Eduar­do Gue­rre­ro

Eduar­do Gue­rre­ro

La con­cien­cia eco­ló­gi­ca o la sen­si­bi­li­dad social son temas que el fla­men­co tam­bién pue­de tra­tar cuan­do se entien­de de mane­ra abier­ta, conec­ta­do al con­tex­to en que se enmar­ca, capaz de enri­que­cer­se con los estí­mu­los de otras dis­ci­pli­nas artís­ti­cas y des­de un pun­to de vis­ta crea­ti­vo abso­lu­ta­men­te libre. Así es como lo con­ci­be el bai­la­rín y coreó­gra­fo Eduar­do Gue­rre­ro, uno de los máxi­mos expo­nen­tes de este géne­ro.

Inves­ti­ga­dor inquie­to y com­pro­me­ti­do, apro­ve­cha sus espec­tácu­los para lan­zar men­sa­jes que invi­ten a refle­xio­nar a los espec­ta­do­res. “Me iden­ti­fi­co con los temas socia­les y quie­ro tra­ba­jar­los, ya que ten­go la opor­tu­ni­dad de subir a un esce­na­rio y mani­fes­tar­me des­de allí. Creo que pode­mos ser­vir a la socie­dad a tra­vés del arte”, sos­tie­ne el crea­dor, que esta sema­na visi­ta por pri­me­ra vez el Tea­tre El Musi­cal.

El cen­tro cul­tu­ral muni­ci­pal man­tie­ne una línea de pro­gra­ma­ción dedi­ca­da al fla­men­co, dada su ubi­ca­ción y raí­ces en el barrio de El Caban­yal – Can­ya­me­lar. Por ella han pasa­do figu­ras de pri­mer orden, como Rocío Moli­na, que recien­te­men­te actuó en el tea­tro. Aho­ra es el turno de Gue­rre­ro, que el vier­nes 20 a las 20:30 h estre­na en la Comu­ni­tat Valen­cia­na el espec­tácu­lo Som­bra Efí­me­ra II, ter­ce­ra entre­ga de un pro­yec­to ini­cia­do en 2016 y rea­li­za­do en cola­bo­ra­ción con Mateo Fei­joó.

El que fue­ra duran­te tres años direc­tor de Las Naves de El Mata­de­ro (Madrid), ha influi­do en la mane­ra de Gue­rre­ro de acer­car­se a la crea­ción. “Mateo fue un des­cu­bri­mien­to para mí, des­pier­ta mi curio­si­dad por la expe­ri­men­ta­ción y me hace conec­tar el fla­men­co más puro con la expre­sión con­tem­po­rá­nea, van­guar­dis­ta”, expli­ca Gue­rre­ro. Jun­tos se embar­ca­ron en Som­bra Efí­me­ra, una pie­za crea­da para la Bie­nal de Sevi­lla don­de inter­ac­tua­ban con una estruc­tu­ra arqui­tec­tó­ni­ca crea­da por el artis­ta plás­ti­co Mar­co Cane­vac­ci.

Des­pués vino Som­bra Efí­me­ra I, don­de cola­bo­ra­ron con la ONG Men­sa­je­ros por la Paz para incor­po­rar pren­das de migran­tes, tejien­do telo­nes que traían a esce­na la diver­si­dad de las per­so­nas que se ven obli­ga­das a cru­zar fron­te­ras. Ade­más, estu­dia­ron la poe­sía sufí para cam­biar las letras clá­si­cas del fla­men­co por poe­mas que aña­den un men­sa­je social a la músi­ca en direc­to que acom­pa­ña a la pie­za.

Som­bra Efí­me­ra II es el cul­men de todo el pro­ce­so crea­ti­vo. Hemos ido suman­do capas a este pro­yec­to y aho­ra incor­po­ra­mos la preo­cu­pa­ción por la situa­ción de des­gas­te del Pla­ne­ta”, expli­ca Gue­rre­ro. Sobre el esce­na­rio, una enor­me mon­ta­ña de tie­rra a la que se enca­ra­ma Sama­ra Mon­ta­ñés para can­tar. Tam­bién sir­ve para bucear en esa repre­sen­ta­ción de la natu­ra­le­za, bus­can­do su esen­cia, o para lan­zar­la como sím­bo­lo de su des­truc­ción sobre un sue­lo que se pre­sen­ta blan­co, impo­lu­to, en el comien­zo del espec­tácu­lo.

“Hay momen­tos que hemos tra­ba­ja­do muchí­si­mo a nivel esté­ti­co. Por ejem­plo, hay un taran­to que bai­lo sos­te­nien­do un puña­do de gra­fi­to. Voy con­te­nien­do la emo­ción has­ta que, lle­ga­do un pun­to, es inevi­ta­ble que las manos y el cora­zón se abran. Cae todo al sue­lo y, a par­tir de ahí, cada movi­mien­to es un tra­zo que lo va ensu­cian­do todo, que repre­sen­ta cómo nos com­por­ta­mos los huma­nos con la Tie­rra”, expli­ca el bai­la­rín, de quien la crí­ti­ca espe­cia­li­za­da des­ta­ca una téc­ni­ca por­ten­to­sa, una ele­gan­cia y esti­lo inna­tos­que con­vi­ven con la bru­ta­li­dad de su zapa­tea­do vis­ce­ral.

El tra­ba­jo con las tona­li­da­des sobre el esce­na­rio, el dise­ño de luces, todo con­du­ce a una expe­rien­cia que reúne el impac­to visual con el emo­cio­nal, sin per­der las raí­ces del fla­men­co puro, pero lle­ván­do­lo más allá. “Es impres­cin­di­ble conec­tar con la socie­dad con­tem­po­rá­nea, con los temas que preo­cu­pan y con las mane­ras de expre­sar­se. La gen­te joven se intere­sa por la van­guar­dia y, si que­re­mos que le den una opor­tu­ni­dad al fla­men­co, tene­mos que lle­var­lo a ese terreno”, afir­ma el bai­la­rín gadi­tano, quien reco­no­ce que toda­vía hay una mayor aper­tu­ra para este tipo de pro­pues­tas en Euro­pa que en Espa­ña. “Aun­que, poco a poco, los pro­gra­ma­do­res se van dan­do cuen­ta de que es la mane­ra de atraer a nue­vos públi­cos. Hay que salir del gui­ta­rris­ta ves­ti­do de negro y del dra­ma­tis­mo por­que el fla­men­co actual está evo­lu­cio­nan­do”, con­clu­ye el artis­ta.

Actividades formativas

Esta tem­po­ra­da, el TEM aco­ge una nue­va edi­ción de Dià­leg Obert, un con­jun­to de workshops, mas­ter cla­ses y talle­res espe­cia­li­za­dos para pro­fun­di­zar en las dife­ren­tes vías de la expre­si­vi­dad y crea­ción artís­ti­ca. La poe­ta, accio­nis­ta y voca­lis­ta valen­cia­na Lore­na Izquier­do, jun­to con el artis­ta Mario Mon­to­ya, coor­di­na esta ini­cia­ti­va que inclu­ye seis pro­pues­tas que tocan dife­ren­tes dis­ci­pli­nas. Esta sema­na, de mar­tes a domin­go, se rea­li­za el cur­so Com­po­si­ció en temps real. Lo impar­te el trom­pe­tis­ta ale­mán Axel Dör­ner, uno de los intér­pre­tes más sin­gu­la­res de la esce­na de músi­ca expe­ri­men­tal, capaz de tra­ba­jar des­de el bebop a la músi­ca clá­si­ca libre, el jazz o la elec­tró­ni­ca.

Exper­to en la com­po­si­ción en tiem­po real, diri­gi­rá un labo­ra­to­rio de crea­ción musi­cal don­de se ana­li­za­rán les posi­bi­li­da­des sono­ras y de desa­rro­llo de un nue­vo voca­bu­la­rio tonal, ana­li­zan­do el con­cep­to de impro­vi­sa­ción y expe­ri­men­ta­ción en sí mis­mo.   

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