Woody Allen y Dia­ne Kea­ton en Annie Hall, hace 45 años.

2 de julio de 2020.

En el Foto­gra­mas de este mes, leo en la pági­na de crí­ti­ca de libros un comen­ta­rio de Con­ra­do Xala­bar­der un tan­to cons­pi­ra­noi­co. Es sobre Strea­ming wars (La nue­va tele­vi­sión), un ensa­yo de Ele­na Nei­ra que publi­ca Libros Cúpu­la. “Es evi­den­te que el con­fi­na­mien­to ha dis­pa­ra­do el con­su­mo de pla­ta­for­mas audio­vi­sua­les, aumen­tan­do expo­nen­cial­men­te sus sus­crip­to­res”, afir­ma Xala­bar­der. “Nei­ra repa­sa este fenó­meno del con­su­mo com­pul­si­vo de con­te­ni­dos impul­sa­do por las com­pa­ñías del sec­tor (…) Las pla­ta­for­mas no son neu­tra­les, viven de cada hora que nos tie­nen conec­ta­dos. Por eso apues­tan tan­to por con­te­ni­dos seria­dos y por eso enca­de­nan un epi­so­dio al otro. No es un jue­go neu­tral ni trans­pa­ren­te”. El autor del des­qui­cia­do comen­ta­rio nos ani­ma “a sobre­vi­vir a esta sobre­do­sis de ofer­ta”.

Me nie­go a sen­tir­me mani­pu­la­do, cul­pa­ble o adic­to al con­su­mo com­pul­si­vo de series y pelí­cu­las por estar abo­na­do a tres pla­ta­for­mas. La cali­dad de las imá­ge­nes es bue­na. Los pre­cios del abono anual, mode­ra­dos. En mis 30 años de colec­cio­nis­mo de cin­tas Beta, VHS y lue­go dis­cos de Blu-Ray y DVD (una colec­ción con unos 3.000 títu­los, me habré gas­ta­do más de 20.000 euros y he ocu­pa­do todos los estan­tes de tres arma­rios metá­li­cos de buen tama­ño). La ofer­ta de las pla­ta­for­mas de pago ha redu­ci­do con­si­de­ra­ble­men­te ese gas­to. He gana­do tiem­po (aho­ra ape­nas voy a com­prar pelí­cu­las, solo lo hago si ten­go capri­chos urgen­tes). Ya no nece­si­ta­ré ins­ta­lar un nue­vo arma­rio metá­li­co. Enton­ces, ¿a qué vie­ne toda esa retó­ri­ca de “con­su­mo com­pul­si­vo”, la acu­sa­ción de no ser “un jue­go neu­tral ni trans­pa­ren­te” y los fatuos con­se­jos para “sobre­vi­vir”?

Paso del alar­mis­ta Xala­bar­der. Sigo vien­do pelí­cu­las y series cuan­do la situa­ción case­ra me lo per­mi­te. Mis tres últi­mas elec­cio­nes, por cier­to, aca­ba­ron en desas­tre: vol­ví a ver Annie Hall (Woody Allen, 1977). Se ha con­ver­ti­do en un clá­si­co y en su momen­to no me gus­tó, hace de esto ya 43 años. Aho­ra toda­vía me ha pare­ci­do más inso­por­ta­ble y mari­sa­bi­di­lla que enton­ces: no sopor­to al Woody actor, tan ver­bo­rrei­co (el Woody direc­tor me gus­ta mucho más). Segun­do dis­gus­to: Pará­si­tos (Bong-Joon-ho, 2019). ¿Qué le ha pasa­do al mun­do con esta tru­cu­len­ta pelí­cu­la? Ha gana­do los pre­mios más impor­tan­tes y su éxi­to comer­cial es tre­men­do. No lo entien­do (en reali­dad, lo entien­do bas­tan­te bien: la som­bra de las redes socia­les es alar­ga­da). Ter­cer dis­gus­to: la tam­bién tru­cu­len­ta Joker (Todd Phi­llips, 2019). No me intere­só siquie­ra la inter­pre­ta­ción de Joa­quin Phoe­nix. En todos sus pla­nos pare­ce pedir­le a los seño­res aca­dé­mi­cos: ‘Dad­me el Oscar, por favor, dad­me el Oscar”. ¡Cuán­to le hubie­ra gus­ta­do a Javier Bar­dem inter­pre­tar ese papel! 

DIARIO UN CINÉFILO

«Que la vida iba en serio / uno lo empie­za a com­pren­der más tar­de”
Jai­me Gil de Bied­ma

DIARIO DE UN CINÉFILO Es una sec­ción dedi­ca­da al mun­do de las Series de TV, a todos sus aspec­tos ciné­fi­los pero tam­bién a sus deri­va­cio­nes socio­ló­gi­cas y rela­ti­vas a la vida coti­dia­na de las per­so­nas. La cons­truc­ción de roles, las rela­cio­nes fami­lia­res, la actua­li­dad, la come­dia y el dra­ma, la épi­ca his­tó­ri­ca, dra­go­nes y maz­mo­rras… Todo cabe en el mun­do de las series, y cual­quier pers­pec­ti­va del mun­do pue­de ser vis­ta des­de la ópti­ca de un ciné­fi­lo, de un serió­fi­lo inte­li­gen­te y pers­pi­caz. La sec­ción está per­so­na­li­za­da en Rafa Marí, uno de los últi­mos gran­des ciné­fi­los espa­ño­les. La perio­di­ci­dad es alea­to­ria, y la lon­gi­tud de cada entra­da, tam­bién. Pue­de ser tan­to muy cor­ta: un afo­ris­mo, como un exten­so mini­en­sa­yo, o entre­vis­ta, o diá­lo­go inte­rior.

Pese a ser un perio­dis­ta tar­dío, Rafa Marí (Valen­cia, 1945) ha teni­do tiem­po para tra­ba­jar en muchos medios de comu­ni­ca­ción: Car­te­le­ra Turia, Cal Dir, Valen­cia Sema­nal, car­te­le­ra Qué y Don­de, Noti­cias al día, Papers de la Con­se­lle­ria de Cul­tu­ra, Leva­n­­te-EMV, El Hype… Siem­pre en las pági­nas de cul­tu­ra. En 1984 fichó por Las Pro­vin­cias, dia­rio don­de actual­men­te es colum­nis­ta y crí­ti­co de arte.

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