3 de abril de 2021.

Ano­to en mi muro de Face­book: “Las vidas tele­vi­sa­das de per­so­na­jes popu­la­res son estri­den­tes y exhi­bi­cio­nis­tas, casi siem­pre tor­pes, ena­je­na­das o con visos de inau­ten­ti­ci­dad. Las vidas real­men­te inten­sas son secre­tas, anó­ni­mas y a menu­do incon­fe­sa­bles.” En pocas horas reci­bo nume­ro­sos comen­ta­rios de apro­ba­ción. Me dice Nie­ves Gar­cía Balles­te­ros (“perio­dis­ta, enfer­me­ra y ama de casa, una com­bi­na­ción casi per­fec­ta”, así se defi­ne ella mis­ma): “Lo ver­da­de­ra­men­te ver­gon­zo­so es la mer­can­ti­li­za­ción que exis­te en un pro­ble­ma tan serio como es la vio­len­cia hacia muje­res, hom­bres y niños”. Mer­can­ti­li­za­ción es la pala­bra cla­ve.

La docu­se­rie Rocío. Con­tar la ver­dad para seguir viva –cada domin­go por la noche, dos capí­tu­los nue­vos en Tele­cin­co– tie­ne unos espec­ta­cu­la­res nive­les de audien­cia. Plan­tea temas que nos afec­tan a todos de un modo más o menos direc­to: la rela­ción con­flic­ti­va entre padres, madres e hijos, la vio­len­cia y des­com­po­si­ción fami­liar, las deci­sio­nes erró­neas, el fin de los ena­mo­ra­mien­tos, las infi­de­li­da­des, el ansia de popu­la­ri­dad… Y en la gen­te famo­sa, la mer­can­ti­li­za­ción de sus vidas tele­vi­sa­das.

La perio­dis­ta y pro­fe­so­ra Ana Ber­­nal-Tri­­vi­­ño expli­có, en una de las ter­tu­lias de T5, un aspec­to con­cre­to del mal­tra­to psi­co­ló­gi­co que rela­ta Rocío Carras­co en la docu­se­rie. Ese mal­tra­to “tie­ne el nom­bre de luz de gas”. Se tra­ta de un tipo de abu­so psi­co­ló­gi­co median­te el cual el agre­sor mani­pu­la a la víc­ti­ma “has­ta el pun­to de hacer­le dudar de lo que cree o pien­sa e inclu­so de lo que ve”. El tér­mino tie­ne su ori­gen en la obra de tea­tro Gas Light, estre­na­da en 1938 por el autor bri­tá­ni­co Patrick Hamil­ton, lle­va­da al cine en 1940 por el tam­bién bri­tá­ni­co Tho­rold Dic­kin­son y lue­go, en 1944, de modo bri­llan­te, por Geor­ge Cukor, ver­sión titu­la­da en Espa­ña Luz que ago­ni­za, con un repar­to este­lar (Ingrid Berg­man, Char­les Boyer, Joseph Cot­ten y Ange­la Lans­bury).

Víc­ti­mas y ver­du­gos. La his­to­ria inter­mi­na­ble. Quie­ro vol­ver a ver una exce­len­te, con­mo­ve­do­ra y durí­si­ma pelí­cu­la espa­ño­la sobre la vio­len­cia de géne­ro: Te doy mis ojos (Iciar Bollaín, 2003), con Laia Marull encar­nan­do a la víc­ti­ma y Luis Tosar al ver­du­go. Real como la vida mis­ma. Te doy mis ojos está en el catá­lo­go de Fli­xO­lé.

DIARIO UN CINÉFILO

«Que la vida iba en serio / uno lo empie­za a com­pren­der más tar­de”
Jai­me Gil de Bied­ma

DIARIO DE UN CINÉFILO Es una sec­ción dedi­ca­da al mun­do de las Series de TV, a todos sus aspec­tos ciné­fi­los pero tam­bién a sus deri­va­cio­nes socio­ló­gi­cas y rela­ti­vas a la vida coti­dia­na de las per­so­nas. La cons­truc­ción de roles, las rela­cio­nes fami­lia­res, la actua­li­dad, la come­dia y el dra­ma, la épi­ca his­tó­ri­ca, dra­go­nes y maz­mo­rras… Todo cabe en el mun­do de las series, y cual­quier pers­pec­ti­va del mun­do pue­de ser vis­ta des­de la ópti­ca de un ciné­fi­lo, de un serió­fi­lo inte­li­gen­te y pers­pi­caz. La sec­ción está per­so­na­li­za­da en Rafa Marí, uno de los últi­mos gran­des ciné­fi­los espa­ño­les. La perio­di­ci­dad es alea­to­ria, y la lon­gi­tud de cada entra­da, tam­bién. Pue­de ser tan­to muy cor­ta: un afo­ris­mo, como un exten­so mini­en­sa­yo, o entre­vis­ta, o diá­lo­go inte­rior.

Pese a ser un perio­dis­ta tar­dío, Rafa Marí (Valen­cia, 1945) ha teni­do tiem­po para tra­ba­jar en muchos medios de comu­ni­ca­ción: Car­te­le­ra Turia, Cal Dir, Valen­cia Sema­nal, car­te­le­ra Qué y Don­de, Noti­cias al día, Papers de la Con­se­lle­ria de Cul­tu­ra, Leva­n­­te-EMV, El Hype… Siem­pre en las pági­nas de cul­tu­ra. En 1984 fichó por Las Pro­vin­cias, dia­rio don­de actual­men­te es colum­nis­ta y crí­ti­co de arte.

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