• Apun­ta­ba el escri­tor bri­tá­ni­co Rus­kin que el cono­ci­mien­to de la Belle­za es el ver­da­de­ro camino para la com­pren­sión de las cosas que son bue­nas, y está cla­ro que la últi­ma gene­ra­ción de avan­ces e remo­de­la­ción de labios, hilos, micro inyec­cio­nes de plas­ma rico en pla­que­tas o el mis­mo bótox apli­ca­dos de mane­ra poco inva­si­va, son méto­dos muy efi­ca­ces para su con­se­cu­ción y man­te­ni­mien­to. Apar­te de los méto­dos sin nece­si­dad de ope­ra­ción que nos pode­mos encon­trar en el mer­ca­do, la Dra. Auro­ra Reig es una autén­ti­ca espe­cia­lis­ta en inter­ven­cio­nes plás­ti­ca y ciru­gía repa­ra­do­ra con dos déca­das de expe­rien­cia y ade­más Miem­bro de la pres­ti­gio­sa Socie­dad Espa­ño­la de Ciru­gía Plás­ti­ca, Repa­ra­do­ra y Esté­ti­ca (SECPRE ).

    Hoy en día, al igual que segui­mos las ten­den­cias enmo­da, tam­bién lucha­mos por cono­cer los últi­mos avan­ce en medi­ci­na esté­ti­ca como for­ma de ser con­tem­po­rá­neo y de saber adap­tar­nos a las cir­cuns­tan­cias de cada momen­to. Ya que si la cara es el espe­jo del alma y el cuer­po su vehícu­lo de comu­ni­ca­ción, hemos de cui­dar que sea tan bellos como noso­tros nos vemos en nues­tro inte­rior. Para dar a cono­cer todas estas téc­ni­cas y dis­fru­tar de un ambien­te ele­gan­te y for­mal, la Doc­to­ra pre­sen­tó las últi­mas nove­da­des en su cén­tric con­sul­ta en la calle Mar­tí­nez Cubells nº 10, a tra­vés de un exce­len­te cock­tail ser­vid por el Gru­po El Alto, dond los invi­ta­dos admi­ra­ron un espa­cio pen­sa­do para crear un entorno de con­fian­za y entre­ga al pacien­te, con el obje­ti­vo de ase­so­rar, plan­tear y revi­sar de for­ma per­so­na­li­za­da con un amplio reper­to­rio de tra­ta­mien­tos poco inva­si­vos y muy efi­ca­ces, todo para con­se­guir los mejo­res resul­ta­dos.

    A la pre­sen­ta­ción acu­die­ron muchas caras cono­ci­das de la vida social como la con­ce­jal del Ajun­ta­ment de Valen­cia y pre­si­den­ta del Palau de la Músi­ca, May­rén Beney­to, acom­pa­ña­da por su mari­do Ramón Alma­zán, Ampa­ro Mor­tes de Lacom­ba, Arantxa Este­llés y Mamen Pucha­des de Sie7e Jewels Gallery, los pre­sen­ta­do­res Ferran Cano y Lau­ra Gran­de, Iván Mar­­tí­­nez-Colo­mer de Cayo­ma­la­yo, María Bra­vo, Cha­ro Oli­ver, María Palop de Boix Cos­me­tics, la Dra. Mª Ánge­les Canot de la Uni­dad del Dolor del Hos­pi­tal La Fe, el empre­sa­rio Fer­nan­do Ali­ño o el direc­tor de VFW y dise­ña­dor Álex Vidal.

    Tam­bién Ronan Ris­se­lin de Axthor, Lau­ren­ce Lemoi­ne, Luz Agui­ló y Ele­na Gan­día de Clí­ni­ca Iden­tis, la ase­so­ra Reme Hidal­go, el abo­ga­do San­tia­go Cas­tell, Car­vi Pin­to,el artis­ta Jarr, Cla­ra Sán­chez de Ata­lan­ta, Loles Rome­roAlmu­de­na Lafuen­te, Dolo­res Enguix de Ópti­ca­Cli­ment, Encar­na Roig de Acos­ta, David Esco­lá de Gift­Me 5, la dise­ña­do­ra Vir­tu­des Lan­ga, blog­gers de moda comoGre­ta Borrás, Mari­bel Ser­ver María Beni­me­li, acom­pa­ña­da­de su mari­do el ciclis­ta Ste­fano Gar­ze­lli.

    Dado lo pro­pi­cio de las fechas, el even­to los invi­ta­dos colo­ca­ron feli­ci­ta­cio­nes y sus mejo­res deseos para 2014 en for­ma de estre­llas en un árbol de Navi­dad, que sir­vió de excu­sa para rea­li­zar un sor­teo ad hoc, gra­cias al cual las agra­cia­das dis­fru­ta­rán de tra­ta­mien­tos per­so­na­li­za­dos. Por ello, y para­fra­sean­do a Sócra­tes, “la belle­za se halla ilu­mi­na­da por una luz que nos con­vi­da a con­tem­plar el alma que tal cuer­po habi­ta”, y si la Dra. Reig­nos plan­tea el camino, nos tie­ne gana­dos los cora­zo­nes.

  • Para todos aque­llos que hemos dedi­ca­do nues­tros mejo­res años pro­fe­sio­na­les a tra­ba­jar en ámbi­tos rela­cio­na­dos con la cons­truc­ción y/o la pro­mo­ción inmo­bi­lia­ria, la actual cri­sis supo­ne un antes y un des­pués en todos los sen­ti­dos.

    Tras un déca­da casi pro­di­gio­sa del sec­tor en los años 60 y prin­ci­pios de los 70, vino la inevi­ta­ble correc­ción del mer­ca­do, con la espo­le­ta del pre­cio del petró­leo y sus deri­va­das de infla­ción, paro, deva­lua­ción de la pese­ta, etc. Recuer­do a media­do de los años 70 del siglo pasa­do, ser un curio­so ado­les­cen­te que seguía a la míni­ma opor­tu­ni­dad a mi padre en las visi­tas de obras, y que­dar­me per­ple­jo en Beni­dorm ante un sky­li­ne de grúas-torre. Recuer­do a su socio, fun­da­dor de una saga exi­to­sa de pro­mo­to­res comen­tar­le: “José María, es que nos hemos pasa­do cons­tru­yen­do”.

    La fra­se se me que­dó gra­ba­da por­que evi­den­cia­ba un esta­do de áni­mo que ron­da­ba entre el arre­pen­ti­mien­to, el sen­ti­mien­to de cul­pa y la lamen­ta­ción por no haber sido capa­ces de pre­ver­lo. El espa­cio urbano había cre­ci­do a lo alto y a lo ancho, y de repen­te, el dul­ce sue­ño dio paso a la peor de las pesa­di­llas. Segu­ro que esta sen­sa­ción la ha expe­ri­men­ta­do mucha de la gen­te que lea estas líneas. Pasa­ron los 70 y, de lleno en los 80 se esta­bi­li­zó la eco­no­mía con los lla­ma­dos “pac­tos de la Mon­cloa”, y las suce­si­vas deva­lua­cio­nes, ajus­tes del sec­tor indus­trial nacio­nal –públi­co y pri­va­do–, y vol­vió a equi­li­brar­se el mer­ca­do resi­den­cial, absor­bien­do las exis­ten­cias que la cri­sis ante­rior había acu­mu­la­do. Hubo una rees­truc­tu­ra­ción finan­cie­ra de cajas y ban­cos, espe­cial­men­te dura en el 84 y 85, que dis­mi­nu­yó a la mitad el sis­te­ma. De nue­vo “… nos había­mos pasa­do cons­tru­yen­do”.

    Vol­vió el tigre a cabal­gar y fina­li­zan­do los 80 y entran­do en los 90, de nue­vo se des­bo­có el felino, azu­za­do por minis­tros que jalea­ban aque­llo de “Espa­ña es el país en el que alguien podía hacer­se millo­na­rio más fácil­men­te” (Sol­cha­ga dixit). Eran los tiem­pos de los “súper pelo­ta­zos” como el de la Pla­za de Cas­ti­lla en Madrid, a cam­bio de la mitad del Ban­co Cen­tral, de Javier de la Rosa y Kio, los Alber­tos, Mario Con­de y Abe­lló, etc. Has­ta que ter­mi­na­ron los Jue­gos Olím­pi­cos en Bar­ce­lo­na y la Expo de Sevi­lla y el V Cen­te­na­rio (polí­ti­ca de gran­des even­tos que aho­ra cri­ti­can quie­nes las pro­mo­vie­ron enton­ces), no vol­vi­mos a caer­nos del guin­do sobre el exce­so come­ti­do.

    En cada una de estas épo­cas se repro­du­je­ron una serie de pau­tas de las que no nos hemos sepa­ra­do en la actual fase de correc­ción, ni en el pre­vio des­ajus­te: todo empie­za con una acu­mu­la­ción real de aho­rro que se cana­li­za hacia pro­duc­tos finan­cie­ros cada vez de mayor ries­go, y en espe­cial hacia el cré­di­to hipo­te­ca­rio por su capa­ci­dad mul­ti­pli­ca­do­ra del nego­cio ban­ca­rio, se expan­de de mane­ra extra­or­di­na­ria la capa­ci­dad pro­duc­ti­va e indus­trial del sec­tor de la cons­truc­ción y obra públi­ca, con la enor­me crea­ción de empleo direc­to e indi­rec­to que ello supo­ne, lo cual da lugar a unas recau­da­cio­nes fis­ca­les tam­bién cuan­tio­sas que mejo­ran las cuen­tas públi­cas, con lo que se for­ma un círcu­lo vir­tuo­so cua­si per­fec­to.

    Todo se vie­ne aba­jo cuan­do la per­cep­ción real o fic­ti­cia de la exis­ten­cia de un ries­go supe­rior al pre­vis­to por el sis­te­ma (el que eva­lúan las tasa­do­ras y agen­cias de cali­fi­ca­ción) des­ata una olea­da de ven­tas que para­li­za el mer­ca­do, se vuel­ve ilí­qui­do, se des­tru­ye teji­do pro­duc­ti­vo, aumen­ta el paro, se dis­pa­ra la mora, los ban­cos acu­den al auxi­lio de su sal­va­dor “Papá Esta­do” que somos todos, etc.

    Los más per­ju­di­ca­dos, las fami­lias y par­ti­cu­la­res que pier­den patri­mo­nio, empleo, ingre­sos pro­fe­sio­na­les…, y los direc­ti­vos y socios de las empre­sas que con tan­ta ilu­sión se han ido crean­do, a veces a lo lar­go de gene­ra­cio­nes. A todos los que están en situa­cio­nes com­pli­ca­das, una sola pala­bra, “resi­lien­cia”, defi­ni­do por la RAE así; “1. f. Psi­col. Capa­ci­dad huma­nade asu­mir con fle­xi­bi­li­dad situa­cio­neslími­te y sobre­po­ner­se a ellas.”

    Por cier­to, cada vez que recuer­do haber vis­to derrum­bar­se el sec­tor inmo­bi­lia­rio, he vis­to tam­bién que, al cabo de cier­to tiem­po, las grúas vol­vían a girar y los edi­fi­cios se ter­mi­na­ban, las casas se ven­dían y ocu­pa­ban, la gen­te vol­vía a tener tra­ba­jo, y las deu­das se rene­go­cia­ban y se diluían.

  • Un nue­vo pro­yec­to edi­to­rial ha sido nece­sa­rio para vol­ver a pro­du­cir el com­ple­jo y pro­fu­so Alma­na­que Gas­tro­nó­mi­co de la Comu­ni­dad Valen­cia­na. Los difí­ci­les años de la rece­sión eco­nó­mi­ca moti­va­ron una pro­fun­da cri­sis en el sec­tor de la hos­te­le­ría, a la que nadie ha sido ajeno, des­de las pro­pias empre­sas hos­te­le­ras a los pro­duc­to­res, inclu­yen­do bode­gue­ros, dis­tri­bui­do­res, comer­cia­les y, por supues­to, comu­ni­ca­do­res.

    El Alma­na­que ha nece­si­ta­do repo­so, pers­pec­ti­va, y han sido casi dos años los que han trans­cu­rri­do para esta nue­va edi­ción. En lo esen­cial se man­tie­ne el espí­ri­tu de siem­pre: gus­to por la edi­ción; amplia infor­ma­ción, inclu­so grá­fi­ca; fir­mas de pres­ti­gio; repor­ta­jes nove­do­sos y una cla­si­fi­ca­ción orde­na­da y de jerar­quías rigu­ro­sas. Son más de 260 los res­tau­ran­tes selec­cio­na­dos, lo que a pesar de los nume­ro­sos cie­rres y migra­cio­nes, habla del buen momen­to de la coci­na valen­cia­na, que se ha hecho más prag­má­ti­ca y resis­ten­te. Así como un cen­te­nar de vinos, y cer­ve­zas que eclo­sio­nan en el ámbi­to de lo arte­sa­nal, acei­tes de cali­dad excep­cio­nal…

    Las deci­sio­nes han sido cole­gia­das, bajo la doble direc­ción de Alfre­do Argi­lés y San­tos Ruiz, quie­nes han con­ta­do tam­bién con el cri­te­rio de Ánge­les Ruiz, Juan y Gui­ller­mo Lagar­de­ra, y Domin­go Casany. Las catas han corri­do a car­go de Paco Higón, Die­go Fer­nán­dez Pons y Manuel Peris. A todos, nues­tro agra­de­ci­mien­to por su com­pro­mi­so en la nue­va aven­tu­ra, her­ma­na de esta Valen­cia City. Y si como dice Alfre­do Argi­lés, son muchos los res­tau­ran­tes que se vuel­ven a lle­nar, eso sig­ni­fi­ca que bas­tan­tes coci­ne­ros, muchos coci­­ne­­ros-empre­­sa­­rios han hecho y hacen bien las cosas. Tiran del carro, y mere­cen nues­tro reco­no­ci­mien­to.

  • Como dip­só­mano con­fe­so y con­su­mi­dor habi­tual de todo tipo de bebi­das alcohó­li­cas popu­la­res (des­de el ter­cio del almuer­zo y la bote­lla de tin­to de mesa para comer has­ta el gin tonic de media tard y el cara­ji­llo o el her­be­ro mati­nal), soy clien­te fijo de nume­ro­sos bares de barrio, taber­nas y cafe­te­rías cli­ma­ti­za­das. Des­de hace ya unos años, todos estos esta­ble­ci­mien­tos cuen­tan con cama­re­ros pro­ce­den­tes de todo el mun­do. Pue­do recor­dar que he pedi­do más de una caña a cama­re­ros colom­bia­nos, argen­ti­nos, ecua­to­ria­nos, perua­nos, marro­quíes, ruma­nos, rusos, ucra­nia­nos e inclu­so che­che­nos. Jamás he teni­do el más míni­mo pro­ble­ma y siem­pre me han aten­di­do muy bien. En todo caso, el pro­ble­ma los he teni­do yo, a la hora de pedir con voz bal­bu­cean­te y entre­cor­ta­da el ter­cer gin tonic de la tar­de o la quin­ta caña del ape­ri­ti­vo. Aún así, me han enten­di­do.

    De todos los colec­ti­vos inmi­gran­tes que tra­ba­jan en la hos­te­le­ría, la comu­ni­dad chi­na sería la que en prin­ci­pio ten­dría más difi­cul­ta­des para enten­der nues­tras racia­les cos­tum­bres taber­na­rias por las barre­ras cul­tu­ra­les e idio­má­ti­cas que deben supe­rar los chi­nos al ins­ta­lar­se en nues­tro país. Pese a sus pro­ble­mas con el espa­ñol o el valen­ciano y a sus muy dis­tin­tas tra­di­cio­nes culi­na­rias, los chi­nos no sólo son capa­ces de coci­nar y ser­vir sin nin­gún pro­ble­ma sepia a la plan­cha, cala­ma­res a la roma­na y pin­chos de tor­ti­llas, sino que en los últi­mos años han empe­za­do a regen­tar cafe­te­rías y bares tra­di­cio­na­les en muchos barrios popu­la­res de Valen­cia. Por­que a dife­ren­cia de otros inmi­gran­tes de otras nacio­na­li­da­des que encuen­tran tra­ba­jo como coci­ne­ros o cama­re­ros, los chi­nos siem­pre quie­ren ser pro­pie­ta­rios de su pro­pio nego­cio. Cuan­do encuen­tran un modes­to bar de barrio que se tras­pa­sa, se man­tie­nen fie­les al esti­lo muy espa­ñol del esta­ble­ci­mien­to, no le cam­bian el nom­bre y con­ser­van el mobi­lia­rio ori­gi­nal, el menú del día, la máqui­na tra­ga­pe­rras, el reloj de pared con el escu­do del Valen­cia C.F., el mano­sea­do ejem­plar de Mar­ca y las mos­cas que revo­lo­tean sobre los pla­tos de tor­ti­lla y las anchoas en acei­te en el mos­tra­dor de cris­tal d la barra. El Bar Espa­ña, El Molino, Tu Coci­na, La Tao­na, Vera Park o El Fla­min­go son algu­nos de los cien­to vein­te bares de tapas regen­ta­dos por chi­nos que hay actual­men­te en la ciu­dad de Valen­cia. De todos ellos, el bar Sobre­ca­ses, en la calle Con­chi­ta Piquer del barrio de Cam­pa­nar, es el que mejor conoz­co, pues en su terra­za me he bebi­do miles de ter­cios de San Miguel como desa­yuno, ape­ri­ti­vo, happy hour after work,aun­que estas dos últi­mas expre­sio­nes anglo­sa­jo­nas no casen muy bien con la deco­ra­ción y el ambien­te popu­lar del local y el per­fil de su vario­pin­ta clien­te­la, con­for­ma­da por per­so­nal sani­ta­rio resi­dual de la anti­gua y des­man­te­la­da Fe, fun­cio­na­rios amor­ti­za­bles de los orga­nis­mos auto­nó­mi­cos cer­ca­nos, la entra­ña­ble gen­te del barrio y un selec­to club de bebe­do­res ocio­sos que pasan los lunes al sol y el res­to de la sema­na tam­bién. Los pro­pie­ta­rios del bar Sobre­ca­ses son Lin y Achín (la orto­gra­fía es mía), una siem­pre son­rien­te y ale­gre pare­ja ori­gi­na­ria de la pro­vin­cia sure­ña y cos­te­ra de Fujian, que hace seis años alqui­ló el local al jubi­lar­se su anti­guo due­ño. Cuan­do no estoy bebien­do un ter­cio con mis ami­gos, Lin y Achin se sien­tan con­mi­go a fumar como mur­cié­la­gos en la terra­za de su bar y me cuen­tan cosas que no con­si­go enten­der muy bien, pese a sus esfuer­zos por recu­rrir a la mími­ca extre­ma o a una varian­te enfá­ti­ca del idio­ma sioux del cine de Holly­wood (“mí tla­ba­jal mut­cho, mut­cho, ami­co.”). Con ese len­gua­je tan sim­ple son capa­ces de expli­car­te cues­tio­nes tan com­ple­jas como la esti­ma­ción por módu­los de la decla­ra­ción de la ren­ta y de que no haya nun­ca nin­gún malen­ten­di­do con la cuen­ta: “Tles tel­cios son cuatlo eulos ochen­ta. Mut­chas gla­cias, ami­co. Bon dia”. Con el tiem­po han lle­ga­do a ser mis ami­gos, por eso me moles­tan las bur­las crue­les y los bro­tes de racis­mo con­tra la diná­mi­ca y empren­de­do­ra comu­ni­dad chi­na, que se mani­fies­tan a tra­vés de algu­nos blogs xenó­fo­bos y de cier­tas cam­pa­ñas en las redes socia­les. Creo que su tena­ci­dad empre­sa­rial y su dedi­ca­ción al tra­ba­jo se mere­cen un poco más de res­pe­to. Desd que tra­ba­jo en el cen­tro de la ciu­dad y me veo obli­ga­do a fre­cuen­tar bares y cafe­te­rías des­per­so­na­li­za­das que per­te­ne­cen a algu­na fran­qui­cia, ya no veo tan­to a mis ami­gos Lin y Achín y sien­to nos­tal­gia de todos esos bares de barria­das regen­ta­dos por chi­nos pero con un menú muy espa­ñol.

  • Pare­cía que nun­ca lle­ga­ría y ya está aquí el 2014, ¡sí seño­res! El año que se supo­ne debe ser de la recu­pe­ra­ción eco­nó­mi­ca y las mil y una mara­vi­llas, pero pro­ba­ble­men­te uste­des, como yo, ten­gan los bol­si­llo vacíos tras los exce­sos de Navi­dad y por supues­to de Reyes y empie­cen el año como toca, en cues­ta, por­que todo cues­ta mucho, como decía (o al menos eso cree­mos) el gran Grou­cho Marx: “Hay tan­tas cosas en la vida más impor­tan­tes que el dine­ro, ¡pero cues­tan tan­to!”  

    Aca­bó 2013 con la con­so­li­da­ción de varios pro­yec­tos de moda lide­ra­dos por muje­res que reúnen las cua­li­da­des de belle­za, inte­li­gen­cia y pasión por lo que hacen.  Ten­go el autén­ti­co pri­vi­le­gio de cono­cer­las a todas y les ase­gu­ro que con gen­te así sal­dre­mos rápi­do de la cri­sis. De una par­te, María Nogue­ra y Pau­la Alcón con­so­li­dan y de qué mane­ra su pro­yec­to, Cool Mar­ket y aho­ra están has­ta Fallas en el local que fue el Mer­ca­der de Indias que ocu­pa un amplio bajo entre c/Paz y c/Mar, han sido uno de los pun­tos de refe­ren­cia duran­te la Navi­dad y siguen sién­do­lo en Reyes y por supues­to para las espe­ra­das reba­jas. Pasa­ron por allí muchos fami­lia­res y ami­gos como Car­men Nogue­ra, Patri­cia Orten­bach y algu­nos que han vuel­to a casa por Navi­dad como Cris­ti­na Oma­rre­men­te­ria. Tam­bién ocu­pa­ron un local y ofre­cie­ron sus crea­cio­nes  dos bellas y jóve­nes empre­sa­rias, Ani­ta de Miguel con su fir­ma Bya­ni­na de moda feme­ni­na y Bea­triz Per­la y sus joyas, en la calle del Gra­ba­dor Este­ve, por allí pasa­ron las it girls valen­cia­nas que siem­pre están a la últi­ma y es que les pue­do ase­gu­rar que la belle­za y el esti­lo de las valen­cia­nas está a la altu­ra de las muje­res más bellas de cual­quier gran capi­tal. Ade­más la mejor tien­da mul­ti­mar­ca de Valen­cia, VM The Shop, ofre­ció una copa navi­de­ña para los ami­gos, entre ellos el maes­tro de sas­tres Anto­nio Pue­bla; el crí­ti­co gas­tro­nó­mi­co Pedro G. Mocho­lí; Ale­jan­dro Cer­dá y Esther Barre­ra; Ana Brug­ger; Bor­ja Mar­tos de Lon­ta­nan­za, el abo­ga­do Jor­ge Casa­nue­va y todos dis­fru­ta­mos de la sim­pa­tía y ama­bi­li­dad de Veró­ni­ca Mon­ti­jano y José Luis Vila­no­va que nos delei­ta­ron con un exqui­si­to que­so de teti­lla y un alba­ri­ño traí­do de Nova­vi­la en el cora­zón de las Rías Bai­xas. Y una gran noti­cia que des­pi­dió 2013 fue la publi­ca­ción en papel de la nove­la ‘La alco­ba escon­di­da’ de mi que­ri­da y admi­ra­da Almu­de­na Nava­rro Cuar­te­ro, vaya mi enho­ra­bue­na y mi deseo de éxi­to en esta eta­pa.

  • Esta cró­ni­ca corres­pon­de al penúl­ti­mo mes del año, pero la Navi­dad ya está aquí y eso lo lle­na todo: deco­ra­ción en casas y calles; comi­das y cenas de fami­lia, ami­gos y empre­sa; publi­ci­dad de per­fu­mes y jugue­tes; y frío mucho frío aun­que en Valen­cia  no lle­ga­mos al “I’m drea­ming of a Whi­te Christ­mas” que cada año escu­cha­mos de la voz de Bing Crosby, ¡qué le vamos a hacer! Pero este mes ha teni­do como pro­ta­go­nis­ta abso­lu­to la moda com­bi­na­da con el arte; la joye­ría más exclu­si­va y una sim­pá­ti­ca tra­di­ción gala vin­cu­la­da al vino joven de la patria de Napo­león.

    Empe­za­mos con la espec­ta­cu­lar inau­gu­ra­ción de la expo­si­ción ‘Moda, ¿octa­vo arte?Arte e indu­men­ta­ria de la Revo­lu­ción fran­ce­sa a la Belle Épo­que’  que sir­vió para cele­brar el día del socio de la Aso­cia­ción de Ami­gos del Museo de Bellas Artes San Pío V y don­de se fusio­nó la expo­si­ción de las obras y una pasa­re­la impro­vi­sa­da con gran­des dise­ña­do­res como Fran­cis Mon­te­si­nos, Han­ni­bal Lagu­na, Pre­sen Rodrí­guez, Juan Andrés Mom­pó o Miquel Suay entre otros. El éxi­to de con­vo­ca­to­ria fue abso­lu­to y pasa­mos una mag­ní­fi­ca vela­da.

    Como aman­te de las tra­di­cio­nes que soy, no podía dejar de aten­der la ama­ble invi­ta­ción del Cón­sul de Fran­cia, Pablo Bro­se­ta y de Pie­rre Mateo, pre­si­den­te del Deber Valen­ciano de la Orden de los Com­pa­ñe­ros del Beau­jo­lais, y por ello el jue­ves 21 par­ti­ci­pé del Beau­jo­lais Nou­veau cele­bra­do en el Hotel Wes­tin y don­de ingre­só en dicha orden, el míti­co perio­dis­ta y escri­tor Rafael Bri­nes. Este acto con­sis­te en degus­tar los vinos jóve­nes, las pri­me­ras cose­chas para fes­te­jar el fin de la ven­di­mia y lo cele­bran los fran­ce­ses en todo el mun­do.

    Y si les digo Suá­rez, ¿en qué pien­san? Ya, algu­nos me dirán que en el ex- pre­si­den­te Adol­fo Suá­rez, pero segu­ro que ellas pen­sa­rán en una de las fir­mas más pres­ti­gio­sas de la joye­ría espa­ño­la. Suá­rez, fun­da­da en 1943 por Emi­liano Suá­rez pre­sen­tó en Valen­cia sus dia­man­tes, per­las, zafi­ros, rubíes y sus pul­se­ras “one” en cola­bo­ra­ción con la Fun­da­ción Ala­di­na. Todo ello en la terra­za del Ayre Hotel Asto­ria don­de pudi­mos ver a Cari Lapi­que, radian­te y sim­pá­ti­ca, que ejer­ce de madri­na de la fir­ma; su res­pon­sa­ble en Valen­cia, la gua­pa Giu­lia; el direc­tor del hotel, Joan Sol­de­vi­la, pen­dien­te cual­quier deta­lle; el nota­rio Alfon­so Pas­cual y su mujer Soco­rro Mal­do­na­do; José Mª Sel­va y Elvi­ra Cata­lá; el abo­ga­do Jor­ge Casa­nue­va; Igna­cio Ala­mar socio direc­tor de Ala­mar Abo­ga­dos. No se per­die­ron esta cita Cuchi­ta Lluch; Rocío Bacha­rach o el dise­ña­dor Valen­tín Herraiz.

  • En Valen­cia, la moda no es como en el res­to, aun­que la figu­ra feme­ni­na siem­pre ande al ace­cho con sus opi­nio­nes. Sí, segui­mos ten­den­cias, pero ofre­ce­mos una dis­tin­ta visión de la moder­ni­dad: la ausen­cia de mie­dos y el gus­to por el color nos iden­ti­fi­can tan­to como el cli­ma que dis­­fru­­ta­­mos-sufri­­mos.

    La moda mas­cu­li­na en nues­tra ciu­dad ha pasa­do por dos gran­des catar­sis en los últi­mos años. Des­de los ochen­ta a media­dos de los noven­ta, la moder­ni­dad inun­da­ba nues­tros luga­res de ocio. Ampli­tud en las for­mas, mul­ti­co­lor y prints de ins­pi­ra­ción medi­te­rrá­nea se con­vir­tie­ron en señas de iden­ti­dad del hom­bre valen­ciano.

    Pero, en los albo­res del nue­vo mile­nio, dimos un pasi­to atrás hacia un evi­den­te cla­si­cis­mo: los tra­jes se estre­cha­ban dibu­jan­do la silue­ta en teji­dos y colo­res de la tie­rra en los momen­tos de relax, los hom­bres se fusio­na­ban con sus muje­res pasean­do por las calles per­fec­ta­men­te ata­via­dos para cazar fai­sa­nes.

    En este acia­go 2013 pare­ce que la moda mas­cu­li­na ha vuel­to a ocu­par un lugar des­ta­ca­do tan­to en el sec­tor como en los esca­pa­ra­tes tras un perio­do de letar­go. Deta­lles van­guar­dis­tas, ausen­cia de extra­va­gan­cias y un per­fil (ya era hora) urba­ni­ta que nos pre­sen­ta una nue­va moder­ni­dad con­tem­po­rá­nea para el hom­bre.

    Una de las cla­ves para este invierno es la vuel­ta de tuer­ca al acol­cha­do tipo Bar­bour o gua­ti­né (sic). Las encon­tra­mos en sobre­ca­mi­sas, caza­do­ras bom­ber, abri­gos tres cuar­tos en negro abso­lu­to y sin cue­llos. Estas son las nue­vas for­mas para un clá­si­co siem­pre lige­ro y con­for­ta­ble.

    El pun­to tam­bién con­tem­pla una reno­va­ción y rea­li­za un intere­san­te mix en aca­ba­dos de ochos o gre­cas eli­mi­nan­do lo rús­ti­co y arte­sa­nal. Impres­cin­di­ble un buen sué­ter de cue­llo caja, lige­ra­men­te ancho, para adap­tar­lo a cada momen­to.

    Y esta­mos de enho­ra­bue­na, los colo­res esta tem­po­ra­da se pre­sen­tan más varo­ni­les que nun­ca, el negro y los gri­ses se alían con ape­te­ci­bles bur­deos, ver­des y gra­na­tes. Bre­ves pero efec­ti­vas apa­ri­cio­nes en rojo, cobal­to y la per­ma­nen­cia del pis­ta­cho y naran­ja en ver­sión shoc­king.

    Los sabios con­se­jos de pro­fe­sio­na­les ave­za­dos como Alfre­do Este­ve, pio­ne­ro en moda mas­cu­li­na en nues­tra ciu­dad, o intere­san­tes pro­pues­tas de índo­le inter­na­cio­nal como Hugo Boss, lide­ra­do en Valen­cia por Juan Rever­ter, hacen que ellos sal­gan a la calle eri­gién­do­se como los espa­ño­les más esti­lo­sos.

    Será que somos irre­sis­ti­bles…

  • Ron­ro­nea en nues­tros oídos la Navi­dad, ésta lla­ma a las puer­tas y arras­tra los días de maza­pán y villan­ci­cos. Todo se pre­pa­ra para su lle­ga­da, y así las gale­rías pre­sen­tan sus mejo­res colec­cio­nes.

    Paseo por la calle, y mis ojos se esca­pan al esca­pa­ra­te de la Gale­ría Ben­lliu­re (Ciri­lo Amo­rós, 47), los fon­dos de esta sala de arte no tie­nen pala­bras, son un ver­da­de­ro museo del XIX y XX.

    Allí silen­cio­sa, entre mul­ti­tud de gran­des nom­bres, una foto­gra­fía de una niña con ojos sella­dos, ¿será tris­te­za lo que sien­te?, me empu­ja a entrar. Es una joven de Car­men Cal­vo, una foto­gra­fía reto­ca­da con color, colla­ge, que nos lle­va tiem­pos pasa­dos, el mun­do de la infan­cia es su moti­vo ins­pi­ra­dor, el de sus refle­xio­nes.

    Car­men Cal­vo, pre­mio Nacio­nal de las Artes Plás­ti­cas 2013, es artis­ta úni­ca y esen­cial en la tra­yec­to­ria del arte espa­ñol del XX; pro­vo­ca­do­ra, inno­va­do­ra, bata­lla­do­ra y diver­ti­da. Con repre­sen­ta­cio­nes que pasean entre el surrea­lis­mo y la reali­dad, car­ga­das de tin­tes iró­ni­cos y crí­ti­cos. Sus imá­ge­nes atra­pa­do­ras nos lle­van a soñar con tiem­pos pasa­dos, como dice Pes­soa “es el arte capaz de ani­mar a los sen­ti­dos, es capaz de hacer­nos soñar, olvi­dar y de hacer­nos vivir otra reali­dad.”…

  • “El final de Canal 9 deja un montón de incógnitas sobre la mesa respecto al devenir de un sector audiovisual local”.

    Toda­vía están calien­tes los res­col­dos del incen­dio del falli­do asal­to al poder mediá­ti­co auto­nó­mi­co por anto­no­ma­sia, cono­ci­do como RTVV, acae­ci­do en la pri­me­ra sema­na del mes de noviem­bre. Por esca­sos con­se­je­ros, casi se que­da el PP con mino­ría en el Con­se­jo de Admi­nis­tra­ción, y la opo­si­ción en blo­que, el quó­rum y mayo­ría sufi­cien­te para blin­dar­se duran­te más de cin­co años en el poder del más impor­tan­te medio audio­vi­sual de la Comu­ni­dad, paga­do por todos y diri­gi­do por quien lle­va dos déca­das sin gozar del favor de las urnas.

    El des­en­la­ce de la aven­tu­ra de la fla­man­te direc­to­ra gene­ral es de todos cono­ci­do, y lo mis­mo ocu­rre con la suer­te depa­ra­da al expe­dien­te de regu­la­ción de empleo de la “repes­ca” de los 186 téc­ni­cos a mitad eje­cu­ción del mis­mo. Tam­bién es evi­den­te, a estas altu­ras, el des­en­la­ce y des­tino del medio públi­co al tener que rein­cor­po­rar a la tota­li­dad de la plan­ti­lla para, en el mejor de los supues­tos, vol­ver a ini­ciar otro ERE cuya nego­cia­ción y tra­mi­ta­ción pue­de aca­bar con idén­ti­co resul­ta­do. Con el agra­van­te de no con­tar con la invia­bi­li­dad eco­nó­mi­ca como telón de fon­do, pues­to que el patri­mo­nio del ente se encuen­tra equi­li­bra­do des­de la cons­ti­tu­ción del mis­mo.

    El final de Canal 9 deja un mon­tón de incóg­ni­tas sobre la mesa res­pec­to al deve­nir de un sec­tor audio­vi­sual local que, de una mane­ra u otra, ha sido depen­dien­te exclu­si­vo del medio a des­apa­re­cer. Dicha depen­den­cia es una lacra, y hay que reco­no­cer que cual­quier otra acti­vi­dad eco­nó­mi­ca que esté en la mis­ma situa­ción incu­rre en un ries­go impre­sio­nan­te y su des­tino está escri­to en el libro de su clien­te úni­co, por lo que no pare­ce muy legi­ti­ma­do para ras­gar­se las ves­ti­du­ras cuan­do aquél devie­ne insol­ven­te o des­apa­re­ce. Ha teni­do tiem­po y posi­bi­li­da­des de diver­si­fi­car su clien­te­la a lo lar­go de muchos años, y no lo ha hecho por­que era más cómo­do insis­tir en la cono­ci­da zona de con­fort.

    En cuan­to a los tra­ba­ja­do­res del ente, des­gra­cia­da­men­te segui­rán el mis­mo des­tino que casi seis millo­nes de espa­ño­les más, pero sor­pren­de y son­ro­ja ver lo mal­tra­ta­dos que esta­ban y el des­co­no­ci­mien­to que tenía­mos todos los demás de su pre­ca­ria situa­ción liber­ti­ci­da. De acuer­do que no tie­nen la obli­ga­ción de ser héroes, pero tam­po­co el dere­cho a apa­re­cer como víc­ti­mas cuan­do era más cómo­do vivir el día a día, y de final de mes en final de mes, mien­tras se ultra­ja­ba su honor pro­fe­sio­nal. Hay que ser más con­se­cuen­tes y echar mano de la dig­ni­dad per­so­nal y pro­fe­sio­nal, con todas las con­se­cuen­cias, cuan­do ésta se ve com­pro­me­ti­da, o per­ma­ne­cer igual de calla­do cuan­do ter­mi­na la situa­ción de con­ve­nien­cia con la que se ha vivi­do duran­te déca­das.

    La fina­li­dad de la RTVV como apa­ra­to de difu­sión de la len­gua valen­cia­na, herra­mien­ta de cohe­sión de los ciu­da­da­nos de esta Comu­ni­dad, y ser­vi­cio para fomen­tar la cul­tu­ra y tra­di­ción pro­pia, ha sido un autén­ti­co fias­co, y la prue­ba pal­pa­ble de una afir­ma­ción tan con­tun­den­te es la exigua audien­cia que tenían, tan­to la radio, como la tele­vi­sión. Es cier­to que hubo momen­tos de glo­ria en cuan­to a segui­do­res, pero a cos­ta de pro­duc­tos tan poco edi­fi­can­tes como A guan­yar diners, Tóm­bo­la o las millo­na­rias retrans­mi­sio­nes de fút­bol, Fór­mu­las 1, o simi­la­res. Si esos medios jus­ti­fi­can el fin de la cade­na, lle­ga­ría­mos al absur­do de con­si­de­rar Torren­te, el bra­zo ton­to de la ley una pro­duc­ción de inte­rés públi­co para la difu­sión de las peo­res prác­ti­cas de inves­ti­ga­ción poli­cial.

    La fal­ta de ver­te­bra­ción de la Comu­ni­dad, de inte­rés por la nor­ma­li­za­ción de la len­gua valen­cia­na y por la cul­tu­ra y tra­di­ción pro­pia, está gra­ba­da en la hue­lla gené­ti­ca de los habi­tan­tes de nues­tra Comu­ni­dad, y me temo que no la cam­bia­ría­mos ni con un Goeb­bels al fren­te de la más pode­ro­sa máqui­na pro­pa­gan­dís­ti­ca que pudie­ra exis­tir. Nos une nues­tra incre­du­li­dad fren­te a los dog­mas polí­ti­cos y lin­güís­ti­cos, somos equi­dis­tan­tes entre el nor­des­te y el cen­tro de Espa­ña, se habla tan­to cas­te­llano como valen­ciano, se rece­la tan­to de una pro­vin­cia como de la otra. Los valen­cia­nos somos los úni­cos que hace­mos monu­men­tos artís­ti­cos cícli­cos y todos aca­ban sien­do pas­to de las lla­mas, no sin antes cau­sar admi­ra­ción y atrac­ción a pro­pios y extra­ños, haber alar­dea­do de la difi­cul­tad en su crea­ción y mane­jo y, por supues­to, haber repar­ti­do todo tipo de pre­mios y galar­do­nes a todos ellos. Entre dichos monu­men­tos incen­dia­rios se encuen­tran las que fue­ron ter­ce­ra y cuar­ta caja de aho­rros espa­ño­las, un ban­co local cen­te­na­rio, una RTVV públi­ca sin audien­cia, un par­que de atrac­cio­nes rui­no­so, unos estu­dios de cine mega­ló­mano, un com­ple­jo temá­ti­co de un arqui­tec­to sui­zo naci­do en Beni­mà­met, un aero­puer­to para prue­bas de velo­ci­dad de coches de carre­ra, una feria mues­tra­rio para ven­der obje­tos de deco­ra­ción, una mari­na sin yates, etc.

    Pero tran­qui­los, esta­mos ter­mi­nan­do la fase más tris­te de nues­tro ciclo shum­pe­te­riano de des­truc­ción crea­ti­va auto­nó­mi­ca, y sin que­mar nues­tros monu­men­tos no podre­mos sen­tar las bases de los pró­xi­mos, que segu­ro que nos darán gran­des tar­des de glo­ria y ale­gría… has­ta que los que­me­mos de nue­vo entre lágri­mas, aplau­sos y pól­vo­ra mediá­ti­ca.

  • Ja toca el final d’any, de sob­te l’estiu i el bon orat­ge han esde­vin­gut fred i ambient nada­lenc… I el pla­ne­ta faller come­nça el comp­te enre­re, ja que una vol­ta pas­sa­des les fes­tes de Nadal tot enfi­la, i ben rapi­da­ment, cap a la set­ma­na gran, la fes­ta falle­ra. Per això des­em­bre es con­ver­tix en l’últim moment per a pro­gra­mar la fes­ta que s’acosta, o per a pujar-se al tren faller i deci­dir enro­­lar-se en una comiss­sió. Per a no perdre’s res!

    Hem vix­cut ja algu­na Pre­sen­ta­ció falle­ra, com la de la Falla Mal­­va-rosa a la Sala Canal i la pos­te­rior party a La Ferra­du­ra, en ple­na Pata­co­na. El lon­ge­vo pre­si­dent José Can­de­la con­ti­núa guiant tan popu­lar comis­sió, ara ben il·lusionats amb el seu nou pro­jec­te de carrer enllu­me­nat en mig del barri Marí­tim del cap i casal. Que vaja pre­nent nota la JCF, que la Mal­­va-rosa exis­tix i ben for­ta que està, mili­tant a la Sec­ció Espe­cial i atre­­vint-se amb el con­curs de llums a lo gran!

    I a les falles del cen­tre de la capi­tal, molts dels nous res­pon­sa­bles de les comis­sions ja van mar­cant estil. A la meua vol­gu­da Falla Piza­rro s’estrenà de pre­si­dent Vicen­te Bolu­da, faller de llar­ga tra­jec­tò­ria que va assu­mir el rep­te de revis­co­lar la nos­tra comis­sió i tor­nar­la a pri­me­ra divi­sió del món de la fes­ta, i ho està acon­se­guit pas­set a pas­set. Tam­bé la Falla Jacin­to Benavente–Reina Nª Ger­ma­na reno­và càrrecs, assu­mint la pre­si­dèn­cia Juan Luis Amo­rós i de nou apos­tant per orga­nitzar l’Entrada Mora més gran de tota la city. O tam­bé Car­los Chor­dá, com­pany de la Com­par­sa Mora Bere­be­guts i nou pre­si­dent de la Falla Joa­quín Costa–Conde Altea, el qual de valent està fent fae­na per la seua comis­sió.

    Com ja hem dit algu­na vol­ta, apro­fi­te que ara és l’últim moment d’apuntar-se en la falla del seu barri, per a come­nçar l’any faller com toca… que les Falles no són a soles la set­ma­na gran de març, sinó és una viven­cia con­ti­nua­da tot l’any, si se vol viu­re a tope. Com tot allò que val la pena en esta vida!


    TOPS DEL PLANETA FALLES
    Les millors empre­ses d’events fallers
    SIT & DOWN > Tel. 635 697 323 > www.sitdownmm.com

    Les webs més sabu­des per a no per­dre’s res
    www.cendradigital.com
    www.distritofallas.com
    www.malaltdefalles.com

     

  • El joye­ro Vicen­te Gra­cia inau­gu­ró su pri­me­ra retros­pec­ti­va en el Museo Nacio­nal de Cerá­mi­ca de Valen­cia. La mues­tra for­ma par­te de la I Bie­nal de Art in Group que diri­ge Sara Pérez Rose­lló y pro­fun­di­za en la ico­no­gra­fía que lle­gó de Orien­te a tra­vés de la Ruta de la Seda. No cabe duda (al menos a mí no me cabe la duda en el bol­so) que el museo Gon­zá­lez Mar­tí es el esce­na­rio per­fec­to para mos­trar las exclu­si­vas y ori­gi­na­les pie­zas de Vicen­te Gra­cia. La pues­ta en esce­na cede todo el pro­ta­go­nis­mo a los colla­res, pul­se­ras y pen­dien­tes que han sido siem­pre islas en medio del pro­ce­lo­so mar de la joye­ría; como el pro­pio Vicen­te Gra­cia.

    Unas joyas que dia­lo­gan a la per­fec­ción con el teso­ro his­tó­ri­co que Manuel Gon­zá­lez Mar­tí acu­mu­ló y cus­to­dió duran­te su vida en for­ma de cerá­mi­ca. Toda una recrea­ción del lujo­so ambien­te pala­cie­go. Y un mari­da­je ideal entre dos valen­cia­nos ilus­tres. Qué boni­to. Qué ideal. Plas, plas, plas. Tam­bién entre los invi­ta­dos hubo per­so­na­jes ilus­tres. Entre ellos, el empre­sa­rio Juan Roig que se ha aso­cia­do con Vicen­te Gra­cia para con­so­li­dar la posi­ción que el joye­ro valen­ciano ha logra­do en los últi­mos años en el mer­ca­do inter­na­cio­nal. Tam­bién estu­vie­ron Cuchi­ta Lluch, Nidi­ta Gue­rre­ro, Espe­ran­za Vila, Loren­zo Pérez, Eva Mar­ce­llán, Luis Lluch, el arqui­tec­to Ramón Este­ve o Loles López. Al final, todo que­da en casa. O entre ami­gos (cie­los, éste era el títu­lo de un pro­gra­ma de José Luis Moreno, y nada más ale­ja­do del tema).

    Y del Museo de Cerá­mi­ca Gon­zá­lez Mar­tí sal­to rau­da y veloz a otro even­to con lus­tre: la pre­sen­ta­ción de la últi­ma colec­ción de joye­ría de Vic­to­ria Cer­cós. Un des­fi­le de joye­ría de van­guar­dia en el que Vic­to­ria estu­vo arro­pa­da por ami­gos como los ex fut­bo­lis­tas Ama­deo Car­bo­ni y Rubén Bara­ja, la pre­si­den­ta del PalauMay­rén Beney­to, Ampa­ro Lacom­ba, la pre­si­den­ta de Fuva­ne, Mª José Albert, la oftal­mó­lo­ga Ampa­ro Ortu­ño, el nota­rio Pepe Ali­car­te e Ire­ne Bala­guer, el arqui­tec­to Paco Nebot y la pre­sen­ta­do­ra Lau­ra Gran­de. Lle­na­zo has­ta la ban­de­ra, ambien­te fes­ti­vo y buen cate­ring. Comer, beber. De eso se tra­ta, mayor­men­te. Lo de rezar y amar es de otra pelí­cu­la.

    Se nota que lle­ga la Navi­dad. Y es que para el mes de diciem­bre, la épo­ca del coc­te­leo, ya se pre­pa­ran diver­sos fes­to­rros. Para el 11 de diciem­bre la bou­ti­que Acos­ta que diri­ge Encar­na Roig está orga­ni­zan­do una char­la sobre odon­to­lo­gía esté­ti­ca en cola­bo­ra­ción con la Clí­ni­ca Den­tal Pons Soria. Por­que nues­tra son­ri­sa está igual de suje­ta a las ten­den­cias que la moda: blan­quea­mien­tos den­ta­les, dien­tes sepa­ra­dos, el fenó­meno de los bra­quets, los lla­ma­dos grill den­ta­les que lle­van Madon­na o Kate Perry… De todo ello habla­rán las doc­to­ras Veró­ni­ca y Vic­to­ria Pons en una char­la sobre moda y esté­ti­ca den­tal. Otro mari­da­je ideal.

  • Ni las lesio­nes ni los lini­men­tos pare­cen poder parar el […]

  • No sé qué tie­ne la Navi­dad pero la aso­cio al balon­ces­to. Qui­zás por aquel tor­neo que siem­pre daban por la tele cuan­do no había nada más que ver a media tar­de. Enton­ces no había balon­ces­to de pri­mer nivel en Valen­cia, así que todos está­ba­mos abo­ca­dos a la tele­vi­sión. Pero aho­ra es dis­tin­to, no solo tene­mos el mejor bas­ket en vivo sino que tene­mos equi­po, y ade­más emble­má­ti­co, el Valen­cia Bas­ket, y estas Navi­da­des reci­be en la Fonte­ta al Real Madrid, un cho­que elec­tri­zan­te, con el equi­po taron­ja muy arri­ba. Par­ti­do car­dia­co, segu­ro.

    Será una de las citas de la Navi­dad, como son ese con­ti­nuo de con­cier­tos y cora­les que nos ani­man musi­cal­men­te. Con­tra la ven­tis­ca y el frío, músi­ca, tier­na y ale­gre, entre los popu­la­res villan­ci­cos y los val­ses vie­ne­ses. Con­sul­ten la agen­da y com­pro­ba­rán que hay una plé­to­ra de con­cier­tos navi­de­ños sin parar, y un sin­fín de orques­tas en acción, la de Valen­cia y la del Medi­te­rrá­neo, la de la Uni­ver­si­tat y la de la Gene­ra­li­tat… y un sin­fín de orfeo­nes y cora­les… Nun­ca Valen­cia ha sido tan musi­cal, tan vibran­te. Nos hemos que­da­do sin ban­cos pero nos que­da la músi­ca. Y no somos el Tita­nic por más que nos llue­van bofe­ta­das por todos lados. Sal­dre­mos a flo­te, nos les que­pa duda, y esta Navi­dad va a ser el prin­ci­pio de la recu­pe­ra­ción. Pero nadie nos va a cam­biar, eso sí, somos crí­ti­cos, fero­ces, cai­ni­tas dijo alguien, mate­rial infla­ma­ble para fallas dijo otro, home­not… Nos auto­des­trui­mos… y rena­ce­mos.

    En esas esta­re­mos, y si no que se lo pre­gun­ten a los cir­cos –el de Nadal, el Won­der­land, el Gran Fele…– que Navi­dad tras Navi­dad acam­pan aquí. ¿Por algo será? Por algo cui­da­mos a los niños, les pro­te­ge­mos. Somos un pun­to neo­yor­qui­nos.

  • Por for­tu­na, per­te­nez­co a una gene­ra­ción que se crió más con los tra­di­cio­na­les dibu­jos ani­ma­dos nor­te­ame­ri­ca­nos que con la ago­ta­do­ra y cris­pa­da ani­ma­ción japo­ne­sa. Mis refe­ren­tes infan­ti­les fue­ron los dibu­jos ani­ma­dos de los estu­dios Han­­na-Bar­­be­­ra Los Pica­pie­dra, Tom y Jerry, War­ner Bros Bugs Bunny, Porky, el Pato Lucas, Sil­ves­tre y Walt Dis­ney el Pato Donald, Mic­key Mou­se y nun­ca me intere­só el ani­me de los seten­ta, con series de dibu­jos ani­ma­dos tan exi­to­sos como Mazin­ger Z ni las sen­ti­men­ta­les y boba­li­co­nas Hei­di y Mar­cos.

    Algo simi­lar me suce­de con la deno­mi­na­da ani­ma­ción para adul­tos. No me des­per­ta­ron nin­gu­na emo­ción en su día clá­si­cos del cine de ani­ma­ción japo­ne­sa como Aki­ra, Ghost in the Shell o El via­je de Chihi­ro, que lle­gó a ganar un Oscar a la mejor pelí­cu­la de ani­ma­ción en 2002 y un Oso de Oro en la Ber­li­na­le. Nun­ca le encon­tré la gra­cia a los dibu­jos ani­ma­dos nipo­nes ni a sus argu­men­tos. Me pare­ce mucho más ima­gi­na­ti­va la ani­ma­ción para adul­tos que se ha hecho en las últi­mas dos déca­das en EEUU, Gran Bre­ta­ña, la Repú­bli­ca Che­ca e inclu­so en paí­ses con menos tra­di­ción en ese ámbi­to como Israel o Espa­ña. Por eso me gus­ta­ría reco­men­dar viva­men­te el ciclo Ani­ma­to­pía: Los nue­vos cami­nos del cine de ani­ma­ción que aco­ge la Fil­mo­te­ca de Cul­tu­rArts IVAC has­ta el pró­xi­mo 29 de diciem­bre y en el que podrán ver­se 25 lar­go­me­tra­jes de cine de ani­ma­ción de muy diver­sa pro­ce­den­cia, pro­du­ci­dos entre 2001 y 2012. Se tra­ta de una exten­sa retros­pec­ti­va, orga­ni­za­da por Cul­tu­rArts IVAC jun­to al Fes­ti­val de Cine de San Sebas­tián y la Fil­mo­te­ca Vas­ca, que reco­ge las más suges­ti­vas y ori­gi­na­les apor­ta­cio­nes del cine de ani­ma­ción de las últi­mas dos déca­das. La retros­pec­ti­va pro­po­ne un reco­rri­do por pelí­cu­las que van más allá de los lími­tes que erró­nea­men­te se le impo­nen al géne­ro. Poco tie­nen que ver con las cin­tas de entre­te­ni­mien­to fami­liar o las aven­tu­ras fan­tás­ti­cas. E inclu­so algu­nas de ellas pare­cen haber sido rea­li­za­das bajo los efec­tos de algún pode­ro­so psi­co­tro­po como Hair High (2004) de Bill Plym­pton o Metro­pía (2009) de Tarik Salehm.

    Las pelí­cu­las pro­gra­ma­das refle­jan la liber­tad y capa­ci­dad que ha veni­do demos­tran­do la ani­ma­ción para tra­tar temas com­ple­jos y poco habi­tua­les den­tro del géne­ro como los con­flic­tos socia­les e his­tó­ri­cos, que pue­den ver­se en el docu­men­tal Waltz With Bashir (2008) de Ari Fol­man, que denun­cia los exce­sos del ejér­ci­to israe­lí en la gue­rra del Líbano de 1982; o las intrin­ca­das refle­xio­nes filo­só­fi­cas y socio­ló­gi­cas de Waking Life (2010) de Richard Lin­kla­ter. Más allá de las tra­di­cio­na­les pelí­cu­las de ani­ma­ción o de las info­gra­fías en 3D, en el ciclo se reúnen pelí­cu­las que expe­ri­men­tan y fusio­nan todo tipo de nove­do­sas téc­ni­cas como la stop motion, el rotos­co­pia­do, la ani­ma­ción de recor­tes y otras for­mas alter­na­ti­vas de ani­ma­ción digi­tal. El ciclo cuen­ta con pelí­cu­las no estre­na­das o poco cono­ci­das en nues­tro país como la cana­dien­se Mary and Max (2009) de Adam Elliot, la che­ca Alois Nebel (2011) de Tomás Lunák, la ruma­na Cru­lic, camino del más allá (2009) de Anca Damian o la espa­ño­la Gor­do, cal­vo y baji­to (2011) de Car­los Osu­na. El talen­to valen­ciano está en cier­to modo pre­sen­te en Chi­co y Rita (2010) de Fer­nan­do True­ba y los valen­cia­nos Javier Maris­cal y Tono Erran­do; y Arru­gas (2011) de Igna­cio Ferre­ras, que está basa­da en el cómic homó­ni­mo de Paco Roca.

  • “Es loable el empeño y el esfuerzo realizado para obtener el mayor consenso posible de la Comunidad Valenciana para salir del letargo en el que permanentemente vive”.

    El deba­te de las rela­cio­nes entre el poder polí­ti­co sur­gi­do de las urnas –median­te los pro­ce­sos defi­ni­dos en la Cons­ti­tu­ción y las dis­tin­tas leyes que desa­rro­llan nues­tros pro­ce­di­mien­tos elec­to­ra­les–, y la natu­ra­le­za y fun­cio­nes de la socie­dad civil, está de actua­li­dad en nues­tras tie­rras en los últi­mos tiem­pos.

    His­tó­ri­ca­men­te se ha enten­di­do que estos dos mun­dos cir­cu­la­ban por vías para­le­las que difí­cil­men­te lle­ga­ban a con­ver­ger, y más bien, cuan­do lo hacían, era para que la socie­dad civil defen­die­ra su ámbi­to de inde­pen­den­cia y vigi­lan­cia hacia el poder polí­ti­co. No es de espe­rar que la socie­dad civil de un país con tra­di­ción demo­crá­ti­ca sal­ga en defen­sa de sus gober­nan­tes, sal­vo en casos extre­mos de gue­rras con­tra paí­ses enemi­gos, desas­tres natu­ra­les, actos de terro­ris­mo o demás casuís­ti­ca extre­ma por su vio­len­cia o ame­na­za de la mis­ma. Lo hemos vis­to en diver­sos paí­ses, en espe­cial los anglo­sa­jo­nes, cuan­do en epi­so­dios his­tó­ri­cos como los men­cio­na­dos, y siem­pre con una visión tem­po­ral y limi­ta­da a las cir­cuns­tan­cias con­cre­tas, se han uni­do en apo­yo del Gobierno de turno y con el res­pal­do de la opo­si­ción, todo el con­jun­to de aso­cia­cio­nes civi­les, libres e inde­pen­dien­tes del eje­cu­ti­vo, sur­gi­dos de la volun­tad de los inte­gran­tes de dichos colec­ti­vos.

    En el mun­do anglo­sa­jón, la sos­pe­cha sobre el des­vío en el uso del poder y el insa­cia­ble afán recau­da­to­rio del Eje­cu­ti­vo, sir­ve de per­ma­nen­te com­pro­ba­ción, con­trol y con­tra­po­der de la pro­pia socie­dad civil, lo cual, uni­do al voto por cir­cuns­crip­cio­nes elec­to­ra­les pró­xi­mas al votan­te, hace que las rela­cio­nes entre el poder sur­gi­do de la urna y la socie­dad civil vigi­lan­te, sean las jus­tas y las nece­sa­rias para que cada par­te lle­ve a cabo su fun­ción social.

    El pano­ra­ma, bre­ve­men­te des­cri­to con ante­rio­ri­dad, poco tie­ne que ver con lo que es habi­tual en nues­tras tie­rras. De entra­da, sole­mos equi­vo­car la cele­bri­dad (más o menos mere­ci­da) de deter­mi­na­das per­so­nas, con su auto­ri­dad moral para repre­sen­tar valo­res supe­rio­res de la socie­dad. Por otro lado, no pue­de ser que aso­cia­cio­nes abso­lu­ta­men­te depen­dien­tes del pre­su­pues­to de todos los con­tri­bu­yen­tes pre­ten­dan repre­sen­tar a la socie­dad civil inde­pen­dien­te. Ade­más, si el pro­pó­si­to de un Gobierno es con­tar con el apo­yo de esta­men­tos aje­nos a la polí­ti­ca dia­ria –y trans­ver­sal en sus ideo­lo­gías–, pare­ce más nor­mal que los con­vo­can­tes y ofe­ren­tes del apo­yo sean éstos, y no el pri­me­ro.

    Sea cual sea la nece­si­dad de apo­yo, como lo es una mejor finan­cia­ción para nues­tro terri­to­rio y Gobierno, el poder polí­ti­co debe­ría ser muy sutil con las pues­tas en esce­na y la obten­ción de apo­yos, pues es fácil dar la impre­sión con­tra­ria a la desea­da, cuan­do al reca­bar el apo­yo de la socie­dad en gene­ral a tra­vés de sus aso­cia­cio­nes libres e inde­pen­dien­tes, se con­vo­ca des­de el poder polí­ti­co, en un mar­co ges­tio­na­do por el poder polí­ti­co, a los repre­sen­tan­tes de aso­cia­cio­nes o empre­sas depen­dien­tes del poder polí­ti­co.

    Dicho lo cual, es loa­ble el empe­ño y el esfuer­zo rea­li­za­do –y pen­dien­te de rea­li­zar–, para obte­ner el mayor con­sen­so posi­ble de la Comu­ni­dad Valen­cia­na para salir del letar­go en el que per­ma­nen­te­men­te vive, para obte­ner una ade­cua­da finan­cia­ción y retorno de los impues­tos que pagan per­so­nas y empre­sas valen­cia­nas. Espe­re­mos que, a base de man­te­ner rela­cio­nes esta­bles (no solo cuan­do con­vie­ne), poder polí­ti­co y socie­dad civil valen­cia­na lle­guen a remar en ésta mis­ma direc­ción.

  • Ya casi no se recuer­da, pero la barria­da de Ruza­fa ori­lló has­ta hace bien poco los lími­tes de la exclu­sión. Era un barrio aban­do­na­do que coque­tea­ba con el hur­to y el nar­co­trá­fi­co, cuan­do no cosas peo­res. Los que hemos naci­do y cre­ci­do entre sus calles toda­vía lo comen­ta­mos, exul­tan­tes, mien­tras mano­sea­mos la des­co­mu­nal trans­for­ma­ción. Aho­ra Ruza­fa es de las pocas inflo­res­cen­cias que se aúpan den­tro de la ciu­dad como una selec­ta órbi­ta para la van­guar­dia cul­tu­ral. Tene­mos terra­zas, libre­rías y tien­das vin­ta­ge; col­ma­dos y locu­to­rios que se entre­la­zan con res­tau­ran­tes de moda y vino­te­cas.

    Un Ruza­fa siem­pre caren­te de refe­ren­tes arqui­tec­tó­ni­cos –poco pue­de ver­se más allá de la igle­sia barro­ca de San Vale­ro–, se ha abra­za­do a sus gen­tes y la rique­za racial que tra­su­da­ba, a los micro­ne­go­cios del arte y el dise­ño, a la pun­ta de lan­za gas­tro­nó­mi­ca que, con Ricard Cama­re­na a la cabe­za, ha ubi­ca­do su man­do en pla­za entre las calles del Doc­tor oto­rrino Sum­si y del Maes­tro zar­zue­lis­ta José Serrano. Pero de entre todos los sím­bo­los del barrio, don­de de ver­dad se pal­pa el res­ta­ño de la anti­gua more­ría, es ante la figu­ra omní­mo­da de su mer­ca­do.

    El mer­ca­do abrió cuan­do se roza­ban los años 60 y, como la mayo­ría de cons­truc­cio­nes de la épo­ca, se irguió como un edi­fi­cio fun­cio­nal. Todo es hor­mi­gón, des­de las vigas has­ta la cubier­ta, y poco ha podi­do hacer­se –si com­pa­ra­mos con otros mer­ca­dos más favo­re­ci­dos por su tiem­po– sal­vo pin­tar la celo­sía. Un colo­ri­do sen­ci­llo que ha tro­ca­do la apa­ren­te futi­li­dad de un cam­bio cro­má­ti­co en un acto sim­bó­li­co que deja tras­lu­cir, en su cara exte­rior, todas las his­to­rias que al Mer­ca­do de Ruza­fa toda­vía le que­dan por con­tar.

    Des­de hace bien poqui­to este recu­bri­mien­to incon­fun­di­ble del mer­ca­do for­ma par­te ya de su nue­va ima­gen. Es su fla­man­te logo­ti­po, la seña de iden­ti­dad, la de la inci­pien­te pági­na web o la que lo iden­ti­fi­ca en redes socia­les. Pero más allá de un movi­mien­to de mar­ke­ting, tras este nue­vo emble­ma repo­sa la volun­tad de la Aso­cia­ción de Ven­de­do­res del Mer­ca­do de Ruza­fa de rei­vin­di­car el valor icó­ni­co que su mer­ca­do tie­ne para el barrio. A pesar de las difi­cul­ta­des ya han con­su­ma­do even­tos de coci­na en vivo, de músi­ca coral can­ta­da a cap­pe­lla por sus pasi­llos o la pre­sen­ta­ción de Rus­sa­fa Escé­ni­ca para demos­trar que aquí se osci­la en sin­to­nía y que se han subi­do al tren para asu­mir el papel de loco­mo­to­ra.

    Y en esas ha segui­do la Aso­cia­ción, por­fian­do, has­ta alcan­zar el cul­men el pasa­do 19 de octu­bre en una noche de sába­do inau­di­ta en la que todo Ruza­fa se arre­mo­li­nó en su inte­rior. Ánge­la sacó su pes­ca­di­to fri­to y su all i pebre, Zuri­ta puso las palo­mi­tas y deli­ca­tes­sen, Ber­trand Mazu­rier sus excel­sos que­sos de leche cru­da por los que se pega media ciu­dadl’Horta Gour­met lus­tró sus fru­tas exó­ti­cas, Terra i Xufa su hor­cha­ta eco­ló­gi­ca, Ben Triat sus pro­duc­tos selec­tos ¡y has­ta el bar del mer­ca­do su máqui­na de café! Y aun­que me dejo a muchos, no voy a olvi­dar­me de la gran pae­lla y las cer­ve­zas con las que se regó, mien­tras la alga­ra­bía de un Ruza­fa son­rien­te escu­cha­ba Los Con­cier­tos del Mer­ca­do.

    No es ya sólo que un gran mer­ca­do haya moder­ni­za­do sus comer­cios. No sim­ple­men­te que al de Ruza­fa ya hayan lle­ga­do las para­das con pro­duc­tos gour­met, las fru­tas y ver­du­ras pro­ce­den­tes de pun­tos dis­tan­tes en el atlas o que los gran­des chefs de media ciu­dad por fin lo sitúen en el mapa. Son sus vier­nes y sába­dos lle­nos de bulli­cio, del barrio que res­pi­ra en sus para­das don­de tam­bién se repa­ran bici­cle­tas, de las nue­vas pro­pues­tas socio­cul­tu­ra­les que están por venir –y ya se anun­cian– a las que nues­tro mer­ca­do va a pres­tar sus ins­ta­la­cio­nes… Atrás que­da­ron los oscu­ros años 80 en los que sien­do niño levan­ta­ba las fal­das de las seño­ras por los pasi­llos del mer­ca­do de mi barrio. Aho­ra, ami­gos, mi mer­ca­do des­can­sa tam­bién en las manos de su barrio, su gen­te, su ciu­dad y sus usua­rios.