por Rafa Marí


 11 de junio de 2022.

Estos días se cum­ple otro des­ta­ca­do cen­te­na­rio, tras los de Cris­topher Lee Juan Anto­nio Bar­dem. La actriz y can­tan­te Judy Gar­land nació en Min­ne­so­ta, Esta­dos Uni­dos, el 10 de junio de 1922 y falle­ció en Lon­dres el 22 de junio de 1969, a la tem­pra­na edad de 47 años. Su ver­da­de­ro nom­bre era Fran­ces Ethel Gumm

Judy pro­ta­go­ni­zó a los 16 años El mago de Oz (Vic­tor Fle­ming, 1939), con­ce­bi­da para el públi­co infan­til y juve­nil pero pron­to con­ver­ti­da en un títu­lo de refe­ren­cia para diver­sas gene­ra­cio­nes y sobre todo en un icono gay. Nun­ca he con­se­gui­do des­cu­brir el moti­vo de fon­do. Siem­pre he esta­do fue­ra y lejos de ese cul­to ciné­­fi­­lo-sen­­ti­­me­n­­tal, inclu­so lle­gué a sen­tir cier­to recha­zo, aún no des­apa­re­ci­do, ante la inten­si­dad que lle­gó a tener la pasión mitó­ma­na por El Mago de Oz, dis­cre­to y dul­zón musi­cal del géne­ro fan­tás­ti­co. Un arro­ba­mien­to qui­zá debi­do a su her­mo­sa can­­ción-emble­­ma y a su ado­ra­da actriz prin­ci­pal. 

Tam­po­co ten­go cla­ro a qué se debe mi frial­dad por la figu­ra de Judy Gar­land. Empe­cé a ver sus pelí­cu­las en los años 50, cuan­do su carre­ra ya había empe­za­do a decli­nar, aun­que no creo que haber­me aso­ma­do tar­de a su fama sea el moti­vo de mi des­dén hacia Judy. Creo que mi desin­te­rés por la Gar­land cre­ció y se con­so­li­dó en los últi­mos diez años de su vida, ya cla­ra­men­te auto­des­truc­ti­vos, y sobre todo tras su muer­te, cuan­do empe­cé a cono­cer con deta­lle (libros bio­grá­fi­cos) su adic­ción a los mari­dos dudo­sí­si­mos (Judy, ¿tú esta­bas ton­ta o qué?), a las dro­gas, al alcohol y a toda cla­se de medi­ca­men­tos, lo que aca­ba­ron con­vir­tién­do­la en una pro­fe­sio­nal zom­bi que con­vir­tió muchos de los roda­jes en los que ella era la estre­lla  en un caos de retra­sos, dis­cu­sio­nes y carí­si­mos paro­nes.

El des­per­di­cio de la vida y la auto-demo­­li­­ción por­me­no­ri­za­da, tenién­do­lo todo a favor (qui­zá menos la men­te), es una reali­dad que me suble­va. Roman­ti­cis­mo negro. Sien­to la mis­ma irri­ta­ción ante los años de divis­mos y paraí­sos arti­fi­cia­les que ani­qui­la­ron a Marilyn Mon­roe, Amy Winehou­se, Janis Joplin Anto­nio Flo­res. Sigo cre­yen­do que “más allá del arco iris” sue­le haber un ester­co­le­ro. Acep­to que alguien me lla­me puri­tano o mora­lis­ta. Ese fon­do está en mí. Pero tam­bién hay, no quie­ro fus­ti­gar­me tan­to, un sen­ti­mien­to cru­za­do de lamen­to y com­pa­sión.

En la carre­ra cine­ma­to­grá­fi­ca de Judy Gar­land hay varias pelí­cu­las muy intere­san­tes, como Cita en San Luis (diri­gi­da en 1944 por Vin­cen­te Min­ne­lli, que fue uno de sus cin­co mari­dos), Des­fi­le de Pas­cua (Char­les Wal­ters, 1948), El pira­ta (Vin­cen­te Min­ne­lli, 1948) y, sobre todo la esplén­di­da Ha naci­do una estre­lla (Geor­ge Cukor, 1954).

Cuan­do la vimos en ¿Ven­ce­do­res o ven­ci­dos? (Stan­ley Kra­mer, 1961), físi­ca­men­te hecha pol­vo a los 39 años, algu­nos empe­za­mos a intuir que esta­ba en la últi­ma eta­pa de su vida. Y yo pen­sa­ba: “Estú­pi­da Judy, eres una estú­pi­da”.

El Ame­ri­can Film Ins­ti­tu­te ha cata­lo­ga­do a Judy Gar­land, tras nume­ro­sas encues­tas entre la pro­fe­sión, la crí­ti­ca y los exper­tos, como la octa­va mejor estre­lla feme­ni­na de la his­to­ria del cine, Con mayor cele­bri­dad que Judy están –por ese orden, del 1 al 7– Kathe­ri­ne Hep­burn, Bet­te Davis, Audrey Hep­burn, Ingrid Berg­man, Gre­ta Gar­bo, Marilyn Mon­roe y Eli­za­beth Tay­lor. En los pues­tos 9 y 10, Mar­le­ne Die­trich Joan Craw­ford

Una lis­ta tan res­ba­la­di­za e insa­tis­fac­to­ria como cual­quier otra.


DESDE EL SILLÓN DE MI CASA… EN MISLATA

«Que la vida iba en serio / uno lo empie­za a com­pren­der más tar­de”
Jai­me Gil de Bied­ma

DESDE EL SILLÓN DE MI CASA… EN MISLATA (antes lla­ma­da DIARIO DE UN CINÉFILO), es una sec­ción dedi­ca­da al mun­do de las Series de TV, a todos sus aspec­tos ciné­fi­los pero tam­bién a sus deri­va­cio­nes socio­ló­gi­cas y rela­ti­vas a la vida coti­dia­na de las per­so­nas. La cons­truc­ción de roles, las rela­cio­nes fami­lia­res, la actua­li­dad, la come­dia y el dra­ma, la épi­ca his­tó­ri­ca, dra­go­nes y maz­mo­rras… Todo cabe en el mun­do de las series, y cual­quier pers­pec­ti­va del mun­do pue­de ser vis­ta des­de la ópti­ca de un ciné­fi­lo, de un serió­fi­lo inte­li­gen­te y pers­pi­caz. La sec­ción está per­so­na­li­za­da en Rafa Marí, uno de los últi­mos gran­des ciné­fi­los espa­ño­les. La perio­di­ci­dad es alea­to­ria, y la lon­gi­tud de cada entra­da, tam­bién. Pue­de ser tan­to muy cor­ta: un afo­ris­mo, como un exten­so mini­en­sa­yo, o entre­vis­ta, o diá­lo­go inte­rior.

Pese a ser un perio­dis­ta tar­dío, Rafa Marí (Valen­cia, 1945) ha teni­do tiem­po para tra­ba­jar en muchos medios de comu­ni­ca­ción: Car­te­le­ra Turia, Cal Dir, Valen­cia Sema­nal, car­te­le­ra Qué y Don­de, Noti­cias al día, Papers de la Con­se­lle­ria de Cul­tu­ra, Leva­n­­te-EMV, El Hype… Siem­pre en las pági­nas de cul­tu­ra. En 1984 fichó por Las Pro­vin­cias, dia­rio don­de actual­men­te es colum­nis­ta y crí­ti­co de arte.

Comparte esta publicación

amadomio.jpg

Suscríbete a nuestro boletín

Reci­be toda la actua­li­dad en cul­tu­ra y ocio, de la ciu­dad de Valen­cia

Otros artículos del autor