Valencia cuna de ingenio, inspiración, de artistas y arte. Es durante […]
Confieso que en mi carrera como plumilla mercenario, me he […]
Empezamos 2015 con la esperanza de que este año […]
Lupe Fullana Zarranz
Diciembre es el mes de la suerte, la lotería arrastra muchas alegrías a quien toca, de las ilusiones, villancicos, adornos y luces y sobre todo el mes de la Navidad y los regalos. ¿Por qué no regalas arte?, y conviertes el hecho en un rato de ocio para ti.
Hace poco estuve con un amigo que quería comprar un cuadro, se quiere iniciar una pequeña colección; ¡cómo disfrutamos el paseo por las galerías! Rodeados de Tàpies, Chillida, Capa o Mompó… los ojos iluminados nos brillaban de felicidad.
Observamos, escuchábamos y saboreábamos cada detalle. Y sí, es que las cosas bellas nos dan placer, y el arte está para ello, para deleitarnos con su belleza.
Acabamos la tarde en la galería Benlliure; os recomiendo que entréis: un espacio lleno de secretos, antiguos o clásicos como ya les llamamos; Pinazo, Tuset, Lahuerta… nos hablan del pasado glorioso de nuestros artistas, cuna de maestros.
Y los modernos nos hacen soñar: Michavila y sus Albuferas serenas, limpias, que nos trasladan a espacios en que el tiempo se para.
La extravagancia pícara de Carmen Calvo nos hace reír, nos invita a un mundo diferente en el que caras de niños nos miran, de pronto se levantan en mi amigo ese no sé que solo sientes ante algo que te atrae.
¿Es la curiosidad?, ¿la necesidad de querer saber más?… ¡Calvo le ha cautivado! La monumentalidad señorial de Valdés se impone ante nosotros, y llena de vibración la sala, Saura, Miquel Navarro, Lobo… sencillamente pasen y vean, disfruten y aprendan. Y regalen arte este año.
Lucas Soler
Pese a arder eternamente en la hoguera de la crítica cinematográfica más respingada, siempre he sentido una especial querencia por las disparatadas comedias del prolífico Mariano Ozores y de otros artesanos del cine patrio (Ignacio Iquino, Vicente Escrivá, Coll Espona, Pedro Lazaga), que dirigieron películas de escaso valor artístico, pero ricas en erotismo graso y en humor condimentado, bajo la despectiva denominación de españoladas.
Desde finales de la década de los 50 hasta su retirada forzosa a mediados de los 90, Mariano Ozores fue uno de los directores españoles que más se interesó por retratar la evolución política y social de nuestro país, pero siempre desde una perspectiva paródica, desenfadada y esperpéntica.
Su visión ideológica no encajaba dentro de los cánones clásicos de la derecha española heredera del franquismo, es decir, rancia, católica y tradicionalista, sino más bien era un explosivo y afrodisíaco cóctel de populismo reaccionario y liberalismo anarquizante con unas amargas gotas de nihilismo.
El bueno de Mariano Ozores tenía escasa fe en sus propios compatriotas y en su forma de actuar y comportarse tanto en un despacho oficial o un estrado parlamentario, como en la barra de un bar de alterne o la cama redonda de un hotel de carretera, ya que los protagonistas de sus películas tan interesados estaban en meter la mano en una caja de caudales como en el escote de una señora estupenda.
Veinte años después de su jubilación, algunos de los títulos de las películas de Ozores vuelven a cobrar sentido y plena actualidad en un país azotado por la corrupción y el descrédito absolutode la política.
Porque el desolador panorama político español puede definirse perfectamente por títulos suyos como Pelotazo nacional(1993), Disparate nacional (1991), Hacienda somos casi todos (1988), Ya no va más (1988), ¡Estos es un atraco! (1987) o ¡Todos al suelo! (1982).
Con la epidemia de políticos imputados e infectados por el virus de la corrupción, es imposible dejar de recordar películas como Veredicto implacable (1988), Rueda de sospechosos (1964), El recomendado (1986), Los presuntos (1986), Los chulos (1981), Los liantes (1981) o Los cararudos (1983), aunque está última fue dirigida por su hermano Antonio Ozores. Hace más treinta años, cuando UCD se desmoronaba en un clima de convulsión política tras el fallido golpe del 23‑F, Ozores dirigió la apocalíptica ¡Que vienen los socialistas! (1982), aunque luego con el acomodaticio y acomodado Felipe González no fue para tanto.
Ahora no tengo muy claro qué película rodaría ante la amenaza que supone Podemos para la casta castiza e ignoro qué actor con coleta postiza podría interpretar al hipnótico Pablo Iglesias, puesto que todos los galanes de la generación de Ozores ya están jubilados o descansan en la paz del sepulcro.
Para quienes se regodean en el catastrofismo, nuestrofuturo político inmediato ya no está en manos de Unos granujas decentes (1980) de Ozores sino en las garras peludas de Los otros (2001), ese clásico de terror de Alejandro Amenábar, aunque yo prefiero pensar en el tono de comedia disparatada de la serie La que se avecina mientras reivindico la actualidad de Todos a la cárcel (1993) de mi adorado Berlanga.
Para este último mes del año donde el desenfreno gastronómico suele ser norma, no dejen de visitar Al Tun Tún que se presentó ante el público valenciano a principios de noviembre y por ahora lleva un ritmo exitoso a la par con su hermano mayor Valen & cia. En esa inauguración se disfrutó de unas exquisitas tapas, una música elegante y unos asistentes que además de clientes, muchos son amigos de Valentín Sánchez Arrieta, artífice de los logros gastro-sociales más importantes del último año. Entre los invitados estaban el arquitecto y diseñador Ramón Esteve; José Tamarit y su mujer Ana Varela de Chapeau o los joyeros y hermanos Antonio y Pablo Jordán; así como el director de Umbracle-MyaCarlos Jaén. Como saben, diciembre suele ser un mes repleto de galas y cenas benéficas, así que los amigos de la Orden de Malta, con su nuevo delegado Vicente García-Menacho y Osset al frente, decidieron anticiparse y organizaron un magnífico concierto de piano con dos jóvenes talentos valencianos, premiados en el concurso de piano anual de Lo Rat Penat: Javier Manuel Obrer y Francisco José García. El recinto inmejorable, la Sala Rodrigo del Palau de la Música de Valencia que amablemente cedió su presidenta Mayrén Beneyto y la convocatoria a cargo de José Mª Selva fue un auténtico éxito. Entre muchos y buenos amigos estaban Pedro Ribelles yAna Casanova;Gaby Fernández de Córdoba, Pilar Ineba o José Antonio Ortenbach.
Este mes que nos conduce al 2015 también es una buena época para hacer escapadas, les recomendaré algo sencillo pero agradable y divertido, pasen un par de días en Madrid, visiten alguno de sus interesantes museos y pasen una tarde llena de buen humor con el dúo Los Morancos que están colgando el cartel de ‘completo’ todas las semanas en el Teatro Nuevo Ápolo con ‘En Positivo 2’.
Mención especial merece una mujer que ha demostrado su talla humana realizando una obra al más puro estilo del modelo anglosajón de mecenazgo; Mª José Navarro de Gómez-Ferrer donó una importante colección pictórica a beneficio de UNICEF Comunidad Valenciana que preside Nidita Guerrero y que estuvo expuesta en el Palau de la Música. Otro evento que sorprendió por su originalidad y presentación fue ‘La fábrica Smart’ para dar a conocer el nuevo modelo de la marca Mercedes en Valencia, en la Imprenta Vila estuvieron entre otros Borja Martos de Lontananza, los hermanos Aliño del Grupo El Alto que sirvió un exquisito catering y los diseñadores Lucas Zaragosí y Adrián Salvador de Sleeplate Projects.
James Stewart en una silla de ruedas, dos piernas escayoladas y único entretenimiento mirar por la Ventana Indiscreta.
Y ésta a modo de escenario le habla de vidas ajenas, aventuras, amores, penas… le presenta las intimidades de las gentes, siendo Stewart un discreto voyeur de las realidades de los otros.Ximo Amigó, toma como título de su muestra en la Galería 9 esta película, siendo él el protagonista, el voyeur, pero también nosotros lo somos al hacernos partícipes en sus composiciones, que miramos con descaro para descubrir las intimidades que allí se nos presentan.
El lenguaje pop llena las pinturas, el cual identificamos con su arte, es fácil de ver y entender e indiscretamente entramos en la intimidad de las mujeres, nos asomamos desde los ojos de Amigó: tacones, labios, medias, piernas… se convierten en protagonistas, enfocados a trozos como si una cámara fotográfica fuera, decontextualizándolos del todo y convirtiéndolos en un nuevo objeto con sentido propio.
El erotismo, la feminidad, el placer, la belleza son tratados por sus pinceles y descritos desde la mirada de un voyeur que se cuela para ver lo más secreto de cada uno, como Stewart desde su apartamento dirigido por Hitchcock, Amigó en varios tamaños, técnicas y colores expresa las inquietudes artísticas que le invaden, y que a nuestros ojos no dejan indiferente.
Octubre pese a sus elevadas temperaturas es el referente en el inicio de la actividad cultural, social, gastronómica y de cualquier tipo en Valencia. Las más variadas propuestas culturales, desde los clásicos teatros como Talia y Olympia al Microteatre Valencia en Ruzafa, ese barrio que no para de sorprendernos muy gratamente con todas sus iniciativas. Las cenas más exclusivas con maridajes de infarto y las galas benéficas donde la sociedad valenciana muestra su mejor lado. Conciertos de altura en nuestro querido Palau de la Música y también en salas históricas como Jerusalem donde Copa Ilustra Band y Javier Botella encandilaron a todos. Y exposiciones que nos hacen vibrar con nuestra historia reciente y aprender sobre las personas que con su ejemplo y su vida construyeron la democracia.
‘La dama boba’ de Lope de Vega nos trajo un teatro de época con una exultante Rossana del Carpio en un entorno clásico como el Teatro Talia donde nos espera un noviembre lleno de humor y espectáculos entretenidos. El Teatro Olympia se llenó hasta la bandera durante las sesiones de monólogos con Sinacio y Leo Harlem y tiene en cartelera espectáculos variados y de la máxima calidad como ‘El lago de los cisnes’ a ‘Mayumana/Racconto’. El Restaurante Vinatea y el IVAM fueron testigos de cenas de altura con los mejores champagne, Moët & Chandon o Dom Pérignon gracias a Dicoval, y unos maridajes con los mejores productos de nuestra tierra. El anfitrión fue Javier Monedero y buenos amigos como la pareja de empresarios José Luis Vilanova y Verónica Montijano; el sastre Antonio Puebla o el arquitecto y diseñador Ramón Esteve, disfrutaron de estas espirituosas veladas. La Fundación DASYC, presidida por Víctor Martínez Galán, cumplió 20 años al servicio de la sociedad valenciana y celebró una Cena Benéfica con rifa incluida en la madrugada del 9 d’Octubre.
En otro orden de cosas, les recomiendo que no se pierdan la exposición ‘Maestros de la ciudadanía’ que en la sede de la Nave de la Universidad de Valencia y con la colaboración de la Asociación de Amigos de la Fundación Broseta, que preside Pablo Broseta, se inauguró hace unos días y estará hasta finales de enero. Los tres protagonistas (Manuel Broseta; Ernest Lluch y Francisco Tomás y Valiente) son ejemplo en su vida y obra en la lucha por la democracia y todos fueron asesinados por la banda terrorista ETA.
Un mes en el que el Museo de Bellas Artes de Valencia cumplió 175 años y la saga de artistas de la Familia Benlliure nos muestra una colorista exposición titulada “El color del agua. La acuarela en la familia Benlliure”y nos deleita con la suavidad de esas pinturas en la Casa Museo Benlliure, otra joya desconocida por muchos valencianos y que invito a que visiten y disfruten en este mes en que recordamos a nuestros Fieles Difuntos.
Joseca Arnau
Algún veterano periodista ha comentado el cansancio que le produce la continuada presencia de Santiago Segura en todos los periódicos, revistas, carteleras, radios y televisiones nacionales, autonómicas, comarcales y locales durante la intensa campaña de promoción de Torrente 5: Operación Eurovegas. Puede que no le falte razón.
Cada vez que inicia la promoción de una de sus películas, el cineasta madrileño parece estar en todas partes y a todas horas, como si fuese Dios Omnipresente.
Sin embargo, quienes critican la omnipresencia de Segura en todos los medios no deberían olvidar que una parte importante del éxito millonario en euros y espectadores de la saga Torrente reside en el empeño de su director y protagonista en no dejar ningún sitio sin visitar con el fin de publicitar sus películas. En ese sentido es un auténtico corredor de maratones mediáticas.
Recuerdo que durante la promoción de Torrente 2: Misión en Marbella en 2001, Segura se desplazó a Valencia, donde le esperaba Arturo Valls, para presentar su película a los medios en los cines Lys, aunque la cinta ya llevase más de una semana estrenada.
Segura no solamente ofreció ofreció una multitudinaria rueda de prensa, si no que luego se pasó casi cuatro horas atendiendo pacientemente a cualquier medio que pidiera una entrevista, ya fuese una remota televisión local del Rincón de Ademuz, una modesta publicación universitaria de cine o una radio pirata.
A todos atendió con su habitual desparpajo e ironía, sin hacer distinciones ni discriminaciones. Una actitud condescendiente y democrática que agradecieron los periodistas. Trece años después, ya no le ha hecho falta pasar por Valencia para presentar Torrente 5 Operación Eurovegas, porque ahora contamos con la estruendosa caja de resonancia de Internet.
Pese a la importancia actual de las redes sociales y la publicidad viral, Segura sigue acudiendo a todas las teles a vender su película porque sabe que la caja tonta sigue siendo el punto de partida de mucho ronroneo en la red. Se trata de una labor extenuante y sacrificada, pero a Segura no le importa cocinar en directo o someterse a la máquina de la verdad si a cambio puede recordar a la audiencia que Torrente está en todos los cines de España.
En este tipo de entrevistas, Segura se enfunda la tradicional camiseta negra con el logotipo de Torrente, para dejar bien claro cuál es su único objetivo: conseguir que su película bata todos los récords de recaudación y asistencia.
Con Torrente 5, sin duda, tiene posibilidades de lograr sus objetivos, puesto que en los primeros veinte días de su estrenó recaudó 7,7 millones de euros y fue vista por 1,2 millones de espectadores. La competencia, sin embargo es muchísimo más difícil que en otros años, pues en cartelera ha tenido como rivales a dos excelentes películas españolas que también están teniendo muy buenos resultados de público y taquilla: La isla maldita de Alberto Rodríguez y El niño de Daniel Montón.
Santiago Segura tendrá que recorrer aún muchas radios y televisiones para alcanzar las cifras de la comedia Ocho apellidos vascos de Emilio Martínez Lázaro, que ya se ha convertido en la película más taquillera de la historia del cine español con más de nueve millones de espectadores y 56 millones de recaudación.
Pese a los dos millones de euros de presupuesto en publicidad y copias de un total de los ocho y medio que ha costado Torrente 5, Segura se ha entregado a promocionar su película con el entusiasmo y la tenacidad propios de un principiante que ha rodado su ópera prima.
Esta actitud debería servir de ejemplo a las nuevas generaciones de cineastas porque cada vez va a ser más difícil captar la atención de un público joven con la atención dispersa y la mirada secuestrada por la pantalla del móvil entre los twitters y los whatsapp.
Han pasado dos décadas. Somos más viejos. Nos hemos comido la juventud y la plenitud. Casi todos los que participamos en aquella exposición, Muelle de Levante, oscilábamos entre los treinta y pocos o la cuarentena. Veinte años después, andamos en ese momento tan atribulado de la edad adulta, de los cuarenta y muchos a los casi sesenta, justo antes de doblar el cabo que nos lleva a la etapa del jubileo. Básicamente ya no estamos para perder el tiempo y se supone que somos más sabios para frenar el resentimiento, domesticar la ira y reconocer lo verdaderamente valioso.
La pintura, sin embargo, no es como el cine o la buena arquitectura, que suelen mejorar siempre en manos de creadores maduros. La pintura, en ocasiones, es fruto de un rapto juvenil. Y son muy pocos los artistas plásticos que consiguen evolucionar bien y en continuidad. Picasso, precisamente, está considerado el creador de referencia durante el siglo XX por su capacidad camaleónica.
Teresa Tomás. Terciopelo Azul, 2014Picasso es bueno en casi todos sus periodos, y los tiene muy diferentes. A su colega de éxitos cubistas, Braque, le pasa lo contrario. Pero hay quien siempre hace lo mismo y resulta muy difícil establecer la jerarquía entre sus obras: dado que el arte contemporáneo ha primado la novedad y la ruptura como valor, entonces se suele subrayar el primer gesto de un estilo característico como el más importante para la historiografía. A veces, sin embargo, no es así, por más que se empeñen algunos expertos; hay artistas que consiguen ser reconocibles en su obra muy pronto y van mejorando, madurando esa misma singularidad durante un largo periodo.
Joel Mestre. Precio nacionalista, 2012Este preámbulo viene a cuento de la significación de la exposición Travesías, pues en primera instancia su objeto no es otro que rendir homenaje a la que fue la primera gran andadura colectiva de aquel grupo de pintores, corriendo el año 1994 y que se llamó Muelle de Levante. Partimos de Valencia y surcamos hacia el Círculo de Blanca Sánchez en Madrid, a la Palma de los Pinya, Murcia y Almería. Nadie quiso entonces, y menos ahora, postular una corriente, definir una escuela o agrupar en zafarrancho a los últimos pintores de todas las filipinas. Lo dejó bien escrito en su momento el comisario y teórico de aquel enrolamiento, Juan Manuel Bonet: no hubo pretensión alguna de manifiesto. Y ahora, de ningún modo.
Lo que consta es que en aquel año se propuso una amplia muestra colectiva tras quedar patente que en la ciudad de Valencia y en diversas ramificaciones –Cartagena, por ejemplo–, un grupo de artistas de edades coetáneas había decidido firmemente expresarse a través de la pintura, de rasgos figurativos así como de múltiples y dispares fuentes, mundos personales y conceptos. La contingencia tenía un enorme poder de irradiación. El Club Diario Levante que un servidor coordinaba desde su nacimiento, entendió que había que dar voz a aquella corriente. Otros productores como el galerista Ramón Alcaraz (My name’s Lolita Art), el propio Bonet (que posteriormente dirigió el IVAM y el Reina Sofía), o la sala de la Universitat de Valencia al mando de Salvador Albiñana, ya llevaban un tiempo liderando diversos fragmentos del grupo.
El núcleo valenciano, con el apoyo de los corpúsculos cartagineses, resultó tener eco más allá. En Sevilla, galeristas como Rafael Ortiz fueron sensibles a la pintura con nuevos renglones. Y en Santander lo hizo Juan Riancho en su singladura de Siboney. Y en Madrid fue (es) la galería Estampa de Manuel Cuevas. Para sorpresa de todos, en Barcelona el crítico de La Vanguardia, Juan Bufill, creó el concepto metarrealista para aglutinar otro movimiento con foco barcelonés, en pleno mandarinato del minimalismo matérico y el happening comprometido.
Todo eso ocurría en las cercanías del año 94. Aquella vuelta a la pintura, como tantas anteriores, volvió a ser considerada un retorno al orden conservador. De la estética conservadora, se entiende, porque al conservador rico de “buen” gusto radical se le consiente todo.
En cualquier caso, en la pintura contemporánea ya había llovido mucho: la nueva objetividad o el realismo mágico, cuya muestra de Marga Paz en el IVAM de Bonet dejó a muchos con la boca abierta, confrontado al expresionismo alemán como el pop-art hizo frente a la abstracta escuela neoyorquina o aquí el arte social frente al informalismo, por más que un artista como Manolo Valdés haya consumido después miles de metros de arpillera para esbozos figurativos en su particular vía de síntesis.
En España, también, los 80 de la “movida” fueron figurativos, reagrupados por Gordillo, con artistas muy influyentes para los jóvenes posteriores como Alcolea, Campano –sus trabajos sobre Poussin–, Albacete, Quejido, Miquel Navarro, Carlos Franco o, sobre todos, Pérez Villalta. Mientras, en Sevilla surgía un grupo puente que depura de excesos expresivos la pintura y le incorpora una fuerte carga semántica: Chema Cobo, Curro González, Patricio Cabrera, el agitador Rogelio López Cuenca, Agredano, Paneque… la interminable lista de La Máquina Española del atildado galerista Pepe Cobo, algunos de los cuales recalaron en la Fúcares de Norberto Dotor, vivero de diferentes y atrevidos pintores por entonces como Juan Ugalde u Oriol Vilapuig.
Dis Berlin. Cantos, Arquitectura moderna, 2012Desde luego había simientes y fermentos para que se dieran aquellas circunstancias pictoricistas. Veníamos de la Escuela de Londres –Bacon, Freud, Auerbach, Kitaj…–, se difundía la obra de Morandi y los metafísicos italianos de Valori Plastici, mucho más incluso que la Transvanguardia… Se redescubría a Balthus, a los realistas rusos –Deineka, defendido con entusiasmo por el genial Quico Rivas mucho antes de la retrospectiva en la fundación Juan March que llevó a cabo Manuel Fontán–… El Reina traía a Richter, Vicent Todolí había apostado por Sigmar Polke en el Carmen, artistas todavía más orillados como los checos del Grupo Normal: Milan Kunc, Jan Knap o Peter Angermann, exponían en Valencia con otro March, Tomás, o los norteamericanos Georges Condo y David Salle se mostraban con normalidad en el espacio de Soledad Lorenzo, mientras Salvo o Dokoupil se paseaban por aquí gracias a los tinerfeños de la galería Leyendecker.
Así que no inventamos nada ni lo pretendíamos. Ya está dicho hasta el hartazgo. Fue una feliz y nutrida coincidencia, una suma de contingencias de orden estético.
¿Y qué ha pasado de entonces acá, en estos veinte años?
La mayoría de aquellos jóvenes han seguido pintando, con mayor o menor fortuna en el mercado del arte. De aquel grupo, algunos como Manuel Sáez, el mencionado Vilapuig, Marcelo Fuentes o Joan Sebastian se han descabalgado. Otros que nunca estuvieron y pudieron estarlo –Xisco Mensua, Chema López…– siempre han preferido caminar en solitario porque entienden que su carga intelectual, sus genealogías antropológicas de la cultura les convierte en post-pintores. Antoni Domènec, en cambio, ha llevado su poética hasta el extremo de transformarla en esculturas, mientras José Vicente Martín, tan amigo de los movimientos iconoclastas de raíz dadaísta, ha sucumbido a la fotografía en su obra amparada por La Mutua Artística.
Ángel M. Charris. Euronómadas, 2011Se han sumado, en cambio, algunos pintores que debieron estar y por diversas razones perdieron aquel barco. Otros se han reagrupado más tarde: La literatura y la arquitectura racionalista de Damián Flores, la cinematografía negra de Carlos García-Alix, la metapintura de Alberto Gálvez o el surrealismo teatral de Gino Rubert junto a la vía sacra de Pedro Esteban, y las relecturas de la historia de la pintura de Tomás Mendoza con el Bosco y de Jordi Ribes con sus referencias personales.
Todos los demás han seguido madurando, cada uno dentro de sus coordenadas: hopperianas en Charris, más pop en Cuéllar o Joël Mestre; cada vez más richterianas en Sicre… suplantando a la fotografía como es el caso de Balanzà o al cine como lo hace Santi Tena –quien veinte años después sigue siendo Santi… Hay ecos constructivos y futuristas en Roberto Mollá o en Tarazona, más metapintura paisajista en Carratalá, e infinitas variables de lo surreal en Andrea Bloise, Cordón, Paco de la Torre, Teresa Tomás, Rojas, Aurelia Villalba o Dis Berlin, el capitán de la nave.
Mariano, quizás porque actuó en el escenario plástico desde muy joven, ha sido siempre un poco el padre espiritual de la tripulación, más bien su Ulises, pues fue en la galería Caballo de Troya, junto a Mónica Roig, desde donde organizó una gran ofensiva artística en los 90.
Mariano Dis pone el carácter, pero los cartulanos los ha venido custodiando como oro en paño Paco de la Torre.
A él se debe esta parada en la taberna-fonda del Almirante Benbow, a su tesis doctoral de cientos de páginas dedicada a la aventura de estos pintores que ha trasladado al mundo digital y a la que llama figuración postconceptual.com. Ha sido el guardián entre el centeno, el Frodo tolkiniano. Veinte años después que cada cual juzgue, vea y disfrute. Hay donde elegir: de aquel muelle situado en Levante y hoy cubierto por las aguas partieron muchas rutas, en travesías y singladuras personales cuyas resonancias y ecos pueden volverse a ver por unas semanas en las imponentes naves góticas que servían de atarazanas, el espacio conspicuo para los calafates medievales.
Por Joseca Arnau
Un septiembre cálido y finalmente lluvioso, da paso al mes de Valencia y su Comunidad por excelencia, porque el 9 de Octubre conmemoramos la entrada de Jaume I en el Reino de Valencia y exaltamos de manera pacífica y leal a España nuestra historia y raíces comunes.
El mes que nos abandona nos dejó un torrente de arte, se celebró el certamen Valencia Abierto organizado por LaVac (Asociación de Galerías de Arte Contemporáneo de la CV) con su presidenta Olga Adelantado al frente y tres interesanes rutas por las mejores galerías de arte contemporáneo de Valencia; también se celebró la XVII edición de la Valencia Fashion Week, a punto de cumplir su mayoría de edad, el certamen se consolida como plataforma de jóvenes talentos; también pudimos disfrutar de figuras consolidadas como Gabriel Seguí y el dúo Siemprevivas (Lucas y Adrián) que inauguran un espectacular espacio en Ruzafa y aprovecho para desearles que sigan triunfando con su buen hacer.
El Museo de Bellas Artes San Pío V siguió con su frenética actividad cultural y celebró un recital de poesía sobre Teresa de Ávila con Blanca Beneito, quien interpreta a la santa abulense en la obra que acogió el Teatro Talia y que este mes se representa en Ávila coincidiendo con el inicio de los actos conmemorativos del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús. Además en la pinacoteca valenciana se rindió homenaje (primero en España) al gran modisto Manuel Pertegaz con la colaboración de diseñadores valencianos como Francis Montesinos o Miquel Suay. Y despedimos el mes con un aniversario muy especial, el club de opinion, debate y análisis más prestigioso de Valencia y de España cumplió 30 años, el Club de Encuentro Manuel Broseta que preside Francisco Puchol-Quixal.
Como recomendación para este mes, disfruten de los actos institucionales y religiosos del 9 de Octubre y si tienen tiempo, visiten la exposición ‘Sorolla y Estados Unidos’ en la Fundación Mapfre en su sede del Paseo Recoletos en Madrid. Nos hace apreciar, más si cabe, la grandeza de este valenciano ilustre e internacional que fue Joaquín Sorolla y recordar que somos un gran pueblo con una gran historia de la que sentirnos orgullosos.
De vuelta a la normalidad, después del mes de septiembre que para muchos son días de ir tomando conciencia de la rutina, damos la bienvenida a octubre, a la verdad, al día a día.
Pero entra un Octubre repleto de arte, “Abierto Valencia” es la gran fiesta de la cultura en nuestra ciudad, la noche que se abren las galerías de arte, y nos anuncia el principio e inicio de la temporada artística en la city.
Artistas con variados lenguajes, técnicas, mensajes; los mejores de cada una de las galerías que participan en LaVac, se presentan en sus paredes, invitándonos a conocer lo que durante el año podremos saborear así como dándonos unas semanas de participación en el mundo de la cultura; charlas, encuentros, visitas…acompañan a esta iniciativa.
Cojo la calle e inicio mi recorrido, dispuesta a pasar una tarde entretenida. Un fuerte color de vitales pinceladas llena con tremenda fuerza la Galeria9, entrar es dejarse impregnar por todas las venas de él, es verdaderamente mágico, es Pablo Lambertos.
Un “genio” del optimismo en mí, me provoca alegría y me lleva a mundos donde solo existen sueños de nubes de colores y caminos de baldosas amarillas. De técnica audaz, potente color y capacidad expresiva que no me deja de sorprender.
Y doy otro paso y me encuentro con Willy Ramos en otra de las galerías, entro en un paraíso de flores alegres, vivas, “Forjando el color” dice el titulo de la muestra, forjando sensaciones a través de sus imposibles colores llena de fortaleza y riqueza las paredes y esquinas, las ganas se respiran a través de sus paisajes, sus búcaros, sus hojas…Willy es todo una sonrisa. Animaros a entrar en cada uno de los espacios de Abierto Valencia, y así poder sentir las múltiples sensaciones que nos regala el arte.Lucas Soler
Dentro del mundillo del arte, Carlos Pérez sigue siendo recordado como un conservador de gustos exquisitos e ideas originales que se plasmaron en cada una de las exposiciones que realizó para el IVAM en la década de los 90, el Reina Sofía durante la etapa de Juan Manuel Bonet y finalmente el MuVIM, donde se jubiló un año antes de su fallecimiento en las navidades de 2013. Al margen de su brillante trayectoria como conservador y estudioso de la relación de las vanguardias artísticas del siglo XX con la didáctica y la pedagogía, Carlos Pérez se aproximó a la creación literaria con el espíritu juguetón, travieso y divertido de sus admirados surrealistas y dadaístas. Junto a Francesc Pérez i Moragón, publicó Alfabestiari, un lírico y humorístico diccionario ilustrado de animales que era fiel reflejo de su gusto por la broma convertida en literatura o por la literatura convertida en broma.
Menos conocido es un relato breve, que publicó la desaparecida revista Papers sobre como el actor cómico Buster Keaton pasó por la ciudad de Valencia en 1930 y no se detuvo, anticipándose a lo que haría la delegación norteamericana en ¡Bienvenido, Mister Marshall! de Berlanga, que pasó de largo como un suspiro polvoriento por el pueblo de Villar del Río.
Ahora no recuerdo bien los detalles exactos del cuento de Carlos Pérez, que estaba basado en una anécdota real, porque debí leerlo a principios de los 90. Tal vez me confunda, pero creo recordar que el cómico norteamericano viajaba en coche desde Barcelona hacia Andalucía (o en sentido inverso) pero debía tener prisa y no se quedó ni un minuto en Valencia. Sí llegó a detenerse en Sagunto (o en una población próxima o tal vez en la Albufera, que parece un paraje más idílico) para descansar un rato del viaje. Allí fue abordado por el periodista Federico Miñana que lo entrevistó para la revista Semana Gráfica, dejando testimonio escrito y fotográfico de la ausente presencia de tan insigne personaje del cine mudo por tierras valencianas. Buster Keaton era en 1930 una de las principales celebridades de Hollywood y un actor muy popular en España, donde era conocido por el absurdo sobrenombre de “Pamplinas”, pero ya se había iniciado el vertiginoso declive de su carrera con la irrupción del sonoro un año antes. El cuento de Carlos Pérez sobre Buster Keaton sería luego utilizado como una de las tramas secundarías del largometraje valenciano Nadie como tú (1997), dirigido por Criso Renovell y con guión del propio Renovell y Jorge García.
Casi ochenta y cinco años después del paso fugaz de una de las principales estrellas del cine mudo por nuestra ciudad, Buster Keaton regresa a Valencia para quedarse al menos unas cuantas semanas, puesto que la Filmoteca inició hace unos días una extensa retrospectiva sobre el cómico y cineasta del rostro impasible que se prolongará hasta el 19 de octubre. Conformado por 26 películas, el ciclo de Buster Keaton incluye la práctica totalidad de su filmografía perteneciente al período mudo: los doce largometrajes que dirigió y protagonizó, y la mayoría de sus cortometrajes. En el ciclo podrán verse
sus películas más representativas, las que han quedado como grandes clásicos del cine mudo y la comedia de Hollywood:
El maquinista e la General (1926), El navegante (1924), El héroe del río (1924), El moderno Sherlock Holmes (1924) o La ley de la hospitalidad (1923), entre otras.
Si en 1930 los valencianos se quedaron esperando a Buster Keaton sin tan siquiera poder pedirle un autógrafo, ahora tienen la oportunidad de descubrir o volver a ver las delirantes películas del actor preferido de Buñuel, Dalí y los surrealistas, el cómico de rostro trágico que hacía reír porque nunca se reía.Impulsadas por la Sociedad Deportiva Correcaminos y con el decidido apoyo de la Fundación Trinidad Alfonso, la ciudad de Valencia ha puesto en marcha un proyecto para convertirse en la gran capital de las carreras atléticas de fondo.
El running, utilizando su común expresión inglesa, se ha convertido ya en un auténtico fenómeno de masas, que atrae por igual a jóvenes y adultos, a hombres y mujeres, que genera autoestima, una forma saludable y un afán de superación basado en el tesón y el esfuerzo. Correr, hacerlo al aire libre, a solas o en grupo, con los amigos o amigas, es una manera de emanciparse, de contactar con los demás y hasta de apreciar las virtudes medioambientales que a uno le rodean.
Por eso Valencia es una ciudad modélica, tanto para ir a pie como en bicicleta, de ahí el éxito de estas carreras pedestres donde conviven aficionados y profesionales, o la gran acogida de iniciativas como Valenbisi.
Valencia es una ciudad llana, con un clima muy agradable la mayor parte del año, rodeada de parques naturales, playas y jardines, con un indiscutible espíritu deportivo y social… Ha nacido, pues, para ser la ciudad del running, y lo viene demostrando día a día: a las 7 de la mañana ya hay cientos de personas la mañana ya hay cientos de personas corriendo por el antiguo cauce del Turia, y son miles los corredores de todas las edades y condiciones que se han apuntado al inminente Medio Maratón, como lo han hecho con la Volta a Peu y lo harán con el Maratón.
Valencia se ha puesto a correr; solo falta que las autoridades también se animen. Mientras tanto, la temporada cultural enfila la recta: en La Nau, en el Olympia, en el Circuit de Teatre, en el Palau de la Música, en las galerías de arte… la programación se hace constante.
El IVAM ya cuenta con nuevo director, al que saludamos desde esta tribuna y le deseamos suerte. El curso se presenta lleno de turbulencias pero entre todos, las sortearemos. Para empezar, corriendo.
Se acabó lo que se daba, adiós al verano. Después de unas cuantas semanas perdidos por el mundo nos toca volver: ya es septiembre y con él regresamos a la city con ganas de empezar a disfrutar de nuevo del arte y la cultura de nuestra Valencia. Sí, toca volver a la normalidad.
Inicio septiembre entrando al Museo de Bellas Artes; me apetecía pasear tranquilamente entre retablos, pinturas históricas, religiosas, empaparme de estilos que hablan de otros tiempos y de gentes que han construido nuestro pasado.
Pero como siempre acabo embelesada en la misma sala, la Sala de Sorolla. Es Sorolla un artista que nunca me deja de sorprender por mucho que lo visito, cada día es un detalle el que descubro, su luz, color, pinceladas, el tratamiento de sus retratados, su modernidad… Podríamos decir que Joaquín Sorolla es una fuente inagotable para la Historia del Arte, para los museos, comisarios, exposiciones o la investigación. Y bien cierto que es, Sorolla es uno de los artistas más prolíficos que nos ha dado la pintura valenciana, uno de los maestros más sinceros con sus pinceles frente a sus gentes.
Deseado por los coleccionistas, con sus cotizaciones en subastas históricas, asombra cuando lo vemos en paredes de particulares, maestro de la luz y de múltiples géneros. Maniático a la hora de firmar: hasta cinco firmas diferentes reconocemos en sus pinturas y dibujos. Hoy, desde estas líneas os motivo a visitar la exposición desde una mirada distinta, desde los ojos de un estudioso; qué difícil nos lo pone, cuántos quebraderos de cabeza para los expertos. No, no le gustaba firmar, en un verdadero compromiso se convertía este hecho, por lo que toda su familia se ponía manos a la obra, así cinco grafías; la de él, la de su mujer Clotilde y la de sus tres hijos; María, Elena y Joaquín se pueden leer en sus cuadros. Abrid bien los ojos ante sus pinturas y mirad desde otras perspectivas.Por Lluís Bertomeu
Fotografía D.R. Entrada de bous i cavalls de SegorbLes vacances arriben a la seua fi i ara toca tornar a la rutina de la faena i del calendari fester, el qual veritablement a la nostra terra no para. I setembre és el moment de despertar l’activitat fallera después de l’asueto estival. Però poc a poc… En breu tindrem el ceremonial de l’elecció de les Corts d’Honor i de les Falleres Majors del cap i casal. Tot excés i barroquisme, com tant ens agrada als aborígens d’estes latituds.
Però paga la pena rememorar l’estiu fester de la Comunitat Valenciana, ja que fins arribar el Nou d’Octubre, l’essència de la nostra idiosincràsia, hem vixcut uns mesos vibrants de nord a sud de la nostra terra… Del Sénia al Segura, de Vinaròs a Oriola, l’estiu fester valencià és insuperable: el Misteri d’Elx, el Castell de l’Olla d’Altea, els Moros i Cristians d’Ontinyent, la Cordà de Paterna… i tot un seguit de bous al carrer o a la mar des de moltíssims indrets del territori valencià, ara que alguns els han convertit en la senya d’identitat capdal de la nostra cultura pròpia…Aixina que afronte vosté la costera de setembre aprofitant les encara moltes festes patronals i populars als postres municipis (un és assidu a les de Navajas, i fins i tot a les de Mora de Rubielos, per allò de colonitzar Teruel, que també existix…). I comence a visitar els casals de Falla, que ja toca obrir les portes!