No son demasiados, pero algunos locales han superado el cuarto de siglo de vida. Y mantienen, en su mayoría, la misma oferta con la que iniciaron su andadura antes del año 2000.
Antes de la explosión de la pizza napolitana, e incluso de que Carlo D’Anna consiguiera ser el primero en poner en valor esta receta italiana en Valencia, algunos locales ya servían uno de los platos más universales del planeta.
Era un tiempo donde, pese a su popularidad, no existía franquicias modernas más allá de Pizza Hut o Telepizza. Y las masas no estaban fermentadas ni había opciones sin gluten.
Si alguien quiere probar una pizza con sabor clásico, o incluso llevársela a casa rememorando los tiempos preGlovo, estas son cuatro opciones que se mantienen en la capital del Turia.
- Augusto di carmen: mobiliario, trato al cliente y recetario clásico para uno de los pioneros en un barrio de Ruzafa que todavía no estaba de moda cuando abrió sus puertas.
- Forli: en un pequeño local junto a la Gran Vía Fernando el Católico lleva preparando pizzas para llevar desde hace más de 30 años. Su clientela cercana es fija y la que se aleja ligeramente vuelve una y otra vez durante generaciones.
- Al pomodoro: si no es sencillo resistir en Valencia y menos aún en una zona de tanta rotación como la calle del Mar. Sin embargo, desde su nacimiento ha ampliado instalaciones y siguen fieles a sus recetas originales.
- Le Cinque Lune: ubicado en la calle Císcar desde 1997, fue una de las primeras opciones de gastronomía transalpina en una zona que se ha ido poblando de ellas con el tiempo.
- Di Fredo: uno de los lugares clásicos de la ciudad con 45 años de vida, a medio camino entre Ruzafa y El Ensanche. Carta extensa de pizzas con ingredientes poco comunes, más cercanos a los gustos ochenteros que a los de la Generación Z.
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