La retrospectiva sobre este artista admirado por Picasso podrás verse hasta el 17 de septiembre

El Museo Nacio­nal de Cerá­mi­ca y Artes Sun­tua­rias Gon­zá­lez Mar­tí de Valen­cia inau­gu­ra la expo­si­ción Pedro Mer­ce­des, el alfa­re­ro que trans­for­mó la arte­sa­nía en arte, que rea­li­za un reco­rri­do cro­no­ló­gi­co por la obra de este crea­dor des­de sus pri­me­ros años como alfa­re­ro de reci­pien­tes domés­ti­cos, has­ta su paso, con­so­li­da­ción y reco­no­ci­mien­to nacio­nal e inter­na­cio­nal como artis­ta e inno­va­dor del ofi­cio del barro.

Ala­ba­do por artis­tas con­tem­po­rá­neos como Pablo Picas­so y pro­pul­sor de un esti­lo que trans­mi­te a otros cera­mis­tas de su ciu­dad natal, la obra de Pedro Mer­ce­des es cus­to­dia­da en colec­cio­nes públi­cas y pri­va­das. Los temas más recu­rren­tes en sus obras son los mito­ló­gi­cos, reli­gio­sos, ofi­cios, esce­nas popu­la­res o de tau­ro­ma­quia; y el horror al vacío, una de sus carac­te­rís­ti­cas.

La mues­tra —comi­sa­ria­da por José Manuel López Gar­cía— reúne pie­zas per­te­ne­cien­tes en su mayo­ría a colec­cio­nes pri­va­das por lo que supo­ne una oca­sión úni­ca para des­cu­brir con pro­fun­di­dad la obra del cera­mis­ta.

Pedro Mer­ce­des (Cuen­ca, 1921–2008) empe­zó su carre­ra artís­ti­ca con los medios más humil­des, un alfar de ori­gen ára­be con horno de leña y un torno de pie, y de for­ma auto­di­dac­ta.

Comien­za pro­du­cien­do obje­tos de barro uti­li­ta­rios como boti­jos y orzas que deco­ra con tra­zos inci­sos sobre la super­fi­cie del barro tierno. Con el paso del tiem­po y de la expe­rien­cia, esta téc­ni­ca de esgra­fia­do o ‘ras­pa­do’, se con­ver­ti­rá en una de las carac­te­rís­ti­cas de la cerá­mi­ca de Cuen­ca.

A fina­les de los años 50, las pie­zas que fabri­ca en su alfar dejan de ser tan uti­li­ta­rias y pasa­rán a ser más artís­ti­cas y deco­ra­ti­vas. Por un lado, por­que este tipo de reci­pien­tes tra­di­cio­na­les son cada vez menos deman­da­dos y, por otro, por el cre­ci­mien­to de las inquie­tu­des artís­ti­cas del pro­pio arte­sano.

Pedro Mer­ce­des comien­za a tra­ba­jar con for­mas de barro menos popu­la­res, des­de ánfo­ras y alba­re­los, has­ta tablas cerá­mi­cas pro­yec­ta­das como si fue­ran cua­dros narra­ti­vos.

Despegue en los 60

En los años 60 se ini­cia su des­pe­gue y reco­no­ci­mien­to como artis­ta gra­cias a las expo­si­cio­nes que rea­li­za en su ciu­dad natal, Cuen­ca, y en otras ciu­da­des espa­ño­las como la expo­si­ción de 1961 en Bar­ce­lo­na o el encar­go de varios tra­ba­jos para la boda de los futu­ros reyes de Espa­ña en Ate­nas en 1962.

En 1966 reci­be el Pre­mio Nacio­nal de Arte­sa­nía. En diciem­bre de 1988 cie­rra su horno, pero con­ti­núa su acti­vi­dad artís­ti­ca rea­li­zan­do dibu­jos y gra­ba­dos a buril con su esti­lo carac­te­rís­ti­co que uti­li­zó en sus pie­zas en barro.

La expo­si­ción en el Gon­zá­lez Mar­tí esta­rá abier­ta al públi­co a par­tir de hoy, 29 de junio, a las 16:00 horas, y has­ta el 17 de sep­tiem­bre. Los días 29 y 30 de junio, el museo ofre­ce visi­tas guia­das a la mues­tra a car­go de su comi­sa­rio, José Manuel López Gar­cía. Las visi­tas son gra­tui­tas pre­via reser­va.

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