16 de febre­ro de 2021.

Hace unos días dedi­ca­ba la entra­da de este Dia­rio al muy pró­xi­mo cen­te­na­rio del naci­mien­to de la actriz ita­lia­na Giu­liet­ta Mas­si­na. Hoy se lo dedi­co a otro cen­te­na­rio, pero en esta oca­sión se tra­ta de una gran pelí­cu­la, El chi­co (Char­les Cha­plin, estre­na­da en 1921). Des­de enton­ces acá ha llo­vi­do un siglo. 

Al hablar de El chi­co sue­len decir los his­to­ria­do­res del cine que es el pri­mer lar­go­me­tra­je de Cha­plin. Téc­ni­ca­men­te la pala­bra lar­go­me­tra­je qui­zá no sea muy exac­ta, ya que solo dura 68 minu­tos. Es posi­ble que no estén bien defi­ni­das y cate­go­ri­za­das esas eti­que­tas. ¿Lar­go­me­tra­je, cor­to­me­tra­je? No impor­ta ape­nas. Des­de lue­go, su metra­je es más exten­so que el de las pelí­cu­las roda­das has­ta enton­ces por su autor, encar­nan­do siem­pre al vaga­bun­do Char­lot (por citar las últi­mas suyas, Vida de perro, 1918, 40 minu­tos; Armas al hom­bro, 1918, 46 minu­tos; Al sol, 1919, 34 minu­tos; Un día de juer­ga, 25 minu­tos). Los cor­tos ini­cia­les, roda­dos en los años diez del siglo pasa­do, dura­ban 15 minu­tos o menos.

El chi­co, que en reali­dad nos cuen­ta –con el enri­que­ci­mien­to de unos gags memo­ra­bles– la indi­gen­te niñez lon­di­nen­se del pro­pio Char­les Cha­plin (1889–1977), fue con­si­de­ra­da des­de su estreno como una de las más bellas pelí­cu­las sobre la infan­cia. Cien años más tar­de sigue sién­do­lo. Solo se me ocu­rren unos pocos títu­los com­pa­ra­bles a El chi­co en emo­ti­vi­dad. Pien­so en El lim­pia­bo­tas, 1946El ladrón de bici­cle­tas, 1948las dos de Vit­to­rio de SicaAle­ma­nia año cero, 1948, de Rober­to Ros­se­lli­niEl ído­lo caí­do, 1948, de Carol Reed; Los olvi­da­dos, 1950, de Luis BuñuelLos 400 gol­pes, 1959, de Fra­nçois Truf­fautSammy, hui­da hacia el sur, 1963 y Vien­to en las velas, 1965, ambas de Ale­xan­der Mac­ken­drick o El espí­ri­tu de la col­me­na, 1973, de Víc­tor Éri­ce. Habrá algu­nas más, pero no dema­sia­das. 

Para muchos crí­ti­cos y ciné­fi­los, El chi­co es un gran clá­si­co de su direc­tor. Res­pe­ta­ble cri­te­rio, por­que esta­mos hablan­do de una obra maes­tra. Pero yo encuen­tro toda­vía más extra­or­di­na­rias las cua­tro pelí­cu­las rea­li­za­das y pro­ta­go­ni­za­das por Cha­plin en el perio­do 1931–1947: Luces de la ciu­dad, 1931; Tiem­pos moder­nos, 1936; El gran dic­ta­dor, 1940, y Mon­sieur Ver­doux, 1948. Son pala­bras mayo­res. Mejor dicho, imá­ge­nes y pala­bras mayo­res.

DIARIO UN CINÉFILO

«Que la vida iba en serio / uno lo empie­za a com­pren­der más tar­de”
Jai­me Gil de Bied­ma

DIARIO DE UN CINÉFILO Es una sec­ción dedi­ca­da al mun­do de las Series de TV, a todos sus aspec­tos ciné­fi­los pero tam­bién a sus deri­va­cio­nes socio­ló­gi­cas y rela­ti­vas a la vida coti­dia­na de las per­so­nas. La cons­truc­ción de roles, las rela­cio­nes fami­lia­res, la actua­li­dad, la come­dia y el dra­ma, la épi­ca his­tó­ri­ca, dra­go­nes y maz­mo­rras… Todo cabe en el mun­do de las series, y cual­quier pers­pec­ti­va del mun­do pue­de ser vis­ta des­de la ópti­ca de un ciné­fi­lo, de un serió­fi­lo inte­li­gen­te y pers­pi­caz. La sec­ción está per­so­na­li­za­da en Rafa Marí, uno de los últi­mos gran­des ciné­fi­los espa­ño­les. La perio­di­ci­dad es alea­to­ria, y la lon­gi­tud de cada entra­da, tam­bién. Pue­de ser tan­to muy cor­ta: un afo­ris­mo, como un exten­so mini­en­sa­yo, o entre­vis­ta, o diá­lo­go inte­rior.

Pese a ser un perio­dis­ta tar­dío, Rafa Marí (Valen­cia, 1945) ha teni­do tiem­po para tra­ba­jar en muchos medios de comu­ni­ca­ción: Car­te­le­ra Turia, Cal Dir, Valen­cia Sema­nal, car­te­le­ra Qué y Don­de, Noti­cias al día, Papers de la Con­se­lle­ria de Cul­tu­ra, Leva­n­­te-EMV, El Hype… Siem­pre en las pági­nas de cul­tu­ra. En 1984 fichó por Las Pro­vin­cias, dia­rio don­de actual­men­te es colum­nis­ta y crí­ti­co de arte.

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