Ese ges­to de ir cada día al quios­co para com­prar nues­tro perió­di­co pre­fe­ri­do ha cau­sa­do en algu­nos de voso­tras la duda: ¿no con­lle­va­rá el ries­go de con­ta­giar­nos por coro­na­vi­rus al haber pasa­do por varias manos antes de lle­gar a las nues­tras?

Por una duda simi­lar ya habla­mos de la trans­mi­sión del coro­na­vi­rus a tra­vés de mone­das o bille­tes, y expli­ca­mos que, por lo que sabe­mos a día de hoy el ries­go de infec­ción es bajo. Tam­bién deta­lla­mos lo que se sabe sobre la per­ma­nen­cia del virus en super­fi­cies.

En el caso de los perió­di­cos, los exper­tos que hemos con­sul­ta­do nos expli­can que, según la evi­den­cias que tene­mos por el momen­to, la pro­ba­bi­li­dad de con­ta­giar­se a tra­vés de un perió­di­co es “muy baja o nula”, en pala­bras del inmu­nó­lo­go y pro­fe­sor de la Uni­ver­si­dad de Valla­do­lid, Alfre­do Corell.

Esto se debe fun­da­men­tal­men­te a tres razo­nes: “Pri­me­ro, no se ha demos­tra­do ni noti­fi­ca­do ni una sola infec­ción por perió­di­co en todo el mun­do; segun­do, la tras­mi­sión del virus en super­fi­cies iner­tes se ha vis­to que es mucho menor cuan­do hay poro­si­dad; y ter­ce­ro, el papel tan poro­so en el que se impri­men los perió­di­cos hace extre­ma­da­men­te impro­ba­ble que sobre­vi­va el virus mucho tiem­po en él”, expli­ca Corell, que es miem­bro de la Socie­dad Espa­ño­la de Inmu­no­lo­gía.

Es más, según el exper­to “la mane­ra en la que se impri­men los perió­di­cos los hace unos ele­men­tos bas­tan­tes esté­ri­les. De hecho en nues­tro país se uti­li­zan para envol­ver ali­men­tos como las cas­ta­ñas, y en otros paí­ses pes­ca­do o pata­tas”.

Por su par­te, la inves­ti­ga­do­ra del Cen­tro Nacio­nal de Bio­tec­no­lo­gía Sonia Zuñi­ga nos seña­la que en este estu­dio en The Lan­cet Micro­be que ana­li­za­ba la dura­ción del virus en dis­tin­tas super­fi­cies se deta­lla que “en una gota con 63 millo­nes de uni­da­des infec­cio­sas [es decir, una alta car­ga viral] situa­da sobre papel a una tem­pe­ra­tu­ra ambien­te de 22ºC y un 65% de hume­dad [con­di­cio­nes ambien­ta­les muy favo­ra­bles al virus] pasa­dos 30 minu­tos se había redu­ci­do mil veces o más la can­ti­dad de virus con capa­ci­dad de infec­tar, y pasa­das 3 horas no que­da­ba nada”. Y con­fir­ma: “Es muy poco pro­ba­ble un con­ta­gio por tocar papel”.

En mar­zo, otro estu­dio en el The Jour­nal of Hos­pi­tal Infec­tion tam­bién encon­tra­ba que la per­sis­ten­cia del virus en super­fi­cies de papel se limi­ta­ba a unas pocas horas.

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