El lema «La carta que no es carta» acompaña este local que ha cumplido medio siglo

Inte­rior del res­tau­ran­te Milán.

Bajo el lema «La car­ta no car­ta» con casi 50 años de exis­ten­cia, el pro­yec­to Milán nace en el seno de una fami­lia tra­ba­ja­do­ra, con visión sin­gu­lar sobre la coci­na y la res­tau­ra­ción, basa­da en el pro­duc­to y las ela­bo­ra­cio­nes tra­di­cio­na­les de cali­dad.

San­tia­go padre, se ini­ció en el ofi­cio de la hos­te­le­ría con pan­ta­lo­nes cor­tos. Rodó por dis­tin­tos esta­ble­ci­mien­tos con la for­ma­ción que se daba en la épo­ca. Adqui­rió dis­ci­pli­na, expe­rien­cia, cono­ci­mien­tos amplios res­pec­to al tra­to con el clien­te y el pro­vee­dor. Final­men­te tomo raí­ces en Valen­cia, lucho con dedi­ca­ción y esfuer­zo, adqui­rió aquel peque­ño bar y comen­zó la fra­gua de lo que hoy es Milán Res­tau­ran­te.

Todo comien­za en fami­lia, sigue y que­da en fami­lia, cuyo estan­dar­te es la prio­ri­dad por la correc­ta elec­ción de las mate­rias pri­mas, y su máxi­ma la cali­dad en el pro­duc­to final. Don­de todo comen­zó, todo sigue intac­to res­pec­to a con­se­jos culi­na­rios, rece­ta­rio, mani­pu­la­ción, espí­ri­tu, tra­ba­jo, esfuer­zo y sacri­fi­cio. Son hos­te­le­ros de pura cepa.

No hay vitri­nas ni esca­pa­ra­tes con pro­duc­to, la mate­ria pri­ma fres­ca espe­ra en coci­na adqui­ri­da ese día en el mer­ca­do. Al clien­te se le ofre­ce dis­tin­tas opcio­nes según la adqui­si­ción y tem­po­ra­da. Es una coci­na sen­ci­lla en la que tie­nen cabi­da téc­ni­cas y pro­duc­tos clá­si­cos de toda la vida.

(Lea el artícu­lo com­ple­to en Alma­na­que Gas­tro­nó­mi­co)

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