El estudio Neovibra se ha llevado a cabo en la sala neonatal del Hospital Francesc de Borja de Gandia

Per­so­nal inves­ti­ga­dor de la Fun­da­ción Fisa­bio, depen­dien­te de la Con­se­lle­ria de Sani­tat Uni­ver­sal y Salut Públi­ca, el Hos­pi­tal Fran­cesc de Bor­ja de Gan­dia y la Uni­ver­si­tat Poli­tèc­ni­ca de Valèn­cia (UPV) han desa­rro­lla­do y paten­ta­do una meto­do­lo­gía que mide las vibra­cio­nes que se trans­mi­ten des­de las incu­ba­do­ras a los neo­na­ta­les ingre­sa­dos.

El equi­pa­mien­to habi­tual de las salas neo­na­ta­les inclu­ye sis­te­mas de alar­mas, pul­sio­xí­me­tros o bom­bas de infu­sión que pue­den gene­rar rui­dos y vibra­cio­nes. Ade­más, el tra­ba­jo dia­rio de los equi­pos pediá­tri­cos, el motor de las incu­ba­do­ras y el meca­nis­mo de engan­che a las alar­mas pue­den ampli­fi­car las fre­cuen­cias de rui­do aéreo y las vibra­cio­nes.

Los inves­ti­ga­do­res duran­te las prue­bas.

«Muchos de los neo­na­tos ingre­san por pre­ma­tu­ri­dad, es decir, por­que han sali­do antes de la barri­ga de su madre, don­de esta­ban ais­la­dos de la luz y del rui­do. Por este moti­vo, tene­mos un gran inte­rés en redu­cir la con­ta­mi­na­ción lumí­ni­ca y acús­ti­ca, para que las con­di­cio­nes del ingre­so sean las más favo­ra­bles. Pero, ade­más de esto, nos hemos cen­tra­do en medir las vibra­cio­nes, para saber cómo afec­tan a los pacien­tes y mejo­rar las con­di­cio­nes de las salas neo­na­ta­les», seña­la el doc­tor José Miguel Sequí, res­pon­sa­ble del Ser­vi­cio de Pedia­tría del Hos­pi­tal Fran­cesc de Bor­ja de Gan­dia e inves­ti­ga­dor de Fisa­bio.

Con la meto­do­lo­gía desa­rro­lla­da en el estu­dio Neo­vi­bra, el equi­po de inves­ti­ga­ción es capaz de eva­luar los valo­res de vibra­cio­nes que lle­gan al neo­na­to a tra­vés de la cuna de la incu­ba­do­ra. «Hace­mos un diag­nós­ti­co a la car­ta, a toda la estruc­tu­ra de la cuna para detec­tar los pun­tos de vibra­ción que exis­ten», expli­ca Romi­na del Rey, doc­to­ra del Cen­tro de Tec­no­lo­gías Físi­cas de la UPV.

Solu­cio­nes inno­va­do­ras

El siguien­te paso del pro­yec­to se cen­tra en pro­po­ner, en vis­ta de los resul­ta­dos, solu­cio­nes inno­va­do­ras, sen­ci­llas y eco­nó­mi­cas que per­mi­tan redu­cir la trans­mi­sión de vibra­cio­nes por deba­jo de los umbra­les esta­ble­ci­dos en las nor­ma­ti­vas vigen­tes. El per­so­nal inves­ti­ga­dor de Fisa­bio en Gan­dia y de la UPV bus­ca tras­la­dar este sis­te­ma de medi­ción de vibra­cio­nes a las salas neo­na­ta­les de otros hos­pi­ta­les, para poder ampliar y seguir con­tras­tan­do los resul­ta­dos obte­ni­dos has­ta aho­ra. El equi­po tam­bién bus­ca la impli­ca­ción en el pro­yec­to de empre­sas fabri­can­tes de incu­ba­do­ras. De esta mane­ra, podrán ofre­cer un pro­duc­to mejor, ya sea a tra­vés de mate­ria­les que reduz­can la trans­mi­sión de estas vibra­cio­nes o bien con moto­res más sen­ci­llos.

El pro­gra­ma Poli­sa­bio con­ce­dió en 2019 una ayu­da de 4.000 euros al estu­dio Neo­vi­bra. Gra­cias a este pro­gra­ma, se impul­san y favo­re­cen tan­to las accio­nes pre­pa­ra­to­rias como los pro­yec­tos de inno­va­ción en los que par­ti­ci­pan, de mane­ra con­jun­ta y coor­di­na­da, per­so­nal de la Fun­da­ción Fisa­bio y de la UPV.

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