Una com­pli­ca­da lesión en sus dos pier­nas lle­vó a Xabier Eskur­za a reti­rar­se con tan solo 30 años. Corría el año 2000 y el ex juga­dor de clu­bes como el Ath­le­tic de Bil­bao, FC Bar­ce­lo­na, Valen­cia CF, Real Mallor­ca o Real Ovie­do vio con cla­ri­dad que tenía que rein­ven­tar­se para reha­cer su vida. Fue enton­ces cuan­do vol­vió a los estu­dios y empe­zó a pla­near la crea­ción de una empre­sa de ges­tión patri­mo­nial y ase­so­ra­mien­to a fut­bo­lis­tas (Podium­Tra­de) que cum­ple ya la mayo­ría de edad, con 18 años des­de su cons­ti­tu­ción, y que lle­va, entre otros, a juga­do­res o entre­na­do­res como Unai Emery, que aca­ba de empe­zar su peri­plo en el Villa­rreal y que regre­sa así a una tie­rra valen­cia­na en la que “se sien­te como en casa”.

Eskur­za refle­xio­na en esta entre­vis­ta sobre la situa­ción actual del Valen­cia CF, un club al que lle­va en el cora­zón y que vive un pro­ce­so de cam­bio de pro­yec­to simi­lar al que se vivió el verano de su sali­da, un año des­pués de ser sub­cam­peo­nes de Liga entre­na­dos por Luis Ara­go­nés. Él pide pacien­cia a la afi­ción y tam­bién a los padres de los juga­do­res más jóve­nes pues en esto del fút­bol “las pri­sas no lle­van a nin­gún lado”.

El ex fut­bo­lis­ta del Valen­cia CF, Xabier Eskur­za en el des­pa­cho de su empre­sa Podium Tra­de.

Para quien no se acuer­de de Xabier Eskur­za… cuén­te­nos cómo recuer­da su paso por el Valen­cia CF.

La defino como una eta­pa muy posi­ti­va, fui­mos sub­cam­peo­nes en el pri­mer año y en el segun­do juga­mos la Uefa, tal vez la sali­da fue un poco, diga­mos, dolo­ro­sa, pero somos pro­fe­sio­na­les y enten­de­mos que esas cosas pasan en el fút­bol. Hubo un cam­bio de pro­yec­to y nos fui­mos seis juga­do­res al Mallor­ca (un Mallor­ca que aca­bó quin­to en Liga y fue sub­cam­peón de la Copa del Rey, con Héc­tor Cúper como entre­na­dor). En ese verano sali­mos unos 12 o 13 juga­do­res del club. Había­mos sido sub­cam­peo­nes de Liga, yo me sen­tía a gus­to en Valen­cia, pero nun­ca me ha gus­ta­do hacer­me fuer­te en los con­tra­tos y tra­tar de que­dar­me don­de no se me qui­sie­ra. Así que me tocó irme. Aún así, me iden­ti­fi­co mucho con el club, for­mo par­te toda­vía de la aso­cia­ción de exju­ga­do­res, ten­go una vivien­da en la Elia­na y rela­ción pro­fe­sio­nal con varios nego­cios en Valen­cia, sigo bas­tan­te vin­cu­la­do a la ciu­dad y al club.

“Había­mos sido sub­cam­peo­nes de Liga, yo me sen­tía a gus­to en Valen­cia, pero nun­ca me ha gus­ta­do hacer­me fuer­te en los con­tra­tos y tra­tar de que­dar­me don­de no se me qui­sie­ra.”

Un cam­bio de ciclo que pare­ce que aho­ra va a repe­tir­se…

Sí, pare­ce un poco lo mis­mo. Aun­que aho­ra hay un pro­pie­ta­rio y eso cam­bio mucho. En aque­lla épo­ca lo que se bus­ca­ba era un poco el bene­fi­cio de todos, pero aho­ra la pro­pie­dad bus­ca lo mejor para el club, segu­ra­men­te, pero tam­bién para sus intere­ses. El fút­bol ha cam­bia­do mucho.

En el verano de 1997 seis juga­do­res pasa­ron del Valen­cia CF al recién ascen­di­do Real Mallor­ca, entre ellos Xabier Eskur­za (el ter­ce­ro des­de la izquier­da).

¿Cuál es su mejor recuer­do de esa épo­ca?

El pri­mer año fue el mejor. Yo cuen­to una anéc­do­ta que tra­to que se entien­da como de alguien que quie­re apor­ta, no como una crí­ti­ca en sí mis­ma, que resu­me un poco lo que le fal­ta a un club como el Valen­cia. Yo hice la pre­tem­po­ra­da en el Barça y fir­mé ya casi al final de la mis­ma, por­que Luis Ara­go­nés pidió me pidió que vinie­ra. Fui a ver el Tro­feo Naran­ja, jun­to a Patxi Ferrei­ra, que tam­bién aca­ba­ba de lle­gar, pero me lle­vé un impac­to fuer­te por­que escu­ché muchas crí­ti­cas al equi­po, que si eran flo­jos, que si a ver sino bajá­ba­mos, ¡y no había empe­za­do la Liga toda­vía! Me encon­tré con ese ambien­te tan nega­ti­vo, pero lue­go logra­mos ser sub­cam­peo­nes de Liga y no la gana­mos por poco por el Atlé­ti­co de Madrid al final iba hacia aba­jo y noso­tros hacia arri­ba.

“Al lle­gar a Valen­cia me encon­tré con ese ambien­te tan nega­ti­vo, pero lue­go logra­mos ser sub­cam­peo­nes de Liga y no la gana­mos por poco.”

Pero, la tem­po­ra­da siguien­te, la exi­gen­cia ya era ganar la Liga, tenía­mos una bue­na base, nos fal­ta­ba “Pre­drag” (Mija­to­vic que fichó por el Real Madrid), pero tenía­mos una bue­na base. Lo que no se aca­ba­ba de enten­der eran esas pri­sas que había y que aún hay en el Valen­cia. La afi­ción tal vez es dema­sia­do opti­mis­ta o pone esas metas dema­sia­do ele­va­das y gene­ra un pro­ble­ma don­de no lo hay. Pero a nada que ten­gan más pacien­cia y que se crea más en los pro­yec­tos, le iría mucho mejor. Es una afi­ción muy pasio­nal tam­bién, sien­te mucho los colo­res, tal vez es un poco por eso. Pero yo venía del Ath­le­tic de Bil­bao, don­de se cree mucho en la can­te­ra, don­de hay más pacien­cia. Tal vez tra­tar de copiar ese for­ma­to le podría ir mejor, pues son uno de los mejo­res clu­bes de Espa­ña y con un alto nivel en Euro­pa. Este año se ha vis­to un poco todo eso, venían de ganar la Copa del Rey tras muchos años sin títu­los y de entrar en la Cham­pions, pero se cam­bió al entre­na­dor y lue­go ha pasa­do todo lo que ha pasa­do.

“Lo que no se aca­ba­ba de enten­der eran esas pri­sas que había y que aún hay en el Valen­cia. La afi­ción tal vez es dema­sia­do opti­mis­ta o pone esas metas dema­sia­do ele­va­das y gene­ra un pro­ble­ma don­de no lo hay.”

Con solo 30 años sus pier­nas dije­ron bas­ta. Y vino la reti­ra­da. ¿Cuan­do pasa algo así, un juga­dor cómo se que­da?

Fue bas­tan­te duro. Lle­va­ba ya dos años en el Ovie­do mal. Qui­zás no espe­ras que sea algo tan radi­cal, me dije­ron que aguan­ta­ra, pero no podía ni andar. Sí que fue muy impac­tan­te reti­rar­me, pero esta­ba tan mal que dejar el fút­bol fue casi un poco como qui­tar­me una gran pre­sión. Mi últi­mo año, que coin­ci­dí de nue­vo con Luis Ara­go­nés en el Ovie­do fue muy difí­cil, no podía entre­nar, lo pasé muy mal. No había otra deci­sión posi­ble, era dejar­lo sí o sí, no había solu­ción. Para mi, por tan­to, dejar el fút­bol fue algo natu­ral, por­que no tenía otra sali­da posi­ble, pero para muchos otros juga­do­res tomar la deci­sión sí pue­de ser un dra­ma. Al final depen­de de cómo te lo tomes. Yo fui muy ana­lí­ti­co, pues venía sufrien­do mucho y nece­si­ta­ba qui­tar­me esa car­ga. Tenía 30 años y aún me que­da­ba con­tra­to, pero ese hecho hizo que me die­se cuen­ta de que tenía que hacer algo, a nivel pro­fe­sio­nal. El fút­bol, en aquel enton­ces, vivía una fase de mucha pre­sión y no me veía para con­ti­nuar en ese ámbi­to depor­ti­vo como entre­na­dor o algo así. Nece­si­ta­ba cor­tar, tenía otras inquie­tu­des y vi otras opor­tu­ni­da­des.

“Me dije­ron que aguan­ta­ra, pero no podía ni andar. Sí que fue muy impac­tan­te reti­rar­me, pero esta­ba tan mal que dejar el fút­bol fue casi un poco como qui­tar­me una gran pre­sión.”

¿Por qué deci­dió crear una empre­sa de ges­tión para fut­bo­lis­tas?

En el 2000, hablé con el que aho­ra es mi socio, que era mi ami­go y es abo­ga­do. Le dije, yo veo esta opción, estoy estu­dian­do empre­sa­ria­les y me gus­ta el mun­do de la empre­sa. Veo estas nece­si­da­des en el mun­do del fút­bol, no tan­to de repre­sen­ta­ción, o al menos no al ini­cio, pero sí de ges­tión patri­mo­nial, ase­so­ra­mien­to fis­cal, finan­cie­ro, de ges­tión de ima­gen… y tira­mos para delan­te.

Eskur­za jugó en el Valen­cia CF de 1995 a 1997.

¿Cómo fue­ron los pri­me­ros pasos?

Me resul­tó rela­ti­va­men­te fácil. Lo cons­ti­tui­mos en 2002. Yo estu­dia­ba empre­sa­ria­les, y me enfo­qué en el ramo del ase­so­ra­mien­to más jurí­di­co, temas de inca­pa­ci­da­des por lesión, como la mía. Empe­cé lle­van­do a ex com­pa­ñe­ros míos que ron­da­ban los 30 años o algo más, pues en el fút­bol aca­bas fas­ti­dia­do, en gene­ral. Mien­tras tan­to, me iba for­man­do, saqué la carre­ra, lue­go un mas­ter de ges­tión patri­mo­nial, el títu­lo de ase­sor finan­cie­ro, de agen­te Fifa y lue­go el car­net de entre­na­dor.

No per­dió el tiem­po…

Bueno (risas), esta­ba meti­do en esa diná­mi­ca de estu­diar y hay que apro­ve­char­lo. Aho­ra, por ejem­plo, me pasa que sigo tenien­do como défi­cit el inglés, tra­to de mejo­rar­lo, pero me cues­ta mucho por­que ya no estoy en esa diná­mi­ca. Des­de los 31 has­ta los 38 o 39 tra­té de estu­diar y sacar­me todos los títu­los que pude. Fue com­pli­ca­do, por­que tenía que com­pa­gi­nar­lo con la nue­va empre­sa, con la fami­lia… pero lo fui sacan­do.

Como decía, la expe­rien­cia de su lesión pue­de ayu­dar a muchos otros juga­do­res, sobre todo en un plano psi­co­ló­gi­co que en el momen­to de la reti­ra­da debe ser fun­da­men­tal.

“El pro­fe­sio­nal ya tie­ne su carre­ra, pero con los más jóve­nes tra­tas de ayu­dar­les en eso, en que ten­gan visión, pacien­cia, tran­qui­li­dad y expe­rien­cia para que no vayan con pri­sas.”

Por supues­to, no pue­do ejer­cer como psi­có­lo­go, pero sí damos ese ser­vi­cio de couching, sí que tene­mos esa face­ta, no tan pro­fun­da como a nivel de un psi­có­lo­go, pero sí tras­la­da­mos nues­tra expe­rien­cia a los cha­va­les y a los más mayo­res. El pro­fe­sio­nal ya tie­ne su carre­ra, pero con los más jóve­nes tra­tas de ayu­dar­les en eso, en que ten­gan visión, pacien­cia, tran­qui­li­dad y expe­rien­cia para que no vayan con pri­sas. El fút­bol es muy com­pli­ca­do y las pri­sas lo hacen más difí­cil.

Y para los mayo­res, ¿en qué se cen­tra vues­tra apor­ta­ción?

El fút­bol te absor­be mucho y más a los nive­les más altos. Hay que trans­mi­tir­les esa visión de que des­pués de col­gar las botas se te abre otro esce­na­rio. Apor­tar­le ese lado opti­mis­ta. Con 32 o 33 años, real­men­te, tie­nes muchas opcio­nes para recon­ver­tir­te e ini­ciar otro camino pro­fe­sio­nal, no nece­sa­ria­men­te liga­do al fút­bol o al depor­te.

“Con 32 o 33 años, real­men­te, tie­nes muchas opcio­nes para recon­ver­tir­te e ini­ciar otro camino pro­fe­sio­nal, no nece­sa­ria­men­te liga­do al fút­bol o al depor­te.”

No hay que limi­tar­se a eso, tie­nen tiem­po por delan­te para for­mar­se y bus­car otros cami­nos. Ade­más, un fut­bo­lis­ta, de cier­to nivel, no tie­ne esa nece­si­dad de tener ingre­sos a cor­to pla­zo, pue­de tomar­se esos años para for­mar­se y tam­bién para dis­fru­tar de la vida de otra for­ma, que tam­bién es posi­ble. Tener esa visión, con 20 años pare­ce que todo que­da lejos, pero lue­go el tiem­po pasa rápi­do y lo que vas hacien­do lue­go suma. Ade­más, ese lado del depor­te de sacri­fi­cio, dedi­ca­ción, de ser rigu­ro­so en los entre­na­mien­tos, de bus­car obje­ti­vos, pue­de ayu­dar lue­go mucho en los estu­dios y en el mun­do labo­ral o empre­sa­rial.

Luis Ara­go­nés entre­nó a Eskur­za en el Valen­cia CF y en el Real Ovie­do.

¿Cómo le mar­có a usted la reti­ra­da?

Como decía, vino deter­mi­na­da por la lesión. Me casé, tuve fami­lia y bus­qué alter­na­ti­vas. Pue­de sonar a cier­ta que­ja, pero fue a par­tir de 1997 o 98 cuan­do entra­ron las tele­vi­sio­nes de for­ma masi­va y se empe­zó a ganar más dine­ro, pero yo me reti­ré en el 2000, no me dio dema­sia­do tiem­po como para gene­rar un patri­mo­nio y dedi­car­me a jugar al golf, por decir algo. Pero, como decía, esa ambi­ción o exi­gen­cia del fút­bol de que­rer ser titu­lar, de hacer­lo bien, de sacri­fi­car­se, me sir­vió en muchos momen­tos de mi carre­ra y mis estu­dios. Tuve momen­tos, no lo voy a negar, de decir “tiro la toa­lla”, pero es enton­ces cuan­do has de refle­xio­nar, tomár­te­lo bien y decir sino lo saco en cua­tro años lo saco en cin­co o en seis, pero no lo dejo.

“Esa ambi­ción o exi­gen­cia del fút­bol de que­rer ser titu­lar, de hacer­lo bien, de sacri­fi­car­se, me sir­vió en muchos momen­tos de mi carre­ra y mis estu­dios.”

¿Rom­pen casos como el suyo el mito de que el fut­bo­lis­ta no estu­dia?

Va con la per­so­na. Los fut­bo­lis­tas son per­so­na­jes públi­cos que ten­de­mos a ido­la­trar. Yo ten­go mitos e ído­los de mi épo­ca que lue­go los cono­cías mejor y veías que no tenía nada que ver su ima­gen con lo que era lue­go, y pen­sa­bas que si no tenía suer­te o apro­ve­cha­ba muy bien sus opcio­nes lo iba a tener muy difí­cil des­pués de reti­rar­se. Lue­go había juga­do­res que eran al revés, a nivel depor­ti­vo igual no des­ta­ca­ba dema­sia­do, no iba con­vo­ca­do o cosas así, pero lue­go eran per­so­nas con una cabe­za muy bien amue­bla­da, con gran­des valo­res… que lue­go saben tirar hacia delan­te.

“El mito, por algo es mito. Hoy en día veo que sigue sien­do com­pli­ca­do encon­trar juga­do­res de alto nivel que estu­dien. Pero otro mito es lo que se gana en los más altos nive­les, eso solo es la pun­ta del ice­berg.”

No obs­tan­te, el mito, por algo es mito. Hoy en día veo que sigue sien­do com­pli­ca­do encon­trar juga­do­res de alto nivel que estu­dien. Pero otro mito es lo que se gana en los más altos nive­les, eso solo es la pun­ta del ice­berg. Lue­go hay una mayo­ría de juga­do­res que cobran suel­dos muy simi­la­res a otras pro­fe­sio­nes y su carre­ra aca­ba con 30 y pocos años. Ellos entre­nan los mis­mos días, jue­gan casi los mis­mos par­ti­dos que la éli­te, pero ganan lo que ganan.

Pre­ci­sa­men­te, esos juga­do­res con suel­dos más modes­tos son los que más tie­nen que ir pre­pa­rán­do­se, invir­tien­do bien, diver­si­fi­can­do su patri­mo­nio para cuan­do lle­gue la reti­ra­da. Y noso­tros tra­ta­mos de ayu­dar­les. Por ejem­plo, hay juga­do­res de los años 60 y 70 que toda­vía tra­tan que se les reco­noz­ca en la Segu­ri­dad Social sus años como fut­bo­lis­ta, son reali­da­des que nor­mal­men­te no se ven.

¿En qué pre­fie­ren inver­tir las per­so­nas rela­cio­na­das con el depor­te?

Hay de todo. Noso­tros tra­ta­mos de orien­tar­les en que ten­gan un patri­mo­nio equi­li­bra­do, diver­si­fi­ca­do. A veces pare­ce­mos un poco como Pepi­to Gri­llo, pues les deci­mos que los años pasan y lle­ga­rá momen­to de pen­sar en otras cosas, que deben pre­pa­rar­se para esa jubi­la­ción anti­ci­pa­da por­que es el fút­bol quien te aca­ba dejan­do. Y eso supo­ne un sal­to terri­ble. Tan­to para el que gana 2.000 euros como para el que logra mucho más, pasar de eso a cero es com­pli­ca­do. Pero si uno ha ido con cui­da­do, si ha sido inte­li­gen­te, se ha ido pro­te­gien­do y gene­ran­do un patri­mo­nio equi­li­bra­do, va a poder tener más tran­qui­li­dad o menos pri­sas para empe­zar con otra pro­fe­sión y a tener ren­di­mien­tos.

“No hay una fór­mu­la mági­ca. Les con­tro­la­mos a medi­da que van ingre­san­do, para que diver­si­fi­quen, invier­tan en dife­ren­tes pro­duc­tos, con dis­tin­tos pla­zos, con liqui­dez.”

No hay una fór­mu­la mági­ca. Les con­tro­la­mos a medi­da que van ingre­san­do, para que diver­si­fi­quen, invier­tan en dife­ren­tes pro­duc­tos, con dis­tin­tos pla­zos, con liqui­dez. Antes todo era el ladri­llo, te decían que los pisos eran un valor segu­ro, pero vino la cri­sis… en cual­quier patri­mo­nio, es impor­tan­te diver­si­fi­car. Hay quie­nes tie­nen gran­des patri­mo­nios, pero esca­sez de liqui­dez, tie­nen muchas obli­ga­cio­nes de pagos, pero pocos ingre­sos en efec­ti­vo y eso gene­ra muchos pro­ble­mas tam­bién.

Unai Emery duran­te su pre­sen­ta­ción como nue­vo entre­na­dor del Villa­rreal CF.

Uno de los depor­tis­tas o entre­na­do­res que lle­va es Unai Emery. Aho­ra vuel­ve a la Comu­ni­tat Valen­cia­na, ¿en qué ayu­dan a un per­fil como el suyo?

Des­de que era juga­dor empe­za­mos ya a tra­ba­jar con él. Con­fía mucho en noso­tros y tie­ne una rela­ción muy espe­cial con Josu, mi socio. Le ofre­ce­mos un ser­vi­cio muy pro­fe­sio­nal y de cer­ca­nía, de estar pen­dien­tes de él. Es un clien­te muy impor­tan­te para noso­tros. Emery tie­ne una car­te­ra muy diver­si­fi­ca­da. Una de sus inver­sio­nes es el res­tau­ran­te La Casi­ta de Sabino en Valen­cia. Es una pro­pie­dad que venía de un ami­go nues­tro y aho­ra fun­cio­na muy bien, se está posi­cio­nan­do como un res­tau­ran­te con una gran cali­dad en pro­duc­to como el pes­ca­do y la gen­te que ya lo cono­ce habla muy bien de él. Ade­más, des­de hace un año, apro­xi­ma­da­men­te, mon­ta­mos otro en Madrid y tam­bién fun­cio­na muy bien. Y el ori­gi­nal está en Bil­bao.

“Des­de que era juga­dor tra­ba­ja­mos con Unai Emery, es un clien­te muy impor­tan­te para noso­tros y tie­ne una car­te­ra muy diver­si­fi­ca­da.”

Ade­más, Emery sigue muy vin­cu­la­do a Valen­cia, pues su hija vive aquí…

El pro­yec­to del Villa­rreal le atrae mucho por el club en sí, por quién está detrás, pero tam­bién por lo cómo­do y agra­de­ci­do que es para él, que ha vivi­do en París y Lon­dres, vol­ver a estar como en casa. En Valen­cia se sien­te como en casa y ade­más la espa­ño­la es una liga en la que ha triun­fa­do, que cono­ce bien y que le moti­va mucho.

Usted tie­ne tres hijos, ¿qué les acon­se­ja cuan­do hablan de fút­bol?

A ellos les gus­ta, dis­fru­tan con el fút­bol, pero no les meto pre­sión, al igual que yo no me pre­sio­né nun­ca. Así lo viví y fui fut­bo­lis­ta pro­fe­sio­nal. A mi me encan­ta­ba ir en bici­cle­ta, mi padre era ciclis­ta y no le gus­ta­ba el fút­bol, por lo que siem­pre digo que me dedi­qué a eso por­que con 10 años me cogió el Ath­le­tic de Bil­bao, sino, segu­ra­men­te hubie­ra sido ciclis­ta y tan con­ten­to. Pero yo sí veo esa ansie­dad en muchos padres y en los cha­va­les de ver­se pro­fe­sio­na­les. Cada vez que estoy con un padre le digo que el sue­ño está ahí, pero tie­ne que ser eso, un sue­ño, una aspi­ra­ción o meta, pero no una ansie­dad u obli­ga­ción.

“Cada vez que estoy con un padre le digo que el sue­ño está ahí, pero tie­ne que ser eso, un sue­ño, una aspi­ra­ción o meta, pero no una ansie­dad u obli­ga­ción.”

Sus pala­bras me recuer­dan a las del Mági­co Gon­zá­lez, que siem­pre dijo que para él el fút­bol no era una pro­fe­sión o una obli­ga­ción…

Se vivía de otra mane­ra. Tal vez por eso fue por lo que lle­gué a ser pro­fe­sio­nal. A mi alre­de­dor había mejo­res juga­do­res, pero yo lle­gué por­que me gus­ta­ba. Ese que­rer dis­fru­tar esta­ba siem­pre ahí. Aho­ra, pue­do hacer auto­crí­ti­ca y qui­zás me do y cuen­ta de que cam­bian­do cier­tas cosas podría haber lle­ga­do a ser mejor juga­dor. Pero yo era así, si había un entre­na­dor con el que no dis­fru­ta­ba, pues no dis­fru­ta­ba y me venía aba­jo.

Eskur­za ges­tio­na la empre­da Podium Tra­de des­de el año 2002.

¿Entre­na­do­res que inci­dían en la moti­va­ción y en la psi­co­lo­gía, como Luis Ara­go­nés, le ayu­da­ron en ese aspec­to?

Por supues­to. Él era, sobre todo, un hom­bre de fút­bol. Sabía lo que que­ría de cada uno. Sabía expri­mir­te. Siem­pre cuen­to que cuan­do lle­gué al Valen­cia vine por Luis Ara­go­nés, él me recla­mó del FC Bar­ce­lo­na, don­de tam­bién me sen­tía muy bien. Pero lue­go no me ponía. Le decía a Patxi Ferrei­ra, “oye, este para qué me ha ficha­do, si yo en can Barça esta­ba bien, y aho­ra no me pone”. Y Ferrei­ra me con­tes­ta­ba “eso es sinó­ni­mo de que te quie­re y quie­re que te esfuer­ces y sacar lo mejor de ti”.

Por últi­mo, ¿qué ha apren­di­do Xabier Eskur­za de esta pan­de­mia?

Lo rápi­do que nos pue­de cam­biar la vida para mal o lue­go para bien en fun­ción de cómo lo enfo­ques. Es un gran dra­ma para todos los que les ha afec­ta­do direc­ta­men­te, para los fami­lia­res que han falle­ci­do y se los ha lle­va­do por delan­te, sin entrar en temas de ges­tión o cómo está­ba­mos pre­pa­ra­dos como socie­dad, pero sí que nos lle­va a replan­tear­lo todo.

“Aun­que ten­ga­mos que estar en casa meti­dos hay for­mas de mirar hacia delan­te y de ser posi­ti­vo y no venir­te aba­jo.”

En un plano indi­vi­dual, lo frá­gi­les que somos, el cómo te pue­de cam­biar la vida, pero tam­bién que aun­que ten­ga­mos que estar en casa meti­dos hay for­mas de mirar hacia delan­te y de ser posi­ti­vo y no venir­te aba­jo. Yo lle­vo des­de joven superan­do abis­mos y siem­pre he sido posi­ti­vo y he ido avan­zan­do, tal vez eso me está ayu­dan­do aho­ra tam­bién.

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