La expo­si­ción ‘Miguel Cala­ta­yud. Tràn­sit Il·lustrat’ podrá visi­tar­se has­ta el pró­xi­mo 5 de noviem­bre

Miguel Cala­ta­yud duran­te la inau­gu­ra­ción (ROBER SOLSONA / EUROPA PRESS).

Naci­do en Aspe (Ali­can­te) en 1942, el dibu­jan­te Miguel Cala­ta­yud —pre­fie­re esa eti­que­ta a la ilus­tra­dor— es una de las refe­ren­cias del noveno arte en Espa­ña. Reno­va­dor del géne­ro des­de que publi­có se dio a cono­cer en 1970 con su serie para niños Peter Petra­ke en La Trin­ca, ins­pi­ra­dor y refe­ren­cia de la Nue­va Escue­la Valen­cia­na de los 80, el autor es el pro­ta­go­nis­ta de la expo­si­ción Miguel Cala­ta­yud. Tràn­sit Il·lustrat, que se inau­gu­ra el 28 de julio en la sala Car­los Pérez del Cen­tro del Car­men y que per­ma­ne­ce­rá abier­ta has­ta el pró­xi­mo 5 de noviem­bre.

Comi­sa­ria­da por Feli­pe Her­nán­dez Cava —pala­bras mayo­res—, a quien le une una amis­tad que dura ya 50 años, y Lore­to Rodrí­guez, la mues­tra repa­sa las últi­mas dos déca­das de su acti­vi­dad crea­do­ra. En total, más de 200 ori­gi­na­les y un cen­te­nar de repro­duc­cio­nes, boce­tos, oleos… que se com­ple­men­tan con la pro­yec­ción de otros 200 tra­ba­jos de su colec­ción par­ti­cu­lar (titu­la­da Asun­tos inter­nos) y que nun­ca se ha expues­to en públi­co.

Una expo­si­ción que toma el rele­vo de la que se le dedi­có en 2011 en MuVIM, titu­la­da Miguel Cala­ta­yud. Ilus­tra­cio­nes 1970/2010. MuVIM, y en la que se daba cuen­ta de sus pri­me­ros 30 años de tra­yec­to­ria inin­te­rrum­pi­da. Se da la cir­cuns­tan­cia de que el encar­ga­do de aque­lla mues­tra fue el ges­tor cul­tu­ral y artis­ta Car­los Sala, que da nom­bre a la sala don­de se exhi­be el tra­ba­jo de Cala­ta­yud.

Al visi­tan­te le reci­be uno de los tra­ba­jos menos cono­ci­dos de Cata­la­ta­yud, el que reali­zó para la Fun­da­ción Welling­ton —que toma su nom­bre el hotel madri­le­ño— y que reali­zó, pre­ci­sa­men­te, en cola­bo­ra­ción con Car­los Sala. En él, recrea con su par­ti­cu­lar esti­lo —rea­lis­ta, pero sin ser escla­vo del dato— la figu­ra de la La Guar­dia Real, naci­da como fuer­za de pro­tec­ción de Fer­nan­do el Cató­li­co, y que se con­vir­tió con el tiem­po en la Guar­dia Real. En 2004, su his­to­ria se con­vir­tió en un libro del que hoy cuel­gan en el CCCC algu­nas de sus viñe­tas.

Liber­ta­rio en el esti­lo, inno­va­dor des­de el día que cogió su pri­mer lápiz, la expo­si­ción —mag­ní­fi­co el dise­ño de Fer­nan­do Tru­ño— bus­ca, como expli­có Her­nán­dez Cava, ente­rrar la idea erró­nea de que la obra del ali­can­tino es para un públi­co infan­til «cuan­do en reali­dad es para niños, pero de infan­til no tie­ne nada». Como reco­no­ce Cala­ta­yud, inde­pen­dien­te­men­te de a quien diri­ja su tra­ba­jo, siem­pre «pide una segun­da mira­da».

Y es que, como dijo en su día Alfon­so Gue­rra, «los niños son niños, pero no son gili­po­llas» y si algo ha hecho el autor de cómics como La pis­ta atlán­ti­ca y El pro­yec­to cíclo­pe —recien­te­men­te reedi­ta­dos por Des­fi­la­de­ro— es tra­tar a su públi­co con el máxi­mo res­pe­to. Así fue cuan­do publi­có Los 12 tra­ba­jos de Hér­cu­les (en 1973) y el mes pasa­do, al rea­li­zar un pós­ter para las fies­tas de Altea. «Esta­mos ante una nue­va opor­tu­ni­dad para dejar­nos sor­pren­der por la obra recien­te de Cala­ta­yud y, sobre todo, para apre­ciar­la des­de una nue­va pers­pec­ti­va», advir­tió Herrnán­dez Cava duran­te la pre­sen­ta­ción

Una visi­tan­te ante una selec­ción de tra­ba­jos del dibu­jan­te ali­can­tino.

Estructura

La colum­na ver­te­bral de la mues­tra, Her­nán­dez Cava dixit, la con­for­man los ori­gi­na­les de diez libros crea­dos entre 2006 y 2022, y agru­pa­dos bajo el epí­gra­fe de La ilus­tra­ción com­ple­ja. El con­jun­to de estos tra­ba­jo —con un esti­lo común pero que se rein­ven­ta cons­tan­te­men­te para adap­tar­se al tex­to— des­gra­na el modo de enten­der el dibu­jo del artis­ta, para quien cada ima­gen tie­ne sus «leyes pro­pias»

La segun­da par­te de la mues­tra corres­pon­de a un reco­rri­do en para­le­lo, a tra­vés de gran­des amplia­cio­nes y divi­di­do en cua­tro apar­ta­dos: Memo­ria del Pasa­do, DesPlazamientos,El aura del pai­sa­je y Con los cin­cos sen­ti­dos.

Cada uno de ellos des­can­sa sobre algu­nas de las obras más intere­san­tes de este recien­te perío­do del artis­ta, en las que Cala­ta­yud dia­lo­ga libre­men­te con la his­to­ria, el con­cep­to de via­je (de la mano de Josep Pla), el pai­sa­je (siguien­do los pasos del escri­tor ame­ri­cano Washing­ton Irving por Anda­lu­cía) y la gas­tro­no­mía (de la mano de Julio Cam­ba, padre de la crí­ti­ca gas­tro­nó­mi­ca en Espa­ña).

Por últi­mo, se aña­den las obras fru­to de su cola­bo­ra­ción con Car­los Pérez, que se mate­ria­li­za­ron en Kem­bo. Inci­den­te en la pis­ta del Cir­co Medrano (Kalan­dra­ka, 2010), libro que for­ma par­te de la lis­ta de honor de la IBBY (Inter­na­tio­nal Board on Books for Young Peo­ple). A esto se suma Asun­tos Inter­nos, con­sis­te en una pro­yec­ción audio­vi­sual que reúne una peque­ña selec­ción de los dibu­jos que el crea­dor hace para sí mis­mo,.

Algu­nas de las obras inclui­das en la expo­si­ción (ROBER SOLSONA / EUROPA PRESS).

Trayectoria

Naci­do en Aspe Ali­can­te en 1942, Cala­ta­yud ini­ció sus estu­dios en la Escue­la de Artes Apli­ca­das de Mur­cia, don­de resi­día, y en 1961 los con­ti­nuó en Valen­cia, en la Escue­la Supe­rior de Bellas Artes de San Car­los, y des­de enton­ces ha esta­do vin­cu­la­do a la ciu­dad. Hijo de poe­ta —se nota en su capa­ci­dad para con­ver­tir pala­bras en dibu­jos—, maes­tro en el uso del color, alumno de Pul­gar­ci­to y la edi­to­rial Maga, el autor es uno de los ilus­tra­do­res espa­ño­les —le gus­te o no el nom­bre— más reco­no­ci­do den­tro y fue­ra de nues­tras fron­te­ras

Se dio a cono­cer a nivel nacio­nal con sus tra­ba­jos en la míti­ca revis­ta juve­nil La Trin­ca —un inten­to de tras­la­dar a Espa­ña el mode­lo de la fran­ce­sa Pilo­te— y a lo lar­go de su tra­yec­to­ria ha cose­cha­do todos los pre­mios habi­dos y por haber: dos veces se ha alza­do con el Pre­mio del Minis­te­rio de Cul­tu­ra a las Mejo­res Ilus­tra­cio­nes de Libros Infan­ti­les y Juve­ni­les —por Una de indios y otras his­to­rias (1989) y otra por Libro de las M’A­li­cias (1991)—, el pre­mio a la mejor obra del  Salón del Cómic de Bar­ce­lo­na por El pie fri­to (1998), el Pre­mio Nacio­nal de Ilus­tra­ción por su tra­yec­to­ria (2009) o la Dis­tin­ción de la Gene­ra­li­tat Valen­cia­na al Mèrit Cul­tu­ral (2019).

Algu­nas de las obras de Cata­la­yud sobre la Guar­dia Real.

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