8 de diciem­bre de 2021.


Exce­len­te el dos­sier de Diri­gi­do por… dedi­ca­do al géne­ro musi­cal. La publi­ca­ción le pidió a 37 crí­ti­cos (uno de ellos fui yo, como ya con­té en la ante­rior entra­da) que eli­gie­sen sus diez musi­ca­les pre­fe­ri­dos. Resul­ta­do en los diez pri­me­ros pues­tos:

1, Can­tan­do bajo la llu­via, con 33 votos

2, West Side Story, con 23 votos

3, Melo­días de Broad­way 1955, con 20 votos

4, Empie­za el espec­tácu­lo, con 15 votos

5, El mago de Oz, Un día en nue­va York Los para­guas de Cher­bur­go, las tres con 13 votos

6, My fair lady y El fan­tas­ma del paraí­so (diri­gi­da por Brian de Pal­ma en 1982), con 12 votos

7, Ha naci­do una estre­lla (ver­sión de 1954, diri­gi­da por Geor­ge Cukor), con 10 votos

8, Las zapa­ti­llas rojas, Caba­ret Dine­ro caí­do del cie­lo, con 8 votos

9, La calle 42, Sie­te novias para sie­te her­ma­nos Siem­pre hace buen tiem­po, con 7 votos

y 10, Las seño­ri­tas de Roche­fort, Came­lot Pesa­di­lla antes de Navi­dad, 6 votos.

Sor­pre­sas de la encues­ta: nadie se ha acor­da­do de La bella de Mos­cú (Rou­ben Mamou­lian, 1957); ni siquie­ra yo, que tan­tas veces la he dis­fru­ta­do; la razón de ese recha­zo gene­ral qui­zá radi­que en que se tra­ta de un rema­ke –o sea, una copia más o menos “inter­ve­ni­da”– de Ninotch­ka (Ernst Lubitsch, 1939); tam­bién pesa que la pelí­cu­la es una des­pre­jui­cia­da apo­lo­gía del capi­ta­lis­mo y, con­fie­so por fin el prin­ci­pal moti­vo de mi des­car­te, no me creo, de nin­gu­na mane­ra, a la bella y escul­tu­ral Cyd Cha­ris­se loca de amor por Fred Astai­re, gran bai­la­rín pero no pre­ci­sa­men­te un her­mo­so varón: ¿Cyd y Fred? Lo que no pue­de ser, no pue­de ser, y ade­más es impo­si­ble.

Ano­che ano­té en mi dia­rio un com­pro­mi­so per­so­nal: ele­gir los 10 mejo­res musi­ca­les del cine espa­ñol. Al igual que hice en la encues­ta para Diri­gi­do por… en la que tuve el ase­so­ra­mien­to del cul­tí­si­mo ciné­fi­lo Javier Pitarch, esta vez me ase­so­ré con otro ciné­fi­lo para todas las esta­cio­nes, Fran­cis­co Javier Ortiz, exper­to en el cine espa­ñol y fan de Valen­cia City y de Diri­gi­do por... “Eli­jo yo cin­co pelí­cu­las bien cono­ci­das”, le dije, “y tú com­ple­tas la lis­ta con cin­co rare­zas o ‘atre­vi­mien­tos’ cul­tu­ra­les”. Fran­cis­co Javier apro­bó el plan.

Esta es mi lis­ta, que cito por orden cro­no­ló­gi­co:

1, ¡Bien­ve­ni­do, Mis­ter Marshall! (Luis Gar­cía Ber­lan­ga, 1953: esta extra­or­di­na­ria pelí­cu­la, cosa que se olvi­da a menu­do, es tam­bién un musi­cal pen­sa­do para el luci­mien­to de Loli­ta Sevi­lla, aun­que los que de ver­dad se lucen son Ber­lan­ga, Mano­lo Morán José Isbert)

2, El últi­mo cuplé (Juan de Ordu­ña, 1957: un hito del cine popu­lar con can­cio­nes)

3, Dife­ren­te (Alfre­do Ala­ria Luis M. Del­ga­do, insó­li­to mani­fies­to gay estre­na­do el año 1962, en pleno fran­quis­mo)

4, Casa Flo­ra (Ramón Fer­nán­dez, 1973: el film tie­ne algu­nos de los núme­ros musi­ca­les más des­ca­cha­rran­tes de la his­to­ria)

y 5, El otro lado de la cama (Emi­lio Mar­­tí­­nez-Láza­­ro, 2002).

Estas fue­ron las elec­cio­nes del eru­di­to Fran­cis­co Javier Ortiz:

1, More­na Cla­ra (Flo­rián Rey, 1936)

2, Embru­jo (Car­los Serrano de Osma, 1947)

3, Par­si­fal (Daniel Magra­né y Car­los Serrano de Osma, 1951)

4, Doña Fran­cis­qui­ta (Ladis­lao Vaj­da, 1952)

y 5, Aven­tu­ras del bar­be­ro de Sevi­lla (Ladis­lao Vaj­da, 1954).

Por razo­nes diver­sas y cru­za­das no apa­re­cen en nues­tra selec­ción –a pun­to estu­vie­ron de hacer­lo– los musi­ca­les de Car­los Sau­ra, la valio­sa Los Taran­tos, de Fran­cis­co Rovi­­ra-Bele­­ta (1963), la curio­sa y gam­be­rra ¡Bru­ja, más que  bru­ja! (Fer­nan­do Fer­nán Gómez, 1977), Las cosas del que­rer (Jaime Cha­va­rri, 1989), Taco­nes leja­nos (Pedro Almo­dó­var, 1991) o la recien­te La lla­ma­da (Javier Ambros­si Javier Cal­vo, 2017, esta últi­ma no la hemos vis­to ni Fran­cis­co Javier ni yo; todo lle­ga­rá).

En el tema de las lis­tas, apar­te del buen cri­te­rio ciné­fi­lo, tam­bién cuen­ta el esta­do de áni­mo de cada uno y su capa­ci­dad de recuer­do. Algu­nas veces, cuan­do vol­ve­mos a ver una pelí­cu­la que hace 30 o 40 años nos gus­tó mucho, aho­ra nos deja indi­fe­ren­tes. Son cosas de la edad y del paso del tiem­po, que nos tras­to­can un poco. 

DIARIO UN CINÉFILO

«Que la vida iba en serio / uno lo empie­za a com­pren­der más tar­de”
Jai­me Gil de Bied­ma

DIARIO DE UN CINÉFILO Es una sec­ción dedi­ca­da al mun­do de las Series de TV, a todos sus aspec­tos ciné­fi­los pero tam­bién a sus deri­va­cio­nes socio­ló­gi­cas y rela­ti­vas a la vida coti­dia­na de las per­so­nas. La cons­truc­ción de roles, las rela­cio­nes fami­lia­res, la actua­li­dad, la come­dia y el dra­ma, la épi­ca his­tó­ri­ca, dra­go­nes y maz­mo­rras… Todo cabe en el mun­do de las series, y cual­quier pers­pec­ti­va del mun­do pue­de ser vis­ta des­de la ópti­ca de un ciné­fi­lo, de un serió­fi­lo inte­li­gen­te y pers­pi­caz. La sec­ción está per­so­na­li­za­da en Rafa Marí, uno de los últi­mos gran­des ciné­fi­los espa­ño­les. La perio­di­ci­dad es alea­to­ria, y la lon­gi­tud de cada entra­da, tam­bién. Pue­de ser tan­to muy cor­ta: un afo­ris­mo, como un exten­so mini­en­sa­yo, o entre­vis­ta, o diá­lo­go inte­rior.

Pese a ser un perio­dis­ta tar­dío, Rafa Marí (Valen­cia, 1945) ha teni­do tiem­po para tra­ba­jar en muchos medios de comu­ni­ca­ción: Car­te­le­ra Turia, Cal Dir, Valen­cia Sema­nal, car­te­le­ra Qué y Don­de, Noti­cias al día, Papers de la Con­se­lle­ria de Cul­tu­ra, Leva­n­­te-EMV, El Hype… Siem­pre en las pági­nas de cul­tu­ra. En 1984 fichó por Las Pro­vin­cias, dia­rio don­de actual­men­te es colum­nis­ta y crí­ti­co de arte.

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