El Almanaque Gastronómico, enmarcado dentro del grupo que integra Valencia City, nació en 2008 y volverá a editarse en papel en 2025 tras un lustro con presencia únicamente en formato digital.
Como esta guía, muchas a nivel local y nacional premian con diversos galardones a muchos restaurantes. Pero siempre aparecen otros en las conversaciones sotto voce a los que se considera menos valorados de lo que dicen los carteles de sus fachadas.
Desde lugares con amplia tradición a otros donde sus responsables se centran en la cocina y menos en la comunicación, una ciudad con miles de locales nunca pone a todo el mundo de acuerdo.
Además, el crecimiento de la oferta fuera del entorno urbano es cada vez es más interesante, motivo por el cual algunas de las sugerencias de este artículo se centran en poblaciones cercanas pero externas a la capital.
- Farigola & Menta: una evolución constante, una oferta diversa en cada temporada y el trabajo silencioso de un chef formado en el Basque Culinary Center. Ahora que se ha recuperado la conexión en metro, vale la pena una visita a Torrent.
- Q’Tomas: se le puede achacar que su ticket medio está por encima de lo habitual, pero sobrevivir una década, apostar por el centro cuando nadie lo hacía y un producto y una bodega de alto nivel lo convierten en un referente para locales y foráneos.
- Karak: no debe engañar el carácter de Rakel Cernicharo. Si hay una cocina creativa, poco clasificable y sorprendente es desde hace años la suya. Tanto como continuar en un hotel en una calle eminentemente turística.
- Simposio: quizá Roger Julián suene menos que otros nombres en el panorama culinario, pero su apuesta por un sitio pequeño y casi al 99% de proximidad en San Antonio de Benagéber cada vez más se posiciona mejor entre quienes buscan explorar los márgenes.
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