11 de noviem­bre de 2020.

En su momen­to no lo con­té en este Dia­rio de un ciné­fi­lo. No lo hice por­que no hay tiem­po ni espa­cio para todo. Lo hago aho­ra. El pasa­do mes se cum­plió el cen­te­na­rio del naci­mien­to de Mont­go­mery Clift (Nebras­ka, 17 de octu­bre de 1920 — Nue­va York, 23 de julio de 1966). Falle­ció muy joven. Muy joven para morir. Tenía 45 años. 

Mont­go­mery Clift fue un actor melan­có­li­co, siem­pre con un aire soña­dor y dis­tan­te, como si estu­vie­se aní­mi­ca­men­te fue­ra de los roda­jes, con la cabe­za pues­ta en otro sitio, en algún amor falli­do o impo­si­ble. Su esti­lo inter­pre­ta­ti­vo, a menu­do inex­pre­si­vo, era extre­ma­da­men­te moderno. Obse­sio­na­do con algo o con alguien. Homo­se­xual ator­men­ta­do. Adic­ti­vo, intro­ver­ti­do. Pro­ta­go­ni­zó un mon­tón de bue­nas pelí­cu­las en su bre­ve carre­ra de unos quin­ce años: Río Rojo (Howard Hawks, 1948), Un lugar en el sol (Geor­ge Ste­vens, 1951), Yo con­fie­so (Alfred Hitch­cock, 1953), De aquí a la eter­ni­dad (Fred Zin­ne­mann, 1953), De repen­te, el últi­mo verano (Joseph L. Man­kie­wicz, 1959), Río sal­va­je (Elia Kazan, 1960), Vidas rebel­des (John Hus­ton, 1960), ¿Ven­ce­do­res o ven­ci­dos? (Stan­ley Kra­mer, 1961), Freud, pasión secre­ta (John Hus­ton, 1962)… 

Clift con Burt Lan­cas­ter en De aquí a la eter­ni­dad (1953).

En este lis­ta­do de pelí­cu­las afir­mo que De aquí a la eter­ni­dad es una bue­na pelí­cu­la. Una pre­ci­sión: no estoy segu­ro de que lo sea. Sim­ple­men­te me dejo lle­var por los luga­res comu­nes de la cine­fi­lia clá­si­ca. Luis Buñuel detes­ta­ba el film de Zin­ne­mann. Lo tacha­ba de “ran­cio melo­dra­ma mili­ta­ris­ta”. Pue­de que tuvie­se razón. Hago otra pre­ci­sión, una cues­tión de sub­je­ti­vo matiz: De repen­te, el últi­mo verano me irri­ta bas­tan­te por los deli­rios argu­men­ta­les de Ten­nes­see Williams (la pelí­cu­la está basa­da en una obra suya, con guion de Gore Vidal y del pro­pio TW) y, espe­cial­men­te, por los exce­sos y nume­ri­tos de Katha­ri­ne Hep­burn (cuan­do esta gran actriz actua­ba cara a la gale­ría, cosa que ocu­rría a menu­do, la odia­ba). De repen­te, el últi­mo verano, era una de las pelí­cu­las favo­ri­tas del nove­lis­ta Isa Trò­lec (seu­dó­ni­mo lite­ra­rio del psi­quia­tra infan­til Joan Bap­tis­ta Men­gual, La Mari­na Alta, 1945-Vale­n­­cia, 1992). A menu­do me habla­ba de ella con admi­ra­ción. Cuan­do lo hacía, yo pen­sa­ba en otras cosas. Con el exu­be­ran­te Men­gual, cuyos gus­tos ciné­fi­los rara vez coin­ci­dían con los míos, era pre­fe­ri­ble no dis­cu­tir. 

Katha­ri­ne Hep­burn, Clift y Liz Tay­lor en De repen­te, el últi­mo verano (1959).

Pos­da­ta. El escri­tor valen­ciano Lluís Fer­nán­dez (Valen­cia, 1945), que diri­gió la Mos­tra de Valen­cia duran­te una déca­da, es autor de una intere­san­te y per­so­nal bio­gra­fía de Clift. Su títu­lo, Mont­go­mery Clift. Pasión secre­ta (Laer­tes, 1989). Muchas pági­nas del libro de Lluís son un ensa­yo sobre las vidas para­le­las, sobre lo que se ocul­ta a los demás y sobre el áni­mo auto­des­truc­ti­vo. Los huma­nos pode­mos lle­gar a ser endia­bla­da­men­te com­pli­ca­dos.

DIARIO UN CINÉFILO

«Que la vida iba en serio / uno lo empie­za a com­pren­der más tar­de”
Jai­me Gil de Bied­ma

DIARIO DE UN CINÉFILO Es una sec­ción dedi­ca­da al mun­do de las Series de TV, a todos sus aspec­tos ciné­fi­los pero tam­bién a sus deri­va­cio­nes socio­ló­gi­cas y rela­ti­vas a la vida coti­dia­na de las per­so­nas. La cons­truc­ción de roles, las rela­cio­nes fami­lia­res, la actua­li­dad, la come­dia y el dra­ma, la épi­ca his­tó­ri­ca, dra­go­nes y maz­mo­rras… Todo cabe en el mun­do de las series, y cual­quier pers­pec­ti­va del mun­do pue­de ser vis­ta des­de la ópti­ca de un ciné­fi­lo, de un serió­fi­lo inte­li­gen­te y pers­pi­caz. La sec­ción está per­so­na­li­za­da en Rafa Marí, uno de los últi­mos gran­des ciné­fi­los espa­ño­les. La perio­di­ci­dad es alea­to­ria, y la lon­gi­tud de cada entra­da, tam­bién. Pue­de ser tan­to muy cor­ta: un afo­ris­mo, como un exten­so mini­en­sa­yo, o entre­vis­ta, o diá­lo­go inte­rior.

Pese a ser un perio­dis­ta tar­dío, Rafa Marí (Valen­cia, 1945) ha teni­do tiem­po para tra­ba­jar en muchos medios de comu­ni­ca­ción: Car­te­le­ra Turia, Cal Dir, Valen­cia Sema­nal, car­te­le­ra Qué y Don­de, Noti­cias al día, Papers de la Con­se­lle­ria de Cul­tu­ra, Leva­n­­te-EMV, El Hype… Siem­pre en las pági­nas de cul­tu­ra. En 1984 fichó por Las Pro­vin­cias, dia­rio don­de actual­men­te es colum­nis­ta y crí­ti­co de arte.

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