19 de julio de 2021.

Cuba, otra vez de actua­li­dad. Por moti­vos polí­ti­cos, como es habi­tual. En un tema tan enve­ne­na­do resul­ta impo­si­ble opi­nar y salir indem­ne del inten­to. No lo con­se­gui­re­mos ni siquie­ra recu­rrien­do al “aná­li­sis cien­tí­fi­co de la reali­dad”, esa vie­ja pre­ten­sión del mar­xis­mo. ¿La reali­dad y sus mil fac­to­res pue­den diag­nos­ti­car­se de modo cien­tí­fi­co? Un empe­ño dudo­so.

Para cono­cer mejor Cuba, apar­te de via­jar a la isla y tener con­tac­to –inte­lec­tual– con gen­te intere­san­te, exi­lia­da o que vive allí, es reco­men­da­ble leer a los mejo­res escri­to­res cuba­nos: José Mar­tíGui­ller­mo Cabre­ra Infan­te –al que cono­cí y entre­vis­té en dos oca­sio­nes–, José Leza­ma Lima, Vir­gi­lio Piñe­ra, Leo­nar­do Padu­ra, Rei­nal­do Are­nas, Heber­to Padi­lla, Eli­seo Die­go, Zoé Val­dés, Seve­ro Sar­duy, Pedro Juan Gutié­rrez, Dul­ce María Loy­naz, Gas­tón Baque­ro, Ale­jo Car­pen­tier, Nico­lás Gui­llén… La apor­ta­ción del chi­leno Jor­ge Edwards, con su famo­so ensa­yo auto­bio­grá­fi­co Per­so­na non gra­ta, es muy valio­sa.

Rei­nal­do Gon­zá­lez, Rei­nal­do Are­nas, José Leza­ma Leza­ma Lima y Emma­nuel Car­ba­llo, en la puer­ta de Tro­ca­de­ro 162, La Haba­na.
Gui­ller­mo Cabre­ra Infan­te ejer­ció tam­bién la crí­ti­ca cine­ma­to­grá­fi­ca con el seu­dó­ni­mo G. Caín.

Pero me cen­tro en las pelí­cu­las y series de la tele que han inten­ta­do con­tar­nos con bue­na o per­ver­sa volun­tad la his­to­ria de Cuba y los moti­vos de las penu­rias que sufre des­de hace déca­das, agra­va­das aho­ra por el Covid-19 y la radi­cal caí­da del turis­mo en el país cari­be­ño. En la tarea de cono­cer dis­tin­tos pun­tos de vis­ta, es impres­cin­di­ble ver Memo­rias del sub­de­sa­rro­llo (1968, Tomás Gutié­rrez Alea) y Fre­sa y cho­co­la­te (1993, Tomás Gutié­rrez Alea y Juan Car­los Tabio); Lucía (Hum­ber­to Solás, 1968); la impre­sio­nan­te Soy Cuba (Mijail Kala­tó­zov, 1964), o Juan de los muer­tos (Ale­jan­dro Bru­gués, 2011), mali­cio­sa y muy diver­ti­da pelí­cu­la de zom­bis.

Regre­so al tema de la con­fron­ta­ción pola­ri­za­da. Pien­so en una serie docu­men­tal de ocho epi­so­dios, The Cuba Libre Story (Net­flix, 2016), y una des­acre­di­ta­da pelí­cu­la de Richard Fleis­cherChe! (1969). 

Ano­to las reac­cio­nes sus­ci­ta­das por una y otra en la pági­na ciné­fi­la Fil­maf­fi­nity. Sobre The Cuba Libre Story, una reac­ción en con­tra: “Muy pocas veces men­cio­nan el blo­queo de EE. UU. hacia la isla, el cual se man­tie­ne hoy en día, lo cual difi­cul­tó y difi­cul­ta en gran medi­da la vida comer­cial de Cuba. Inclu­so has­ta lle­ga­ron a des­li­zar al final del ‘docu­men­tal’ que Guan­tá­na­mo exis­te por­que los Cas­tro lo per­mi­ten, exi­mien­do de toda res­pon­sa­bi­li­dad al impe­ria­lis­mo yan­qui. Fidel es el demo­nio. En esta serie, Satán es más bené­vo­lo que él”. Aho­ra, una bre­ve y dura reac­ción a favor: “Aná­li­sis obje­ti­vo y veraz del desas­tre de la revo­lu­ción cuba­na”. 

Las dis­cre­pan­cias son más enco­na­das toda­vía en el caso de Che! Una viru­len­ta opi­nión: “Pelí­cu­la lamen­ta­ble y, lo que es peor, de un mani­queís­mo vomi­ti­vo, con la per­ti­nen­te demo­ni­za­ción de todo lo que ten­ga que ver con la pala­bra comu­nis­mo. Se supo­ne que es un bio­pic de la vida del eter­na­men­te (a pesar de bodrios como el aquí comen­ta­do) míti­co Che Gue­va­ra, des­de el ini­cio de la revo­lu­ción cuba­na para derro­tar a Batis­ta has­ta su muer­te en su lucha revo­lu­cio­na­ria en Boli­via. Pelí­cu­la no sólo ya des­afor­tu­na­da, nada rigu­ro­sa o inefi­caz, sino de una dema­go­gia denun­cia­ble que pre­ten­de no una des­mi­ti­fi­ca­ción de la figu­ra del Che sino un abso­lu­to oscu­re­ci­mien­to de éste, per­fi­lán­do­lo como la antí­te­sis de lo que dejó escri­to e hizo: es pre­sen­ta­do como un gue­rri­lle­ro asmá­ti­co, capri­cho­so y per­so­na­lis­ta, lo con­tra­rio a Robin Hood (por lo vis­to se dedi­ca­ba, entre otras cosas, a robar a los pobres y al pue­blo llano, inten­tan­do ins­truir y meter a esas gen­tes en sus gue­rri­llas), un tipo des­pre­cia­ble, que odia­ba a Fidel Cas­tro (el odio pare­cía recí­pro­co), un utó­pi­co peli­gro­so para la huma­ni­dad. ¡Oh, ya lle­ga­ron los ame­ri­ca­nos a abrir­nos los ojos!”. Otra crí­ti­ca: “Exis­ten abun­dan­tes datos de que esta pelí­cu­la fue finan­cia­da por la CIA, en un momen­to en que las figu­ras de Fidel Cas­tro y Che Gue­va­ra lle­ga­ron a tener bas­tan­te influen­cia en todo el mun­do, inclu­so en los USA. Aun­que la inter­pre­ta­ción de Jack Palan­ce Omar Sha­rif no es dema­sia­do mala, el res­to es real­men­te cocham­bro­so, con diá­lo­gos que supues­ta­men­te quie­ren dejar entre­ver que no era ‘tan’ idea­lis­ta… Pro­ba­ble­men­te la peor bio­gra­fía en el cine del Che”.

Y una reac­ción a favor del film: “Por lo vis­to hay gen­te a la que no le gus­ta saber que el Che eje­cu­tó en per­so­na a un trai­dor en Sie­rra Maes­tra, o que fusi­ló a cien­tos de per­so­nas poco des­pués de lle­gar al poder o que tenía una for­ma de ser auto­ri­ta­ria, cruel y vio­len­ta. Hay tes­ti­mo­nios y libros que demues­tran esas cosas, pero por lo vis­to es una ver­dad incó­mo­da para muchos”.

Con esta pola­ri­za­ción tan extre­ma es impo­si­ble acla­rar­se. Ter­mino el artícu­lo moján­do­me un poco: Cuba es una dic­ta­du­ra. Esa cien­tí­fi­ca reali­dad tie­ne raí­ces his­tó­ri­cas, sí. Pero es absur­do o intere­sa­do negar lo evi­den­te. Lla­me­mos dic­ta­du­ras a las dic­ta­du­ras. 

DIARIO UN CINÉFILO

«Que la vida iba en serio / uno lo empie­za a com­pren­der más tar­de”
Jai­me Gil de Bied­ma

DIARIO DE UN CINÉFILO Es una sec­ción dedi­ca­da al mun­do de las Series de TV, a todos sus aspec­tos ciné­fi­los pero tam­bién a sus deri­va­cio­nes socio­ló­gi­cas y rela­ti­vas a la vida coti­dia­na de las per­so­nas. La cons­truc­ción de roles, las rela­cio­nes fami­lia­res, la actua­li­dad, la come­dia y el dra­ma, la épi­ca his­tó­ri­ca, dra­go­nes y maz­mo­rras… Todo cabe en el mun­do de las series, y cual­quier pers­pec­ti­va del mun­do pue­de ser vis­ta des­de la ópti­ca de un ciné­fi­lo, de un serió­fi­lo inte­li­gen­te y pers­pi­caz. La sec­ción está per­so­na­li­za­da en Rafa Marí, uno de los últi­mos gran­des ciné­fi­los espa­ño­les. La perio­di­ci­dad es alea­to­ria, y la lon­gi­tud de cada entra­da, tam­bién. Pue­de ser tan­to muy cor­ta: un afo­ris­mo, como un exten­so mini­en­sa­yo, o entre­vis­ta, o diá­lo­go inte­rior.

Pese a ser un perio­dis­ta tar­dío, Rafa Marí (Valen­cia, 1945) ha teni­do tiem­po para tra­ba­jar en muchos medios de comu­ni­ca­ción: Car­te­le­ra Turia, Cal Dir, Valen­cia Sema­nal, car­te­le­ra Qué y Don­de, Noti­cias al día, Papers de la Con­se­lle­ria de Cul­tu­ra, Leva­n­­te-EMV, El Hype… Siem­pre en las pági­nas de cul­tu­ra. En 1984 fichó por Las Pro­vin­cias, dia­rio don­de actual­men­te es colum­nis­ta y crí­ti­co de arte.

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