Un equi­po de inves­ti­ga­do­res del Con­se­jo Supe­rior de Inves­ti­ga­cio­nes Cien­tí­fi­cas (CSIC) ha desa­rro­lla­do un nue­vo mate­rial para fil­tros de mas­ca­ri­llas sani­ta­rias basa­do en nano­fi­bras. Este nue­vo mate­rial, desa­rro­lla­do por el equi­po del inves­ti­ga­dor José María Laga­rón, del Ins­ti­tu­to de Agro­quí­mi­ca y Téc­ni­ca Ali­men­ta­ria (IATA-CSIC), y la empre­sa de base tec­no­ló­gi­ca del CSIC Bio­ini­cia, se apli­ca a las mas­ca­ri­llas sani­ta­rias FFP1, FFP2 y FFP3 y qui­rúr­gi­cas. Esta sema­na ha lle­ga­do al mer­ca­do espa­ñol el pri­mer medio millón de mas­ca­ri­llas pro­du­ci­das con este mate­rial fil­tran­te, y a lo lar­go de las pró­xi­mas tam­bién se comer­cia­li­za­rán en Ale­ma­nia y Lati­noa­mé­ri­ca. Estas mas­ca­ri­llas son bio­de­gra­da­bles, lava­bles, con una capa­ci­dad de fil­tra­ción 10 veces mayor que los mate­ria­les nor­ma­les, cer­ti­fi­ca­da FFP2 y se pue­den usar duran­te días.

Esta nue­va tec­no­lo­gía es fru­to de los pro­yec­tos apro­ba­dos por la pla­ta­for­ma Salud Glo­bal del CSIC y la Agèn­cia Valen­cia­na de la Inno­va­ció (AVI) como ini­cia­ti­vas para abor­dar la pan­de­mia de Covid-19.

Estas mas­ca­ri­llas cuen­tan con la cer­ti­fi­ca­ción espe­cial CPA FFP2, que Euro­pa ha lan­za­do para resol­ver la emer­gen­cia que se creó al inte­rrum­pir­se el comer­cio de cier­tos mate­ria­les de fil­tra­ción que pro­ve­nían prin­ci­pal­men­te de Chi­na. Han sido cer­ti­fi­ca­das por DEKRA y APPLUS+.

“Alcan­zar nive­les de FFP2 en fabri­ca­ción es muy com­ple­jo sin el uso de la tec­no­lo­gía con­ven­cio­nal, y que sepa­mos solo la empre­sa Bio­ini­ca S.L., pue­de ofre­cer este tipo de infra­es­truc­tu­ra a nivel nacio­nal y en otros paí­ses de Euro­pa para fabri­car este tipo de mas­ca­ri­llas”, expli­ca Laga­rón.

Estas mas­ca­ri­llas podrán ser uti­li­za­das por la pobla­ción duran­te varios días. Tam­bién están pen­sa­das para pro­fe­sio­na­les sani­ta­rios, per­so­nal de líneas aéreas y para fuer­zas y cuer­pos de segu­ri­dad del esta­do, en cuyo caso la reco­men­da­ción es usar una al día.

Se pue­den adqui­rir a tra­vés de Bio­ini­cia S.L., que es coti­tu­lar jun­to con el CSIC de la paten­te de la tec­no­lo­gía, y de sus redes de dis­tri­bu­ción que sumi­nis­tran a orga­nis­mos públi­cos, far­ma­cias y super­mer­ca­dos.

Esta ini­cia­ti­va no pre­ten­de com­pe­tir a medio y lar­go pla­zo con los fabri­can­tes de mas­ca­ri­llas ya exis­ten­tes sino crear una red de fabri­can­tes de cali­dad a los que ser­vir el fil­tro o las máqui­nas indus­tria­les para hacer­lo. Esta tec­no­lo­gía pre­sen­ta bas­tan­tes ven­ta­jas fren­te a la tec­no­lo­gía tra­di­cio­nal y ade­más es igual de eco­nó­mi­ca.

Se esti­ma que se fabri­quen alre­de­dor de 800.000 uni­da­des en julio, agos­to y sep­tiem­bre, has­ta lle­gar a fabri­car 4 millo­nes por mes. A par­tir de octu­bre, se espe­ra fabri­car 11 millo­nes a la sema­na.

“Pró­xi­ma­men­te, se espe­ra que varias empre­sas espa­ño­las lan­cen al mer­ca­do unas mas­ca­ri­llas sani­ta­rias y qui­rúr­gi­cas lava­bles uti­li­zan­do este fil­tro. Tam­bién esta­mos a pun­to de cerrar un acuer­do de dis­tri­bu­ción con una gran empre­sa que dis­tri­bu­ye en Lati­noa­mé­ri­ca, Cana­dá y Esta­dos Uni­dos, para comer­cia­li­zar entre 2 y 4 millo­nes de mas­ca­ri­llas duran­te los meses de julio y agos­to”, aña­de Laga­rón.

Este gru­po de inves­ti­ga­ción tam­bién ha desa­rro­lla­do un mode­lo de fil­tro anti­mi­cro­biano y otro bio­de­gra­da­ble, que lle­ga­rán al mer­ca­do en sep­tiem­bre. A par­tir de enton­ces, todas las mas­ca­ri­llas hechas con el fil­tro de Bio­in­cia S.L., deno­mi­na­do PROVEIL, serán por defec­to anti­mi­cro­bia­nas.

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