Por primera vez, la cita se celebró en el restaurante del Ateneo Mercantil, regentado por el grupo El Alto

 

Un cen­te­nar de miem­bros e invi­ta­dos de la aso­cia­ción de ami­gos de la gas­tro­no­mía La Cucha­ra de Pla­ta, cele­bra­ron este pasa­do vier­nes, el últi­mo del mes de noviem­bre como ya han esti­pu­la­do como tra­di­ción, el Putxe­ro Valen­cià de Nadal.

Una vez más, se pro­pi­ció un ambien­te de fran­ca cama­ra­de­ría, al tiem­po que se rei­vin­di­ca­ban las esen­cias valen­cia­nas de un pla­to de natu­ra­le­za casi uni­ver­sal, pues los puche­ros, ollas o coci­dos son rece­tas comu­nes en muchos paí­ses del mun­do, por más que el coci­do madri­le­ño se haya con­ver­ti­do en el más reco­no­ci­do y canó­ni­co.

La comi­da tuvo lugar, por pri­me­ra vez, en el nue­vo res­tau­ran­te del Ate­neo Mer­can­til que regen­tan en la sex­ta pla­za del edi­fi­cio ate­neís­ta de la Pla­za del Ayun­ta­mien­to, los pro­fe­sio­na­les del Gru­po El Alto de la fami­lia Ali­ño.

Son doce las edi­cio­nes de este ya famo­so Putxe­ro nada­lenc, que el coci­ne­ro de Pego, Jor­di More­ra, aho­ra mis­mo la ima­gen más popu­lar de la coci­na valen­cia­na en À Punt, pre­pa­ra con un gran des­plie­gue de ver­du­ras –que inclu­ye car­do o pen­ca, napi­col, zanaho­ria, pata­ta y chi­ri­vía–, car­nes, hue­sos y dos pelo­tas, la clá­si­ca de la Mari­na envuel­ta en col, y la dul­ce, más anti­gua y ya casi per­di­da, que se coci­na con bonia­to y tocino. Cla­ro está, la sopa se hace con arroz y no con fideos, y se acom­pa­ña de menu­di­llos de yemas, híga­dos y pechu­ga de pollo.

(Lea el artícu­lo com­ple­to en Alma­na­que Gas­tro­nó­mi­co)

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