• Valen­cia cuna de inge­nio, ins­pi­ra­ción, de artis­tas y arte. Es duran­te […]

  • Con­fie­so que en mi carre­ra como plu­mi­lla mer­ce­na­rio, me he […]

  •   Empe­za­mos 2015 con la espe­ran­za de que este año […]

  • Lupe Fulla­na Zarranz

    Diciem­bre es el mes de la suer­te, la lote­ría arras­tra muchas ale­grías a quien toca, de las ilu­sio­nes, villan­ci­cos, ador­nos y luces y sobre todo el mes de la Navi­dad y los rega­los. ¿Por qué no rega­las arte?, y con­vier­tes el hecho en un rato de ocio para ti.

    Hace poco estu­ve con un ami­go que que­ría com­prar un cua­dro, se quie­re ini­ciar una peque­ña colec­ción; ¡cómo dis­fru­ta­mos el paseo por las gale­rías! Rodea­dos de Tàpies, Chi­lli­da, Capa o Mom­pó… los ojos ilu­mi­na­dos nos bri­lla­ban de feli­ci­dad.

    Obser­va­mos, escu­chá­ba­mos y sabo­reá­ba­mos cada deta­lle. Y sí, es que las cosas bellas nos dan pla­cer, y el arte está para ello, para delei­tar­nos con su belle­za.

    Aca­ba­mos la tar­de en la gale­ría Ben­lliu­re; os reco­mien­do que entréis: un espa­cio lleno de secre­tos, anti­guos o clá­si­cos como ya les lla­ma­mos; Pina­zo, Tuset, Lahuer­ta… nos hablan del pasa­do glo­rio­so de nues­tros artis­tas, cuna de maes­tros.

    Y los moder­nos nos hacen soñar: Micha­vi­la y sus Albu­fe­ras sere­nas, lim­pias, que nos tras­la­dan a espa­cios en que el tiem­po se para.

    La extra­va­gan­cia píca­ra de Car­men Cal­vo nos hace reír, nos invi­ta a un mun­do dife­ren­te en el que caras de niños nos miran, de pron­to se levan­tan en mi ami­go ese no sé que solo sien­tes ante algo que te atrae.

    ¿Es la curio­si­dad?, ¿la nece­si­dad de que­rer saber más?… ¡Cal­vo le ha cau­ti­va­do! La monu­men­ta­li­dad seño­rial de Val­dés se impo­ne ante noso­tros, y lle­na de vibra­ción la sala, Sau­ra, Miquel Nava­rro, Lobo… sen­ci­lla­men­te pasen y vean, dis­fru­ten y apren­dan. Y rega­len arte este año.

  • Lucas Soler

    Pese a arder eter­na­men­te en la hogue­ra de la crí­ti­ca cine­ma­to­grá­fi­ca más res­pin­ga­da, siem­pre he sen­ti­do una espe­cial que­ren­cia por las dis­pa­ra­ta­das come­dias del pro­lí­fi­co Mariano Ozo­res y de otros arte­sa­nos del cine patrio (Igna­cio Iquino, Vicen­te Escri­vá, Coll Espo­na, Pedro Laza­ga), que diri­gie­ron pelí­cu­las de esca­so valor artís­ti­co, pero ricas en ero­tis­mo gra­so y en humor con­di­men­ta­do, bajo la des­pec­ti­va deno­mi­na­ción de espa­ño­la­das.

    Des­de fina­les de la déca­da de los 50 has­ta su reti­ra­da for­zo­sa a media­dos de los 90, Mariano Ozo­res fue uno de los direc­to­res espa­ño­les que más se intere­só por retra­tar la evo­lu­ción polí­ti­ca y social de nues­tro país, pero siem­pre des­de una pers­pec­ti­va paró­di­ca, des­en­fa­da­da y esper­pén­ti­ca.

    Su visión ideo­ló­gi­ca no enca­ja­ba den­tro de los cáno­nes clá­si­cos de la dere­cha espa­ño­la here­de­ra del fran­quis­mo, es decir, ran­cia, cató­li­ca y tra­di­cio­na­lis­ta, sino más bien era un explo­si­vo y afro­di­sía­co cóc­tel de popu­lis­mo reac­cio­na­rio y libe­ra­lis­mo anar­qui­zan­te con unas amar­gas gotas de nihi­lis­mo.

    El bueno de Mariano Ozo­res tenía esca­sa fe en sus pro­pios com­pa­trio­tas y en su for­ma de actuar y com­por­tar­se tan­to en un des­pa­cho ofi­cial o un estra­do par­la­men­ta­rio, como en la barra de un bar de alter­ne o la cama redon­da de un hotel de carre­te­ra, ya que los pro­ta­go­nis­tas de sus pelí­cu­las tan intere­sa­dos esta­ban en meter la mano en una caja de cau­da­les como en el esco­te de una seño­ra estu­pen­da.

    Vein­te años des­pués de su jubi­la­ción, algu­nos de los títu­los de las pelí­cu­las de Ozo­res vuel­ven a cobrar sen­ti­do y ple­na actua­li­dad en un país azo­ta­do por la corrup­ción y el des­cré­di­to abso­lu­to­de la polí­ti­ca.

    Por­que el deso­la­dor pano­ra­ma polí­ti­co espa­ñol pue­de defi­nir­se per­fec­ta­men­te por títu­los suyos como Pelo­ta­zo nacio­nal(1993), Dis­pa­ra­te nacio­nal (1991), Hacien­da somos casi todos (1988), Ya no va más (1988), ¡Estos es un atra­co! (1987) o ¡Todos al sue­lo! (1982).

    Con la epi­de­mia de polí­ti­cos impu­tados e infec­ta­dos por el virus de la corrup­ción, es impo­si­ble dejar de recor­dar pelí­cu­las como Vere­dic­to impla­cable (1988), Rue­da de sos­pe­cho­sos (1964), El reco­men­da­do (1986), Los pre­sun­tos (1986), Los chu­los (1981), Los lian­tes (1981) o Los cara­ru­dos (1983), aun­que está últi­ma fue diri­gi­da por su her­mano Anto­nio Ozo­res. Hace más trein­ta años, cuan­do UCD se des­mo­ro­na­ba en un cli­ma de con­vul­sión polí­ti­ca tras el falli­do gol­pe del 23‑F, Ozo­res diri­gió la apo­ca­líp­ti­ca ¡Que vie­nen los socia­lis­tas! (1982), aun­que lue­go con el aco­mo­da­ti­cio y aco­mo­da­do Feli­pe Gon­zá­lez no fue para tan­to.

    Aho­ra no ten­go muy cla­ro qué pelí­cu­la roda­ría ante la ame­na­za que supo­ne Pode­mos para la cas­ta cas­ti­za e igno­ro qué actor con cole­ta pos­ti­za podría inter­pre­tar al hip­nó­ti­co Pablo Igle­sias, pues­to que todos los gala­nes de la gene­ra­ción de Ozo­res ya están jubi­la­dos o des­can­san en la paz del sepul­cro.

    Para quie­nes se rego­dean en el catas­tro­fis­mo, nues­tro­fu­tu­ro polí­ti­co inme­dia­to ya no está en manos de Unos gra­nu­jas decen­tes (1980) de Ozo­res sino en las garras pelu­das de Los otros (2001), ese clá­si­co de terror de Ale­jan­dro Ame­ná­bar, aun­que yo pre­fie­ro pen­sar en el tono de come­dia dis­pa­ra­ta­da de la serie La que se ave­ci­na mien­tras rei­vin­di­co la actua­li­dad de Todos a la cár­cel (1993) de mi ado­ra­do Ber­lan­ga.

  • Para este últi­mo mes del año don­de el desen­freno gas­tro­nó­mi­co sue­le ser nor­ma, no dejen de visi­tar Al Tun Tún que  se pre­sen­tó ante el públi­co valen­ciano a prin­ci­pios de noviem­bre y por aho­ra lle­va un rit­mo exi­to­so a la par con su her­mano mayor Valen & cia. En esa inau­gu­ra­ción se dis­fru­tó de unas exqui­si­tas tapas, una músi­ca ele­gan­te y unos asis­ten­tes que ade­más de clien­tes, muchos son ami­gos de Valen­tín Sán­chez Arrie­ta, artí­fi­ce de los logros gas­­tro-socia­­les más impor­tan­tes del últi­mo año. Entre los invi­ta­dos esta­ban el arqui­tec­to y dise­ña­dor Ramón Este­ve; José Tama­rit y su mujer Ana Vare­la de Cha­peau o los joye­ros y her­ma­nos Anto­nio y Pablo Jor­dán; así como el direc­tor de Umbra­­cle-MyaCar­los Jaén. Como saben, diciem­bre sue­le ser un mes reple­to de galas y cenas bené­fi­cas, así que los ami­gos de la Orden de Mal­ta, con su nue­vo dele­ga­do Vicen­te Gar­­cía-Mena­­cho y Osset al fren­te, deci­die­ron anti­ci­par­se y orga­ni­za­ron un mag­ní­fi­co con­cier­to de piano con dos jóve­nes talen­tos valen­cia­nos, pre­mia­dos en el con­cur­so de piano anual de Lo Rat Penat: Javier Manuel Obrer y Fran­cis­co José Gar­cía. El recin­to inme­jo­ra­ble, la Sala Rodri­go del Palau de la Músi­ca de Valen­cia que ama­ble­men­te cedió su pre­si­den­ta May­rén Beney­to y la con­vo­ca­to­ria a car­go de José Mª Sel­va fue un autén­ti­co éxi­to. Entre muchos y bue­nos ami­gos esta­ban Pedro Ribe­lles yAna Casa­no­va;Gaby Fer­nán­dez de Cór­do­ba, Pilar Ineba o José Anto­nio Orten­bach.

    Este mes que nos con­du­ce al 2015 tam­bién es una bue­na épo­ca para hacer esca­pa­das, les reco­men­da­ré algo sen­ci­llo pero agra­da­ble y diver­ti­do, pasen un par de días en Madrid, visi­ten alguno de sus intere­san­tes museos y pasen una tar­de lle­na de buen humor con el dúo Los Moran­cos que están col­gan­do el car­tel de ‘com­ple­to’ todas las sema­nas en el Tea­tro Nue­vo Ápo­lo con ‘En Posi­ti­vo 2’.

    Men­ción espe­cial mere­ce una mujer que ha demos­tra­do su talla huma­na rea­li­zan­do una obra al más puro esti­lo del mode­lo anglo­sa­jón de mece­naz­go; Mª José Nava­rro de Gómez-Ferrer donó una impor­tan­te colec­ción pic­tó­ri­ca a bene­fi­cio de UNICEF Comu­ni­dad Valen­cia­na que pre­si­de Nidi­ta Gue­rre­ro y que estu­vo expues­ta en el Palau de la Músi­ca. Otro even­to que sor­pren­dió por su ori­gi­na­li­dad y pre­sen­ta­ción fue ‘La fábri­ca Smart’ para dar a cono­cer el nue­vo mode­lo de la mar­ca Mer­ce­des en Valen­cia, en la Impren­ta Vila estu­vie­ron entre otros Bor­ja Mar­tos de Lon­ta­nan­za, los her­ma­nos Ali­ño del Gru­po El Alto que sir­vió un exqui­si­to cate­ring y los dise­ña­do­res Lucas Zara­go­sí y Adrián Sal­va­dor de Slee­pla­te Pro­jects.

  • James Ste­wart en una silla de rue­das, dos pier­nas esca­yo­la­das y úni­co entre­te­ni­mien­to mirar por la Ven­ta­na Indis­cre­ta.
    Y ésta a modo de esce­na­rio le habla de vidas aje­nas, aven­tu­ras, amo­res, penas… le pre­sen­ta las inti­mi­da­des de las gen­tes, sien­do Ste­wart un dis­cre­to voyeur de las reali­da­des de los otros.

    Ximo Ami­gó, toma como títu­lo de su mues­tra en la Gale­ría 9 esta pelí­cu­la, sien­do él el pro­ta­go­nis­ta, el voyeur, pero tam­bién noso­tros lo somos al hacer­nos par­tí­ci­pes en sus com­po­si­cio­nes, que mira­mos con des­ca­ro para des­cu­brir las inti­mi­da­des que allí se nos pre­sen­tan.

    El len­gua­je pop lle­na las pin­tu­ras, el cual iden­ti­fi­ca­mos con su arte, es fácil de ver y enten­der e indis­cre­ta­men­te entra­mos en la inti­mi­dad de las muje­res, nos aso­ma­mos des­de los ojos de Ami­gó: taco­nes, labios, medias, pier­nas… se con­vier­ten en pro­ta­go­nis­tas, enfo­ca­dos a tro­zos como si una cáma­ra foto­grá­fi­ca fue­ra, decon­tex­tua­li­zán­do­los del todo y con­vir­tién­do­los en un nue­vo obje­to con sen­ti­do pro­pio.

    El ero­tis­mo, la femi­ni­dad, el pla­cer, la belle­za son tra­ta­dos por sus pin­ce­les y des­cri­tos des­de la mira­da de un voyeur que se cue­la para ver lo más secre­to de cada uno, como Ste­wart des­de su apar­ta­men­to diri­gi­do por Hitch­cock, Ami­gó en varios tama­ños, téc­ni­cas y colo­res expre­sa las inquie­tu­des artís­ti­cas que le inva­den, y que a nues­tros ojos no dejan indi­fe­ren­te.

  • Octu­bre pese a sus ele­va­das tem­pe­ra­tu­ras es el refe­ren­te en el ini­cio de la acti­vi­dad cul­tu­ral, social, gas­tro­nó­mi­ca y de cual­quier tipo en Valen­cia. Las más varia­das pro­pues­tas cul­tu­ra­les, des­de los clá­si­cos tea­tros como Talia y Olym­pia al Micro­tea­tre Valen­cia en Ruza­fa, ese barrio que no para de sor­pren­der­nos muy gra­ta­men­te con todas sus ini­cia­ti­vas. Las cenas más exclu­si­vas con mari­da­jes de infar­to y las galas bené­fi­cas don­de la socie­dad valen­cia­na mues­tra su mejor lado. Con­cier­tos de altu­ra en nues­tro que­ri­do Palau de la Músi­ca y tam­bién en salas his­tó­ri­cas como Jeru­sa­lem don­de Copa Ilus­tra Band y Javier Bote­lla encan­di­la­ron a todos. Y expo­si­cio­nes que nos hacen vibrar con nues­tra his­to­ria recien­te y apren­der sobre las per­so­nas que con su ejem­plo y su vida cons­tru­ye­ron la demo­cra­cia.

    ‘La dama boba’ de Lope de Vega nos tra­jo un tea­tro de épo­ca con una exul­tan­te Ros­sa­na del Car­pio en un entorno clá­si­co como el Tea­tro Talia don­de nos espe­ra un noviem­bre lleno de humor y espec­tácu­los entre­te­ni­dos. El Tea­tro Olym­pia se lle­nó has­ta la ban­de­ra duran­te las sesio­nes de monó­lo­gos con Sina­cio y Leo Har­lem y tie­ne en car­te­le­ra espec­tácu­los varia­dos y de la máxi­ma cali­dad como ‘El lago de los cis­nes’ a ‘Mayumana/Racconto’. El Res­tau­ran­te Vina­tea y el IVAM fue­ron tes­ti­gos de cenas de altu­ra con los mejo­res cham­pag­ne, Moët & Chan­don o Dom Périg­non gra­cias a Dico­val, y unos mari­da­jes con los mejo­res pro­duc­tos de nues­tra tie­rra. El anfi­trión fue Javier Mone­de­ro y bue­nos ami­gos como la pare­ja de empre­sa­rios José Luis Vila­no­va y Veró­ni­ca Mon­ti­jano; el sas­tre Anto­nio Pue­bla o el arqui­tec­to y dise­ña­dor Ramón Este­ve, dis­fru­ta­ron de estas espi­ri­tuo­sas vela­das.  La Fun­da­ción DASYC, pre­si­di­da por Víc­tor Mar­tí­nez Galán, cum­plió 20 años al ser­vi­cio de la socie­dad valen­cia­na y cele­bró una Cena Bené­fi­ca con rifa inclui­da en la madru­ga­da del 9 d’Octubre.

    En otro orden de cosas, les reco­mien­do que no se pier­dan la expo­si­ción ‘Maes­tros de la ciu­da­da­nía’ que en la sede de la Nave de la Uni­ver­si­dad de Valen­cia y con la cola­bo­ra­ción de la Aso­cia­ción de Ami­gos de la Fun­da­ción Bro­se­ta, que pre­si­de Pablo Bro­se­ta, se inau­gu­ró hace unos días y esta­rá has­ta fina­les de enero. Los tres pro­ta­go­nis­tas (Manuel Bro­se­ta; Ernest Lluch y Fran­cis­co Tomás y Valien­te) son ejem­plo en su vida y obra en la lucha por la demo­cra­cia y todos fue­ron ase­si­na­dos por la ban­da terro­ris­ta ETA.

    Un mes en el que el Museo de Bellas Artes de Valen­cia cum­plió 175 años y la saga de artis­tas de la Fami­lia Ben­lliu­re nos mues­tra una colo­ris­ta expo­si­ción titu­la­da “El color del agua. La acua­re­la en la fami­lia Ben­lliu­re”y nos delei­ta con la sua­vi­dad de esas pin­tu­ras en la Casa Museo Ben­lliu­re, otra joya des­co­no­ci­da por muchos valen­cia­nos y que invi­to a que visi­ten y dis­fru­ten en este mes en que recor­da­mos a nues­tros Fie­les Difun­tos.

    Jose­ca Arnau

  • Algún vete­rano perio­dis­ta ha comen­ta­do el can­san­cio que le pro­du­ce la con­ti­nua­da pre­sen­cia de San­tia­go Segu­ra en todos los perió­di­cos, revis­tas, car­te­le­ras, radios y tele­vi­sio­nes nacio­na­les, auto­nó­mi­cas, comar­ca­les y loca­les duran­te la inten­sa cam­pa­ña de pro­mo­ción de Torren­te 5: Ope­ra­ción Euro­ve­gas. Pue­de que no le fal­te razón.

    Cada vez que ini­cia la pro­mo­ción de una de sus pelí­cu­las, el cineas­ta madri­le­ño pare­ce estar en todas par­tes y a todas horas, como si fue­se Dios Omni­pre­sen­te.

    Sin embar­go, quie­nes cri­ti­can la omni­pre­sen­cia de Segu­ra en todos los medios no debe­rían olvi­dar que una par­te impor­tan­te del éxi­to millo­na­rio en euros y espec­ta­do­res de la saga Torren­te resi­de en el empe­ño de su direc­tor y pro­ta­go­nis­ta en no dejar nin­gún sitio sin visi­tar con el fin de publi­ci­tar sus pelí­cu­las. En ese sen­ti­do es un autén­ti­co corre­dor de mara­to­nes mediá­ti­cas.

    Recuer­do que duran­te la pro­mo­ción de Torren­te 2: Misión en Mar­be­lla en 2001, Segu­ra se des­pla­zó a Valen­cia, don­de le espe­ra­ba Artu­ro Valls, para pre­sen­tar su pelí­cu­la a los medios en los cines Lys, aun­que la cin­ta ya lle­va­se más de una sema­na estre­na­da.

    Segu­ra no sola­men­te ofre­ció ofre­ció una mul­ti­tu­di­na­ria rue­da de pren­sa, si no que lue­go se pasó casi cua­tro horas aten­dien­do pacien­te­men­te a cual­quier medio que pidie­ra una entre­vis­ta, ya fue­se una remo­ta tele­vi­sión local del Rin­cón de Ade­muz, una modes­ta publi­ca­ción uni­ver­si­ta­ria de cine o una radio pira­ta.

    A todos aten­dió con su habi­tual des­par­pa­jo e iro­nía, sin hacer dis­tin­cio­nes ni dis­cri­mi­na­cio­nes. Una acti­tud con­des­cen­dien­te y demo­crá­ti­ca que agra­de­cie­ron los perio­dis­tas. Tre­ce años des­pués, ya no le ha hecho fal­ta pasar por Valen­cia para pre­sen­tar Torren­te 5 Ope­ra­ción Euro­ve­gas, por­que aho­ra con­ta­mos con la estruen­do­sa caja de reso­nan­cia de Inter­net.

    Pese a la impor­tan­cia actual de las redes socia­les y la publi­ci­dad viral, Segu­ra sigue acu­dien­do a todas las teles a ven­der su pelí­cu­la por­que sabe que la caja ton­ta sigue sien­do el pun­to de par­ti­da de mucho ron­ro­neo en la red. Se tra­ta de una labor exte­nuan­te y sacri­fi­ca­da, pero a Segu­ra no le impor­ta coci­nar en direc­to o some­ter­se a la máqui­na de la ver­dad si a cam­bio pue­de recor­dar a la audien­cia que Torren­te está en todos los cines de Espa­ña.

    En este tipo de entre­vis­tas, Segu­ra se enfun­da la tra­di­cio­nal cami­se­ta negra con el logo­ti­po de Torren­te, para dejar bien cla­ro cuál es su úni­co obje­ti­vo: con­se­guir que su pelí­cu­la bata todos los récords de recau­da­ción y asis­ten­cia.

    Con Torren­te 5, sin duda, tie­ne posi­bi­li­da­des de lograr sus obje­ti­vos, pues­to que en los pri­me­ros vein­te días de su estre­nó recau­dó 7,7 millo­nes de euros y fue vis­ta por 1,2 millo­nes de espec­ta­do­res. La com­pe­ten­cia, sin embar­go es muchí­si­mo más difí­cil que en otros años, pues en car­te­le­ra ha teni­do como riva­les a dos exce­len­tes pelí­cu­las espa­ño­las que tam­bién están tenien­do muy bue­nos resul­ta­dos de públi­co y taqui­lla: La isla mal­di­ta de Alber­to Rodrí­guez y El niño de Daniel Mon­tón.

    San­tia­go Segu­ra ten­drá que reco­rrer aún muchas radios y tele­vi­sio­nes para alcan­zar las cifras de la come­dia Ocho ape­lli­dos vas­cos de Emi­lio Mar­tí­nez Láza­ro, que ya se ha con­ver­ti­do en la pelí­cu­la más taqui­lle­ra de la his­to­ria del cine espa­ñol con más de nue­ve millo­nes de espec­ta­do­res y 56 millo­nes de recau­da­ción.

    Pese a los dos millo­nes de euros de pre­su­pues­to en publi­ci­dad y copias de un total de los ocho y medio que ha cos­ta­do Torren­te 5, Segu­ra se ha entre­ga­do a pro­mo­cio­nar su pelí­cu­la con el entu­sias­mo y la tena­ci­dad pro­pios de un prin­ci­pian­te que ha roda­do su ópe­ra pri­ma.

    Esta acti­tud debe­ría ser­vir de ejem­plo a las nue­vas gene­ra­cio­nes de cineas­tas por­que cada vez va a ser más difí­cil cap­tar la aten­ción de un públi­co joven con la aten­ción dis­per­sa y la mira­da secues­tra­da por la pan­ta­lla del móvil entre los twit­ters y los whatsapp.

  • Han pasa­do dos déca­das. Somos más vie­jos. Nos hemos comi­do la juven­tud y la ple­ni­tud. Casi todos los que par­ti­ci­pa­mos en aque­lla expo­si­ción, Mue­lle de Levan­te, osci­lá­ba­mos entre los trein­ta y pocos o la cua­ren­te­na. Vein­te años des­pués, anda­mos en ese momen­to tan atri­bu­la­do de la edad adul­ta, de los cua­ren­ta y muchos a los casi sesen­ta, jus­to antes de doblar el cabo que nos lle­va a la eta­pa del jubi­leo. Bási­ca­men­te ya no esta­mos para per­der el tiem­po y se supo­ne que somos más sabios para fre­nar el resen­ti­mien­to, domes­ti­car la ira y reco­no­cer lo ver­da­de­ra­men­te valio­so.

    La pin­tu­ra, sin embar­go, no es como el cine o la bue­na arqui­tec­tu­ra, que sue­len mejo­rar siem­pre en manos de crea­do­res madu­ros. La pin­tu­ra, en oca­sio­nes, es fru­to de un rap­to juve­nil. Y son muy pocos los artis­tas plás­ti­cos que con­si­guen evo­lu­cio­nar bien y en con­ti­nui­dad. Picas­so, pre­ci­sa­men­te, está con­si­de­ra­do el crea­dor de refe­ren­cia duran­te el siglo XX por su capa­ci­dad cama­leó­ni­ca.


    Tere­sa Tomás. Ter­cio­pe­lo Azul, 2014

    Picas­so es bueno en casi todos sus perio­dos, y los tie­ne muy dife­ren­tes. A su cole­ga de éxi­tos cubis­tas, Bra­que, le pasa lo con­tra­rio. Pero hay quien siem­pre hace lo mis­mo y resul­ta muy difí­cil esta­ble­cer la jerar­quía entre sus obras: dado que el arte con­tem­po­rá­neo ha pri­ma­do la nove­dad y la rup­tu­ra como valor, enton­ces se sue­le sub­ra­yar el pri­mer ges­to de un esti­lo carac­te­rís­ti­co como el más impor­tan­te para la his­to­rio­gra­fía. A veces, sin embar­go, no es así, por más que se empe­ñen algu­nos exper­tos; hay artis­tas que con­si­guen ser reco­no­ci­bles en su obra muy pron­to y van mejo­ran­do, madu­ran­do esa mis­ma sin­gu­la­ri­dad duran­te un lar­go perio­do.


    Joel Mes­tre. Pre­cio nacio­na­lis­ta, 2012

    Este preám­bu­lo vie­ne a cuen­to de la sig­ni­fi­ca­ción de la expo­si­ción Tra­ve­sías, pues en pri­me­ra ins­tan­cia su obje­to no es otro que ren­dir home­na­je a la que fue la pri­me­ra gran anda­du­ra colec­ti­va de aquel gru­po de pin­to­res, corrien­do el año 1994 y que se lla­mó Mue­lle de Levan­te. Par­ti­mos de Valen­cia y sur­ca­mos hacia el Círcu­lo de Blan­ca Sán­chez en Madrid, a la Pal­ma de los Pin­ya, Mur­cia y Alme­ría. Nadie qui­so enton­ces, y menos aho­ra, pos­tu­lar una corrien­te, defi­nir una escue­la o agru­par en zafa­rran­cho a los últi­mos pin­to­res de todas las fili­pi­nas. Lo dejó bien escri­to en su momen­to el comi­sa­rio y teó­ri­co de aquel enro­la­mien­to, Juan Manuel Bonet: no hubo pre­ten­sión algu­na de mani­fies­to. Y aho­ra, de nin­gún modo.

    Lo que cons­ta es que en aquel año se pro­pu­so una amplia mues­tra colec­ti­va tras que­dar paten­te que en la ciu­dad de Valen­cia y en diver­sas rami­fi­ca­cio­nes –Car­ta­ge­na, por ejem­plo–, un gru­po de artis­tas de eda­des coe­tá­neas había deci­di­do fir­me­men­te expre­sar­se a tra­vés de la pin­tu­ra, de ras­gos figu­ra­ti­vos así como de múl­ti­ples y dis­pa­res fuen­tes, mun­dos per­so­na­les y con­cep­tos. La con­tin­gen­cia tenía un enor­me poder de irra­dia­ción. El Club Dia­rio Levan­te que un ser­vi­dor coor­di­na­ba des­de su naci­mien­to, enten­dió que había que dar voz a aque­lla corrien­te. Otros pro­duc­to­res como el gale­ris­ta Ramón Alca­raz (My name’s Loli­ta Art), el pro­pio Bonet (que pos­te­rior­men­te diri­gió el IVAM y el Rei­na Sofía), o la sala de la Uni­ver­si­tat de Valen­cia al man­do de Sal­va­dor Albi­ña­na, ya lle­va­ban un tiem­po lide­ran­do diver­sos frag­men­tos del gru­po.

    El núcleo valen­ciano, con el apo­yo de los cor­púscu­los car­ta­gi­ne­ses, resul­tó tener eco más allá. En Sevi­lla, gale­ris­tas como Rafael Ortiz fue­ron sen­si­bles a la pin­tu­ra con nue­vos ren­glo­nes. Y en San­tan­der lo hizo Juan Rian­cho en su sin­gla­du­ra de Sibo­ney. Y en Madrid fue (es) la gale­ría Estam­pa de Manuel Cue­vas. Para sor­pre­sa de todos, en Bar­ce­lo­na el crí­ti­co de La Van­guar­dia, Juan Bufill, creó el con­cep­to meta­rrea­lis­ta para aglu­ti­nar otro movi­mien­to con foco bar­ce­lo­nés, en pleno man­da­ri­na­to del mini­ma­lis­mo maté­ri­co y el hap­pe­ning com­pro­me­ti­do.

    Todo eso ocu­rría en las cer­ca­nías del año 94. Aque­lla vuel­ta a la pin­tu­ra, como tan­tas ante­rio­res, vol­vió a ser con­si­de­ra­da un retorno al orden con­ser­va­dor. De la esté­ti­ca con­ser­va­do­ra, se entien­de, por­que al con­ser­va­dor rico de “buen” gus­to radi­cal se le con­sien­te todo.

    En cual­quier caso, en la pin­tu­ra con­tem­po­rá­nea ya había llo­vi­do mucho: la nue­va obje­ti­vi­dad o el rea­lis­mo mági­co, cuya mues­tra de Mar­ga Paz en el IVAM de Bonet dejó a muchos con la boca abier­ta, con­fron­ta­do al expre­sio­nis­mo ale­mán como el pop-art hizo fren­te a la abs­trac­ta escue­la neo­yor­qui­na o aquí el arte social fren­te al infor­ma­lis­mo, por más que un artis­ta como Mano­lo Val­dés haya con­su­mi­do des­pués miles de metros de arpi­lle­ra para esbo­zos figu­ra­ti­vos en su par­ti­cu­lar vía de sín­te­sis.

    En Espa­ña, tam­bién, los 80 de la “movi­da” fue­ron figu­ra­ti­vos, reagru­pa­dos por Gor­di­llo, con artis­tas muy influ­yen­tes para los jóve­nes pos­te­rio­res como Alco­lea, Cam­pano –sus tra­ba­jos sobre Pous­sin–, Alba­ce­te, Que­ji­do, Miquel Nava­rro, Car­los Fran­co o, sobre todos, Pérez Villal­ta. Mien­tras, en Sevi­lla sur­gía un gru­po puen­te que depu­ra de exce­sos expre­si­vos la pin­tu­ra y le incor­po­ra una fuer­te car­ga semán­ti­ca: Che­ma Cobo, Curro Gon­zá­lez, Patri­cio Cabre­ra, el agi­ta­dor Roge­lio López Cuen­ca, Agre­dano, Pane­que… la inter­mi­na­ble lis­ta de La Máqui­na Espa­ño­la del atil­da­do gale­ris­ta Pepe Cobo, algu­nos de los cua­les reca­la­ron en la Fúca­res de Nor­ber­to Dotor, vive­ro de dife­ren­tes y atre­vi­dos pin­to­res por enton­ces como Juan Ugal­de u Oriol Vila­puig.


    Dis Ber­lin. Can­tos, Arqui­tec­tu­ra moder­na, 2012

    Des­de lue­go había simien­tes y fer­men­tos para que se die­ran aque­llas cir­cuns­tan­cias pic­to­ri­cis­tas. Venía­mos de la Escue­la de Lon­dres –Bacon, Freud, Auer­bach, Kitaj…–, se difun­día la obra de Moran­di y los meta­fí­si­cos ita­lia­nos de Valo­ri Plas­ti­ci, mucho más inclu­so que la Trans­van­guar­dia… Se redes­cu­bría a Balthus, a los rea­lis­tas rusos –Dei­ne­ka, defen­di­do con entu­sias­mo por el genial Qui­co Rivas mucho antes de la retros­pec­ti­va en la fun­da­ción Juan March que lle­vó a cabo Manuel Fon­tán–… El Rei­na traía a Rich­ter, Vicent Todo­lí había apos­ta­do por Sig­mar Pol­ke en el Car­men, artis­tas toda­vía más ori­lla­dos como los che­cos del Gru­po Nor­mal: Milan Kunc, Jan Knap o Peter Anger­mann, expo­nían en Valen­cia con otro March, Tomás, o los nor­te­ame­ri­ca­nos Geor­ges Con­do y David Salle se mos­tra­ban con nor­ma­li­dad en el espa­cio de Sole­dad Loren­zo, mien­tras Sal­vo o Dokou­pil se pasea­ban por aquí gra­cias a los tiner­fe­ños de la gale­ría Leyen­dec­ker.

    Así que no inven­ta­mos nada ni lo pre­ten­día­mos. Ya está dicho has­ta el har­taz­go. Fue una feliz y nutri­da coin­ci­den­cia, una suma de con­tin­gen­cias de orden esté­ti­co.
    ¿Y qué ha pasa­do de enton­ces acá, en estos vein­te años?
    La mayo­ría de aque­llos jóve­nes han segui­do pin­tan­do, con mayor o menor for­tu­na en el mer­ca­do del arte. De aquel gru­po, algu­nos como Manuel Sáez, el men­cio­na­do Vila­puig, Mar­ce­lo Fuen­tes o Joan Sebas­tian se han des­ca­bal­ga­do. Otros que nun­ca estu­vie­ron y pudie­ron estar­lo –Xis­co Men­sua, Che­ma López…– siem­pre han pre­fe­ri­do cami­nar en soli­ta­rio por­que entien­den que su car­ga inte­lec­tual, sus genea­lo­gías antro­po­ló­gi­cas de la cul­tu­ra les con­vier­te en post-pin­­to­­res. Anto­ni Domè­nec, en cam­bio, ha lle­va­do su poé­ti­ca has­ta el extre­mo de trans­for­mar­la en escul­tu­ras, mien­tras José Vicen­te Mar­tín, tan ami­go de los movi­mien­tos ico­no­clas­tas de raíz dadaís­ta, ha sucum­bi­do a la foto­gra­fía en su obra ampa­ra­da por La Mutua Artís­ti­ca.


    Ángel M. Cha­rris. Euro­nó­ma­das, 2011

    Se han suma­do, en cam­bio, algu­nos pin­to­res que debie­ron estar y por diver­sas razo­nes per­die­ron aquel bar­co. Otros se han reagru­pa­do más tar­de: La lite­ra­tu­ra y la arqui­tec­tu­ra racio­na­lis­ta de Damián Flo­res, la cine­ma­to­gra­fía negra de Car­los Gar­­cía-Alix, la meta­pin­tu­ra de Alber­to Gál­vez o el surrea­lis­mo tea­tral de Gino Rubert jun­to a la vía sacra de Pedro Este­ban, y las relec­tu­ras de la his­to­ria de la pin­tu­ra de Tomás Men­do­za con el Bos­co y de Jor­di Ribes con sus refe­ren­cias per­so­na­les.

    Todos los demás han segui­do madu­ran­do, cada uno den­tro de sus coor­de­na­das: hop­pe­ria­nas en Cha­rris, más pop en Cué­llar o Joël Mes­tre; cada vez más rich­te­ria­nas en Sicre… suplan­tan­do a la foto­gra­fía como es el caso de Balan­zà o al cine como lo hace San­ti Tena –quien vein­te años des­pués sigue sien­do San­ti… Hay ecos cons­truc­ti­vos y futu­ris­tas en Rober­to Mollá o en Tara­zo­na, más meta­pin­tu­ra pai­sa­jis­ta en Carra­ta­lá, e infi­ni­tas varia­bles de lo surreal en Andrea Bloi­se, Cor­dón, Paco de la Torre, Tere­sa Tomás, Rojas, Aure­lia Villal­ba o Dis Ber­lin, el capi­tán de la nave.

    Mariano, qui­zás por­que actuó en el esce­na­rio plás­ti­co des­de muy joven, ha sido siem­pre un poco el padre espi­ri­tual de la tri­pu­la­ción, más bien su Uli­ses, pues fue en la gale­ría Caba­llo de Tro­ya, jun­to a Móni­ca Roig, des­de don­de orga­ni­zó una gran ofen­si­va artís­ti­ca en los 90.

    Mariano Dis pone el carác­ter, pero los car­tu­la­nos los ha veni­do cus­to­dian­do como oro en paño Paco de la Torre.

    A él se debe esta para­da en la tabe­r­­na-fon­­da del Almi­ran­te Ben­bow, a su tesis doc­to­ral de cien­tos de pági­nas dedi­ca­da a la aven­tu­ra de estos pin­to­res que ha tras­la­da­do al mun­do digi­tal y a la que lla­ma figu­ra­ción postconceptual.com. Ha sido el guar­dián entre el cen­teno, el Fro­do tol­ki­niano. Vein­te años des­pués que cada cual juz­gue, vea y dis­fru­te. Hay don­de ele­gir: de aquel mue­lle situa­do en Levan­te y hoy cubier­to por las aguas par­tie­ron muchas rutas, en tra­ve­sías y sin­gla­du­ras per­so­na­les cuyas reso­nan­cias y ecos pue­den vol­ver­se a ver por unas sema­nas en las impo­nen­tes naves góti­cas que ser­vían de ata­ra­za­nas, el espa­cio cons­pi­cuo para los cala­fa­tes medie­va­les.

  • Por Jose­ca Arnau

    Un sep­tiem­bre cáli­do y final­men­te llu­vio­so, da paso al mes de Valen­cia y su Comu­ni­dad por exce­len­cia, por­que el 9 de Octu­bre con­me­mo­ra­mos la entra­da de Jau­me I en el Rei­no de Valen­cia y exal­ta­mos de mane­ra pací­fi­ca y leal a Espa­ña nues­tra his­to­ria y raí­ces comu­nes.

    El mes que nos aban­do­na nos dejó un torren­te de arte, se cele­bró el cer­ta­men Valen­cia Abier­to orga­ni­za­do por LaVac (Aso­cia­ción de Gale­rías de Arte Con­tem­po­rá­neo de la CV) con su pre­si­den­ta Olga Ade­lan­ta­do al fren­te y tres intere­sa­nes rutas por las mejo­res gale­rías de arte con­tem­po­rá­neo de Valen­cia; tam­bién se cele­bró la XVII edi­ción  de la Valen­cia Fashion Week, a pun­to de cum­plir su mayo­ría de edad, el cer­ta­men se con­so­li­da como pla­ta­for­ma de jóve­nes talen­tos; tam­bién pudi­mos dis­fru­tar de figu­ras con­so­li­da­das como Gabriel Seguí y el dúo Siem­pre­vi­vas (Lucas y Adrián) que inau­gu­ran un espec­ta­cu­lar espa­cio en Ruza­fa y apro­ve­cho para desear­les que sigan triun­fan­do con su buen hacer.

    El Museo de Bellas Artes San Pío V siguió con su fre­né­ti­ca acti­vi­dad cul­tu­ral y cele­bró un reci­tal de poe­sía sobre Tere­sa de Ávi­la con Blan­ca Benei­to, quien inter­pre­ta a la san­ta abu­len­se en la obra que aco­gió el Tea­tro Talia y que este mes se repre­sen­ta en Ávi­la coin­ci­dien­do con el ini­cio de los actos con­me­mo­ra­ti­vos del V Cen­te­na­rio del naci­mien­to de San­ta Tere­sa de Jesús. Ade­más en la pina­co­te­ca valen­cia­na se rin­dió home­na­je (pri­me­ro en Espa­ña) al gran modis­to Manuel Per­te­gaz con la cola­bo­ra­ción de dise­ña­do­res valen­cia­nos como Fran­cis Mon­te­si­nos o Miquel Suay. Y des­pe­di­mos el mes con un ani­ver­sa­rio muy espe­cial, el club de opi­nion, deba­te y aná­li­sis más pres­ti­gio­so de Valen­cia y de Espa­ña cum­plió 30 años, el Club de Encuen­tro Manuel Bro­se­ta que pre­si­de Fran­cis­co Puchol-Qui­­xal.

    Como reco­men­da­ción para este mes, dis­fru­ten de los actos ins­ti­tu­cio­na­les y reli­gio­sos del 9 de Octu­bre y si tie­nen tiem­po, visi­ten la expo­si­ción ‘Soro­lla y Esta­dos Uni­dos’ en la Fun­da­ción Map­fre en su sede del Paseo Reco­le­tos en Madrid. Nos hace apre­ciar, más si cabe, la gran­de­za de este valen­ciano ilus­tre e inter­na­cio­nal que fue Joa­quín Soro­lla y recor­dar que somos un gran pue­blo con una gran his­to­ria de la que sen­tir­nos orgu­llo­sos.

  • De vuel­ta a la nor­ma­li­dad, des­pués del mes de sep­tiem­bre que para muchos son días de ir toman­do con­cien­cia de la ruti­na, damos la bien­ve­ni­da a octu­bre, a la ver­dad, al día a día.
    Pero entra un Octu­bre reple­to de arte, “Abier­to Valen­cia” es la gran fies­ta de la cul­tu­ra en nues­tra ciu­dad, la noche que se abren las gale­rías de arte, y nos anun­cia el prin­ci­pio e ini­cio de la tem­po­ra­da artís­ti­ca en la city.
    Artis­tas con varia­dos len­gua­jes, téc­ni­cas, men­sa­jes; los mejo­res de cada una de las gale­rías que par­ti­ci­pan en LaVac, se pre­sen­tan en sus pare­des, invi­tán­do­nos a cono­cer lo que duran­te el año podre­mos sabo­rear así como dán­do­nos unas sema­nas de par­ti­ci­pa­ción en el mun­do de la cul­tu­ra; char­las, encuen­tros, visitas…acompañan a esta ini­cia­ti­va.
    Cojo la calle e ini­cio mi reco­rri­do, dis­pues­ta a pasar una tar­de entre­te­ni­da. Un fuer­te color de vita­les pin­ce­la­das lle­na con tre­men­da fuer­za la Galeria9, entrar es dejar­se impreg­nar por todas las venas de él, es ver­da­de­ra­men­te mági­co, es Pablo Lam­ber­tos.
    Un “genio” del opti­mis­mo en mí, me pro­vo­ca ale­gría y me lle­va a mun­dos don­de solo exis­ten sue­ños de nubes de colo­res y cami­nos de bal­do­sas ama­ri­llas. De téc­ni­ca audaz, poten­te color y capa­ci­dad expre­si­va que no me deja de sor­pren­der.
    Y doy otro paso y me encuen­tro con Willy Ramos en otra de las gale­rías, entro en un paraí­so de flo­res ale­gres, vivas, “For­jan­do el color” dice el titu­lo de la mues­tra, for­jan­do sen­sa­cio­nes a tra­vés de sus impo­si­bles colo­res lle­na de for­ta­le­za y rique­za las pare­des y esqui­nas, las ganas se res­pi­ran a tra­vés de sus pai­sa­jes, sus búca­ros, sus hojas…Willy es todo una son­ri­sa. Ani­ma­ros a entrar en cada uno de los espa­cios de Abier­to Valen­cia, y así poder sen­tir las múl­ti­ples sen­sa­cio­nes que nos rega­la el arte.

  • Lucas Soler

    Den­tro del mun­di­llo del arte, Car­los Pérez sigue sien­do recor­da­do como un con­ser­va­dor de gus­tos exqui­si­tos e ideas ori­gi­na­les que se plas­ma­ron en cada una de las expo­si­cio­nes que reali­zó para el IVAM en la déca­da de los 90, el Rei­na Sofía duran­te la eta­pa de Juan Manuel Bonet y final­men­te el MuVIM, don­de se jubi­ló un año antes de su falle­ci­mien­to en las navi­da­des de 2013. Al mar­gen de su bri­llan­te tra­yec­to­ria como con­ser­va­dor y estu­dio­so de la rela­ción de las van­guar­dias artís­ti­cas del siglo XX con la didác­ti­ca y la peda­go­gía, Car­los Pérez se apro­xi­mó a la crea­ción lite­ra­ria con el espí­ri­tu jugue­tón, tra­vie­so y diver­ti­do de sus admi­ra­dos surrea­lis­tas y dadaís­tas. Jun­to a Fran­cesc Pérez i Mora­gón, publi­có Alfa­bes­tia­ri, un líri­co y humo­rís­ti­co dic­cio­na­rio ilus­tra­do de ani­ma­les que era fiel refle­jo de su gus­to por la bro­ma con­ver­ti­da en lite­ra­tu­ra o por la lite­ra­tu­ra con­ver­ti­da en bro­ma.
    Menos cono­ci­do es un rela­to bre­ve, que publi­có la des­apa­re­ci­da revis­ta Papers sobre como el actor cómi­co Bus­ter Kea­ton pasó por la ciu­dad de Valen­cia en 1930 y no se detu­vo, anti­ci­pán­do­se a lo que haría la dele­ga­ción nor­te­ame­ri­ca­na en ¡Bien­ve­ni­do, Mis­ter Marshall! de Ber­lan­ga, que pasó de lar­go como un sus­pi­ro pol­vo­rien­to por el pue­blo de Villar del Río.
    Aho­ra no recuer­do bien los deta­lles exac­tos del cuen­to de Car­los Pérez, que esta­ba basa­do en una anéc­do­ta real, por­que debí leer­lo a prin­ci­pios de los 90. Tal vez me con­fun­da, pero creo recor­dar que el cómi­co nor­te­ame­ri­cano via­ja­ba en coche des­de Bar­ce­lo­na hacia Anda­lu­cía (o en sen­ti­do inver­so) pero debía tener pri­sa y no se que­dó ni un minu­to en Valen­cia. Sí lle­gó a dete­ner­se en Sagun­to (o en una pobla­ción pró­xi­ma o tal vez en la Albu­fe­ra, que pare­ce un para­je más idí­li­co) para des­can­sar un rato del via­je. Allí fue abor­da­do por el perio­dis­ta Fede­ri­co Miña­na que lo entre­vis­tó para la revis­ta Sema­na Grá­fi­ca, dejan­do tes­ti­mo­nio escri­to y foto­grá­fi­co de la ausen­te pre­sen­cia de tan insig­ne per­so­na­je del cine mudo por tie­rras valen­cia­nas. Bus­ter Kea­ton era en 1930 una de las prin­ci­pa­les cele­bri­da­des de Holly­wood y un actor muy popu­lar en Espa­ña, don­de era cono­ci­do por el absur­do sobre­nom­bre de “Pam­pli­nas”, pero ya se había ini­cia­do el ver­ti­gi­no­so decli­ve de su carre­ra con la irrup­ción del sono­ro un año antes. El cuen­to de Car­los Pérez sobre Bus­ter Kea­ton sería lue­go uti­li­za­do como una de las tra­mas secun­da­rías del lar­go­me­tra­je valen­ciano Nadie como tú (1997), diri­gi­do por Cri­so Reno­vell y con guión del pro­pio Reno­vell y Jor­ge Gar­cía.
    Casi ochen­ta y cin­co años des­pués del paso fugaz de una de las prin­ci­pa­les estre­llas del cine mudo por nues­tra ciu­dad, Bus­ter Kea­ton regre­sa a Valen­cia para que­dar­se al menos unas cuan­tas sema­nas, pues­to que la Fil­mo­te­ca ini­ció hace unos días una exten­sa retros­pec­ti­va sobre el cómi­co y cineas­ta del ros­tro impa­si­ble que se pro­lon­ga­rá has­ta el 19 de octu­bre. Con­for­ma­do por 26 pelí­cu­las, el ciclo de Bus­ter Kea­ton inclu­ye la prác­ti­ca tota­li­dad de su fil­mo­gra­fía per­te­ne­cien­te al perío­do mudo: los doce lar­go­me­tra­jes que diri­gió y pro­ta­go­ni­zó, y la mayo­ría de sus cor­to­me­tra­jes. En el ciclo podrán ver­se
    sus pelí­cu­las más repre­sen­ta­ti­vas, las que han que­da­do como gran­des clá­si­cos del cine mudo y la come­dia de Holly­wood:
    El maqui­nis­ta e la Gene­ral (1926), El nave­gan­te (1924), El héroe del río (1924), El moderno Sher­lock Hol­mes (1924) o La ley de la hos­pi­ta­li­dad (1923), entre otras.
    Si en 1930 los valen­cia­nos se que­da­ron espe­ran­do a Bus­ter Kea­ton sin tan siquie­ra poder pedir­le un autó­gra­fo, aho­ra tie­nen la opor­tu­ni­dad de des­cu­brir o vol­ver a ver las deli­ran­tes pelí­cu­las del actor pre­fe­ri­do de Buñuel, Dalí y los surrea­lis­tas, el cómi­co de ros­tro trá­gi­co que hacía reír por­que nun­ca se reía.

  • Impul­sa­das por la Socie­dad Depor­ti­va Corre­ca­mi­nos y con el deci­di­do apo­yo de la Fun­da­ción Tri­ni­dad Alfon­so, la ciu­dad de Valen­cia ha pues­to en mar­cha un pro­yec­to para con­ver­tir­se en la gran capi­tal de las carre­ras atlé­ti­cas de fon­do.

    El run­ning, uti­li­zan­do su común expre­sión ingle­sa, se ha con­ver­ti­do ya en un autén­ti­co fenó­meno de masas, que atrae por igual a jóve­nes y adul­tos, a hom­bres y muje­res, que gene­ra auto­es­ti­ma, una for­ma salu­da­ble y un afán de supera­ción basa­do en el tesón y el esfuer­zo. Correr, hacer­lo al aire libre, a solas o en gru­po, con los ami­gos o ami­gas, es una mane­ra de eman­ci­par­se, de con­tac­tar con los demás y has­ta de apre­ciar las vir­tu­des medioam­bien­ta­les que a uno le rodean.

    Por eso Valen­cia es una ciu­dad modé­li­ca, tan­to para ir a pie como en bici­cle­ta, de ahí el éxi­to de estas carre­ras pedes­tres don­de con­vi­ven afi­cio­na­dos y pro­fe­sio­na­les, o la gran aco­gi­da de ini­cia­ti­vas como Valen­bi­si.

    Valen­cia es una ciu­dad lla­na, con un cli­ma muy agra­da­ble la mayor par­te del año, rodea­da de par­ques natu­ra­les, pla­yas y jar­di­nes, con un indis­cu­ti­ble espí­ri­tu depor­ti­vo y social… Ha naci­do, pues, para ser la ciu­dad del run­ning, y lo vie­ne demos­tran­do día a día: a las 7 de la maña­na ya hay cien­tos de per­so­nas la maña­na ya hay cien­tos de per­so­nas corrien­do por el anti­guo cau­ce del Turia, y son miles los corre­do­res de todas las eda­des y con­di­cio­nes que se han apun­ta­do al inmi­nen­te Medio Mara­tón, como lo han hecho con la Vol­ta a Peu y lo harán con el Mara­tón.

    Valen­cia se ha pues­to a correr; solo fal­ta que las auto­ri­da­des tam­bién se ani­men. Mien­tras tan­to, la tem­po­ra­da cul­tu­ral enfi­la la rec­ta: en La Nau, en el Olym­pia, en el Cir­cuit de Tea­tre, en el Palau de la Músi­ca, en las gale­rías de arte… la pro­gra­ma­ción se hace cons­tan­te.

    El IVAM ya cuen­ta con nue­vo direc­tor, al que salu­da­mos des­de esta tri­bu­na y le desea­mos suer­te. El cur­so se pre­sen­ta lleno de tur­bu­len­cias pero entre todos, las sor­tea­re­mos. Para empe­zar, corrien­do.

  • Se aca­bó lo que se daba, adiós al verano. Des­pués de unas cuan­tas sema­nas per­di­dos por el mun­do nos toca vol­ver: ya es sep­tiem­bre y con él regre­sa­mos a la city con ganas de empe­zar a dis­fru­tar de nue­vo del arte y la cul­tu­ra de nues­tra Valen­cia. Sí, toca vol­ver a la nor­ma­li­dad.
    Ini­cio sep­tiem­bre entran­do al Museo de Bellas Artes; me ape­te­cía pasear tran­qui­la­men­te entre reta­blos, pin­tu­ras his­tó­ri­cas, reli­gio­sas, empa­par­me de esti­los que hablan de otros tiem­pos y de gen­tes que han cons­trui­do nues­tro pasa­do.
    Pero como siem­pre aca­bo embe­le­sa­da en la mis­ma sala, la Sala de Soro­lla. Es Soro­lla un artis­ta que nun­ca me deja de sor­pren­der por mucho que lo visi­to, cada día es un deta­lle el que des­cu­bro, su luz, color, pin­ce­la­das, el tra­ta­mien­to de sus retra­ta­dos, su moder­ni­dad… Podría­mos decir que Joa­quín Soro­lla es una fuen­te inago­ta­ble para la His­to­ria del Arte, para los museos, comi­sa­rios, expo­si­cio­nes o la inves­ti­ga­ción. Y bien cier­to que es, Soro­lla es uno de los artis­tas más pro­lí­fi­cos que nos ha dado la pin­tu­ra valen­cia­na, uno de los maes­tros más sin­ce­ros con sus pin­ce­les fren­te a sus gen­tes.
    Desea­do por los colec­cio­nis­tas, con sus coti­za­cio­nes en subas­tas his­tó­ri­cas, asom­bra cuan­do lo vemos en pare­des de par­ti­cu­la­res, maes­tro de la luz y de múl­ti­ples géne­ros. Maniá­ti­co a la hora de fir­mar: has­ta cin­co fir­mas dife­ren­tes reco­no­ce­mos en sus pin­tu­ras y dibu­jos. Hoy, des­de estas líneas os moti­vo a visi­tar la expo­si­ción des­de una mira­da dis­tin­ta, des­de los ojos de un estu­dio­so; qué difí­cil nos lo pone, cuán­tos que­bra­de­ros de cabe­za para los exper­tos. No, no le gus­ta­ba fir­mar, en un ver­da­de­ro com­pro­mi­so se con­ver­tía este hecho, por lo que toda su fami­lia se ponía manos a la obra, así cin­co gra­fías; la de él, la de su mujer Clo­til­de y la de sus tres hijos; María, Ele­na y Joa­quín se pue­den leer en sus cua­dros. Abrid bien los ojos ante sus pin­tu­ras y mirad des­de otras pers­pec­ti­vas.

  • Por Lluís Ber­to­meu
    Foto­gra­fía D.R. Entra­da de bous i cavalls de Segorb

    Les vacan­ces arri­ben a la seua fi i ara toca tor­nar a la ruti­na de la fae­na i del calen­da­ri fes­ter, el qual veri­ta­ble­ment a la nos­tra terra no para. I setem­bre és el moment de des­per­tar l’activitat falle­ra des­pués de l’asueto esti­val. Però poc a poc… En breu tin­drem el cere­mo­nial de l’elecció de les Corts d’Honor i de les Falle­res Majors del cap i casal. Tot excés i barro­quis­me, com tant ens agra­da als abo­rí­gens d’estes lati­tuds.
    Però paga la pena reme­mo­rar l’estiu fes­ter de la Comu­ni­tat Valen­cia­na, ja que fins arri­bar el Nou d’Octubre, l’essència de la nos­tra idio­sin­crà­sia, hem vix­cut uns mesos vibrants de nord a sud de la nos­tra terra… Del Sénia al Segu­ra, de Vina­ròs a Orio­la, l’estiu fes­ter valen­cià és insu­pe­ra­ble: el Mis­te­ri d’Elx, el Cas­tell de l’Olla d’Altea, els Moros i Cris­tians d’Ontinyent, la Cor­dà de Pater­na… i tot un seguit de bous al carrer o a la mar des de mol­tís­sims indrets del terri­to­ri valen­cià, ara que alguns els han con­ver­tit en la sen­ya d’identitat cap­dal de la nos­tra cul­tu­ra prò­pia…

    Aixi­na que afron­te vos­té la cos­te­ra de setem­bre apro­fi­tant les enca­ra mol­tes fes­tes patro­nals i popu­lars als pos­tres muni­ci­pis (un és assi­du a les de Nava­jas, i fins i tot a les de Mora de Rubie­los, per allò de colo­nitzar Teruel, que tam­bé exis­tix…). I comen­ce a visi­tar els casals de Falla, que ja toca obrir les por­tes!