La zona del Ensan­che de Valen­cia siem­pre ha esta­do carac­te­ri­za­da por tres tipos de nego­cio culi­na­rio: el fran­qui­cia­do (más cer­cano a la Gran Vía Mar­qués del Turia), el res­tau­ran­te aspi­ra­cio­nal (imbri­ca­do entre las calles inte­rio­res) y el bar con buen pro­duc­to al que tan­to los habi­tan­tes como los visi­tan­tes del barrio acu­dían con recu­rren­cia.

Con el paso de los años, este signo dis­tin­ti­vo ha ido des­apa­re­cien­do, si bien toda­vía sobre­vi­ven algu­nos bas­tio­nes del buen ser­vi­cio, las tapas de cali­dad y las bode­gas bien equi­pa­das. Y no deja de ser sin­to­má­ti­co que una de sus últi­mas aper­tu­ras haya bus­ca­do ese espí­ri­tu, com­bi­nán­do­lo de mane­ra acer­ta­da con una ofer­ta inclu­si­va para todo tipo de públi­cos.

 

Lee el repor­ta­je com­ple­to de David Blay en el Alma­na­que Gas­tro­nó­mi­co CV

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