por Rafa Marí


5 de abril de 2022.

Miguel Ángel Sil­ves­tre, el actor más sexy del cine espa­ñol, cum­pli­rá maña­na 40 años. Naci­do en Cas­te­lló de la Pla­na el 6 de abril de 1982, es hijo del fisio­te­ra­peu­ta Miguel Ángel Sil­ves­tre Vara, un inte­li­gen­te padre que le dio el siguien­te con­se­jo: “Si quie­res ser actor, sue­ña”, afo­ris­mo que pue­de inter­pre­tar­se de cien mane­ras dis­tin­tas. 

He dicho que Miguel Ángel Sil­ves­tre es un actor espa­ñol. Lo es por fami­lia, naci­mien­to, infan­cia y juven­tud, aun­que bue­na par­te de lo prin­ci­pal de su carre­ra se ha desa­rro­lla­do fue­ra de nues­tro país. Tras inter­ve­nir en la peor pelí­cu­la de Pedro Almo­dó­var (Los aman­tes pasa­je­ros, 2013) y en el film espa­ñol Ala­crán ena­mo­ra­do (San­tia­go Zan­nou, 2013), sus siguien­tes tra­ba­jos fue­ron Fer­di­nand (Car­los Sal­danha, 2017, Esta­dos Uni­dos, pelí­cu­la de ani­ma­ción a la que apor­tó su voz), Ibi­za (Alex Richan­bach, 2018, Esta­dos Uni­dos) y La boda de mi mejor ami­go (Cel­so Gar­cía, 2019, Méxi­co). Su últi­ma serie tele­vi­si­va (Los envia­dos,Simón Ante­que­ra, ocho epi­so­dios, 2021–2022) es una pro­duc­ción mexi­ca­na. 

Sil­ves­tre con Amaia Sala­man­ca como El Duque.

Miguel Ángel Sil­ves­tre tie­ne con­di­cio­nes –físi­cas y de voz, espe­cial­men­te– para con­ver­tir­se en una estre­lla. No lo es aún. Le fal­ta toda­vía un par de pelí­cu­las con pega­da inter­na­cio­nal, o una serie con el mis­mo éxi­to que tuvo Sin tetas no hay paraí­so (2008–2009, Espa­ña, cua­ren­ta y tres epi­so­dios), en la que encar­nó con fuer­za y mor­bo a El Duque, per­so­na­je que se hizo muy popu­lar. Entre­vis­té una vez a Miguel Ángel Sil­ves­tre, por telé­fono, y publi­qué la entre­vis­ta en la últi­ma pági­na de Las Pro­vin­cias, hará unos cator­ce años. Le dije que veía en él una futu­ra pri­me­ra figu­ra, en la este­la de los acto­res valen­cia­nos más famo­sos, como Rafael Rive­lles, Jor­ge Mis­tral, Vicen­te Parra Pepe San­cho. Miguel Ángel me res­pon­dió con modes­tia: “No creo que lle­gue a tan­to”. ¿Se ha cum­pli­do mi pro­nós­ti­co? Yo diría que aún no. Lo más des­ta­ca­do segu­ra­men­te está por lle­gar.

Casi todos los mejo­res pape­les de Cary Cooper, Clark Gable, John Way­ne, Tom Hanks, Den­zel Washing­ton o el abo­fe­tea­dor Will Smith los tuvie­ron cuan­do ya habían cum­pli­do los cua­ren­ta años. Mis dos últi­mas expe­rien­cias sen­ta­do ante el tele­vi­sor, en el con­for­ta­ble sillón de mi casa en Mis­la­ta, han sido la pelí­cu­la Lau­ra (Otto Pre­min­ger, Esta­dos Uni­dos, 1944) y la serie docu­men­tal de Net­flix en seis capí­tu­los Los dia­rios de Andy Warhol (Andrew Ros­si, 2022, Esta­dos Uni­dos). 

Gene Tier­ney como Lau­ra jun­to a Dana Andrews.

Sor­pre­sas de la vida. Es la ter­ce­ra vez que veo Lau­ra. En las dos pri­me­ras oca­sio­nes –años 60 y 70– me pare­ció una obra maes­tra. Aho­ra me ha pare­ci­do una pelí­cu­la aque­ja­da de ver­bo­rrea y con una intri­ga infan­til. Tea­tral a más no poder, acar­to­na­da y pre­vi­si­ble (excep­to la sor­pren­den­te apa­ri­ción de Lau­ra –Gene Tier­ney–, bella mujer a la que los espec­ta­do­res dan por muer­ta en los pri­me­ros cua­ren­ta minu­tos del rela­to). Por des­po­tri­car con­tra Lau­ra espe­ro no per­der la amis­tad de Juan Car­los Viz­caíno, exce­len­te his­to­ria­dor y crí­ti­co de cine en la revis­ta Diri­gi­do por… y en su muro de face­book. Sé que Juan Car­los admi­ra mucho esta pelí­cu­la. Uno de los días de Sema­na San­ta he que­da­do con él en Ali­can­te. Si dis­cre­pa con­mi­go a pro­pó­si­to de Lau­ra, me limi­ta­ré a pre­gun­tar­le: “¿Cuán­to tiem­po hace que la vis­te por últi­ma vez?”. 

Los dia­rios de Andy Warhol es una exce­len­te serie, con mate­rial iné­di­to o poco cono­ci­do. Apa­sio­nan­te retra­to de un intui­ti­vo artis­ta pop que alcan­zó la cele­bri­dad mun­dial con una esté­ti­ca per­so­nal y crea­ti­va de lo más extra­ña. Andy Warhol (Pit­ts­burgh, 6 de agos­to de 1928-Nue­­va York, 22 de febre­ro de 1987) era un hom­bre acom­ple­ja­do por las arru­gas y gra­nos en su ros­tro y por su del­ga­dez. En sus decla­ra­cio­nes era lacó­ni­co, hui­di­zo, sin pre­ten­sio­nes teó­ri­cas… Impa­si­ble e indi­fe­ren­te a casi todo, con­vir­tió en ico­nos muchas refe­ren­cias de la vida coti­dia­na de millo­nes de per­so­nas, des­de las latas de sopa has­ta los bote­lli­nes de la Coca Cola. Inmor­ta­li­zó pic­tó­ri­ca­men­te los ros­tros de Marilyn Mon­roe, Jac­kie Ken­nedy, Elvis Pres­ley, Liz Tay­lor

Warhol da una rue­da de pren­sa mul­ti­tu­di­na­ria en Madrid, 1983.

En Warhol, uno de los artis­tas más famo­sos de la his­to­ria, todo era des­con­cer­tan­te, espe­cial­men­te su horro­ro­sa pelu­ca blan­ca. Estu­ve a un metro de él cuan­do Andy inau­gu­ró en enero de 1983 una expo­si­ción en la gale­ría Fer­nan­do Vijan­de, en Madrid. Algu­nas de las cosas que nos dijo a los perio­dis­tas fue­ron muy maru­jo­nas: “Soy el mis­mo que hace diez años, pero más fla­co”. Warhol lle­gó tar­de a la inau­gu­ra­ción de su mues­tra (imá­ge­nes de pis­to­las y cuchi­llos). Cen­te­na­res de per­so­nas le espe­rá­ba­mos, exci­ta­dos por la curio­si­dad. Andy se retra­só, nos infor­mó pos­te­rior­men­te Fer­nan­do Vijan­de, “por­que aun­que íba­mos jus­tos de tiem­po, al pasar por el esca­pa­ra­te de una pas­te­le­ría se ena­mo­ró de una deli­ca­tes­sen de nata, entró, la com­pró y se comió tran­qui­la­men­te el pas­te­li­llo allí mis­mo, sin nin­gu­na pri­sa”.

Agatha Ruiz de la Pra­da con Warhol, Piti­ta Ridrue­jo y Fer­nan­do Vijan­de.

El per­so­na­je madri­le­ño que más le intere­só a Warhol fue el de Piti­ta Ridrue­jo (Soria, 1930-Madrid, 2019), dama de la alta socie­dad espa­ño­la que afir­ma­ba haber man­te­ni­do varias con­ver­sa­cio­nes con la Vir­gen. Esa his­to­ria fas­ci­nó a Warhol. “Me gus­ta­ría cono­cer a Piti­ta Ridrue­jo”, dijo. Fer­nan­do Vijan­de hizo las ges­tio­nes para hacer reali­dad ese deseo.Los dia­rios de Andy Warhol ofre­cen nume­ro­sas imá­ge­nes y valio­sos tes­ti­mo­nios de una épo­ca de gran efer­ves­cen­cia neo­yor­qui­na, así como reve­la­do­ras secuen­cias y foto­gra­fías de la rela­ción de Andy con sus ami­gos, espe­cial­men­te con Jean-Michel Bas­quiat (1960–1988), joven y famo­so pin­tor de ori­gen hai­tiano. El atrac­ti­vo Bas­quiat era segu­ra­men­te, todo pare­ce indi­car­lo, otro de los amo­res impo­si­bles de Warhol. En una secuen­cia de la serie, Andy acu­de al apar­ta­men­to de un tras­no­cha­dor Bas­quiat, para des­per­tar­lo. Entra Warhol en su habi­ta­ción y dice, como narra­dor del momen­to: “Jean-Michel se levan­tó empal­ma­do”. Esa inti­mi­dad que­da regis­tra­da así en los dia­rios warho­lia­nos.

Warhol con Bas­quiat.

DESDE EL SILLÓN DE MI CASA… EN MISLATA

«Que la vida iba en serio / uno lo empie­za a com­pren­der más tar­de”
Jai­me Gil de Bied­ma

DESDE EL SILLÓN DE MI CASA… EN MISLATA (antes lla­ma­da DIARIO DE UN CINÉFILO), es una sec­ción dedi­ca­da al mun­do de las Series de TV, a todos sus aspec­tos ciné­fi­los pero tam­bién a sus deri­va­cio­nes socio­ló­gi­cas y rela­ti­vas a la vida coti­dia­na de las per­so­nas. La cons­truc­ción de roles, las rela­cio­nes fami­lia­res, la actua­li­dad, la come­dia y el dra­ma, la épi­ca his­tó­ri­ca, dra­go­nes y maz­mo­rras… Todo cabe en el mun­do de las series, y cual­quier pers­pec­ti­va del mun­do pue­de ser vis­ta des­de la ópti­ca de un ciné­fi­lo, de un serió­fi­lo inte­li­gen­te y pers­pi­caz. La sec­ción está per­so­na­li­za­da en Rafa Marí, uno de los últi­mos gran­des ciné­fi­los espa­ño­les. La perio­di­ci­dad es alea­to­ria, y la lon­gi­tud de cada entra­da, tam­bién. Pue­de ser tan­to muy cor­ta: un afo­ris­mo, como un exten­so mini­en­sa­yo, o entre­vis­ta, o diá­lo­go inte­rior.

Pese a ser un perio­dis­ta tar­dío, Rafa Marí (Valen­cia, 1945) ha teni­do tiem­po para tra­ba­jar en muchos medios de comu­ni­ca­ción: Car­te­le­ra Turia, Cal Dir, Valen­cia Sema­nal, car­te­le­ra Qué y Don­de, Noti­cias al día, Papers de la Con­se­lle­ria de Cul­tu­ra, Leva­n­­te-EMV, El Hype… Siem­pre en las pági­nas de cul­tu­ra. En 1984 fichó por Las Pro­vin­cias, dia­rio don­de actual­men­te es colum­nis­ta y crí­ti­co de arte.

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