
28 de agosto de 2021.
Fernando Fernán Gómez nació en Lima el 28 de agosto de 1921, aunque en su partida de nacimiento se dice que nació en Buenos Aires. El actor, director y escritor cuenta en sus memorias (El olvido y la memoria, El tiempo amarillo) que el motivo de ese dato equívoco, asumido con tranquilidad por nuestro protagonista, se debe a que su madre, la actriz de teatro Carola Fernán Gómez, estaba de gira por Sudamérica y tardó unos días –cuando ya había viajado de Perú a Argentina– en oficializar la llegada al mundo de su hijo Fernando.
La carrera de Fernando Fernán Gómez es apasionante en todas sus facetas. Como actor tendía a la sobreactuación –sobre todo en sus papeles de comedia–, pero estuvo admirable con su laconismo expresivo en El espíritu de la colmena (Víctor Érice, 1973). Hizo casi siempre de buenazo, aunque sus trabajos como hombre tóxico y malvado (El mundo sigue, Fernando Fernán Gómez, 1963, Pim, pam… ¡fuego!, Pedro Olea, 1975, entre otras) pertenecen al mejor legado actoral del cine español. Su obra Las bicicletas son para el verano (1982) se ha convertido en un clásico del teatro español y en su momento dio paso, además, a una buena película homónima dirigida en 1983 por Jaime Chavarri. Para televisión dirigió y protagonizó dos series magníficas, Juan Soldado (1973) y El pícaro (1974). De lo mejor que se ha hecho en TVE. Como director cinematográfico realizó 27 películas (dos de ellas las co-dirigió: Manicomio, 1954, con Luis María Delgado, y El lazarillo de Tormes, 2001, con José Luis García Sánchez, trabajo iniciado como único director pero que se vio obligado a abandonar a mitad del rodaje por problemas de salud).

De su filmografía como director me interesan, por unos u otros motivos, hasta sus peores películas (Los Palomos, 1964; Ninette y un señor de Murcia, 1965; Cómo casarse en siete días, 1971; La querida, 1976, protagonizada por Rocío Jurado; Pesadilla para un rico, 1997…). Pero su talento ha hecho posible un puñado de obras maestras, a la altura de Buñuel, Berlanga o Almodóvar: La vida por delante (1958), Solo para hombres (1960), El mundo sigue, El extraño viaje (1964), El viaje a ninguna parte (1986) o El mar y el tiempo (1989, basada en una novela suya publicada en 1988 y que tuvo su origen en una miniserie televisiva de 1987.

Conocí y entrevisté a Fernando Fernán Gómez en los años 90, cuando fue invitado por la Filmoteca Valenciana. Propició la entrevista el extraordinario organizador Ricardo Muñoz Suay, del que fui amigo y que siempre procuró favorecerme como informador. Al menos una vez al mes nos veíamos para comer y chismorrear un poco. Lo hacíamos habitualmente en un restaurante gallego de la Gran Vía Germanías o en La Semeuse, el restaurante de cocina francesa (en la calle Joaquín Costa) de mi hermana Julia y su marido François.
Evoco una pequeña parte de aquella entrevista, basándome únicamente en mi memoria. La publiqué en Las Provincias, pero no guardo copia de ella (ni de ninguna otra, excepto de las que se han publicado en algún libro: La Valencia de los años 60, Ayuntamiento de Valencia; Ocurrió en Valencia, Ruzafashow). Fernando se comportó de un modo algo áspero, indiferente o un tanto desconfiado ante mis elogios.

—Buenas tardes, Fernando.
—Buenas tardes
—Admiro mucho su trabajo como director.
—(Con sorna). ¿Y cómo actor no?
—También, también. Pero sobre todo como director.
—¿Por ejemplo?
—El mundo sigue.
—No dio un duro. Me dejó empeñado durante varios años.
—El extraño viaje.
—Tampoco funcionó comercialmente.

—Es magnífica. Fernando, me gustan incluso sus malas películas.
—¿Te refieres a…?
—Cómo casarse en siete días.
—Pues mira, esa no está mal del todo.
—Es feroz, desde luego.
—Gracita Morales estuvo muy bien, te apiadabas de ella.
—¿La película funcionó bien en taquilla?
—No, tampoco. No sé por qué, pero mis películas como director no eran comerciales. Ahora las haría de otra manera. Una de las pocas que dio dinero fue La venganza de don Mendo (1961), pero el mérito era de Pedro Muñoz Seca.

(Repito: esta conversación con Fernando Fernán Gómez la he reconstruido solo con mis recuerdos. En lo esencial, es verdadera. En los detalles, quizá no tanto. La memoria es falible. La mía y la de casi todo el mundo).
Fernando Fernán Gómez murió en Madrid el 21 de noviembre de 2007, a la edad de 86 años.
DIARIO UN CINÉFILO

«Que la vida iba en serio / uno lo empieza a comprender más tarde”
Jaime Gil de Biedma
DIARIO DE UN CINÉFILO Es una sección dedicada al mundo de las Series de TV, a todos sus aspectos cinéfilos pero también a sus derivaciones sociológicas y relativas a la vida cotidiana de las personas. La construcción de roles, las relaciones familiares, la actualidad, la comedia y el drama, la épica histórica, dragones y mazmorras… Todo cabe en el mundo de las series, y cualquier perspectiva del mundo puede ser vista desde la óptica de un cinéfilo, de un seriófilo inteligente y perspicaz. La sección está personalizada en Rafa Marí, uno de los últimos grandes cinéfilos españoles. La periodicidad es aleatoria, y la longitud de cada entrada, también. Puede ser tanto muy corta: un aforismo, como un extenso miniensayo, o entrevista, o diálogo interior.
Pese a ser un periodista tardío, Rafa Marí (Valencia, 1945) ha tenido tiempo para trabajar en muchos medios de comunicación: Cartelera Turia, Cal Dir, Valencia Semanal, cartelera Qué y Donde, Noticias al día, Papers de la Conselleria de Cultura, Levante-EMV, El Hype… Siempre en las páginas de cultura. En 1984 fichó por Las Provincias, diario donde actualmente es columnista y crítico de arte.
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