El Tea­tre Prin­ci­pal de Valen­cia aco­ge, del 15 al 17 de enero, la repre­sen­ta­ción de la obra de Fede­ri­co Gar­cía Lor­ca “Maria­na Pine­da” pro­ta­go­ni­za­da por Laia Marull y Álex Gadea y diri­gi­da por Javier Her­nán­dez Simón. Com­ple­tan el repar­to Auro­ra Herre­ro, Mar­ta Gómez, Sil­va­na Navas, Sara Cifuen­tes, Óscar Zafra, Fer­nan­do Hues­ca y José Fer­nán­dez. 

Una esce­na de la obra “Maria­na de Pine­da”.

Maria­na Pine­da, la pro­ta­go­nis­ta de esta his­to­ria, tuvo una vida bre­ve y una muer­te injus­ta, pero se con­vir­tió en un mito y en un sím­bo­lo de la liber­tad. Silen­cia­da duran­te los gobier­nos abso­lu­tis­tas y ensal­za­da bajo los gobier­nos libe­ra­les y pro­gre­sis­tas, su figu­ra fue una fuen­te inago­ta­ble de ins­pi­ra­ción para poe­tas y dra­ma­tur­gos, entre ellos, Fede­ri­co Gar­cía Lor­ca que escri­bió una obra en la que recreó su vida. 

Una mujer que se rebela contra todo lo establecido

Se ha habla­do mucho de Maria­na Pine­da, tan­to del per­so­na­je his­tó­ri­co como del per­so­na­je crea­do por Fede­ri­co Gar­cía Lor­ca, se ha deba­ti­do sobre si era una revo­lu­cio­na­ria o solo una mujer ena­mo­ra­da, pero Maria­na Pine­da era, sobre todo, una per­so­na que se atre­ve a per­se­guir sus cer­te­zas has­ta el final, has­ta sus últi­mas con­se­cuen­cias, es una mujer que se rebe­la con­tra todo lo esta­ble­ci­do por la socie­dad, pero no por idea­les inte­lec­tua­les o polí­ti­cos, ni siquie­ra por amor. El per­so­na­je se mue­ve al com­pás de su cora­zón que no entien­de de nor­mas y que, sobre todo, no tie­ne mie­do. 

Por supues­to que la Maria­na de Lor­ca es una mujer ena­mo­ra­da, a la que su amor arras­tra por enci­ma de idea­les polí­ti­cos. Ella se rebe­la con­tra un sis­te­ma injus­to y por eso ha pasa­do a nues­tra his­to­ria como un sím­bo­lo de la resis­ten­cia fren­te a la injus­ti­cia con un amor tan puro que le da la valen­tía y la dig­ni­dad para defen­der sus idea­les has­ta la muer­te. 

Lor­ca, a tra­vés de esta mujer, nos hace ver que solo exis­ten dos tipos de per­so­nas, las dis­pues­tas a seguir sus cer­te­zas has­ta el final y aque­llas otras que pre­fie­ren escon­der­se. 

La mujer en la que se inspira el personaje

La Maria­na Pine­da que ins­pi­ra el per­so­na­je de Lor­ca nació en Gra­na­da en 1804, tuvo una infan­cia difí­cil e ini­ció su vida adul­ta con quin­ce años casán­do­se en 1819 con Manuel de Peral­ta, con el que tuvo un hijo y una hija y se que­dó viu­da a los 18 años. Su difí­cil situa­ción per­so­nal no fue incom­pa­ti­ble con sus creen­cias polí­ti­cas, que la lle­va­ron a ayu­dar y aco­ger en su hogar a miem­bros del Par­ti­do Libe­ral per­se­gui­dos por el abso­lu­tis­mo de Fer­nan­do VII. 

El 18 de mar­zo de 1831 ter­mi­na­ba su vida, rela­ti­va­men­te tran­qui­la, al irrum­pir en su casa la poli­cía. Maria­na fue acu­sa­da de tener en su casa una ban­de­ra que sim­bo­li­za­ba la lucha con­tra la monar­quía, en reali­dad lo que que­rían quie­nes la detu­vie­ron era que dela­ta­ra a los cabe­ci­llas de la cau­sa libe­ral. Su abo­ga­do inten­tó defen­der­la sin éxi­to, fue con­de­na­da a muer­te con vein­ti­séis años de edad y eje­cu­ta­da el 26 de mayo de 1831. La eje­cu­ción, que pre­ten­día ser un escar­mien­to y avi­so a la cau­sa libe­ral, la con­vir­tió en víc­ti­ma y már­tir. Final­men­te, su cuer­po fue ente­rra­do en la crip­ta de la cate­dral de Gra­na­da.

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