El escri­tor valen­ciano regre­sa a las libre­rías con «Can­ción para hom­bres gran­des»

El escri­tor Rafa Cer­ve­ra (Foto: Álva­ro Lei­vas).

Este año ha cum­pli­do 40 años escri­bien­do sobre músi­ca, pero des­de hace cin­co tam­bién es autor de fic­ción. Rafa Cer­ve­ra debu­tó como nove­lis­ta en 2017 con Lejos de todo, que obtu­vo el Pre­mio de la Crí­ti­ca Lite­ra­ria Valen­cia­na en la cate­go­ría de narra­ti­va. Des­de el pasa­do abril anda pro­mo­cio­nan­do su ter­ce­ra obra, Can­ción para hom­bres gran­des, publi­ca­da como el res­to de sus nove­las por la edi­to­rial Jekyll & Jill.

Han trans­cu­rri­do ya más de seis meses des­de que se publi­có Can­ción para hom­bres gran­des, ¿estás con­ten­to?

Mucho. La nove­la ha teni­do una bue­na aco­gi­da por par­te de dis­tin­tos públi­cos. Todo lo que pen­sa­ba que podía ocu­rrir no ha ocu­rri­do. Nadie se ha escan­da­li­za­do, nadie la ha malin­ter­pre­ta­do, pero la mayo­ría de los comen­ta­rios que me han lle­ga­do dicen cosas que me gus­ta oír. El boca a boca está fun­cio­nan­do muy bien.

¿Por ejem­plo?

El otro día, en la pre­sen­ta­ción de Madrid, Mar­ta Sanz me agra­de­ció que hay escri­to una nove­la en la que la mira­da homo­se­xual no pro­yec­te miso­gi­nia. Y hace unos meses, en la pre­sen­ta­ción valen­cia­na, Rafa Lahuer­ta dijo que es una nove­la que debe­ría ense­ñar­se en los cole­gios. El otro día estu­ve con él y me comen­tó que hay cosas de las que se acuer­da cada tan­to. Como cuan­do el narra­dor dice que todos los hom­bres meno­res de 50 años están por hacer.

¿Y tú qué opi­nas de esa teo­ría?

Que es cier­ta, aun­que eso no impli­ca que des­pués de los 50 los hom­bres nos aca­be­mos de hacer. Muchos man­te­ne­mos ese pun­to de niño capri­cho­so has­ta el final.

Por­ta­da del libro.

Los pro­ta­go­nis­tas de la nove­la son hom­bres madu­ros. ¿Tie­nes algo en con­tra de la juven­tud?

Nada en abso­lu­to. La juven­tud es el futu­ro, el mun­do cada día les per­te­ne­ce más a ellos, es una cues­tión natu­ral. Y me pare­ce estu­pen­do. Yo asis­to a ese pro­ce­so como espec­ta­dor, inten­to com­pren­der todo lo que pue­do y tam­bién inten­to no ejer­cer de abue­lo cas­ca­rra­bias. Por mi par­te, la expe­rien­cia acu­mu­la­da me pare­ce un teso­ro. Y rei­vin­di­car el dere­cho al pla­cer, la poe­sía de las arru­gas, la per­cep­ción de la feli­ci­dad y la sole­dad des­de la madu­rez era uno de los obje­ti­vos de la nove­la.

¿Hay algo más que hayas que­ri­do rei­vin­di­car?

El ejer­ci­cio del pla­cer y el dere­cho a hablar de ello. No me refie­ro a un acto de exhi­bi­cio­nis­mo sino sim­ple­men­te a tener igual­dad de opcio­nes a la hora de expre­sar el afec­to y el deseo. A veces da la sen­sa­ción de que la socie­dad tole­ra al homo­se­xual en lugar de acep­tar­lo. Si no eres moles­to, si estás en tu gue­to, si eres fácil­men­te reco­no­ci­ble todo está bien. Pues no.

¿Te pare­ce bien si eti­que­tan tu libro como lite­ra­tu­ra gay?

Esta es una nove­la que habla de unos seño­res que son homo­se­xua­les, esa sería la defi­ni­ción más sin­té­ti­ca. Es lite­ra­tu­ra que, ade­más, toca la temá­ti­ca gay. Esa es la his­to­ria. Creo que las eti­que­tas en oca­sio­nes pue­den ser con­tra­pro­du­cen­tes, pero como soy crí­ti­co musi­cal y me he pasa­do la vida eti­que­tan­do, supon­go que esto es lo que el kar­ma me devuel­ve. El modo en cómo está con­ta­da esta his­to­ria, inten­tan­do evi­tar todos los tópi­cos posi­bles al res­pec­to. Es una his­to­ria de hom­bres homo­se­xua­les con­ta­da con la volun­tad de que pue­da leer­la cual­quie­ra más allá de su géne­ro o su orien­ta­ción sexual, como ocu­rre –y ojo que con esto no es que yo me quie­ra com­pa­rar a nadie- con la poe­sía de Bri­nes, Cer­nu­da o Gil de Bied­ma, con algu­nas nove­las de Pom­bo, Chir­bes o Capo­te.

Los per­so­na­jes feme­ni­nos tam­bién son impor­tan­tes, ¿te lo dicen las lec­to­ras?

Sí, y eso me ale­gra por­que ese obje­ti­vo tam­bién está cum­pli­do. En una nove­la pro­ta­go­ni­za­da por hom­bres, los per­so­na­jes feme­ni­nos son impor­tan­tí­si­mos, aun­que apa­rez­can poco. Era fun­da­men­tal dar­les voz a las que salen y dig­ni­fi­car a las que no salen pero de algu­na mane­ra están pre­sen­tes. No pue­des ais­lar la homo­se­xua­li­dad del femi­nis­mo por­que, ade­más, en el tra­yec­to que hace el pro­ta­go­nis­ta, lo que des­cu­bre es que en esta vida o estas en el ban­do de los pri­vi­le­gia­dos o estás en el de los no pri­vi­le­gia­dos. Si tie­nes que con­quis­tar dere­chos bási­cos enton­ces estás en el mis­mo ban­do que las muje­res.

Esta es tu ter­ce­ra nove­la y es la ter­ce­ra vez que apa­re­ce El Saler como esce­na­rio. ¿Es una nece­si­dad?

Has­ta aho­ra lo era, espe­ro que ya no. Lejos de todo, Por­que ya no que­da tiem­po y Can­ción para hom­bres gran­des están conec­ta­das por varios ele­men­tos y uno de ellos es El Saler. Con­si­de­ro que son las tres obras en las que he vol­ca­do todo lo que tenía que decir antes de irme de este mun­do. Aho­ra, con el tiem­po que me que­de antes de irme, lo que quie­ro es escri­bir des­de fue­ra de mí, seguir evo­lu­cio­nan­do como escri­tor y olvi­dar­me de lo que ya conoz­co para hablar de lo que no.

¿Estás tra­ba­jan­do en ello?

No. Me nie­go en redon­do. He saca­do tres nove­las en cin­co años. Toca parar, pen­sar, saber qué quie­ro hacer y que las ideas ven­gan a mí, no quie­ro tener que ir yo a bus­car­las. Cuan­do eso suce­da empe­za­ré a plan­tear­me lo siguien­te. No quie­ro escri­bir nove­las por­que sí, no quie­ro escri­bir por­que sí, por la sim­ple vani­dad de estar y figu­rar en las redes socia­les. Escri­bir bien no tie­ne nin­gún méri­to en sí mis­mo. Se tra­ta de hacer algo más, ir más allá. Ya iré cuan­do sien­ta la nece­si­dad de hacer­lo.

¿Algún acto alre­de­dor en la nove­la que vaya a tener lugar en Valen­cia pró­xi­ma­men­te?

El vier­nes 18 de noviem­bre hay un club de lec­tu­ra en la Lli­bre­ría El Cre­sol de Patraix. Acu­di­rá la gen­te que inte­gra el club, pero si alguien ajeno a él quie­re ir, pue­de hacer­lo con toda liber­tad.  Hablar de la nove­la con las per­so­nas que la han leí­do es uno de los mejo­res rega­los para un autor.

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