La fis­cal dele­ga­da de deli­tos de odio en la Fis­ca­lía Pro­vin­cial de Valen­cia, Susa­na Gis­bert, aca­ba de publi­car la nove­la No me obli­gues y hoy ha man­te­ni­do un encuen­tro con lec­to­res en el ciclo Encuen­tros con Escri­to­res en la Biblio­te­ca Valen­cia­na.

Esta nove­la narra una his­to­ria de vio­len­cia de géne­ro des­de el pun­to de vis­ta del mal­tra­ta­dor y vie­ne a ser el con­tra­pun­to de la ante­rior nove­la de Gis­bert lla­ma­da Des­con­tan­do has­ta cinc’ (2017) don­de la his­to­ria está con­ta­da por la víc­ti­ma.

Por su pro­fe­sión y espe­cia­li­za­ción en vio­len­cia de géne­ro, la temá­ti­ca de sus libros abor­dan el terri­ble pro­ble­ma que pade­ce la socie­dad actual. Tam­bién es arti­cu­lis­ta en la pren­sa valen­cia­na y auto­ra del blog Con mi toga y mis taco­nes. Susa­na Gis­bert se aden­tró en el mun­do de la lite­ra­tu­ra juve­nil el pasa­do año con la nove­la escri­ta en valen­ciano Cara­tris­ta, en la que una joven recién lle­ga­da al ins­ti­tu­to se enfren­ta a pro­ble­mas de aco­so esco­lar y vio­len­cia de géne­ro.

Gis­bert ha afir­ma­do que “quien escri­be para ado­les­cen­tes ten­dría que tener una res­pon­sa­bi­li­dad aña­di­da por­que el públi­co al que lle­ga es malea­ble y no pode­mos per­mi­tir que se siem­bre la semi­lla del machis­mo y la vio­len­cia de géne­ro”. La fis­cal ha seña­la­do que, lamen­ta­ble­men­te, hay muchas pelí­cu­las, series de tele­vi­sión y libros en los que se pre­sen­ta y se acep­ta como nor­mal un este­reo­ti­po de hom­bre domi­na­dor y con­tro­la­dor de la mujer. Gis­bert ha lan­za­do un deseo de futu­ro: “Me ima­gino un mun­do en el que mi nie­ta me pre­gun­te qué era el machis­mo”.

Con los alum­nos y almu­nas del IES La Vall de Segó de Beni­fai­ró de les Valls, el Cole­gio Larro­dé Coope­ra­ti­va Valen­cia­na de Cata­rro­ja y la EPA Albo­ra­ya que han acu­di­do al encuen­tro, ha habla­do del techo de cris­tal que tie­nen las muje­res en algu­nas pro­fe­sio­nes, de que los jóve­nes están repi­tien­do patro­nes anti­guos de celos y de pose­sión con res­pec­to a las muje­res y que hay que poner todos los medios posi­bles para con­ven­cer a las muje­res mal­tra­ta­das a salir de su ais­la­mien­to y que pue­dan denun­ciar a su agre­sor.

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