po super­in­te­re­san­te don­de se pue­den hacer un mon­tón de cosas tan­to en 2D como en 3D. Pero toda­vía no nos hemos meti­do a fon­do. Estoy espe­ran­do la excu­sa.

¿Estar espe­cia­li­za­dos en ani­ma­ción es una de las cla­ves del éxi­to?

Es ver­dad por­que la gen­te que te bus­ca sabe que eres bueno hacien­do esto. O para copro­du­cir: saben que estás muy meti­do en cine de ani­ma­ciónmy es más fácil.

¿Cuál es el pró­xi­mo pro­yec­to?

Esta­mos pre­pa­ran­do Chi­ca y lobo, basa­da en el cómic de Roc Espi­net. Es una pelí­cu­la de hom­bres lobo muy diver­ti­da, para públi­co ado­les­cen­te y adul­to. Esta­mos en pleno desa­rro­llo y aho­ra en abril nos vamos a Bur­deos, al Car­toon Movie, que es el foro de copro­duc­ción y dis­tri­bu­ción más impor­tan­te del mun­do para pelí­cu­las de ani­ma­ción, a ver si con­se­gui­mos la finan­cia­ción que nos hace fal­ta.

Antes se defi­nía como artis­ta, ¿no le tien­ta hacer su pro­pia pelí­cu­la?

Sí, de hecho muchas de nues­tras series y pro­yec­tos sur­gen de aquí. Aho­ra mis­mo esta­mos pre­pa­ran­do otra pelí­cu­la que es nues­tra, y tene­mos muchas ganas. Lo com­pli­ca­do es encon­trar socios. Espe­ra­mos que el Goya o el Pre­mio a la Mejor Pelí­cu­la Euro­pea nos ayu­de.

¿Aho­ra a por el Oscar?

¡Oja­la! Para mí estar nomi­na­do ya sería un sue­ño, por­que lle­vár­se­lo lo veo algo muy difí­cil. Pero si en algún momen­to de mi vida que­do nomi­na­do al Oscar, con eso ya me pue­do morir tran­qui­lo.

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