Sede del Ban­co Euro­peo de Inver­sión

A la segun­da fue la ven­ci­da. Tras el fias­co de la pri­me­ra jor­na­da de nego­cia­cio­nes que, tras die­ci­séis horas de nego­cia­cio­nes, se cerró el miér­co­les sin acuer­do entre los minis­tros de finan­zas de la UE, ayer por fin Bru­se­las des­blo­quea­ba la situa­ción tras los con­tac­tos de pasi­llo (vir­tual) rea­li­za­dos por el pre­si­den­te del Euro­gru­po con los repre­sen­tan­tes de los paí­ses con pos­tu­ras más enfren­ta­das: Espa­ña e Ita­lia, por un lado; Holan­da, por otro, y Ale­ma­nia y Fran­cia tra­tan­do de bus­car un míni­mo que des­blo­quea­ra la situa­ción. Final­men­te, el com­pli­ca­do equi­li­brio se encon­tró y pasa­das las 9 de la noche el euro­gru­po apro­ba­ba un paque­te de medi­das por valor de 500.000 millo­nes de euros para afron­tar la cri­sis del Covid-19.

El acuer­do pre­vé dar res­pues­ta a tres fren­tes de deman­da: gobierno, empre­sas y tra­ba­ja­do­res. Para los pri­me­ros, se des­blo­quean fon­dos de res­ca­te MEDE por valor de 240.000 millo­nes de euros, que los gobier­nos podrán des­ti­nar a “finan­ciar inter­na­men­te los cos­tos rela­cio­na­dos direc­ta o indi­rec­ta­men­te con la aten­ción médi­ca, la cura y la pre­ven­ción debi­do a la cri­sis de la Covid-19”.

La fór­mu­la per­mi­te a los gobierno acce­der a estos fon­dos de res­ca­te sin nece­si­dad de aco­ger­se a medi­das de ajus­te como ocu­rrió en la cri­sis de 2008, siem­pre y cuan­do los des­ti­nen a hacer fren­te a la cri­sis sani­ta­ria abier­ta. Su uso para otros fines les obli­ga­ría a aca­tar pla­nes de aus­te­ri­dad, como recla­ma­ba Holan­da. Sin embar­go, el tex­to del acuer­do posi­bi­li­ta cier­to mar­gen para una inter­pre­ta­ción fle­xi­ble de esa obli­ga­ción. Así, el hecho de que se inclu­ya la “pre­ven­ción, per­mi­ti­ría esqui­var la obli­ga­ción de des­ti­nar estos fon­dos exclu­si­va­men­te a fines sani­ta­rios e incluir en ellos otros obje­ti­vos como aten­der a las empre­sas cuya acti­vi­dad se ha para­li­za­do para evi­tar con­ta­gios.

Por su par­te, el Ban­co Euro­peo de Inver­sión será el encar­ga­do de aten­der las nece­si­da­des de finan­cia­ción de las empre­sas con una línea de cré­di­tos de otros 200.000 millo­nes de euros, des­ti­na­dos espe­cial­men­te a las pymes. En cuan­to a las actua­cio­nes de pro­tec­ción a los tra­ba­ja­do­res, Bru­se­las ha apro­ba­do la emi­sión de bonos de la Comi­sión Euro­pea, ya anun­cia­da, por valor de 100.000 millo­nes de euros con el obje­ti­vo de evi­tar des­pi­dos y ayu­dar a finan­ciar alter­na­ti­vas como los ERTE.

Con estas medi­das, la UE con­si­gue des­blo­quear las actua­cio­nes de emer­gen­cia ante la cri­sis pro­vo­ca­da por la pan­de­mia. De hecho, los gobierno podrían tener acce­so a estos fon­dos MEDE en un par de sema­nas. Sin embar­go, los res­pon­sa­bles euro­peos siguen pen­dien­tes de solu­cio­nar el pro­ble­ma del día des­pués, es decir, los pla­nes para la recons­truc­ción eco­nó­mi­ca cuan­do se supere lo peor de la cri­sis sani­ta­ria. Un reto para el que los paí­ses más afec­ta­dos como Espa­ña recla­man la pues­ta en mar­cha de una espe­cie de Plan Marshall finan­cia­do con euro­bo­nos, pro­pues­ta que por el momen­to cho­ca con la pos­tu­ra de holan­de­ses y ale­ma­nes.

Todos están de acuer­do en que serán nece­sa­rio esos fon­dos para la recu­pe­ra­ción. Sin embar­go, se ha apla­za­do la dis­cu­sión sobre cuál será la natu­ra­le­za de esos fon­dos. Ese deba­te, que por ha que­da­do apla­za­do, se pre­vé difí­cil y duro. Por aho­ra, eso sí, la UE ha logra­do sor­tear las difi­cul­ta­des del cor­to pla­zo con los paque­tes apro­ba­dos. Un pri­mer paso.

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