7 de enero de 2022.

Bri­git­te Bar­dot (París, 28 de sep­tiem­bre de 1934, cono­ci­da en todo el mun­do, duran­te sus años de esplen­dor, como la B.B.) afir­mó ayer en la revis­ta Gala que no pien­sa vacu­nar­se con­tra la covid-19 por ser “alér­gi­ca a todos los pro­duc­tos quí­mi­cos”. La actriz aña­dió: “Cuan­do via­jé a Áfri­ca me negué a vacu­nar­me con­tra la fie­bre ama­ri­lla, una inyec­ción obli­ga­to­ria para poder entrar en algu­nos paí­ses del con­ti­nen­te. Mi médi­co de enton­ces me redac­tó un cer­ti­fi­ca­do fal­so. Fui a Áfri­ca y vol­ví en ple­na for­ma”, con­fe­só.” Bri­git­te, que es muy suya, aña­dió: “Ten­go 87 años, pero no los apa­ren­to. No hay canas en mi pelo y estoy muy del­ga­da. Ten­go una doble artro­sis de cade­ra, ando con mule­tas, pero si me pones una rum­ba, un cha-cha-chá, a los Gipsy Kings o algo de fla­men­co, me entran ganas de mover­me”, aña­dió en decla­ra­cio­nes reco­gi­das por la cade­na LCI.

De Bri­git­te admi­ro su amor por los ani­ma­les, tenaz rei­vin­di­ca­ción que ha man­te­ni­do viva des­de su niñez. Pero sus sim­pa­tías, amis­ta­des y matri­mo­nios con líde­res de la extre­ma dere­cha (en 1992 se casó con Ber­nard d’Ormale, que mili­ta en las filas del par­ti­do de Le Pen) en modo alguno pue­den ser com­par­ti­das por las per­so­nas sen­sa­tas y demo­crá­ti­cas. Con el peor reper­to­rio de sus ideas ultra, la B.B., entre­vis­ta­da en 2021 por el sema­na­rio ita­liano Oggi, dijo esta bar­ba­ri­dad neo­na­zi: “El coro­na­vi­rus es algo bueno, ya que se tra­ta de una espe­cie de auto­rre­gu­la­ción de una super­po­bla­ción que no somos capa­ces de con­tro­lar”.

En el libro Mis inmor­ta­les del cine. Años 60 (edi­ta­do por el Círcu­lo de Lec­to­res en 2001), el des­apa­re­ci­do y año­ra­do Teren­ci Moix (1942–2003) des­cri­be así a la B.B. joven, cuan­do irrum­pe con su belle­za y sus des­nu­dos en el cine fran­cés de los años 50: “Su esce­na­rio pre­fe­ri­do era la cama, y en ella solía apa­re­cer, des­nu­da bajo una sába­na ceñi­da al cuer­po, reto­zan­do en acti­tu­des mimo­sas, inci­tan­do con su inimi­ta­ble son­ri­sa de niña per­ver­sa. Tam­bién era adic­ta a las bañe­ras y las duchas. Inclu­so sus crí­ti­cos más fero­ces reco­no­ce­rán que, jugan­do con una toa­lla, podía hacer mila­gros.”

Habi­tual­men­te, cuan­do pien­so en la carre­ra cine­ma­to­grá­fi­ca de Bri­git­te Bar­dot deci­do de inme­dia­to que no hay nin­gu­na pelí­cu­la en su fil­mo­gra­fía que me intere­se. Ese es mi pron­to ciné­fi­lo y qui­zá ideo­ló­gi­co. Lue­go comien­zo a repen­sar y mati­zar un poco y des­cu­bro, un tan­to eno­ja­do con­mi­go mis­mo, que eso no es ver­dad. Es difí­cil erra­di­car nues­tros pre­jui­cios. Las manio­bras del amor (René Clair, 1955) es exce­len­te (nadie quie­re acor­dar­se hoy día de Clair). La veri­té (H. G. Clou­zot, 1960), una obra maes­tra en la que B.B. abor­da­ba con sol­ven­cia el más com­ple­jo papel de su tra­yec­to­ria. El des­pre­cio (Jean-Luc Godard, 1963), una bella y esti­li­za­da refle­xión sobre el mun­do del cine, con la insó­li­ta pre­sen­cia acto­ral del mis­mí­si­mo Fritz Lang.  Y Viva María (Louis Malle, 1965), una deli­cio­sa his­to­ria aven­tu­re­ra ambien­ta­da en la revo­lu­ción mexi­ca­na, año 1910. Tam­bién tie­nen inte­rés la rare­za de Les bijou­tiers du clair de lune (Roger Vadim, 1958, roda­da en Anda­lu­cía) y la par­cial­men­te falli­da Una vida pri­va­da (Louis Malle, 1962), con su tono ambi­cio­so y dra­má­ti­co.

DIARIO UN CINÉFILO

«Que la vida iba en serio / uno lo empie­za a com­pren­der más tar­de”
Jai­me Gil de Bied­ma

DIARIO DE UN CINÉFILO Es una sec­ción dedi­ca­da al mun­do de las Series de TV, a todos sus aspec­tos ciné­fi­los pero tam­bién a sus deri­va­cio­nes socio­ló­gi­cas y rela­ti­vas a la vida coti­dia­na de las per­so­nas. La cons­truc­ción de roles, las rela­cio­nes fami­lia­res, la actua­li­dad, la come­dia y el dra­ma, la épi­ca his­tó­ri­ca, dra­go­nes y maz­mo­rras… Todo cabe en el mun­do de las series, y cual­quier pers­pec­ti­va del mun­do pue­de ser vis­ta des­de la ópti­ca de un ciné­fi­lo, de un serió­fi­lo inte­li­gen­te y pers­pi­caz. La sec­ción está per­so­na­li­za­da en Rafa Marí, uno de los últi­mos gran­des ciné­fi­los espa­ño­les. La perio­di­ci­dad es alea­to­ria, y la lon­gi­tud de cada entra­da, tam­bién. Pue­de ser tan­to muy cor­ta: un afo­ris­mo, como un exten­so mini­en­sa­yo, o entre­vis­ta, o diá­lo­go inte­rior.

Pese a ser un perio­dis­ta tar­dío, Rafa Marí (Valen­cia, 1945) ha teni­do tiem­po para tra­ba­jar en muchos medios de comu­ni­ca­ción: Car­te­le­ra Turia, Cal Dir, Valen­cia Sema­nal, car­te­le­ra Qué y Don­de, Noti­cias al día, Papers de la Con­se­lle­ria de Cul­tu­ra, Leva­n­­te-EMV, El Hype… Siem­pre en las pági­nas de cul­tu­ra. En 1984 fichó por Las Pro­vin­cias, dia­rio don­de actual­men­te es colum­nis­ta y crí­ti­co de arte.

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