La exposición, inaugurada en la Fundación Bancaja, permanecerá hasta septiembre

Mira­das. José Alei­xan­dre, mues­tra el tra­ba­jo duran­te 36 años del foto­pe­rio­dis­ta José Alei­xan­dre. «Es un via­je de mi vida pro­fe­sio­nal y de la his­to­ria de Valèn­cia en imá­ge­nes», avan­za el autor de la obra. La retros­pec­ti­va está for­ma­da por 54 foto­gra­fías, en blan­co y negro, y en color, rea­li­za­das entre 1981 y 2015. La exper­ta mira­da de Alei­xan­dre nos des­cu­bre noti­cias y per­so­nas de la polí­ti­ca, la cul­tu­ra, el depor­te y la socie­dad, ade­más de hechos y suce­sos que mar­ca­ron la his­to­ria de la ciu­dad y su trans­for­ma­ción. La expo­si­ción recu­pe­ra el paso de la famo­sa actriz porno ita­lia­na, Cic­cio­li­na, por las Fallas en 1988, una ins­tan­tá­nea espe­cial para Alei­xan­dre, que ya for­ma par­te de todos los libros de his­to­ria de la foto­gra­fía.

La mira­da de Alei­xan­dre mos­tró las poten­tes mani­fes­ta­cio­nes con­tra el cie­rre de Altos Hor­nos del Medi­te­rrá­neo, en Sagun­to, en 1983. La reti­ra­da de la esta­tua de Fran­co de la Pla­za del Ayun­ta­mien­to, tam­bién en 1983; el incen­dio de Cor­tes de Pallás en 1985; la dimi­sión del socia­lis­ta Ricard Pérez Casa­do en 1988 y de la popu­lar Rita Bar­be­rá en 2015; el entie­rro de las niñas de Alcàs­ser en 1993; la lle­ga­da a Béte­ra de los heli­cóp­te­ros que inter­vi­nie­ron en isla Pere­jil en el año 2002 y las mani­fes­ta­cio­nes del 15M en Valen­cia duran­te 2011.

Tam­bién se pue­de ver a un joven Feli­pe Gon­zá­lez y a Nar­cís Serra aga­rra­dos a la baran­di­lla, para no caer, de un sub­ma­rino pre­nu­clear en Car­ta­ge­na, duran­te su pues­ta a flo­te en 1983, ape­nas unos meses des­pués de que Espa­ña se unie­ra a la OTAN.

Men­ción apar­te mere­cen los retra­tos que Alei­xan­dre rea­li­za de per­so­na­jes de la cul­tu­ra y los depor­tes. Joan Fus­ter, en blan­co y negro, con las manos entre­la­za­das y miran­do a cáma­ra, la son­rien­te Car­men Alborch, Luis Gar­cía Ber­lan­ga con som­bre­ro, la enig­má­ti­ca Jean­ne Mou­reau, la bella Bo Derek, Alfre­do di Ste­fano o la sim­pá­ti­ca foto de Adrián Cam­pos y Aspar subi­dos en un coche y una moto de jugue­te.

La foto­gra­fía social está pre­sen­te con imá­ge­nes de un des­alo­jo en Naza­ret en 1985 y en esce­nas de la vida en la ciu­dad. Alei­xan­dre defien­de la mira­da del fotó­gra­fo de pren­sa: «la cáma­ra es una sim­ple herra­mien­ta de la que nos vale­mos; el prin­ci­pal ins­tru­men­to del fotó­gra­fo de pren­sa son sus ojos por­que las foto­gra­fías no se toman, hay que hacer­las, hay que crear­las», expli­ca.

«El foto­pe­rio­dis­mo ha cam­bia­do radi­cal­men­te, y a peor. Esas foto­gra­fías, aho­ra, ya no las podría­mos ver por­que te tie­nes que cen­trar en la rapi­dez. No te dan tiem­po para cap­tar bue­nas imá­ge­nes de hechos», lamen­ta. «La épo­ca que refle­jan las fotos ya no vol­ve­rá. Nun­ca, jamás. Es tris­te, lo sien­to, pero es así», aña­de.

Alei­xan­dre, aca­dé­mi­co de la Real Aca­de­mia de Bellas Artes de San Car­los, tra­ba­jó duran­te varios años para el Dia­rio de Valen­cia, El Perió­di­co de Cata­lu­ña, El País y La Van­guar­dia, En 1984 se incor­po­ró a la sec­ción de foto­gra­fía del dia­rio Leva­n­­te-EMV, don­de estu­vo duran­te 32 años. El foto­pe­rio­dis­ta ha com­pa­gi­na­do siem­pre su acti­vi­dad pro­fe­sio­nal con la publi­ca­ción de libros, el comi­sa­ria­do de expo­si­cio­nes, el colec­cio­nis­mo de foto­gra­fías y la labor de inves­ti­ga­ción sobre la foto­gra­fía en Valèn­cia.

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