Enri­que Ben­lloch en su estu­dio, al fon­do una pie­za de Miquel Nava­rro.

8 de mayo de 2021.

Tras­la­da­ba a mi Dia­rio de un ciné­fi­lo, en la ante­rior entra­da del 7 de mayo, el pró­lo­go que escri­bí para El libro de los cines de Valen­cia 1896–2014 (Care­na), de Miguel Teje­dor. Aho­ra hago lo mis­mo con mi pró­lo­go para la bio­gra­fía de Enri­que Belloch (Esce­nas de una vidaBel Carras­co, 2018, edi­to­rial NPQ). Belloch es par­te impor­tan­te y arries­ga­da de la his­to­ria del cine y el tea­tro valen­cia­nos. Enri­que es la per­so­na más des­pren­di­da que he cono­ci­do. Cuan­do algo –o alguien– le apa­sio­na, lo da todo. Se lan­za a la “pis­ta” sin red ni cálcu­lo alguno.

Este fue mi tex­to:

“El secre­to para com­pren­der bien las pelí­cu­las y obras tea­tra­les que ha diri­gi­do Enri­que Belloch (Valen­cia, 1946) es tan sen­ci­llo de expo­ner como –posi­ble­men­te– com­pli­ca­do de acep­tar por sus reco­ve­cos en apa­rien­cia iló­gi­cos: Enri­que Belloch siem­pre ha sido todos los per­so­na­jes de sus fabu­la­cio­nes artís­ti­cas. Él es quien pade­ce mal de amo­res y deseos insa­tis­fe­chos, y él es quien los ha hecho sufrir a los demás y sin muchas con­tem­pla­cio­nes. Él es en sus obras quien expo­ne con entu­sias­mo ideas soli­da­rias y él es, al mis­mo tiem­po, quien defien­de la nece­si­dad de ser egoís­tas para aspi­rar a ser dis­cre­ta­men­te feliz. Él se iden­ti­fi­ca con sus cria­tu­ras gene­ro­sas y tam­bién con las crue­les. Enri­que es mas­cu­lino sin sofo­car su lado feme­nino. Es des­pil­fa­rra­dor y con­ser­va­dor, duro y débil. 

El debut cine­ma­to­grá­fi­co de Enri­que Belloch como direc­tor fue Pes­ta­ñas pos­ti­zas (1982), aho­ra invi­ta­da de honor en la exce­len­te pági­na web Noi­resty­le. Es por tan­to la pelí­cu­la de un pri­me­ri­zo, rea­li­za­da con pocos medios, roda­da con rapi­dez para ami­no­rar gas­tos, ulti­ma­da con cier­ta tos­que­dad indus­trial y narra­ti­va, algo pudo­ro­sa… y sin embar­go hay en ella más pasión, más entre­ga y más ver­dad que en casi todo el cine espa­ñol de su épo­ca. Es un títu­lo mal­di­to que algún día deja­rá de ser­lo. Si la roda­se en la actua­li­dad, con nue­vos acto­res y el mis­mo guion, segu­ro que nos ofre­ce­ría un fil­me peli­gro­so, pura dina­mi­ta con la mecha ardien­do: el Belloch de 2020 no se cor­ta­ría un euro para mos­trar­nos su moral más ico­no­clas­ta. Con natu­ra­li­dad, sin exhi­bi­cio­nis­mos. A estas altu­ras sabe muy bien que la timi­dez es algo pare­ci­do a mor­der una pie­dra.

En mayo de 2018 se pre­sen­tó en Valen­cia Esce­nas de una vida (Edi­to­rial NPQ), escri­to por la perio­dis­ta Bel Carras­co. Se tra­ta de la ame­na bio­gra­fía de Enri­que Belloch. Se come­tió aquí otro acto de timi­dez: el libro debe­ría haber­se titu­la­do Des­de la ace­ra de enfren­te. Esa fue la pri­me­ra inten­ción de todos, y así lo que­ría el pro­pio Belloch (“el Fass­bin­der valen­ciano”, en suge­ren­te defi­ni­ción de su ami­go Ángel Agua­dé). Pare­ce ser que la edi­to­rial se arru­gó. Un error poco pro­fe­sio­nal. Qui­zá se tra­tó, más que de timi­dez, de mie­do (¿mie­do a quién?). Esce­nas de una vida es un títu­lo insus­tan­cial. Des­de la ace­ra de enfren­te tie­ne mor­bo. 

Anto­nio Cam­pos (La Mar­got), Ben­lloch y Rafa Marí.

Tuve el honor de escri­bir el pró­lo­go de esa bio­gra­fía. Per­do­nen los lec­to­res que cite un párra­fo de ese pró­lo­go. No lo hago por satis­fa­cer mi ego, lo hago por­que creo que aque­llas pala­bras mías resu­men bien la mane­ra de ser –sus pozos y cimas– de Enri­que Belloch. Se refie­ren al día en que nos cono­ci­mos per­so­nal­men­te (no solo por refe­ren­cias), con moti­vo de una sose­ga­da entre­vis­ta que le hice en la cafe­te­ría del Hotel Asto­ria de Valen­cia (año 1994): “Enri­que Belloch, cara a cara y a cora­zón abier­to, sin reser­vas psi­co­ló­gi­cas y sin mie­do al inter­lo­cu­tor, me pare­ció sin­ce­ro, enig­má­ti­co, sufri­dor, inso­bor­na­ble, con­tra­dic­to­rio, cohe­ren­te, polí­ti­ca­men­te inco­rrec­to, con una exqui­si­ta edu­ca­ción que reve­la su bue­na crian­za pero al mis­mo tiem­po capaz de sol­tar­te una cor­dial imper­ti­nen­cia en cual­quier momen­to, ter­co y fácil para el con­sen­so, soña­dor y a la vez rea­lis­ta (…), pun­tual en las citas, des­con­fia­do de entra­da con la mayo­ría de las per­so­nas y por el con­tra­rio incon­di­cio­nal de sus ami­gos más ínti­mos, aman­te de los perros, ena­mo­ra­do del arte y del sexo… Estas dos últi­mas devo­cio­nes –una espi­ri­tual, la otra muy físi­ca e inme­dia­ta, car­nal, sin roman­ces cur­sis– qui­zá sean las más defi­ni­to­rias de los ras­gos prin­ci­pa­les de su per­so­na­li­dad.” 

Ben­lloch en el cine ABC Park. Foto: Rober­to Roca

Algu­nos datos sobre la tra­yec­to­ria de Enri­que Belloch como cineas­ta (selec­ción)…

Ani­ver­sa­rio de boda, 1975, cor­to­me­tra­je (pro­duc­tor); Tres en raya, 1979, lar­go­me­tra­je (pro­duc­tor); Pes­ta­ñas pos­ti­zas, 1982 lar­go­me­tra­je (direc­tor, pro­duc­tor y guio­nis­ta); Hout­te coif­fu­re (Alta pelu­que­ría), 1990, medio­me­tra­je (capí­tu­lo pilo­to, direc­tor y pro­duc­tor); Sólo es una noche, 1995, lar­go­me­tra­je (direc­tor y pro­duc­tor); Cur­vas, 2004, lar­go­me­tra­je (direc­tor, coguio­nis­ta y pro­duc­tor); Escu­chan­do a Gabriel, 2007, lar­go­me­tra­je (pro­duc­tor aso­cia­do y pro­duc­tor eje­cu­ti­vo); His­to­ria de unos cuan­tos, 2006, docu­men­tal (pro­duc­tor, coguio­nis­ta  y direc­tor); Pacien­te 33, 2008, tele­mo­vie para Canal 9 (pro­duc­tor eje­cu­ti­vo); Villa Bres­qui­lla, 2010, tele­mo­vie para Canal 9 (pro­duc­tor eje­cu­ti­vo); El arti­fi­cio, 2011, lar­go­me­tra­je (pro­duc­tor, idea ori­gi­nal y pro­ta­go­nis­ta); La Mar­got (serio de día, coque­ta de noche), 2017, lar­go­me­tra­je docu­men­tal (coguio­nis­ta y direc­tor).

En tea­tro ha diri­gi­do, entre muchos otros, los mon­ta­jes de Tere­sa de Ávi­la (con tex­tos de la pro­pia San­ta Tere­sa y de José María Rodrí­guez Mén­dez), y San­gre de toro (ambas de José María Rodrí­guez Mén­dez), Cur­vas (de Aarón Rome­ra), Esce­nas del Tea­tro de Sin­ga­pur, de Car­los Mar­co (se repre­sen­tó en todas las pri­sio­nes de la Comu­ni­dad Valen­cia­na)”.

DIARIO UN CINÉFILO

«Que la vida iba en serio / uno lo empie­za a com­pren­der más tar­de”
Jai­me Gil de Bied­ma

DIARIO DE UN CINÉFILO Es una sec­ción dedi­ca­da al mun­do de las Series de TV, a todos sus aspec­tos ciné­fi­los pero tam­bién a sus deri­va­cio­nes socio­ló­gi­cas y rela­ti­vas a la vida coti­dia­na de las per­so­nas. La cons­truc­ción de roles, las rela­cio­nes fami­lia­res, la actua­li­dad, la come­dia y el dra­ma, la épi­ca his­tó­ri­ca, dra­go­nes y maz­mo­rras… Todo cabe en el mun­do de las series, y cual­quier pers­pec­ti­va del mun­do pue­de ser vis­ta des­de la ópti­ca de un ciné­fi­lo, de un serió­fi­lo inte­li­gen­te y pers­pi­caz. La sec­ción está per­so­na­li­za­da en Rafa Marí, uno de los últi­mos gran­des ciné­fi­los espa­ño­les. La perio­di­ci­dad es alea­to­ria, y la lon­gi­tud de cada entra­da, tam­bién. Pue­de ser tan­to muy cor­ta: un afo­ris­mo, como un exten­so mini­en­sa­yo, o entre­vis­ta, o diá­lo­go inte­rior.

Pese a ser un perio­dis­ta tar­dío, Rafa Marí (Valen­cia, 1945) ha teni­do tiem­po para tra­ba­jar en muchos medios de comu­ni­ca­ción: Car­te­le­ra Turia, Cal Dir, Valen­cia Sema­nal, car­te­le­ra Qué y Don­de, Noti­cias al día, Papers de la Con­se­lle­ria de Cul­tu­ra, Leva­n­­te-EMV, El Hype… Siem­pre en las pági­nas de cul­tu­ra. En 1984 fichó por Las Pro­vin­cias, dia­rio don­de actual­men­te es colum­nis­ta y crí­ti­co de arte.

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