Calificada por la crítica como la heredera de Wanda Jackson, la de Carolina del Sur visitará el Loco Club el jueves 22 de junio (21 h.)

La can­tan­te de Caro­li­na del Sur, Nik­ki Lane.

Nik­ki Lane, la can­tau­to­ra y artis­ta de músi­ca country esta­dou­ni­den­se, actua­rá el pró­xi­mo 22 de junio en Loco Club (21 h.), don­de ya dejó un buen sabor de boca con cuan­do visi­tó la sala en 2016 para pre­sen­tar All or nothing o High­way Queen en 2018. La cita que mar­ca­rá el ini­cio de su gira espa­ño­la para defen­der su cuar­to, y de momen­to últi­mo, álbum Denim & Dia­monds. Com­pa­ra­da por su esti­lo y su voz con la míti­ca Wan­da Jack­son, la pren­sa la ha bau­ti­za­do con el sobre­nom­bre de la Pri­me­ra Dama del Outlaw Country por su voz, las letras de sus can­cio­nes y su acti­tud sobre el esce­na­rio. El pre­cio de las entra­das es de 26 euros (22 anti­ci­pa­da).

Denim & Dia­monds es una decla­ra­ción audaz y segu­ra de una can­tau­to­ra que no tie­ne mie­do de ser ella mis­ma. El álbum es una mez­cla de country, rock y blues, con la voz humean­te de Lane y la com­po­si­ción níti­da que bri­lla en cada pis­ta.

El álbum abre con la arro­gan­cia en tono fuzz de First High, una can­ción sobre la emo­ción del nue­vo amor. La can­ción prin­ci­pal es una ale­gre oda a vivir la vida en tus pro­pios tér­mi­nos, mien­tras que Black Widow es una adver­ten­cia sen­sual para un hom­bre que está jugan­do con fue­go.

Lane tam­bién mues­tra su lado más sua­ve en can­cio­nes como Faded, una bala­da des­ga­rra­do­ra sobre el amor per­di­do, y Chi­ma­yo, una her­mo­sa can­ción acús­ti­ca sobre el hogar. No es casua­li­dad que a la pro­duc­ción haya esta­do Josh Hom­me (voca­lis­ta de Queens of The Sto­ne Age) ni que la revis­ta Exile des­ta­ca­ra este álbum entre los mejo­res de 2020.

Una vida dedicada al country

Lane nació en Green­vi­lle, Caro­li­na del Sur, en 1983. Aban­do­nó la escue­la secun­da­ria y se mudó a Los Ánge­les en 2006 don­de tra­ba­jó como dise­ña­do­ra de moda y mode­lo. Fue allí,  en la capi­tal del Ter­cer Mun­do (Bret Eas­ton Ellis dixit) don­de comen­zó a com­po­ner y a tocar la gui­ta­rra.

En 2011, Lane se mudó a Nash­vi­lle, Ten­nes­see, para seguir una carre­ra en la músi­ca country. Ese mis­mo año debu­tó con con Walk of Sha­me. El éxi­to lla­mó la aten­ción del can­tan­te de de The Black Keys, Dan Auer­bach, que le pro­du­jo su siguien­te tra­ba­jo, All or nothin’ (2014)

La músi­ca de Lane es una mez­cla de country, rock y blues. Sus can­cio­nes a menu­do tra­tan temas de amor, pér­di­da y reden­ción. Su voz es ahu­ma­da y con­mo­ve­do­ra, y su com­po­si­ción es hones­ta y fácil de iden­ti­fi­car. Ha sido elo­gia­da por la crí­ti­ca por su auten­ti­ci­dad y su capa­ci­dad para cap­tu­rar la esen­cia de la músi­ca country moder­na.

Sin duda, el mayor acti­vo de Lane es su acti­tud en los direc­tos. Es cono­ci­da por su enér­gi­ca pre­sen­cia en el esce­na­rio y su habi­li­dad para conec­tar con su audien­cia. Sus shows en vivo de Lane son siem­pre una fies­ta, y ella siem­pre deja a sus fans con ganas de más.

Lane ha gana­do nume­ro­sos pre­mios por su músi­ca, inclui­do el Pre­mio al Artis­ta Emer­gen­te del Año de la Aso­cia­ción de Músi­ca Ame­ri­ca­na en 2015. Tam­bién ha sido nomi­na­da a varios pre­mios Grammy.

Su talen­to lla­mó la aten­ción de Lana del Rey, con quien escri­bió a medias Brea­king Up Slowly, inclui­do en el álbum Chem­trails Over the Country Club. El año pasa­do gra­bó con Ken Casey (de the Drop­kick Murphys) el tema Never Git Drunk No More para el álbum This Machi­ne Still Kills Fas­cist, un dis­co basa­do en tex­tos iné­di­tos de Woody Guth­rie.

Nik­ki Lane está con­si­de­ra­da como una de las voces más intere­san­tes y ori­gi­na­les de la músi­ca country actual. Es una pio­ne­ra que está derri­ban­do barre­ras y alla­nan­do el camino para otras artis­tas feme­ni­nas. No es que sea la nue­va Dolly Par­ton, pero ha apren­di­do de la más gran­de.

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