11 de julio de 2021.
Ade­más del cen­te­na­rio de Luis Gar­cía Ber­lan­ga, efe­mé­ri­de que los espa­ño­les –espe­cial­men­te los valen­cia­nos– recor­da­mos con mul­ti­tud de actos, este año hay muchos casos de rea­li­za­do­res, direc­to­res artís­ti­cos, acto­res y actri­ces cuyos cen­te­na­rios se con­me­mo­ran en 2021 (hace unos meses, los de Dirk Bogar­de, Lana Tur­ner, Mario Lan­za, Jack Clay­ton, Louis Jour­dan, Gil Parron­do, Jane Rus­sell, Daniel Gelin, Ali­da Valli, Anto­nio Ferran­dis…) El pró­xi­mo 28 de agos­to se cum­pli­rá el cen­te­na­rio de Fer­nan­do Fer­nán Gómez, una figu­ra fun­da­men­tal, como actor y como direc­tor, del cine y el tea­tro espa­ño­les. Para las gene­ra­cio­nes jóve­nes, tal vez muchos de estos nom­bres les sue­nen a tiem­pos jurá­si­cos. A mí no me ocu­rre eso. Es una cues­tión de edad, cla­ro. Y de cine­fi­lia mili­tan­te. Antes de que la pre­ci­pi­ta­ción del verano y la urgen­cia de los calo­res nos abo­quen a injus­tos olvi­dos, tri­bu­to un peque­ño home­na­je, con moti­vo de sus pró­xi­mos cen­te­na­rios, a una actriz que estu­vo a pun­to de ser famo­sa, a una muy popu­lar figu­ra estre­cha­men­te liga­da a la memo­ria sen­ti­men­tal de varias gene­ra­cio­nes, y a una dama de refi­na­do esti­lo y con una excep­cio­nal fil­mo­gra­fía: Bella Dar­vi (Polo­nia, 23 de agos­to de 1928; Mon­te­car­lo, 11 de sep­tiem­bre de 1971).

Bella Dar­vi.

Copio de wiki­pe­dia: “Fue des­cu­bier­ta en París por la espo­sa del mag­na­te y pro­duc­tor Darryl F. Zanuck, al con­si­de­rar­la con un atrac­ti­vo simi­lar al de Ingrid Berg­man. En 1952, tras divor­ciar­se, se mudó a casa de los Zanuck, que inten­ta­ron con­ver­tir­la en una estre­lla”. Recu­pe­ro mi voz como cro­nis­ta: pese al gran apo­yo empre­sa­rial que tuvo, Bella Dar­vi no logró ser una estre­lla. Pro­ta­go­ni­zó Sinuhé el egip­cio (Michael Cur­tiz, 1954, con Edmund Pur­dom, Jean Sim­mons, Vic­tor Matu­re y Gene Tier­ney) y El dia­blo de las aguas tur­bias (Samuel Fuller, 1954, con Richard Wid­mark). El públi­co pasó de su belle­za. Bella Dar­vi no tenía caris­ma, vir­tud cine­ma­to­grá­fi­ca que no sé muy en qué con­sis­te pero cuya ausen­cia, en deter­mi­na­do tipo de cine, se echa en fal­ta. Pon­go un ejem­plo. En los esce­na­rios, Jen­ni­fer López posee un poten­te caris­ma. En sus pelí­cu­las, ese caris­ma des­apa­re­ce.

Esther Williams.

Esther Williams (Los Ánge­les, 8 de agos­to de 1921- Los Ánge­les, 6 de junio de 2013). De ella se dijo que “moja­da” era una gran­dí­si­ma estre­lla. Lo fue. Nada­do­ra espe­cia­lis­ta en nata­ción sin­cro­ni­za­da, en las pis­ci­nas se cre­cía. Esther nun­ca lle­gó a ser una gran actriz, pero su lumi­no­sa son­ri­sa ena­mo­ró a públi­cos de todo el mun­do. Su pelí­cu­la más popu­lar fue Escue­la de sire­nas (Geor­ge Sid­ney, 1944), una sim­pá­ti­ca nade­ría.

Debo­rah Kerr con Burt Lan­cas­ter en la tórri­da secuen­cia en De aquí a la eter­ni­dad.

Debo­rah Kerr (Esco­cia, 30 de sep­tiem­bre de 1921- Rei­no Uni­do, 16 de octu­bre de 2007). Debo­rah Kerr nun­ca me decep­cio­nó. Fue una actriz de gran suti­le­za que decía muchas cosas con su mira­da. Sus ojos podían expre­sar­lo todo, con inten­si­dad y pre­ci­sión. No sobre­ac­tuó nun­ca, y eso lo agra­de­ce­mos quie­nes detes­ta­mos los nume­ri­tos acto­ra­les para atra­par la aten­ción del espec­ta­dor y ganar pre­mios. En la carre­ra de la exqui­si­ta Debo­rah Kerr hay muchas gran­des pelí­cu­las. Para no poner­me pesa­di­to con mi eru­di­ción, me limi­ta­ré a citar solo cin­co de ellas, que valo­ro como obras maes­tras: El coro­nel Blimp (Michael Powell y Eme­ric Press­bur­ger, 1944); Nar­ci­so negro  (Michael Powell, 1947); Tú y yo (Leo McCa­rey, 1957); Solo Dios lo sabe (John Hus­ton), 1957, y The inno­cents (Jack Clay­ton, 1961). En cuan­to a taqui­lla­zos, par­ti­ci­pó de modo este­lar en varios de ellos: Las minas del rey Salo­món (Andrew Mar­ton Comp­ton Ben­net, 1950), Quo Vadis? (Mer­vin LeRoy, 1951), De aquí a la eter­ni­dad (Fred Zin­ne­mann, 1953), El pri­sio­ne­ro de Zen­da (Richard Thor­pe, 1952) o El rey y yo (Wal­ter Lang, 1956). Debo­rah Kerr vivió en Mar­be­lla muchos años, reti­ra­da des­de hacía déca­das del cine. Murió a los 86 años por com­pli­ca­cio­nes de la enfer­me­dad de Par­kin­son que pade­cía. Die­ci­nue­ve días des­pués falle­ció su mari­do, el guio­nis­ta Peter Vier­tel (Ale­ma­nia, 1920-Mar­­be­­lla, 2007).

La Kerr con Peter Vier­tel en su épo­ca de resi­den­tes en Mar­be­lla.
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DIARIO UN CINÉFILO

«Que la vida iba en serio / uno lo empie­za a com­pren­der más tar­de”
Jai­me Gil de Bied­ma

DIARIO DE UN CINÉFILO Es una sec­ción dedi­ca­da al mun­do de las Series de TV, a todos sus aspec­tos ciné­fi­los pero tam­bién a sus deri­va­cio­nes socio­ló­gi­cas y rela­ti­vas a la vida coti­dia­na de las per­so­nas. La cons­truc­ción de roles, las rela­cio­nes fami­lia­res, la actua­li­dad, la come­dia y el dra­ma, la épi­ca his­tó­ri­ca, dra­go­nes y maz­mo­rras… Todo cabe en el mun­do de las series, y cual­quier pers­pec­ti­va del mun­do pue­de ser vis­ta des­de la ópti­ca de un ciné­fi­lo, de un serió­fi­lo inte­li­gen­te y pers­pi­caz. La sec­ción está per­so­na­li­za­da en Rafa Marí, uno de los últi­mos gran­des ciné­fi­los espa­ño­les. La perio­di­ci­dad es alea­to­ria, y la lon­gi­tud de cada entra­da, tam­bién. Pue­de ser tan­to muy cor­ta: un afo­ris­mo, como un exten­so mini­en­sa­yo, o entre­vis­ta, o diá­lo­go inte­rior.

Pese a ser un perio­dis­ta tar­dío, Rafa Marí (Valen­cia, 1945) ha teni­do tiem­po para tra­ba­jar en muchos medios de comu­ni­ca­ción: Car­te­le­ra Turia, Cal Dir, Valen­cia Sema­nal, car­te­le­ra Qué y Don­de, Noti­cias al día, Papers de la Con­se­lle­ria de Cul­tu­ra, Leva­n­­te-EMV, El Hype… Siem­pre en las pági­nas de cul­tu­ra. En 1984 fichó por Las Pro­vin­cias, dia­rio don­de actual­men­te es colum­nis­ta y crí­ti­co de arte.

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