Las listas de los estrenos más destacados del año que empieza están copadas por títulos que forman parte de sagas

Harri­son Ford en una esce­na de «India­na Jones y el dial del des­tino».

Las lis­tas de los títu­los más espe­ra­dos del año, como las de Time o Rottentomatoe,s coin­ci­den en una cosa: la mayor par­te los gran­des estre­nos son con­ti­nua­cio­nes, reboots, ver­sio­nes… de títu­los que han demos­tra­do su ren­ta­bi­li­dad en taqui­lla. Las pelí­cu­las que, se supo­ne, esta­mos ansio­sos por ver son estas:

Ant-Man y la Avis­pa: Quan­tu­ma­nia (febre­ro). Las andan­zas del cho­ri­zo de poca mon­ta Scott Lang (Paul Rudd) y la cien­tí­fi­ca Hope Van Dyne (Evan­ge­li­ne Lilly) han fun­cio­na­do mucho mejor en la gran pan­ta­lla que en los comics de Mar­vel. De hecho, esta es la ter­ce­ra de sus aven­tu­ras en soli­ta­rio del dúo (aun­que su pre­sen­cia se ha hecho habi­tual en el Uni­ver­so Mar­vel Expan­di­do). Diri­ge por ter­ce­ra vez Pye­ton Reed, lo que le da cre­di­bi­li­dad al pro­yec­to. La pre­sen­cia de Michael Dou­glas, Miche­lle Pfeif­fer y Bill Murray son un plus de esta cin­ta que pro­me­te acción y humor a par­tes igua­les.

El últi­mo bai­le de Magic Mike (febre­ro). Poca gen­te hubie­ra ima­gi­nar que Magic Mike (Ste­ven Soder­bergh, 2012) fue­ra a tener —o mere­cie­ra— una secue­la, pero Chan­ning Tatum vol­vió a meter­se en la piel del sim­pá­ti­co strip­per en Magic Mike XXL (2015), que apor­tó poco al ori­gi­nal. La tri­lo­gía se cie­rra aho­ra con el regre­so de Soder­bergh tras las cáma­ras y con Reid Caro­lin de guio­nis­ta (como en las ante­rio­res), y Tatum hacien­do de sí mis­mo (fue strip­per de joven). En esta oca­sión, Mike tra­ba­ja de cama­re­ro tras fra­ca­sar en el mun­do del bai­le pero cono­ce a una mis­te­rio­sa mujer de cla­se alta (Sal­ma Hayek) que se lo lle­va a Lon­dres para dar­le su últi­ma opor­tu­ni­dad. Pues muy bien.

John Wick: capí­tu­lo 4 (mar­zo). Kea­nu Reeves salió de su letar­go gra­cias a esta serie en la que el actor encar­ga a una espe­cie de Ethan Hunt de Hacen­da­do pero en malo­te. Los guio­nes de la saga están tan curra­dos como los títu­los, pero su rit­mo adre­na­lí­ti­co y sus esce­nas de acción jus­ti­fi­can la entra­da. En esta oca­sión, Wick ten­drá que enfren­tar­se a la High Table (la orga­ni­za­ción cri­mi­nal más impor­tan­te del mun­do) para reco­brar su liber­tad. Como ya han anun­cia­do una quin­ta par­te, [aten­ción: spoi­ler] se supo­ne que lo con­si­gue.

Kea­nu Reeves en una esce­na de «John Wick 4».

Scream VI (mar­zo). En 1996 Wes Cra­ven dio otro de sus gol­pes de auto­ri­dad con una pelí­cu­la que se reía del cine de terror sin renun­ciar a dar mie­do. Cin­co pelí­cu­las (y una serie en la MTV) más tar­de, Ghost­fa­ce se tras­la­da a Nue­va York para inten­tar aca­bar con los cua­tro jóve­nes que se sal­va­ron en su últi­ma matan­za en Woods­bo­ro. Que no apa­rez­can ni Neve Camp­bell ni David Arquet­te —del repar­to ori­gi­nal solo que­da Cour­te­ney Cox— ha reba­ja­do las expec­ta­ti­vas, pero la pre­sen­cia del guio­nis­ta de la pri­me­ra (James Van­der­bilt) per­mi­te man­te­ner la espe­ran­za de una saga que se resis­te a morir (nun­ca mejor dicho). Como direc­to­res, repi­ten los de la últi­ma entre­ga: Matt Bet­­ti­­ne­­lli-Olpin y Tyler Gillett.

¡Sha­zam! La Furia de los dio­ses (mar­zo) En su épo­ca, los años 40, el Capi­tán Mar­vel de Cla­ren­ce Beck y Bil Par­ker fue igual de popu­lar (pue­de que más) que Super­mán. En 2019, tras años de pro­yec­tos falli­dos y déca­das de luchas por los dere­chos, David F. Sand­berg fir­mó la pri­me­ra adap­ta­ción moder­na del per­so­na­je, y con­si­guió recau­dar casi cua­tro­cien­tos millo­nes de dóla­res (cua­tro veces el pre­su­pues­to). La fór­mu­la fun­cio­nó, en par­te, gra­cias al sen­ti­do del humor de las aven­tu­ras de un ado­les­cen­te que se con­vier­te en super­hé­roe cuan­do gri­ta ¡Sha­zam! Repi­ten el direc­tor, los acto­res prin­ci­pa­les, el guio­nis­ta… Cine palo­mi­te­ro del bueno y que mere­ce una opor­tu­ni­dad: a los niños les gus­ta, y los padres divor­cia­dos pue­den lle­var­los sin pasar­se la pro­yec­ción pes­can­do en Tin­der para supe­rar el tedio.

Creed III (mar­zo): En 2006, cuan­do la fran­qui­cia lle­va­ba ya 16 años ente­rra­da, Syl­ves­ter Sta­llo­ne deci­dió resu­ci­tar a en Rocky Bal­boa al per­so­na­je que le dio la fama. Pare­cía un digno final, pero no. En 2015 lle­ga­ba a los cines Creed. La leyen­da de Rocky, en la que el pro­ta­go­nis­ta era el hijo de Apo­llo Creed (Carl Wathers), pri­me­ro rival y lue­go ami­go del Semen­tal Ita­liano. Lo que podía haber sido un tru­ño de padre y muy señor mío cau­ti­vó a la crí­ti­ca y al públi­co por igual. Este año lle­ga la ter­ce­ra entre­ga, la pri­me­ra en la que no apa­re­ce Sta­llo­ne. Diri­ge Michael B. Jor­dan, res­pon­sa­ble de la pri­me­ra entre­ga y autor de Black Panther y Cua­tro Fan­tás­ti­cos (pero eso ya le hemos per­do­na­do).

Michael B. Jor­dan, Jonathan Majors, y Tony Weeks en «Creed III».

Fast X (mayo): La fami­lia vuel­ve a reu­nir­se por últi­ma vez… pero no nos haga­mos ilu­sio­nes. De hecho, es la pri­me­ra par­te del capí­tu­lo final. Lógi­co, con dos horas y pico no da para desa­rro­llar bien la com­ple­ji­dad de sus tra­mas. Poco se sabe del guion, pero no hace fal­ta ser Nos­tra­da­mus para saber que serán un sin­sen­ti­do de bue­nos bue­ní­si­mos, malos malí­si­mos, tías bue­nas, ciclaos, coches, hos­tias como panes y todo a mayor glo­ria de Vin Die­sel, que ha con­se­gui­do que rem­pla­cen a Jus­tin Lin como direc­tor por Louis Lete­rrier. El guion, eso sí, lo fir­ma Lin, pero todo el mun­do sabe que todos los de la saga los ha escri­to un mono con un tecla­do. Tam­po­co esta­rá Dway­ne John­son, que tam­bién está de Die­sel has­ta los bíceps. A cam­bio, se une a la ban­da Jason Momoa, así que no será por fal­ta de múscu­los, y la gran duda es si hará un cameo Jason Statham. Pero la gran pre­gun­ta sigue sien­do ¿qué pin­ta Helen Mirren en todo esto, amén de cobrar?

Guar­dia­nes de la Gala­xia Vol. 3 (mayo). La adap­ta­ción de este cómic de la edi­to­rial Mar­vel podía haber figu­ra­do en la lis­ta de fias­cos tipo Howard… un nue­vo héroe (Willard Huyck, 1986) pero aca­bó sien­do uno de los éxi­tos de taqui­lla de 2014 gra­cias a la exce­len­te labor de James Gunn (ha diri­gi­do las tres), una exce­len­te ban­da sono­ra, el caris­ma de Chris Pratt en el papel del ave­n­­tu­­re­­ro-cara­­du­­ra Peter Quill / Star Lord, y Vin Die­sel en uno los mejo­res pape­les de su carre­ra (le pone la voz a una plan­ta que solo sabe decir tres pala­bras). En esta oca­sión, es de supo­ner, los Guar­dia­nes se pasa­rán el día dis­cu­tien­do mien­tras se enfren­tan a otra terri­ble ame­na­za y lue­go se dan cuen­ta de que son una piña y ganan. Bonus Track: Syl­ves­ter Sta­llo­ne en el papel del mal­va­do Sata­kar Orgord, jefe de los temi­dos Devas­ta­do­res.

Trans­for­mers: el des­per­tar de las bes­tias (junio): Más cine de autor. Un direc­tor de ter­ce­ra fila (Ste­ven Caple Jr.) y un elen­co en el que los acto­res más cono­ci­dos (Ron Perl­man y Peter Din­kla­ge) ponen voz a unos muñe­cos crea­dos por CGI ava­lan esta nue­va entre­ga de la fac­to­ría Michael Bay que intro­du­ce cam­bios que hará explo­tar la cabe­za de los fans: en esta secue­la de Bum­ble­bee (2018) los coches se con­vier­ten en ani­­ma­­les-robot. Lo úni­co que pue­de decir­se en su defen­sa es que el que va a ver­la, sabe dón­de se mete.

Una esce­na de «Trans­fro­mers».

India­na Jones y el dial del des­tino (junio). Des­de que se subió a las redes el anun­cio de la quin­ta entre­ga del famo­so arqueó­lo­go, los fans están sali­van­do. Por pri­me­ra vez, Ste­ven Spiel­berg no esta­rá detrás de las cáma­ras —ese honor le ha corres­pon­di­do a James Man­gol— y que el argu­men­to no será de Geor­ges Lucas —lo cual es de agra­de­cer—, pero una cosa está cla­ra: difí­cil­men­te será pero que India­na Jones y la cala­ve­ra de cris­tal. Nazis, carre­ras, trom­pa­zos… y poco más se sabe de esta pro­duc­ción que con­ta­rá con la pre­sen­cia de Anto­nio Ban­de­ras. La his­to­ria se tras­la­da a 1969 (Indi tie­ne 70 años) y el telón de fon­do es la carre­ra espa­cial y el pro­yec­to Paper­clip, que lle­vó de estran­gis a muchos cien­tí­fi­cos del III Reich a Esta­dos Uni­dos tras las II Gue­rra Mun­dial. Mutt Williams (Shia LaBeouf) no sale, para tran­qui­li­dad de todos, y la com­pa­ñe­ra del arqueó­lo­go será su ahi­ja­da Hele­na (Phoe­be Mary Waller-Bri­d­­ge), lo que se tra­du­ci­rá en miles de tuits de de siem­pre denun­cian­do la inclu­sión for­za­da de muje­res. Sal­vo que se saquen de la man­ga India­na Jones y la cuar­ta dosis, será la últi­ma de la saga, así que es de visión obli­ga­to­ria.

Misión impo­si­ble: Sen­ten­cia mor­tal, par­te 1 (julio): Si hay que hacer una secue­la, se hace. Y en pocas sagas está más jus­ti­fi­ca­do que en la tras­la­ción a la gran pan­ta­lla de la serie crea­da por Bru­ce Geller en 1966. Chris­topher McQua­rrie —el de Sos­pe­cho­sos habi­tua­les, que va de sobra­do tras el éxi­to de Top Gun: Mave­rick— repi­te por ter­ce­ra vez como direc­tor para con­tar una nue­va entre­ga de las aven­tu­ras del agen­te Ethan Hunt (Tom Crui­se) y sus ami­gos —entre ellos, Ving Rha­mes, en úni­co que tam­bién ha apa­re­ci­do en todas las entre­gas—. Ni que decir tie­ne que ten­drán que vol­ver a sal­var al mun­do de una orga­ni­za­ción mala malí­si­ma, mien­tras sus com­pa­ñe­ros de los ser­vi­cios secre­tos están cazan­do mos­cas. Solo por el sal­to de Crui­se en moto lan­zán­do­se a un pre­ci­pi­cio val­drá la pena la espe­ra.

Los jue­gos del ham­bre: Bala­da de pája­ros can­to­res y ser­pien­tes (noviem­bre). Tras haber con­ver­ti­do en cua­tro pelí­cu­las la tri­lo­gía de Suzan­ne Collins —con unas cifras de recau­da­ción marean­tes—, le toca el turno a la pre­cue­la, que tie­ne lugar 64 años antes de que Kat­niss Ever­deen entra­ra en acción, duran­te los déci­mos Jue­gos del Ham­bre. En ella, Corio­la­nus Snow (el semi­des­co­no­ci­do Tom Blyth), futu­ro pre­si­den­te de Panem, es un joven de una fami­lia veni­da a menos que se con­vier­te en el men­tor de Lucy Gray (Rachel Zegler, María en West Side Story). El direc­tor es Fran­cis Law­ren­ce, que ha fir­ma­do las tres entre­gas ante­rio­res. Los fans de la saga ya están hacien­do cola en los cines.

Tom Crui­se y sus ami­gos, en «Misión impo­si­ble: Sen­ten­cia mor­tal par­te 1».

Dune. Segun­da par­te (noviem­bre). Por mucho que se empe­ñen los pal­me­ros de David Lynch la pri­me­ra adap­ta­ción del clá­si­co de Frank Hebert es un tos­tón, de la que lo úni­co bueno que se pue­de decir es que nos libró de la ver­sión de Ale­jan­dro Jodo­rowsky, en la que iba salir Dalí plan­tan­do un pino (pala­bri­ta del niño Jesús que eso es así). La de Denis Ville­neu­ve, en cam­bio, era bas­tan­te dig­na, supe­ra­ba con cre­ces la difí­cil tarea de adap­tar al cine un rela­to tan com­ple­jo, aun­que deja­ba todo a la suer­te de la con­ti­nua­ción. Vere­mos, pero hay moti­vos para el opti­mis­mo.

Pose­sión infer­nal: el des­per­tar (abril). En 1981, un des­co­no­ci­do Sam Rai­mi —con el apo­yo finan­cie­ro de su ami­go y actor Bru­ce Camp­bell, a quien tam­po­co cono­cía ni el tato—,  sor­pren­dió al mun­do con Pose­sión infer­nal, una pelí­cu­la de terror hecha con cua­tro dóla­res que mere­ció los entu­sias­tas elo­gios del mis­mí­si­mo Stephen King, y una prohi­bi­ción para ser exhi­bi­da en Ale­ma­nia que se pro­lon­gó has­ta 2016. La cin­ta dio lugar a dos secue­las, una serie, y una ver­sión actua­li­za­da (en 2016, por Fede Alva­rez). Aho­ra Lee Cro­nin se mar­ca una reboot pero sus­ti­tu­yen­do la case­ta per­di­da en el bos­que por un apar­ta­men­to en L.A. y al gru­po de ami­gos ame­na­za­das por el dia­blo por dos her­ma­nas que lle­van tiem­po dis­tan­cia­das. Rai­mi no par­ti­ci­pa (pero cobra) y Camp­bell no sale, así que el inte­rés que hay tam­po­co es exce­si­vo.

Caza­fan­tas­mas: Firehou­se (diciem­bre). Jason Reit­man, el hijo del direc­tor de las dos pri­me­ras Ghost­bus­ter, supo recu­pe­rar el espí­ri­tu de la ori­gi­nal a base de cameos (Bill Murray, Dan Aykroyd y Sigour­ney Wea­ver) y un ori­gi­nal pun­to de par­ti­da (una madre y su hija lle­ga a un pue­blo de mala muer­te y des­cu­bren su rela­ción con los caza­fan­tas­mas ori­gi­na­les). El éxi­to supo sal­var la fran­qui­cia tras el rela­ti­vo fra­ca­so de Las Caza­fan­tas­mas (Paul Feig, 2016), que no esta­ba tan mal, pero pro­vo­có una feroz cam­pa­ña de odio en las redes por par­te de la ultra­de­re­cha de cris­tal, que les pare­ció ana­te­ma que unas muje­res —una de ellas, negra— pudie­ran per­se­guir fan­tas­mas. En esta nue­va entre­ga repi­ten los per­so­na­jes de la ante­rior pero el esce­na­rio será Nue­va York. La nos­tal­gia ven­de, y si se apro­ve­cha con cabe­za —es el caso— más.

Foto­gra­ma de «Pose­sión infer­nal: el des­per­tar».

Aqua­man y el rei­no per­di­do (diciem­bre). La com­pe­ten­cia entre Mar­vel y DC hace que, cada año se vean obli­ga­das a lan­zar varios títu­los con sus per­so­na­jes, sabien­do que los aman­tes de los cómics (y las millo­na­rias cam­pa­ñas de publi­ci­dad) augu­ran pin­gues bene­fi­cios. Los bíceps de Jason Momoa son el prin­ci­pal ali­cien­te de la nue­va entre­ga de las aven­tu­ras del here­de­ro de Atlan­tis. Diri­ge la orques­ta James Wan, que tie­ne en su haber la saga Saw, varias Fast & Furious y algún Expe­dien­te Warren. Con su pan se la coman.

Una rubia muy legal 3 (¿?). Que no ten­ga fecha de estreno no sig­ni­fi­ca que nos vaya­mos a librar pero —no está cla­ro si es una ame­na­za o una adver­ten­cia— en todas las lis­tas de upco­ming relea­ses apa­re­ce. Ni siquie­ra se sabe quién será el direc­tor de esta quin­ta entre­ga (¿cómo olvi­dar los dos spin off para tele­vi­sión, entre ellos Unas rubias muy lega­les?). Un direc­tor novel (Jamie Suk) y una actriz en horas muy bajas (Reese Withers­poon) se unen para recu­pe­rar, sin que nadie se lo haya pedi­do, las andan­zas de esta sim­pá­ti­ca abo­ga­da que pare­ce ton­ta pero lo solu­cio­na todo a base de inge­nui­dad y que ins­pi­ró el per­so­na­je de Tama­ra Fal­có. Un regre­so más inne­ce­sa­rio que la segun­da par­te de Tita­nic.

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