Nos estáis pre­gun­tan­do en las últi­mas horas por supues­tas infor­ma­cio­nes y cade­nas de WhatsApp que ase­gu­ran que el Washing­ton Post ha con­fir­ma­do que el ori­gen del SARS-CoV‑2 se debe a un fallo de segu­ri­dad en un labo­ra­to­rio de Wuhan. Pero no es cier­to, es un bulo. Os con­ta­mos lo que sabe­mos.

El origen: una columna en The Washington Post que no “confirma” ese origen

El ori­gen de esta idea sí es una colum­na de opi­nión publi­ca­da en The Washing­ton Post. Se pue­de leer aquí. En ella el colum­nis­ta Josh Rogin cuen­ta, des­pués de expli­car que no hay prue­bas con­clu­yen­tes de que este sea el ori­gen del coro­na­vi­rus, que en 2018 ofi­cia­les de la emba­ja­da esta­dou­ni­den­se en Chi­na visi­ta­ron el Ins­ti­tu­to de Viro­lo­gía de Wuhan (WIB por sus siglas en inglés), en el que se lle­va­ban a cabo inves­ti­ga­cio­nes de ries­go con virus en mur­cié­la­gos y aler­ta­ron de supues­tos fallos de segu­ri­dad.

En la colum­na, Rogin expli­ca que en enero de 2018 la emba­ja­da esta­dou­ni­den­se en Chi­na envió en varias oca­sio­nes a diplo­má­ti­cos con for­ma­ción cien­tí­fi­ca a visi­tar ese cen­tro de inves­ti­ga­ción. “Lo que obser­va­ron les preo­cu­pó tan­to que envia­ron a Washing­ton dos cables diplo­má­ti­cos cate­go­ri­za­dos como Sen­si­bles pero No Cla­si­fi­ca­dos. En ellos aler­ta­ban de debi­li­da­des de segu­ri­dad y ges­tión en el labo­ra­to­rio del WIB y pro­po­nían ofre­cer más ayu­da y aten­ción. El pri­me­ro de esos cables, que he podi­do obte­ner, tam­bién aler­ta sobre que el tra­ba­jo de ese labo­ra­to­rio con coro­na­vi­rus pro­ve­nien­tes de mur­cié­la­gos y su poten­cial trans­mi­sor a huma­nos repre­sen­ta­ba el ries­go de una nue­va pan­de­mia como la del SARS (ocu­rri­da en 2003)”.

Sin embar­go, en nin­gún momen­to se habla de ese supues­to pacien­te cero ni se con­fir­ma que hubie­se sido un tra­ba­ja­dor de esos labo­ra­to­rios.

La cadena de WhatsApp que cita falsamente lo publicado por el Washington Post

A par­tir de esta colum­na, la idea de que el virus se ha esca­pa­do de ese labo­ra­to­rio se ha ido exten­dien­do, con­ver­ti­da en una cade­na de WhatsApp que ase­gu­ra que “Washing­ton Post con­fir­ma ori­gen del pacien­te cero del coro­na­vi­rus: era emplea­do del famo­so labo­ra­to­rio de viro­lo­gía de la ciu­dad chi­na de Wuhan”.

Sin embar­go, como ya hemos expli­ca­do, la colum­na no dice eso. Mael Valle­jo, edi­tor de Opi­nión en espa­ñol de The Washing­ton Post ha des­men­ti­do en un post en Face­book que la colum­na del perió­di­co diga eso.

El perio­dis­ta que se men­cio­na en esta cade­na, Bret Baier, es pre­sen­ta­dor de la cade­na Fox News. En sus inter­ven­cio­nes y en la web de la cade­na se ha hecho eco de esta teo­ría, supues­ta­men­te con­fir­ma­da por fuen­tes de inte­li­gen­cia no iden­ti­fi­ca­das, pero sin aña­dir evi­den­cias al res­pec­to.

Dos virus que “se parecen tanto como una persona y un cerdo”

La idea de que el SARS-CoV‑2 pue­da pro­ve­nir de este labo­ra­to­rio se ha exten­di­do rápi­da­men­te, dado que tra­ba­jan con virus simi­la­res (con­cre­ta­men­te una cepa lla­ma­da RaTG13). Sin embar­go, no hay evi­den­cias de momen­to de que esto sea así, y voces rele­van­tes den­tro de la comu­ni­dad cien­tí­fi­ca se han pro­nun­cia­do en con­tra de esta posi­bi­li­dad.

Según Ras­mus Niel­sen, gene­tis­ta de la Uni­ver­si­dad de Cali­for­nia, Ber­ke­ley, el virus del mur­cié­la­go que se inves­ti­ga ofi­cial­men­te en el WIB y el actual coro­na­vi­rus se pare­cen “más o menos como una per­so­na y un cer­do”, ha dicho en decla­ra­cio­nes a El País. Y en su cuen­ta de Twit­ter ha sido tam­bién tajan­te: “El SARS-CoV‑2 no es una cepa del RaTG13 esca­pa­da del labo­ra­to­rio”.

Otro que se ha pro­nun­cia­do es Edward Hol­mes, viró­lo­go de la Uni­ver­si­dad de Sid­ney invo­lu­cra­do en la secuen­cia­ción del geno­ma del SARS-CoV‑2. En un comu­ni­ca­do emi­ti­do este jue­ves por su uni­ver­si­dad, Hol­mes expli­ca que “no hay evi­den­cias de que el SARS-CoV‑2, que cau­sa en huma­nos la COVID-19 se ori­gi­na­se en un labo­ra­to­rio en Wuhan”.

Tam­bién dice en ese comu­ni­ca­do que ambos virus son dema­sia­do dis­tin­tos, ya que “el nivel de diver­gen­cia en la secuen­cia gené­ti­ca del SARS-CoV‑2 y el RaTG13 es equi­va­len­te a una media de 50 años (y por lo menos 20) de cam­bios evo­lu­ti­vos”.

Científicos de todo el mundo desmienten estas teorías

En Mal­di­ta Cien­cia ya os hemos habla­do de estas teo­rías que atri­bu­yen al coro­na­vi­rus un ori­gen humano en un labo­ra­to­rio.

Cien­tí­fi­cos espe­cia­li­za­dos en salud públi­ca que han segui­do de cer­ca la cri­sis sani­ta­ria del nue­vo coro­na­vi­rus publi­ca­ron un comu­ni­ca­do en la revis­ta The Lan­cet. Ade­más, hacen refe­ren­cia a las inves­ti­ga­cio­nes que demues­tran el ori­gen natu­ral de este bro­te de COVID-19.

El obje­ti­vo prin­ci­pal del tex­to es con­de­nar y des­men­tir los rumo­res que man­tie­nen que el ori­gen de la epi­de­mia no fue natu­ral, sino una crea­ción huma­na como herra­mien­ta para lograr fines de todo tipo (redu­cir la pobla­ción enve­je­ci­da, igua­lar el núme­ro de hom­bres y muje­res…). Sin embar­go, según indi­ca el comu­ni­ca­do publi­ca­do en The Lan­cet, “cien­tí­fi­cos de múl­ti­ples paí­ses han ana­li­za­do geno­mas del agen­te cau­sal y los resul­ta­dos con­clu­yen, de for­ma abru­ma­do­ra, que el ori­gen está en la vida sil­ves­tre”.

“Pero esto ya lo sabía­mos cuan­do apa­re­ció”, indi­ca a Mal­di­ta Cien­cia Albert Bosch Nava­rro, pre­si­den­te de la Socie­dad Espa­ño­la de Viro­lo­gía (SEV). Con res­pec­to a los rumo­res que hablan sobre la supues­ta crea­ción del nue­vo coro­na­vi­rus en un labo­ra­to­rio, Bosch sos­tie­ne que “suce­dió lo mis­mo cuan­do apa­re­ció el SARS en 2002 o la cono­ci­da como gri­pe A, la nue­va varian­te del H1N1, en 2009″.

“Cada vez que suce­de un caso simi­lar, hay una serie de ilu­mi­na­dos que dice que el virus ha sido crea­do en un labo­ra­to­rio o que se ha esca­pa­do de él. Sin embar­go, hoy en día se sabe que, a par­tir de algu­na espe­cie de mur­cié­la­go, esta debe haber pasa­do a otra espe­cie ani­mal inter­me­dia  y de ahí, a noso­tros”, expli­ca el pre­si­den­te de la SEV.

Los auto­res de este artícu­lo, publi­ca­do en el foro cien­tí­fi­co Viro­lo­gic, indi­can que “la evi­den­cia genó­mi­ca no apo­ya la posi­bi­li­dad de que el nue­vo coro­na­vi­rus haya sido crea­do en un labo­ra­to­rio”Este otro estu­dio indi­ca que el ori­gen del SARS-CoV‑2 fue­ron muta­cio­nes y selec­ción natu­ral, ade­más de recom­bi­na­ción del SARS-CoV, el virus capaz de infec­tar a ani­ma­les como el mur­cié­la­go.

Ade­más, esta inves­ti­ga­ción publi­ca­da en la revis­ta cien­tí­fi­ca Natu­re con­clu­ye que el geno­ma del nue­vo coro­na­vi­rus es un 96% idén­ti­co al del coro­na­vi­rus capaz de infec­tar a los mur­cié­la­gos.

Por últi­mo, este estu­dio publi­ca­do en The Lan­cet, indi­ca que el nue­vo coro­na­vi­rus difie­re lo sufi­cien­te del SARS-CoV como para ser con­si­de­ra­do un nue­vo tipo, capaz de infec­tar huma­nos. “Nues­tro aná­li­sis filo­ge­né­ti­co (rela­ción de paren­tes­co entre espe­cies) sugie­re que los mur­cié­la­gos podrían ser el hués­ped ori­gi­nal de este virus”, indi­can los auto­res.

Bosch des­mien­te la posi­bi­li­dad de obte­ner un virus tan seme­jan­te gené­ti­ca­men­te al SARS ori­gi­nal en un labo­ra­to­rio. “No somos tan bue­nos”, bro­mea.

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