[vc_row full_width_row=“true”][vc_column][vc_column_text]En la últi­ma déca­da, de todos los movi­mien­tos que com­po­nen la his­to­ria de nues­tro cine, qui­zá sea el cine quin­qui el que más ha sido reeva­lua­do, rei­vin­di­ca­do y ana­li­za­do. El cine quin­qui ha entra­do en el museo, se le han dedi­ca­do expo­si­cio­nes, libros, artícu­los aca­dé­mi­cos e inclu­so tesis doc­to­ra­les. El géne­ro, que había sido tan­tas veces denos­ta­do y tra­ta­do como menor, aho­ra es revi­si­ta­do des­de ópti­cas socio­ló­gi­cas o his­tó­ri­cas. Y es que pocas pelí­cu­las más úti­les para com­pren­der el perio­do de la Tran­si­ción como estas, ambien­ta­das en el extra­rra­dio de las gran­des ciu­da­des.

 

Este géne­ro se carac­te­ri­za por mos­trar la vida de delin­cuen­tes juve­ni­les (muchas veces basa­dos en per­so­nas reales) y su for­ma de actuar y de vivir, en pelí­cu­las lle­nas de acción, per­se­cu­cio­nes, dis­pa­ros, pero tam­bién de sexo y de músi­ca.  En un momen­to de auge de la delin­cuen­cia juve­nil, estas pelí­cu­las sir­vie­ron para mos­trar un pro­ble­ma real que había que resol­ver, pero sin renun­ciar al espec­tácu­lo ni a la adre­na­li­na.

Uno de los gran­des valo­res del cine quin­qui era saber que lo que se retra­ta­ba en la pelí­cu­la suce­día muy cer­ca del cen­tro de las gran­des ciu­da­des, don­de se veían las pelí­cu­las, que se con­vir­tie­ron en gran­des éxi­tos popu­la­res. El nom­bre de esos delin­cuen­tes juve­ni­les apa­re­cía en tele­vi­sión, en las revis­tas, en la pren­sa, con­vir­tién­do­los en figu­ras pop, algo que el cine quin­qui pro­mo­vió y de lo que se apro­ve­chó.

 

Colección de cine quinqui de FlixOlé

 

FLIXOLÉ, apro­ve­chan­do el estreno en la pla­ta­for­ma de YO, EL VAQUILLA (Jose Anto­nio de la Loma, 1985), lan­za una nue­va colec­ción, CINE QUINQUI; en la que mos­trar las joyas de este géne­ro. Con YO, EL VAQUILLA (1985), Jose Anto­nio de la Loma cerra­ba el lar­go ciclo del cine quin­qui, que él mis­mo había abier­to con las tres par­tes de Perros calle­je­ros. Esta cin­ta es una bio­gra­fía del famo­so delin­cuen­te, que de hecho apa­re­ce en la pelí­cu­la, en la cár­cel, en un pró­lo­go, para tes­ti­mo­niar la vera­ci­dad de todo lo que se ve. La pelí­cu­la tie­ne el con­te­ni­do de acción y eró­ti­co de sus pre­de­ce­so­ras pero va más allá en su denun­cia. La pelí­cu­la no tar­dó en con­ver­tir­se en una obra de cul­to, rei­vin­di­ca­da cada vez más por los nume­ro­sos afi­cio­na­dos al géne­ro.

 

Algunas de las películas de la colección

El éxi­to de este tipo de pelí­cu­las hizo que muchos direc­to­res y pro­duc­to­res nor­mal­men­te vol­ca­dos en la rea­li­za­ción de pelí­cu­las comer­cia­les, que seguían las modas del momen­to, se fija­sen en el géne­ro y apos­ta­sen por él. Ese fue el caso de, por ejem­plo, JUVENTUD DROGADA (José Tru­cha­do, 1977), una pelí­cu­la que mez­cla el cine quin­qui con el thri­ller, ponien­do en para­le­lo la ven­ta de dro­ga en las calles y el asal­to a unos labo­ra­to­rios far­ma­céu­ti­cos, LOS VIOLADORES DEL AMANECER (Igna­cio F. Iquino, 1978), sobre una ban­da de chi­cos que se dedi­ca a secues­tra joven­ci­tas o LA PATRIA DEL RATA (Fran­cis­co Lara Polop, 1980), el bio­pic de un delin­cuen­te, esta vez de fic­ción, que huye por toda la geo­gra­fía espa­ño­la des­pués de haber atra­ca­do un ban­co.

 

Pero tam­bién se acer­ca­ron al géne­ro algu­nos direc­to­res de pres­ti­gio, algu­nos nom­bres cla­ves del cine espa­ñol. Lo que hicie­ron fue coger las carac­te­rís­ti­cas prin­ci­pa­les de este tipo de pelí­cu­las, para acer­car­los a otros géne­ros, como el melo­dra­ma o el thri­ller, esti­li­zan­do tam­bién sus for­mas. Eso es lo que suce­de, por ejem­plo, en BARCELONA SUR (Jor­di Cade­na, 1981), una pelí­cu­la que reco­ge influen­cias de la Serie B ame­ri­ca­na para esti­li­zar­la, dan­do ade­más por pri­me­ra vez el pro­ta­go­nis­mo de este tipo de pelí­cu­las a unas muje­res; en DEPRISA, DEPRISA (Car­los Sau­ra, 1981), con­si­de­ra­da una de las obras maes­tra de su direc­tor, una pelí­cu­la que tras­cien­de el cine quin­qui para con­ver­tir­se en uno de los films más román­ti­cos hechos en nues­tro país, con una inol­vi­da­ble ban­da sono­ra de Los chun­gui­tos; en COTO DE CAZA (Jor­ge Grau, 1983), con Assum­pta Ser­na, sobre una abo­ga­da de ofi­cio que es aco­sa­da por uno de los delin­cuen­tes a los que defien­de; en FANNY PELOPAJA (Vicen­te Aran­da, 1984), una pelí­cu­la que abra­za el mejor cine negro, con una mujer fatal que vuel­ve a la ciu­dad para ven­gar­se de aquel que la trai­cio­nó cuan­do pare­cía que iba a con­se­guir esca­par de la delin­cuen­cia; en 27 HORAS (Montxo Armen­dá­riz, 1986) una deso­la­da his­to­ria de des­em­pleo y pobre­za y de cómo eso abo­ca­ba a los jóve­nes a per­der el futu­ro y la pers­pec­ti­va en el mun­do de la dro­ga, o en MATAR AL NANI (Rober­to Bode­gas, 1988), una pelí­cu­la basa­da en un hecho real que con­mo­cio­nó a la opi­nión públi­ca, que des­ta­pó una intri­ca­da red de corrup­ción que impli­ca­ba a des­ta­ca­dos polí­ti­cos.

 

Pero si hay un direc­tor que amplió el alcan­ce de estas pelí­cu­las, con­vir­tién­do­las en ver­da­de­ros ale­ga­tos polí­ti­cos de denun­cias de las con­di­cio­nes socia­les del país, fue Eloy de la Igle­sia, el direc­tor qui­zá más revin­di­ca­do en la actua­li­dad, home­na­jea­do en fes­ti­va­les de todo el mun­do. Fue De la Igle­sia quien con­si­guió ale­jar al cine quin­qui de la espec­ta­cu­la­ri­dad de las per­se­cu­cio­nes y la acción, para, sin ale­jar­se de ella, acer­car­lo al cine social. Clá­si­cos con­tem­po­rá­neos como NAVAJEROS (1980) o COLEGAS (1982), esta últi­ma pro­ta­go­ni­za­da por Anto­nio Flo­res, Rosa­rio Flo­res y Jose Luis Man­zano, ahon­da­ron en el des­em­pleo y el des­arrai­go como moti­vo de la delin­cuen­cia juve­nil. Otras como MIEDO A SALIR DE NOCHE (1980) se per­mi­tie­ron bro­mear y paro­diar el esta­do de alar­ma social. Des­pués ven­dría su cele­bé­rri­ma EL PICO (1983) segui­da de EL PICO II (1984), otra vez con José Luis Man­zano como pro­ta­go­nis­ta, en la que se dio una vuel­ta de tuer­ca al tema, mos­tran­do de fren­te el infierno de la depen­den­cia a la heroí­na a la que esta­ban abo­ca­dos mucho de estos jóve­nes. Este tema fue lle­va­do al sai­ne­te cos­tum­bris­ta en LA ESTANQUERA DE VALLECAS (1987), adap­ta­ción al cine de la popu­lar obra de tea­tro, con José Luis Gómez como pro­ta­go­nis­ta.

 

Películas de los últimos años

En los últi­mos años, algu­nos cineas­tas han rei­vin­di­ca­do el lega­do del cine quin­qui, actua­li­zán­do­lo y adap­tán­do­lo a los tiem­pos actua­les. El pri­me­ro en hacer­lo fue Gabriel Veláz­quez en ÁRTICO (2014), que lle­va este géne­ro a una ciu­dad de pro­vin­cias, situán­do­la entre la fic­ción y el docu­men­tal. En la mis­ma fron­te­ra se mue­ve la exi­to­sa QUINQUI STARS (Juan Vicen­te Cór­do­ba, 2019), un docu­men­tal en el que con el can­tan­te El Cole­ta como guía, par­ti­mos en bus­ca de lo que que­da de esa sub­cul­tu­ra en la peri­fe­ria de las gran­des ciu­da­des.

Con esta colec­ción, FLIXOLÉ quie­re ofre­cer la posi­bi­li­dad de des­cu­brir este géne­ro audaz, intere­san­te y com­pro­me­ti­do a las nue­vas gene­ra­cio­nes y a los que quie­ren vol­ver a dis­fru­tar­lo. Y como siem­pre, con copias con la mejor cali­dad de ima­gen y soni­do posi­bles.

Fli­xO­lé está dis­po­ni­ble en Smart TV, table­tas y telé­fo­nos IOS y Andro­id, Fire TV, Oran­ge TV, ZapiTV, Ama­zon Pri­me Vídeo o a tra­vés del orde­na­dor, ade­más las pelí­cu­las se pue­den des­car­gar para ver­las sin cone­xión a inter­net en cual­quier dis­po­si­ti­vo móvil.

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