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El Cabanyal, Benimaclet, Ruzafa, Bétera, Burjassot…

A raíz de la exposición que se inauguró el pasado octubre en el Colegio de Arquitectos (CTAV) sobre “Arquitectura reciente. Valencia2017-19”, se confirma la tendencia de la nueva arquitectura valenciana, que bajo el comando de profesionales de más trayectoria como Carlos Salazar, Arturo Sanz o Jaime Sanahuja, vuelve sus ojos hacia el vernáculo popular que, junto a la esencia de una materialidad autóctona en crudo, marcó la estética y tipología de los pueblos y barrios valencianos durante décadas antes de la llegada del desarrollismo de los 60.
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Facha­da del edi­fi­cio Rei­na 125 en el Caban­yal, de Artu­ro Sanz y David Estal. Foto­gra­fía Marie­la Apo­llo­nio.

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Tex­to  Ada Lagar­de­ra

Limi­ta­dos entre las gran­des edi­fi­ca­cio­nes públi­cas que ter­mi­na­ron por con­sa­grar a par­tir de los 90 a las estre­llas de la arqui­tec­tu­ra y el regre­so de la cons­truc­ción uni­fa­mi­liar exen­ta en pleno siglo XXI, la lla­ma­da arqui­tec­tu­ra ver­na­cu­lar se ha con­ver­ti­do en la úni­ca alter­na­ti­va para una prác­ti­ca via­ble y a una esca­la razo­na­ble de la crea­ción arqui­tec­tó­ni­ca. Un camino que ha ido arrai­gan­do de modo muy expre­si­vo y decan­tán­do­se hacia la sos­te­ni­bi­li­dad y el res­pe­to medioam­bien­tal en los terri­to­rios más depri­mi­dos. Una recu­pe­ra­ción de la heren­cia reci­bi­da.

Sin embar­go, nadie teo­ri­zó ni cayó en la cuen­ta de las carac­te­rís­ti­cas pecu­lia­res de la arqui­tec­tu­ra popu­lar valen­cia­na y del desin­te­rés que has­ta hace pocos años había sus­ci­ta­do. Las casas uni­fa­mi­lia­res de pue­blo, una tipo­lo­gía adap­ta­da a la ocu­pa­ción del terri­to­rio cam­pe­sino, con su facha­da urba­na y patio con corral tra­se­ro, gene­ral­men­te a dos aguas con tejas ára­bes o con azo­tea a modo de sola­na, y un segun­do piso con habi­ta­cio­nes y naya o pallis­sa pre­via a una terra­za.

Difí­cil­men­te se podía desa­rro­llar una arqui­tec­tu­ra valen­cia­na de tipo­lo­gías pro­pias sin entrar a con­si­de­rar ese tra­za­do arqui­tec­tó­ni­co que ha con­for­ma­do a la mayo­ría de los pue­blos y ciu­da­des levan­ti­nas y a muchos barrios de la capi­tal. Tal ha sido el desin­te­rés por esta arqui­tec­tu­ra popu­lar que sola­men­te se lle­ga­ron a pro­te­ger las casas de aspec­to más seño­rial, aque­llas que por ejem­plo aña­dían algu­na altu­ra con balaus­tra­das, cerá­mi­cas his­to­ria­das, pin­tu­ras y has­ta mol­du­ras escul­tó­ri­cas en las facha­das, gene­ral­men­te con boni­tos din­te­les y gran­des sopor­ta­les. Del res­to, nada más se supo, asal­ta­das las casas por refor­mas y moder­ni­za­cio­nes de dudo­so gus­to a par­tir de los años 60, cuan­do las facha­das enca­la­das die­ron paso a cerra­mien­tos cerá­mi­cos o la for­ja tra­di­cio­nal a una car­pin­te­ría de ace­ro “inol­vi­da­ble”.

Poco a poco, el mal gus­to de la moder­ni­dad popu­lar fue trans­for­man­do los pue­blos valen­cia­nos en los más feos del país, habien­do per­di­do la gra­cia y la fres­cu­ra de anta­ño. Pero en los últi­mos años se ha dado un giro a esta secuen­cia his­tó­ri­ca, has­ta el pun­to de apun­tar a una nue­va eclo­sión de la arqui­tec­tu­ra popu­lar valen­cia­na y a su con­si­de­ra­ción den­tro de los pla­nes urba­nís­ti­cos corres­pon­dien­tes.

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Todo empe­zó de nue­vo, hace unos años, en la loca­li­dad de Sue­ca, don­de el joven arqui­tec­to Car­los Sala­zar, bajo la influen­cia de la arqui­tec­tu­ra por­tu­gue­sa y los jue­gos volu­mé­tri­cos ins­pi­ra­dos en Frank Gehry, dise­ñó una serie de casas de pue­blo cier­ta­men­te arries­ga­das y nove­do­sas, has­ta el pun­to de lla­mar la aten­ción de un his­to­ria­dor del arte, Enri­que Jun­co­sa –cura­tor del Ivam y direc­tor del Museo de Dublín–, quien lle­ga­ría a edi­tar un peque­ño folle­to dedi­ca­do a estas casas, entre las que des­ta­can la Ahu­lló o la Ortells.

 

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Inte­rior y facha­da de la casa Ahu­lló en Sue­ca (1998), de Car­los Sala­zar. Fotos de A3 estu­dio.

 

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Esa semi­lla, hoy, ha fra­gua­do en diver­sos pro­yec­tos que trae­mos a estas pági­nas como ejem­plos de esta nue­va vía crea­ti­va, don­de se aúna el res­pe­to por la tra­di­ción popu­lar con la sen­si­bi­li­dad con­tem­po­rá­nea y la rein­tro­duc­ción de mate­ria­les arte­sa­nos –el barro, la cerá­mi­ca… lo ori­gi­na­rio, de lo que “habla­ba” el escul­tor Miquel Nava­rro hace cua­ren­ta años–, que se com­bi­nan con las ven­ta­jas de los usos y arti­fi­cios moder­nos. El barrio del Caban­yal, don­de la admi­nis­tra­ción muni­ci­pal pare­ce algo atas­ca­da por fal­ta de ini­cia­ti­va e ima­gi­na­ción, resul­ta­ría una opor­tu­ni­dad his­tó­ri­ca para dar lugar a esta nue­va sen­si­bi­li­dad.

 

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La vemos en la casa-taller en la calle Barra­ca de Tere­sa Carrau y Alber­to Bur­gos, un pro­to­ti­po desa­rro­lla­do para el Caban­yal; en la anti­gua car­pin­te­ría de Bur­jas­sot obra de Nata­lia Moreno y Ger­mán Roig como sede de Raams Stu­dio, o en la casa de cerá­mi­ca en Béte­ra de Hugo Mom­pó y Juan Grau, que deta­lla­re­mos a con­ti­nua­ción jun­to a la car­pin­te­ría.

 

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Facha­da de la Casa-taller (2018) de Tere­sa Carrau y Alber­to Bur­gos en la calle Barra­ca del Caban­yal. Foto­gra­fía Ger­mán Cabo.

 

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Más al nor­te, en Beni­ma­clet ha desa­rro­lla­do su tra­ba­jo calla­do Artu­ro Sanz, autor y cola­bo­ra­dor en diver­sos pro­yec­tos jun­to a su cole­ga de estu­dio, Car­mel Gra­do­lí, y tam­bién con otros com­pa­ñe­ros al modo de dis­cí­pu­los. Las casas con patio Ricart, Mira o Flo­ra de Gra­do­lí y Artu­ro Sanz, por ejem­plo, y la casa Clau­dia jun­to a Fran López dan cuen­ta de esta fecun­da crea­ti­vi­dad adap­ta­da a la heren­cia reci­bi­da, línea que cul­mi­na en la casa de la calle de la Rei­na 125 tam­bién de Artu­ro Sanz y David Estal, que ha comen­za­do a mar­car el camino en el Caban­yal, y cuya inter­ven­ción expon­dre­mos pos­te­rior­men­te.

 

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Facha­da y patio de la casa Ricart (2012), de Car­mel Gra­do­lí y Artu­ro Sanz. Foto­gra­fías de Marie­la Apo­llo­nio.

 

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Inte­rior y patio de la casa Flo­ra (2013), de Car­mel Gra­do­lí y Artu­ro Sanz. Foto­gra­fías de Marie­la Apo­llo­nio.

 

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Inte­rior y patio de la casa Clau­dia (2018), de Artu­ro Sanz y Fran López. Foto­gra­fías de María Mira.

 

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Facha­da, inte­rior y patio de la casa Mira (2019), de Artu­ro Sanz. Foto­gra­fías de Marie­la Apo­llo­nio.

 

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En el barrio de Ayo­ra no pode­mos dejar de des­ta­car la casa de la Con­ser­va del crea­ti­vo equi­po de José Cos­ta. O los estu­dios que se han ubi­ca­do en Ruza­fa de Jai­me Sanahu­ja y Mar plus Ask.

 

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Facha­da, inte­rior y vis­ta noc­tur­na de la casa de la Con­ser­va (2019), de José Cos­ta Arq. Foto­gra­fías de Mile­na Villal­ba.

 

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Estu­dio en Ruza­fa de Sanahu­ja & Part­ners; ofi­ci­na de turis­mo en el paseo marí­ti­mo de Alcos­se­bre, obra de Sanahu­ja & Part­ners (2015); estu­dio en Ruza­fa de Mar plus Ask (2019)

 

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La nueva vía vernacular a la valenciana, reivindica las tipologías populares y los materiales más autóctonos. Son muchos los ejemplos del buen trabajo en esta línea de los jóvenes profesionales. En estas páginas hemos seleccionado 4 de esos proyectos que consideramos ejemplares.
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El oasis de la cerámica

Casa en Béte­ra | De Hugo Mom­pó (Qua­drat Estu­diowww.quadratestudio.com) y Juan Grau. Fotos, Marie­la Apo­llo­nio.

Selec­cio­na­da para los pre­mios FAD Arqui­tec­tu­ra 2020 | Men­ción espe­cial del jura­do de la expo­si­ción “Arqui­tec­tu­ra recien­te. Valen­cia 2017–19”

 

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La loca­li­za­ción, una estric­ta orde­nan­za y la máxi­ma eco­no­mía de medios desem­bo­can en este volu­men rec­tan­gu­lar con­tun­den­te y expre­si­vo en su mate­ria­li­dad cerá­mi­ca. Una rein­ter­pre­ta­ción depu­ra­da de las nece­si­da­des actua­les de la vivien­da que rei­vin­di­ca los mate­ria­les autóc­to­nos, y que median­te solu­cio­nes sen­ci­llas como un sim­ple por­che o una peque­ña alber­ca, nos pro­te­ge del sol o refres­ca. En la casa el espa­cio se con­fi­gu­ra median­te una serie de pla­nos cerá­mi­cos suje­tos en el aire, esta estruc­tu­ra arma­da, se adin­te­la reve­lan­do un inte­rior aéreo y lige­ro, hecho de recin­tos igua­les y des­car­na­dos dia­frag­mas. Pane­les corre­de­ros com­par­ti­men­tan las estan­cias, pero cuan­do se disuel­ven crean un inte­rior uni­ta­rio, con­ti­nuo y hori­zon­tal.

 

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De la China a una carpintería

Ofi­­ci­­nas-Taller RAAMS Archi­tec­tu­re Stu­dio. Bur­jas­sot | De Ger­mán Roig y Nata­lia Moreno (RAAMS Stu­diowww.raamsstudio.com)

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Situa­do en una casa reha­bi­li­ta­da del siglo xx, con un anti­guo taller de car­pin­te­ría en su inte­rior, se ubi­ca la sede valen­cia­na de Raams Stu­dio, don­de han des­em­bar­ca­do tras su anda­du­ra por Chi­na. En esta inter­ven­ción, que vie­ne mar­ca­da por el res­pe­to a lo ya exis­ten­te, han logra­do remo­de­lar el lugar con­ser­van­do su esen­cia, emplean­do mate­ria­les arte­sa­nos pro­du­ci­dos local­men­te –barro coci­do tra­di­cio­nal color paja– y mobi­lia­rio fabri­ca­do en el pro­pio taller.

Los 200 m2 se divi­den en tres zonas conec­ta­das, en la plan­ta baja una gran puer­ta pivo­tan­te de made­ra te lle­va al estu­dio, al fon­do, un ven­ta­nal enmar­ca­do en made­ra diri­ge la mira­da hacia el taller de car­pin­te­ría –adya­cen­te a la casa prin­ci­pal–, y una esca­le­ra en espi­ral blan­ca metá­li­ca te lle­va a la segun­da plan­ta don­de se encuen­tran las ofi­ci­nas, un entorno enten­di­do como una caja de made­ra don­de pare­des, sue­lo y techo están fabri­ca­dos modu­lar­men­te con table­ros de abe­dul.

 

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La utopía del Cabanyal

Casa Rei­na 125. El Caban­yal | De David Estal y Artu­ro Sanz. Fotos, Marie­la Apo­llo­nio

Reha­bi­li­ta­ción de una vivien­da uni­fa­mi­liar con espa­cios com­par­ti­dos.

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Se tra­ta de una inter­ven­ción en un edi­fi­cio resi­den­cial que ha mar­ca­do la pau­ta de la recu­pe­ra­ción del barrio del Caban­yal con un modo de pro­ce­der res­pe­tuo­so con su pasa­do. Aquí se han res­tau­ran­do par­tes y ele­men­tos recu­pe­ra­dos de la anti­gua casa, tales como car­pin­te­rías y pavi­men­tos de mosai­co nolla y bal­do­sa hidráu­li­ca, en armo­nía con los ele­men­tos más nue­vos, como la esca­le­ra gal­va­ni­za­da que sube por el patio. A su vez, en com­bi­na­ción con la estruc­tu­ra exis­ten­te de made­ra y ladri­llo, apa­re­cen celo­sías, revol­to­nes, pavi­men­tos, cerra­mien­tos y ali­ca­ta­dos cerá­mi­cos autóc­to­nos.

Pero la cla­ve de este pro­yec­to es el espa­cio común y la recu­pe­ra­ción de un entorno de vecin­dad. Para ello, se han uni­fi­ca­do los acce­sos a los dos edi­fi­cios (el de tres vivien­das a reha­bi­li­tar y el de la vivien­da de nue­va plan­ta) en un úni­co acce­so por la calle de la Barra­ca, una entra­da común, amplia y lumi­no­sa por la que lle­ga­mos al patio inte­rior don­de todo gira alre­de­dor de una pal­me­ra washing­to­nia, en con­ci­lia­ción a las his­tó­ri­cas pal­me­ras de la mis­ma calle de la Barra­ca. Ade­más, se deci­de sus­ti­tuir la esca­le­ra ori­gi­nal en facha­da del edi­fi­cio a reha­bi­li­tar por una nue­va situa­da en el patio, una esca­le­ra exte­rior que expan­de sus rella­nos for­man­do terra­zas y espa­cios de con­vi­ven­cia.

 

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Un templo popular de piedra y vino

Bode­ga Dus­sart Pedrón. Los Pedro­nes (Reque­na) | De Raquel Sola Rubio (CRUX Arqui­tec­toswww.cruxarquitectos.com). Fotos, Mile­na Villal­ba.

Pre­mio COACV 2019 | Inter­ven­ción en edi­fi­cios exis­ten­tes.

 

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La Bode­ga Dus­sart Pedrón es el nue­vo espa­cio sur­gi­do tras la reha­bi­li­ta­ción de una anti­gua cons­truc­ción fami­liar. La inter­ven­ción inser­ta los nue­vos para­men­tos como una capa sobre la cons­truc­ción ori­gi­nal, sin escon­der las cica­tri­ces del paso del tiem­po, enten­di­do como un ele­men­to peri­me­tral que rodea el espa­cio ori­gi­nal.

La facha­da nor­te, que aún mues­tra las tra­zas de su pasa­do como corral, se man­tie­ne con los hue­cos cega­dos, y en el nivel infe­rior se redes­cu­bre el muro de ladri­llo de los depó­si­tos ori­gi­na­les. Sobre este lien­zo de recu­pe­ra­ción de lo exis­ten­te se estruc­tu­ra todo el nue­vo pro­gra­ma, basa­do en tres nive­les que se rede­fi­nen en base a una estruc­tu­ra de hor­mi­gón arma­do que con­so­li­da la cons­truc­ción y la refuer­za –las esca­le­ras y el mon­ta­car­gas se colo­can en el cen­tro, refor­zan­do el pilar–. A su vez, la cubier­ta man­tie­ne su estruc­tu­ra de rolli­zos ori­gi­nal don­de el cañi­zo ha sido sus­ti­tui­do por lis­to­nes de made­ra.

 

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Arquitectura Reciente. Valencia 2017–19

La expo­si­ción que se inau­gu­ró el pasa­do octu­bre en el Cole­gio Terri­to­rial de Arqui­tec­tos de Valen­cia reco­ge una bue­na mues­tra de la arqui­tec­tu­ra más recien­te de la pro­vin­cia de Valen­cia, cate­go­ri­za­da en obra nue­va, refor­ma, reha­bi­li­ta­ción, dise­ño de inte­rio­res, espa­cio públi­co y arqui­tec­tu­ra efí­me­ra. La mues­tra se nutre de una con­vo­ca­to­ria abier­ta a la que pudie­ron pre­sen­tar­se los 2.700 arqui­tec­tos regis­tra­dos en este ámbi­to terri­to­rial.

Esta expo­si­ción, jun­to a su corres­pon­dien­te catá­lo­go, reúne un amplio elen­co de 117 obras pre­se­lec­cio­na­das rea­li­za­das en Valen­cia duran­te los últi­mos tres años y, de esa pri­me­ra cri­ba, el jura­do ha des­ta­ca­do 36 pie­zas por su espe­cial valor y rele­van­cia.

Entre las 36 pie­zas selec­cio­na­das hay un ele­va­do núme­ro de vivien­das y otro tipo de actua­cio­nes que vie­nen a corro­bo­rar esta nue­va vía de la arqui­tec­tu­ra valen­cia­na que hemos sub­ra­ya­do: la vuel­ta al ver­nácu­lo popu­lar y a la esen­cia de la mate­ria­li­dad autóc­to­na, en obras ya cita­das como la Casa en Béte­ra de Mom­pó y Grau, o la Casa Rei­na 125 (Caban­yal mans a l’obra R125) de Estal y Sanz; a las que habría que sumar tam­bién la Casa Tino, de EMAC Arqui­tec­tu­ra; …la Ins­ta­la­ción de una esca­le­ra…, de Piano Piano Stu­dio; la vivien­da BC46, de Mª Dolo­res Con­tell y Juan Miguel Mar­tí­nez; o la Casa DOM, de CRUX Arqui­tec­tos, entre otras obras.

A su vez, podre­mos tam­bién apre­ciar una amplia selec­ción de obras sin­gu­la­res, tales como la ade­cua­ción de la Nave 3 del Par­que Cen­tral de Valen­cia para equi­pa­mien­to escé­ni­co y cul­tu­ral, del equi­po ya cita­do Con­­tell-Mar­­tí­­nez; el acon­di­cio­na­mien­to del espa­cio libre del mar­gen del río Cla­riano de Ontin­yent, y la reur­ba­ni­za­ción de la Pla­za de Ayun­ta­mien­to de Bocai­rent, ambos de Mª del Rosa­rio Cala­ta­yud, Rafael Mira, Sil­via Párra­ga y Ana San­chis; o la bode­ga Dus­sart Pedrón en Reque­na, de los men­cio­na­dos CRUX Arqui­tec­tos.

La expo­si­ción se pue­de visi­tar de for­ma vir­tual a tra­vés de la web del COACV.

Visi­ta vir­tual expo­si­ción Arqui­tec­tu­ra Recien­te 2017–19 en el Espai Guas­ta­vino.

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Patio de la Casa DOM en Los Pedro­nes, de Crux Arqui­tec­tos. Fotos Mile­na Villal­ba.

 

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Rein­ter­pre­ta­ción de vivien­da ais­la­da en la casa TINO en l’Al­mar­dà (Sagun­to), de EMAC Arqui­tec­tu­ra. Fotos Mile­na Villal­ba.

 

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Refor­ma de una vivien­da titu­la­da “La excu­sa para tomar el té…” con la ins­ta­la­ción de una esca­le­ra, de Piano Piano Stu­dio. Fotos Mile­na Villal­ba.

 

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Hemos de incluir en nuestra selección de proyectos representativos de la nueva vía vernacular a la valenciana el siguiente proyecto por la determinación en titularlo L’Àtic vernacle.
 
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L’À­tic ver­na­cle, de El Fabri­can­te de Esphe­ras. Fotos Mile­na Villal­ba.

 

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