La obra de Rod­chen­ko está inclui­da en la selec­ción.

El Ins­ti­tut Valen­cià d’Art Modern (IVAM) ha reu­ni­do en una publi­ca­ción las 50 obras maes­tras de la pri­me­ra mitad del siglo XX de su per­te­ne­cien­tes a sus fon­dos. Edi­ta­da por el museo con moti­vo de su 30º ani­ver­sa­rio. 50 Obras Maes­tras de la Colec­ción del IVAM 1900–1950 reco­rre las pri­me­ras cua­tro déca­das del siglo XX a tra­vés de movi­mien­tos como el cons­truc­ti­vis­mo, el dadá, la abs­trac­ción ana­lí­ti­ca o el futu­ris­mo, ponien­do de mani­fies­to que la Colec­ción del IVAM ha sido el refe­ren­te y el ver­da­de­ro pro­ta­go­nis­ta en estos 30 años de his­to­ria.  

El direc­tor del IVAM, Jose Miguel G. Cor­tés, ha expli­ca­do que se tra­ta de un tra­ba­jo per­so­nal en el que se mues­tra lo más sig­ni­fi­ca­ti­vo de los fon­dos del museo. En estas obras, ha pro­se­gui­do el direc­tor, se crean cos­mo­go­nías y rela­tos rela­cio­na­dos unos con otros mos­tran­do que en la colec­ción exis­te un eje ver­te­bra­dor. La colec­ción se ha cons­trui­do con una cla­ra iden­ti­dad, con unas líneas bási­cas y una meto­do­lo­gía.

En una selec­ción de pie­zas icó­ni­cas no podían fal­tar los núcleos ver­te­bra­do­res de la colec­ción del IVAM: los con­jun­tos de obras tan­to de Igna­cio Pina­zo como de Julio Gon­zá­lez  repre­sen­ta­dos en el catá­lo­go a tra­vés de Ano­che­cer en la esco­lle­ra III (ca. 1899–1900) y Mujer ante el espe­jo (1936–1937). A par­tir de esas bases cen­tra­les, la selec­ción de Obras Maes­tras inclu­ye  apor­ta­cio­nes vin­cu­la­das al movi­mien­to futu­ris­ta como La taber­na fan­tás­ti­ca (1919) de Iliazd o Las pala­bras en liber­tad futu­ris­tas (1919) del mis­mo Mari­net­ti, así como los len­gua­jes rompe­dores de la abs­trac­ción ana­lí­ti­ca con artis­tas tan impor­tan­tes como Fran­cis Pica­bia, Sophie Taeu­­ber-Arp, Joa­quín Torres-Gar­­cía, Paul Klee, Ale­xan­der Cal­der o Mar­cel Duchamp. 

La visión cons­truc­ti­vis­ta de la Colec­ción del IVAM está pre­sen­te en una selec­ción de obras de Lász­ló Péri, Naum Gabo, El Lis­sitzky o Alek­sandr Ród­chen­ko. Otras pie­zas sobre­sa­lien­tes que inclu­ye la publi­ca­ción son obras de Kurt Sch­wit­ters o  Raoul Haus­mann en el ámbi­to dadaís­ta o de la crí­ti­ca social en el perio­do de la Repú­bli­ca de Wei­mar con las acua­re­las de Geor­ge Grosz. La visión cons­truc­ti­vis­ta de la Colec­ción del IVAM está pre­sen­te en una selec­ción de obras de Lász­ló Péri, Naum Gabo, El Lis­sitzky o Alek­sandr Ród­chen­ko. Otras pie­zas sobre­sa­lien­tes que inclu­ye la publi­ca­ción son obras de Kurt Sch­wit­ters o  Raoul Haus­mann en el ámbi­to dadaís­ta o de la crí­ti­ca social en el perio­do de la Repú­bli­ca de Wei­mar con las acua­re­las de Geor­ge Grosz y los foto­mon­ta­jes de John Heart­field.

Igual­men­te en esta línea, encon­tra­mos en Espa­ña las impor­tan­tes apor­ta­cio­nes de Josep Renau con su famo­so car­tel El comi­sa­rio, ner­vio de nues­tro ejér­ci­to popu­lar (1936). Tam­bién des­ta­can en este reper­to­rio obras espe­cial­men­te crea­das en papel, colla­ge y foto­gra­fías que a lo lar­go de algu­nas déca­das han hur­ga­do en domi­nios del incons­cien­te, en el terreno de lo oní­ri­co y de la fan­ta­sía, como Man Ray, Joan Miró, Clau­de Cahun o Jean Arp.

“En este volu­men de 50 obras maes­tras de la Colec­ción del IVAM (1900–1950) no están todas las que son, pero sí son todas las que están”, ha con­clui­do el direc­tor del IVAM sobre esta publi­ca­ción que ofre­ce la opor­tu­ni­dad de repa­sar la tra­yec­to­ria del museo a tra­vés de un reco­rri­do suges­ti­vo y atra­yen­te por par­te de su Colec­ción. Cor­tés ha avan­za­do que tras el verano de 2020 se pre­sen­ta­rá el segun­do tomo de este manual, en el que se publi­ca­rán las 50 obras fun­da­men­ta­les de 1950 al año 2000. 

El direc­tor del Ins­ti­tut encar­gó a Rocío Robles Tar­dío la ela­bo­ra­ción de los tex­tos del manual, quien ha indi­ca­do que en la selec­ción se encuen­tra pie­zas de pin­tu­ra, foto­gra­fía, escul­tu­ra, car­tel publi­ci­ta­rio y propagandístico…de modo que el públi­co ten­ga unos ele­men­tos para enten­der la colec­ción.  A tra­vés de este libro se entien­de la labor del museo y los rela­tos de la his­to­ria del arte. Para Rocío, hay gran­des nom­bres, pero no están todos, exis­te una volun­tad de con­tar la his­to­ria del arte y el papel que que ocu­pa la colec­ción del IVAM, se tra­ta de una tarea “En este volu­men de 50 obras maes­tras de la Colec­ción del IVAM (1900–1950) no están todas las que son, pero sí son todas las que están”, ha con­clui­do el direc­tor del IVAM sobre esta publi­ca­ción que ofre­ce la opor­tu­ni­dad de repa­sar la tra­yec­to­ria del museo a tra­vés de un reco­rri­do suges­ti­vo y atra­yen­te por par­te de su Colec­ción. 

Rocio Robles y José Miguel G. Cor­tés pre­sen­ta­ron la publi­ca­ción.

A tra­vés de este libro se entien­de la labor del museo y los rela­tos de la his­to­ria del arte. Para Robles, hay gran­des nom­bres, pero no están todos, exis­te una volun­tad de con­tar la his­to­ria del arte y el papel que que ocu­pa la colec­ción del IVAM, se tra­ta de una tarea en la que con­tar la his­to­ria del arte más allá de los nom­bres pro­pios, las téc­ni­cas o los esti­los que mues­tre una rique­za en la expe­ri­men­ta­ción artís­ti­ca, así como en el papel del arte en el ámbi­to polí­ti­co, por ejem­plo a tra­vés de los car­te­les o los dibu­jos e ilus­tra­cio­nes en las revis­tas. 

Rocío Robles ha comen­ta­do que las obras inclui­das par­ti­ci­pan de una cos­mo­go­nía que hace que las obras no sean inde­pen­dien­tes, ni auto­rre­fe­ren­cia­les. Son pie­zas, ha pro­se­gui­do la auto­ra de los tex­tos, conec­to­ras de unas car­to­gra­fías mayo­res en las que ellas par­ti­ci­pan, acti­van y gene­ran cone­xio­nes inter­na­cio­na­les. Robles ha indi­ca­do como ejem­plos Mujer ante el espe­jo de Julio Gon­zá­lez, que debe­ría haber ido a la expo­si­ción de 1937 con las de otros artis­tas que si lo hicie­ron. Para la auto­ra, es rele­van­te la figu­ra de César Dome­la, ya que sir­ve de encuen­tro con los artis­tas ale­ma­nes como John Heart­field o con los rusos que se preo­cu­pa­ron por la tipo­gra­fía y la ima­gen grá­fi­ca en sus pie­zas. 

La auto­ra ha seña­la­do que no sólo está la Bauhaus o el Cubis­mo, tam­bién está el círcu­lo nue­vo de artis­tas publi­ci­ta­rios, no sólo artis­tas de pri­mer nom­bre, sino que había una volun­tad de qué han de decir y par­ti­ci­par del arte nom­bres como Ella Berg­mann. Rocío Robles ha pro­se­gui­do inci­dien­do en que en las obras selec­cio­na­das hay mil rela­tos y micro­re­la­tos que for­man par­te de la actua­li­dad del siglo XX. 

El libro per­mi­te repen­sar los len­gua­jes plás­ti­cos, las nue­vas mate­ria­li­da­des, mate­ria­les no canó­ni­cos como el metra­qui­la­to o el ple­xi y, según la auto­ra, el libro exce­de las fun­cio­nes del museo y faci­li­ta al lec­tor hacer diver­sas lec­tu­ras, sien­do que ori­gi­na­ria­men­te se ha pen­sa­do para hacer una peque­ña gran intro­duc­ción al arte del siglo XX.

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